Estación prehistórica de Badajoz
Luis Villanueva
Correspondiente
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Cumplo con mi deber dando cuenta á esa Real Academia de un descubrimiento que pudiera ser importante para la historia del hombre primitivo.
Hay en el término de esta ciudad varios montículos, llamados en este país Turruñuelos; y entre ellos fijó mi atención el que existía en mi dehesa de la Pestaña, por su forma y situación topográfica. En medio de un campo de cereales casi plano, con un diámetro de 33 metros en su base y una altura de 3 á 4 metros, revelaba ser artificialmente formado. Sus muchas piedras y las que hay rodadas en sus inmediaciones, mezcladas con algunos ejemplares de mineral y escoriales, parecían indicar el desplome de algunos edificios, ó tal vez la explotación abandonada de alguna mina.
Excitada mi curiosidad, emprendí, hace años, la investigación, atravesando el montículo por el centro, pero sólo encontré muchas piedras calcinadas, huesos humanos y algunos de animales; más no hallando ni piedras labradas, ni monedas, ni objeto alguno de metal, supuse que se habría librado allí alguna batalla en tiempos remotos, amontonando los cadáveres y cubriéndolos con tierra y piedra; y que formado así aquel montículo, iría aumentándose después con la natural depresión de los terrenos laborables.
Pero no abandoné del todo mi primitivo plan, y necesitando piedra para la construcción de una cerca, la mandé sacar del montículo. Cuando se habrían extraído unas cien carretadas sin hallar más que pedazos de huesos empezaron á encontrarse restos de vasijas de barro y algunos objetos curiosos. Mandé entonces que se llevara con cuidado la excavación y que se cribara la tierra para que no se perdieran los objetos pequeños, recogiendo con el mayor esmero en mi casa de campo todos los que se hallaron, y formando con ellos un pequeño museo que hoy contiene más de 300 de aquellos en piedra, barro, huesos, minerales y objetos de cobre; cuya relación es la siguiente:
—380→Piedra
- Dos hachas de jade, en bruto.
- Quince hachas afiladas, de diversas formas y tamaños, de la misma clase de piedra.
- Siete gubias de diorita, enteras y partidas.
- Una afiladera pequeña con ranura en medio y bien labrada.
- Una afiladera más grande.
- Dos raspadores de pedernal, uno negro y otro rojo.
- Un pico ó gubia grande.
- Treinta trituradores con sus manezuelas.
- Doce piedras redondas como para el uso de las hondas.
- Tres piedras de mano, de uso desconocido.
- Ocho puntas de flecha de pedernal negro y rojo.
- Dos cucharas de piedra.
Huesos
- Una aglomeración ó brecha huesosa, de huesos petrificados.
- Noventa y cinco, enteros y partidos, de diversos tamaños.
- Ocho medias mandíbulas.
- Seis huesos molares muy grandes.
- Diez y seis colmillos de diversos tamaños.
- Doce conchas.
- Un asta entera, como de ciervo.
- Dos agujas de hueso muy finas.
- Catorce puntas de flecha, de hueso.
Cerámica
- Dos ollas grandes, una fina y otra basta.
- Un colador con nueve agujeros.
- Seis vasos medianos al parecer crisoles.
- Seis más pequeños al parecer crisoles.
- Pedazos de tinajas y cacharros bastos y finos.
De cobre
- Varios escoriales de este metal.
- Dos lanzas ó moharras, grandes, afiladas y bien hechas.
- Una azagaya, venablo ó jabalina, con mango largo.
- Un cuchillo.
- Una sierra pequeña.
- Dos espátulas.
- Un hacha gruesa y moldeada.
Varios
- Doce piezas de piedra y barro con agujeros en los extremos.
- Varios trozos de carbón fósil.
- Treinta y nueve ejemplares de mineral de cobre, de hierro y de manganeso.
- Trece piedras de almagre, bermellón y ocre, que tal vez servirían para pintarse la piel.
- Un pedazo de teja gruesa con labores salientes ó externos en forma de eslabones, que pudiera ser pintadera.
- Por último una figurita toscamente construída, que parece representar á un niño sentado.
No se ha encontrado hasta hoy ninguna habitación completa, sino ruinas de edificios construidos con piedras sueltas, sin trabazón y sin cimientos; pero se han hallado dos hornos con parte de sus bóvedas de piedra, algunas cenizas y trozos de carbón fósil. Como en estos terrenos miocenosilúricos abunda la piedra caliza, si los hornos se calentaban, como parece probado, se convertirían aquellas en cal, hundiendo las bóvedas, y como ignoraban su uso para la construcción, se encuentra aquella en muchos sitios suelta y mal apagada.
Difícil es determinar la época y el objeto de esta antiquísima construcción, mientras no lo aclaren nuevas exploraciones que proyecto; por la mucha piedra suelta que se ha sacado parece ser un castro antiquísimo; pero me inclino a creer más bien que se —382→ trata de una estación cuprolítica y minera perteneciente al segundo período de la Edad de piedra y del principio de la Edad del cobre, sin que se haya encontrado nada de bronce ni de hierro. Este no supieron sin duda fundirlo, aunque tenían á mano los minerales; y para mayor comprobación de esta sospecha, se halló una bola ó machacador mal fundido.
Apunto esta idea como impresión á la vista del monumento y de los objetos encontrados, pues sólo de un estudio más detenido y de nuevos datos se puede deducir la probable verdad protohistórica.
Si la Academia considera de alguna importancia el descubrimiento, continuaré dándole cuenta del resultado de las exploraciones, y mandaré dibujos de los objetos más notables, sintiendo no tener la suficiente instrucción para determinar el relativo valor arqueológico de los encontrados, pero ofreciendo á nuestra respetable Corporación guardar con el mayor esmero cuantos aparezcan, que puedan ilustrar la importancia del descubrimiento.
Badajoz, 18 de Marzo de 1894.