350. Archivo de Aytona.
351. El bellísimo patio de que aquí se habla ha tenido mejor suerte que el resto del edificio, pues conservados sus sillares al derribarlo, han sido últimamente adquiridos por el Sr. Marqués de Casa Brusi, quien ha mandado reconstruirlo en un pabellón del jardín de su quinta en San Gervasio de Cassolas. Allí pueden admirarlo los inteligentes, que han de agradecer al Sr. Marqués esa prueba de ilustración y de buen gusto.
Pueden verse también varios preciosos fragmentos de la fachada en el museo que el Sr. D. Francisco Santacana ha reunido en su casa de Martorell.
352. Floreció este célebre artista aragonés en el siglo XVI y es considerado como uno de los más famosos del renacimiento español.
353. No existe hoy esta casa.
354. Lugar preferente debe señalarse entre los monumentos de carácter civil pertenecientes al estilo ojival, al HOSPITAL GENERAL DE SANTA CRUZ.
Este edificio, tan grandioso para la época en que fue construido, como que aún hoy satisface en mucha parte las necesidades de Barcelona a pesar del aumento de población, traía su origen de un antiguo hospital llamado de'n Colom, edificado por el piadoso canónigo de esta Catedral, Juan Colom, quien en su testamento otorgado en 1229, le legó todos sus bienes. Por escritura de 15 de marzo de 1401, el Obispo y Cabildo de una parte, y los Concelleres y Consejo de otra, convinieron en refundir en dicho hospital los seis que entonces existían en la Ciudad. No tardó en darse principio a la obra actual, pues en 17 de abril del mismo año 1401, con gran solemnidad, pusieron las primeras piedras el Rey D. Martín, la Reina D.� María su esposa, D. Jaime de Prades en representación de D. Martín Rey de Sicilia, y el Obispo y los Concelleres.
Consta de cuatro vastas crujías, separadas por un patio muy espacioso, con pórticos formados por arcos en ojiva, hoy tapiados. Las salas son de gran capacidad y altura. En mayo de 1638, las llamas devoraron una parte considerable del edificio. Anexa y con fachada a la calle, hay una iglesia que se cree coetánea del hospital, pero que ha sido muy desfigurada por reparaciones posteriores.
SIVILLA. -Apuntes históricos sobre el Hospital de Barcelona (Memorias de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, tomo III).
355. Según PI Y ARIMÓN (Barcelona antigua y moderna pág. 409) la fecha del comienzo de la obra debe fijarse más adelante y la de su terminación no puede ser anterior a 1398, supuesto que en este año se continuaba y era el maestro de la fábrica Pedro Zabadia.
356. A pesar de los continuos derribos de casas que se han venido haciendo en Barcelona, mayormente en estos últimos años, quedan todavía en pie algunas que se remontan a la Edad media, y otras en las cuales las sucesivas modificaciones no han podido borrar algunos detalles, que revelan la suntuosidad y riqueza de las antiguas y renombradas viviendas, de la ciudad condal. Menudean en la parte del casco antiguo, llamada de Ribera, y en particular la calle de Moncada ofrece un conjunto de edificios, verdaderos palacios, donde queda un vivo y brillante recuerdo de la vieja Barcelona. Una de las más espaciosas de esas casas es la llamada de Dalmases, en la cual se ve la magnífica escalera, cuyo grabado publicamos, que pertenece ya a la época del renacimiento. Consta de un solo tramo apoyado en el fondo de la entrada, paralelo a la fachada. El antepecho se halla adornado con un alto relieve, figurando genios marinos, de un vigor y belleza extraordinarios. En el centro se apoya una columna salomónica elegantemente adornada con follaje, sobre la cual cargan a su vez los dos arcos que van a descansar en otras dos columnas iguales empotradas en el muro. Es un ejemplar precioso que acusa la opulencia de las antiguas familias catalanas y da una idea de nuestro pasado esplendor.
357. Para completar y rectificar en algún punto, los datos históricos que siguen, véase la Crónica del mismo Rey D. Pedro, publicada en Barcelona en 1850 por D. Antonio de Bofarull.
358. Eran los újeres pesadas embarcaciones que se colocaban en el centro de la línea. Son conocidas con el nombre de Usceria o Uscheria, navegaban a remo y vela, y aunque destinábanse principalmente para transportar caballos, también aquellas disformes galeazas servían para los combates fortificándolas con castillos redondos. El leño, llamado lembus o lignum en la baja latinidad, fue buque propio del Mediterráneo, muy apto para el corso; y la nave, embarcación la mayor de todas, no usaba de remos, pues su construcción y costado indican que servía para viajes remotos.
359. El texto de este capítulo es debido a la pluma de D. Francisco Pi Margall. Los anteriores son de Piferrer.
No vacilamos en publicarlo íntegro, con objeto de que se pueda formar claro concepto de Barcelona monumental en la época a que se refiere; razón por la que prescindimos de anotarlo, remitiendo al lector a lo dicho en el decurso de la obra, y al capítulo adicional, en lo relativo a todas las modificaciones que los tiempos posteriores han introducido en Barcelona.