Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

501

Quien no jugará a nadie malo tampoco creería a ninguno justo. MARCIAL, XII, 82. (N. del T.)

 

502

Porque los talentos del soldado y los del general son diferentes. TITO LIVIO, XXV, 19. (N. del T.)

 

503

La orden del Espíritu Santo, instituida por Enrique III, en 1578. (N. del T.)

 

504

El hijo de esta dama acompañó a Montaigne en su viaje a Roma. «El Papa, dice nuestro autor, amonestó con cortés semblante al señor de Estissac al estudio y a la virtud.» Viajes, t. I. p. 87, ed. de 1774. (L.)

 

505

Es un error grave, a mi manera de ver, el pensar que la autoridad es fundamental más por la fuerza que por la afección. TERENCIO, Adelfi, acto I. esc. I, v. 40. (N. del T.)

 

506

Ningún crimen puede ser justificado por la razón. TITO LIVIO, XXVIII, 28. (N. del T.)

 

507

Unido a una esposa joven, gustaba la dicha de ser padre, y estos dulces sentimientos ablandaron su valor. TASSO, Gerusal. liberata, canto X, estancia 39. (N. del T.)

 

508

¡Desdichado! Deja tranquilo tu caballo cuando su vejez sea llegada: fácilmente podría tropezar y dejarte tendido en la arena. HORACIO, Epíst., I, 1, 8. (N. del T.)

 

509

Sólo él ignora todo cuanto en su casa ocurre. TERENCIO, Adelfi, acto IV, esc. II, vers. 9. (N. del T.)

 

510

Montaigne alude en este pasaje a Esteban de Laboëtie. (N. del T.)