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1.       Aunque este prólogo que iba al frente del segundo tomo, en la primera edición, contiene algunas alusiones al primero, no vacilamos en reproducirlo íntegro, deseosos de conservar una de las más bellas páginas que escribió su autor, la cual explica además, mejor que lo haríamos nosotros, el espíritu que le animaba y la índole de su obra. (N. del A.)

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2.       Granjas.

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3.       De paraje, esto es, de solar conocido; casi equivalente a Hidalgo.

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4.       El espectáculo que ofrecía nuestra patria cuando Piferrer escribía estas líneas, le daba sobrado motivo para lamentarse del desvío con que era mirado todo cuánto constituía la poesía de lo pasado, y para deplorar la tendencia que las ideas filosóficas habían impreso a las inteligencias más superiores, inclinándolas a la uniformidad, y alejándolas del estudio de las antigüedades.

     Hoy, por fortuna, una saludable reacción ha venido a operarse en el campo de las inteligencias; y al restaurarse, desde hace algunos años, los estudios históricos, con un carácter regional y particularista; al fomentarse la afición a los antiguos monumentos, y a los restos arqueológicos; y al aparecer rejuvenecido el cultivo de las literaturas regionales; se ha podido observar en cuál manera habían cambiado las corrientes de la crítica filosófica y artística, y cuánta influencia tenían estas en la propagación de los conocimientos, con relación al arte nacional.

     Modernamente, en estos últimos años, ese movimiento hacia el estudio de lo pasado, se acentuó de una manera visible, con la creación de Corporaciones oficiales, encargadas de velar por los más notables ejemplares del arte de otros días, y la de otras particulares que, con el título de Asociaciones arqueológicas, de excursiones, etc., se dedican a aquella clase de estudios.

     El excursionismo se ha manifestado en España en general, y principalmente en Cataluña, con carácter propio que, aun conservándole la fisonomía del alpinismo extranjero, nos lo presenta como poderoso elemento para fomentar las ciencias. Hoy, gracias a él, una juventud entusiasta e ilustrada se esfuerza en dar a conocer las bellezas artísticas y naturales de nuestro suelo; y propaga, con plausible constancia, las ideas de cultura y las nociones de arte tan necesarias para excitar el cariño a los venerandos restos de las edades pasadas.

     Merced, también, a ese activo trabajo, y al desarrollo de la instrucción pública, van siendo cada día menos frecuentes los actos de vandalismo artístico tan comunes años atrás; y a ejemplo del Gobierno y de las Corporaciones oficiales, se va notando en los particulares, una tendencia a procurar la restauración y la conservación de lo que aún queda en pie.

     No hay duda que a tan feliz resultado han contribuido no poco los hombres que, como Piferrer, Parcerisa y Pi y Margall, en las épocas de general perturbación y de olvido para las glorias nacionales, levantaron su voz conmovida y elocuente que, si de pronto tal vez no fue escuchada, dejó en la tierra la semilla que había de fructificar en el corazón de nuevas generaciones, que en sus producciones aprendieron a estimar lo que valían los recuerdos y las bellezas de la patria. (N. del E.)

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5.       Véase el Apéndice número 1.

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6.       Los notabilísimos adelantos efectuados en estos últimos años, en lo que se refiere a los tiempos llamados prehistóricos y a las primitivas civilizaciones; los descubrimientos antropológicos y lingüísticos; y el hallazgo y examen de monumentos antiquísimos; permiten rastrear algo en el pasado remoto del pueblo español, y en particular, de los países del litoral del Mediterráneo.

     Después de las épocas llamadas prehistóricas, en que acusan la existencia del hombre en nuestro suelo los instrumentos de piedra hallados en diferentes puntos, y otros muy contados restos, dándonos los monumentos megalíticos una idea de un sucesivo progreso, nos hallamos, como primer pueblo histórico, con los iberos, que la mayoría de los autores se inclinan a ver en los ascendientes de los actuales vascos.

     Respecto del origen y filiación de ese pueblo, hácense diferentes conjeturas, relacionándolo algunos con los iberos orientales, o de la actual Georgia, rama del gran tronco Aryo (Fita: El Gerundense y la España Primitiva. -Discurso ante la Real Academia de la Historia, 1879); demuéstranlo con el estudio comparativo del vasco y del ibérico oriental o georgiano, y lo comprueban además con el testimonio de antiguos autores.

     Se admite, por otros, sobre la primitiva raza una influencia semítica; hablando de una primera irrupción de pueblos bajo la denominación general de Chetas, lanzados de las orillas del Nilo cuando, después de haber dominado en el mismo desde el siglo XXII al XVIII antes de J. C., son vencidos por el elemento nacional. Esos pueblos, dicen, se corrieron por la costa N. del África, fundando a Cyrene y Cartago; entraron en la península remontando el Betis y el Ebro, y se extendieron por toda la costa Mediterránea y por las islas occidentales de este mar.

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7.       Mariana coloca esta fundación en el año 227 antes de J. C., 521 de Roma; y Romey en el de 237 y 517 de estas dos épocas.

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8.       �El nombre de Barca no es el de una familia, pues los Cartagineses no tenían tales nombres. Según la analogía de las lenguas y la costumbre oriental, significaba rayo: así a los Escipiones, enemigos de Cartago, los Romanos les llamaban rayos de aquella guerra.� NIEBUHR, Historia Romana.

     �El nombre de Barca (Fulmen) era un sobrenombre personal de Hamílcar, no un nombre de familia, pues no los había tales en Cartago, sino derivados de algunas cualidades o de la semejanza con ciertos animales, etc. HEEREN, Política y Comercio de los pueblos de la antigüedad.

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9.       Todo cuánto sobre este particular dicen Plinio, Estrabón, Pomponio Mela y Tolomeo, se encuentra sabiamente discutido y recopilado en CARESMAR, Carta sobre la mayor población antigua de Cataluña; y en el P. M�. FLÓREZ, tomo XXIV, tratado de la provincia tarraconense, cap. 2.

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