1
Este texto forma parte del Prólogo a la edición de María de Jorge Isaacs. Carmen de Mora (ed.), Alhambra Longman, S. A., 1990.
2
Valerie Masson de Gómez, «Las flores como símbolos eróticos en la obra de Jorge Isaacs», Boletín del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, XXVIII, 1973, pág. 122. A propósito del poema de Isaacs «A orillas del torrente», comenta la autora que la mujer, identificada simbólicamente su feminidad con la flor, arroja el nardo al torrente como para simbolizar la entrega amorosa.
3
Cfr. Denis de Rougemont, Les mythes de l'amour, París, Gallimard, 1961, pág. 52. También del mismo autor, El amor y occidente, Barcelona, Kairós, 1978, 2.ª edic.
4
He encontrado una referencia clara a este tema en Jaime Mejía Duque, «Jorge Isaacs: el hombre y su novela» (La novela romántica latinoamericana, La Habana, CASA, 1978) y en Gustavo Mejía, prólogo a María (Madrid, SGEL, 1983).
5
Se han ocupado de analizar este aspecto de la novela: Seymour Menton, «La estructura dualística de María», en Boletín del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, XXV, 1970; Ernesto Porras Collantes, «Paralelismo y oposición en la estructura de María», Revista Hispánica Moderna, XXXIV, Nueva York, 1968, 685-689; John M. Fein, «María: la función de las digresiones», Memorias del Congreso de Catedráticos de Literatura Iberoamericana, Pittsburgh, 15, 1974, 51-54.