101
Nada se gana con saber lo irremisible, pues es una desdicha atormentarse en vano. CICERÓN, de Nat. deor., III, 6. (N. del T.)
102
Los dioses dejan por prudencia en la oscuridad más tenebrosa los acontecimientos venideros y se ríen del mortal que lleva sus inquietudes más lejos de lo que debe... Sólo quien es dueño de sí mismo, es feliz; sólo es dichoso, quien puede decir cada día: he vivido que mañana Júpiter empañe la atmósfera con tristes nubes o nos conceda un día sereno. HORACIO, Odas, III, 29 y siguientes. (N. del T.)
103
Un espíritu satisfecho del presente, se guardará bien de inquietarse por el porvenir. HORACIO Odas, II, 16, 25. (N. del T.)
104
He aquí su dilema: Si existe la adivinación, hay dioses; si hay dioses hay adivinación. CICERÓN, de Divin., 1, 6. (N. del T.)
105
Por lo que toca a los que comprenden el lenguaje de las aves y a los que consultan el hígado de un animal mejor que su propio raciocinio, entiendo yo que vale más oírlos que creerlos. PACUVIO, apud CIC. de Divin 1 6. (N. del T.)
106
Si se tira todo el día a la suerte, alguna vez se ha de acertar. CICERÓN de Divin., 2, 95. (N. del T.)
107
Llora, mas su espíritu permanece inalterable. Eneida, IV 449. (N. del T.)
108
Fortificación pequeña y de poca defensa. DIC. DE LA ACAD. (N. del T.)
109
Más vale que el delincuente se avergüence de su culpa que derramar su sangre. TERTULIANO, Apologética. (N. del T.)
110
Que el piloto se conforme con hablar da los vientos, el labrador de sus juntas, el guerrero de sus heridas y el pastor de sus rebaños. Trad. italiana de PROPERCIO, II, 1, 43. (N. del T.)