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La escena pasa en Santo Domingo durante la segunda mitad
del siglo XVI.
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(Encuéntranse en una plaza CORDELLATE, de pescador, y el
GRACIOSO, a un lado; al
otro, los ALCALDES
1.º y 2.º,DELIO
NADADOR, CLARGIO
CALCAS, EDIPO y
CARPATIO
PROTEO.)
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GRACIOSO.- ¿Qué es esto,
Cordellate?; ¿cómo venís tan trocado?;
¿qué súbita mudanza es ésta?;
¿tan fácilmente mudáis la profesión?
¿ayer melena y hoy chinchorro?; ¿qué jerigonza
es ésta?
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BOBO.- No sé; preguntadlo al maese del
argadijo, que me ha medido este hocico a pulgares,
diciéndome: «¡No más bobo, no más
bobo; caña de pescar y anzuelo, pesia tal!». Y
ansí, por miedo de la pena, salgo cual veis a echar un
lance.
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GRACIOSO.- No me parece mal; echá para
todos, quizá por ahí soldaremos la borrumbada.
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BOBO.- No pica, juro a Dios, no quiere
picar.
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GRACIOSO.- Pues si no pica, no vale nada la
salsa. Creéme, vos y yo; sal, estudio, y veréis
cuán bien pica allá.
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BOBO.- Así lo pretendo hacer, aunque
agora está cerrada la pesquería hasta Sant Lucas, que
son las aguas.
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GRACIOSO.- Pues ¿qué
pretendéis hacer en el entretanto?
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BOBO.- Llegarme a Hayna, que no faltará
lance.
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GRACIOSO.- Otra pesquería de más
provecho os revelaría yo, si me tuviésedes
secreto.
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BOBO.- ¿Y es?
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GRACIOSO.- Que llevéis un talegón
de estos cuartos para trocar tostones, que se venden allá a
cuatro reales conforme a la Cédula, y acá valen a
ocho. ¿Qué mejor pesquería queréis?
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BOBO.- Bien decís; así lo
haré.
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GRACIOSO.- Sabéis que he notado que en
todo venís diferenciado, no sólo en la
profesión, mas también en disposición
corporal: ¿qué se hizo la barriga y el
preñado?
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BOBO.- ¿Qué se hizo?
Parióse.
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GRACIOSO.- Y ¿qué paristeis?,
¿algún monstruo?, porque de tal tronco no se espera
otra cosa.
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BOBO.- Sí, mostro debió de ser;
yo os prometo que es de tal manera el parido que ha llamado la
justicia los zahoríes del lugar para que digan lo que es,
que no hay quien lo conozca. Veislo aquí. (Lo sacan
a la plaza.) Vade retro, mal engendro, que aunque
te parí no te puedo ver.
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ALCALDE 1º.- Sacad ese pantasma fuera,
señores aríolos, que cierto es cosa espantosa.
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ALCALDE 2º.- Señor alcalde, este
mostruo ha nacido en tiempo y coyuntura de mucha
consideración; porque tenemos mucha sospecha de enemigos, y
hanse visto no sé qué faroles y fuegos, y en
semejantes tiempos permite Dios estos portentos y prodigios para
aviso de los hombres, y pues están aquí los
aríolos, inquiramos lo que pronostica este mostruo.
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ALCALDE 1º.- Paréceme buen consejo
ése. Ea, señor Delio Nadador, y vos, Carpatio Proteo,
estos señores os suplican que toméis esta provincia
sobre vuestros hombros, y por el conocimiento de vuestra arte nos
prevengáis lo que debemos hacer.
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DELIO.- Tome la mano primero, pues está
presente, Clargio Calcas, cuya destreza tiene en el orbe todo fama,
y visto su agüero, daremos los dos nuestro parecer
después.
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CALCAS.- Yo do la mano en eso a Edipo,
intérprete famoso de monstruos; él diga lo que le
parece primeramente.
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EDIPO.- |
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No
quiero andar en comedimientos, sino hacer lo que se manda, que yo
desaté el animal de la esfinge diciendo ser símbolo
del hombre, y éste digo que es símbolo evidente de la
mujer y sus propiedades; para lo cual es menester considerar que
este monstruo tiene el rostro redondo de hembra, el pescuezo de
caballo, el cuerpo de pluma, la cola de peje; la propiedad de los
cuales animales se encierra en la mujer, como lo declara este
tetrástico, que servirá de interpretación:
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Es la mejor mujer instable
bola. |
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La más discreta es bestia torpe
insana; |
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aquélla que es más grave, es
más liviana, |
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y al fin toda mujer nace con cola. |
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DELIO.- No consiento tanto vituperio en las
mujeres, ni que se tuerza la hermana interpretación de este
monstruo a las calidades falsas que dice Edipo de ellas.
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EDIPO.- Pues decí vos lo que
entendéis, que yo no alcanzo otra cosa.
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DELIO.- Estas cuatro formas comprendidas en un
cuerpo son símbolo de cuatro elementos en una naturaleza
encerrados; porque el pece simboliza el agua; la pluma, el aire; la
bestia, la tierra; la mujer, el fuego; y en comprobación de
esto dijo Ovidio: las aguas habitan los peces; las aves, el aire;
las bestias, la tierra, y la mujer llamó Terencio fuego
cuando dijo a Fedria: Llégate a ese fuego y no sólo
te calentarás, mas te quemarás.
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PROTEO.- No admito tan simples y peregrinas
interpretaciones, que, pues este monstruo nació en esta
ciudad, no hay que divertir a otra cosa su significación,
sino a cosas de ella, y así entiendo que se debe entender
por esta figura nuestra república, la cual la hacen
monstruosa cuatro cosas: primeramente, mujeres descompuestas, cuyas
galas, apetitos y licencias van fuera de todo orden natural; y la
otra, caballos de cabeza.
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DELIO.- ¿Qué entendéis
[por] caballos de cabeza?
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PROTEO.- Como hay toros de cabeza, hay
también caballos de cabeza y caballos de ingle; de estos
postreros no se trata agora; sólo digo caballo de cabeza,
porque a este monstruo le nace de la cabeza el caballo. La tercera
cosa es plumas de escribanos, letrados y teólogos.
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ALCALDE 1º.- Declaraos en eso, Proteo, que
estoy sentido algún tanto.
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PROTEO.- ¿Qué me miráis de
puntería? Este negocio basta se sienta, no se diga.
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ALCALDE 1º.- ¿Qué significa
el pescado?
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PROTEO.- Maestres y capitanes de naos, cuya
disolución en fletes y cargas son más que
monstruosas, pues habéis de responder a lo que os piden o
perder la hacienda.
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ALCALDE 2º.- Eche agora el sello y remate
el doctísimo Calcas, porque se acabe esta inquisición
de todo punto.
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CALCAS.- Yo siempre he sido consultado en
contingentes bélicos; y siempre han tenido mis presagios
sucesos correspondientes a mis agüeros. Considerando el
nacimiento de este monstruo alcé la figura y
socorrióme en el ascendente de Marte el signo de Piscis; por
lo cual pronostico guerra y navíos, y por las figuras del
monstruo, las prevenciones que debemos tener, porque mujer, caballo
y plumas y pece quiere decir que las mujeres se pongan en cobro y
se aparejen los caballos para huir, y alas para volar, y naos para
navegar, que podrá todo ser menester.
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ALCALDE 1º.- A nada deso tenemos miedo,
buen caballero; nos tenemos en el río galeras bien
reforzadas de gente y municiones, un cubo de matadero que vale su
peso de plata; caminos cerrados que no los abrirá un
botón de cirujano; deso bien podemos dormir a sueño
suelto.
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ALCALDE 2º.- Con todo eso, me parece que
reparemos bien en este monstruo.
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ALCALDE 1º.- ¿Qué hay que
reparar en un parto de un simple?
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ALCALDE 2º.- Muchas veces simples y
borrachos paren cosas dignas de consideración, y si a vuesa
merced le parece, entremos en cabildo y hagamos un acuerdo de todo
lo dicho, de suerte que resulte algo de utilidad común.
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ALCALDE 1º.- No se acuerde agora vuesa
merced de comunidades, que es cosa prolija: éntrense,
señores aríolos, que a el otro cabildo se verá
y acordará bien sobre este negocio.
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