921
De la propia suerte que en el lenguaje corriente se llama honrado lo que juzga glorioso la voz de la fama. CICERÓN, de Finib., II. 15. (N. del T.)
922
La que por no ser lícita una cosa deja de hacerla obra lo mismo que si la hiciera. OVIDIO, Amor, III, 4, 4. (N. del T.)
923
Se mostraba en sus memorias cual si hablara a un fidelísimo confidente, sin omitir jamás nada de lo bueno ni de lo malo que pudiera sucederle, con lo cual consiguió que toda su vida apareciera allí claramente expuesta, como en unas tablas votivas. HORACIO, Sat., II, 1, 3. (N. del T.)
924
Ni Rutilio ni Scauro fueron por ello menos creídos ni menos estimados. TÁCITO, Agricola, c. 1. (N. del T.)
925
Ni los dioses, ni los hombres, ni las columnas de los pórticos consienten que un poeta sea mediano. HORACIO, de Arte poét., v. 372. (N. del T.)
926
En verdad, no hay nadie tan seguro de sí como un mal poeta. MARCIAL, XII, 63, 13. (N. del T.)
927
Cuando vuelvo a leer mis escritos me avergüenzo de haberlos compuesto, porque aun yo mismo que soy el autor creo que deberían suprimirse. OVIDIO de Ponto, I, 5, 15. (N. del T.)
928
Cuanto nos complace y contribuye a dulcificar la vida del hombre, todo se lo debemos a las Gracias. (Estos versos latinos son probablemente obra de un autor moderno.) (N. del T.)
929
Me esfuerzo por ser conciso y caigo en la obscuridad. HORACIO, de Art. poetic., V. 25. (N. del T.)
930
Dividieron y repartieron las tierras según la belleza, la fuerza y el ingenio de cada cual; la hermosura del rostro valía mucho e imperaba la fuerza. LUCRECIO, V, 109. (N. del T.)