961
Nadie quiere desmerecer para consigo mismo. PERSIO, IV, 23. (N. del T.)
962
Si en algo consiste propiamente el honor, es más que en nada en la ecuanimidad de toda nuestra vida, no como en la rectitud de cada uno de nuestros actos; y esto no lo conseguirá nunca quien olvidándose de sí mismo viva imitando la conducta de los demás. CICERÓN, de Offic., I, 31. (N. del T.)
963
¿No serás capaz de ejecutar lo que hizo en otro tiempo Polemón? Arrojar de ti tantos adornos ridículos y afeminados como él hizo, de quien se cuenta que se quitó a escondidas las gargantillas que llevaba, luego que oyó avergonzado, la palabra austera del maestro. HORACIO, Sat., I, 253. (N. del T.)
964
El vulgo es más prudente porque lo es sólo cuanto precisa serlo. LACTANCIO, Div. Instit., III, 5. (N. del T.)
965
Yo no recito mis versos a cualquiera, sino a mis amigos, y cuando me lo ruegan; no en todas partes y ante todo el mundo, como muchos que no tienen reparo en leer sus escritos en el foro o en los baños públicos. HORACIO, Sat., I, 4, 73. (N. del T.)
966
No es mi propósito llenar estas páginas de frases aparatosas. Escribe cual si hablara con alguien en secreto. PERSIO, V, 19. (N. del T.)
967
El vestido y el anillo de un padre son tanto más caros a sus hijos cuanta mayor afección les inspira su memoria, SAN AGUSTÍN, de Civit. Dei, I, 12. (N. del T.)
968
Que no le falta al pez escama ni pellejo a la aceituna. MARCIAL, XIII, 1, 1. (N. del T.)
969
Muchas veces me permitiré vestir a los escombros con amplia túnica, CATULO, XCIV, 8. (N. del T.)
970
¡Pim! en el ojo; ¡pam! en el hocico, | |||
¡Pum! en las costillas del mico. |
(MAROT, es su epístola titulada Fripelippes, criado de Marot, a Sagon.) (N. del T.)