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Abajo

Esto sí que es negociar

Tirso de Molina



PERSONAJES
 

 
EL DUQUE DE BRETAÑA.
ROGERIO.
LEONISA,    serrana.
CLEMENCIA,   dama.
ENRIQUE,   Conde.
PINARDO.
CARLÍN,   pastor.
FIRELA,   pastora.
ALBERTO.
FILIPO.
MARGARITA,   Duquesa.
Criados.
Un PAJE.
Acompañamiento.
 

La escena es en Nantes y sus inmediaciones.

 




ArribaAbajoActo I

 

Campo entre la casa de ROGERIO y la de LEONISA.

 

Escena I

 

LEONISA y ROGERIO, de camino.

 
ROGERIO
Sin quitarme las espuelas,
mi bien, en tu busca vengo.
¿Cómo estás? Mas ¿qué pregunto?
¿Cómo estará el campo ameno
cuando es su huésped el mayo,5
el sol del eclipse lejos,
la luna en su exaltación,
sin nubes ni aires el cielo?
Abril de hermosuras te hallo,
sol hermoso a verte vuelvo,10
luna ¡ay Dios! no seas menguante,
cielo de milagros lleno.
infinidad de hermosura
te dejé, y a verte vuelvo
más hermosa. ¡A lo infinito15
añades, mi bien! ¿Qué es esto?
Poco mi ausencia has sentido.
mira el rigor de mis celos,
que deseo hallarte hermosa,
y porque lo estás, lo siento.20
¿Haste acordado de mí?
LEONISA
Bachiller venís, Rogerio;
si enseña París lisonjas,
de escolar volvéis maestro.
Amábades antes más,25
y hablábades antes menos:
¡Huego de Dios en amor
con vicio de lisonjero!
Por acá lo hemos pasado,
las noches hilando al fuego,30
los días labrando al sol,
ya en consejas, ya en consejos.
Hámelos dado, y no pocos,
de que iguale pensamientos
a mis posibilidades,35
porque es soberbia quereros.
Vos hidalgo, yo villana,
vos hijo de nueso dueño,
Yo su vasalla y pechera,
yo simple, vos trapacero,40
¡concertadme esas medidas!
Bien sabe Dios lo que he hecho
por rempujaros del alma;
pero vos, quedo que quedo
¡cuántas veces me acosté45
con último presupuesto
de amanecer sin cuidados:
y ruciando el aposento,
con agua bendita, dije:
«Amor engañoso, arredro;50
que debéis de ser el malo
en lo sutil y lo inquieto»;
Y tornándome a acostar,
hallaba los ojos llenos
del agua, si no bendita,55
¡más salada que ella al menos!
¿De qué sirvió el derramarla,
si hallé por el caso mesmo
cada pestaña un guisopo,
cada ojo una pila vuelto?60
Despierta, en fin, os echaban
mis propósitos del pecho;
mas por no cerrarle bien,
os entrábades durmiendo.
Yo en echarle, él en volverse,65
canséme, en fin, y dejelo;
porque en dando en cabezudo
Amor, saldrase con ello.
Veis aquí en lo que he pasado
todo este prolijo invierno,70
que vos allá entre escolares
habéis revuelto cuadernos.
ROGERIO
Bien le llamaste prolijo,
pues siendo siglos eternos
sus noches, y yo sin ti75
lo que Noruega sin Febo;
todo él ha sido una noche,
y en ella mi amor enfermo
con ansias por este día,
a cuya luz amanezco.80
LEONISA
¿Habéis estudiado mucho?
ROGERIO
Todo amante verdadero
es, mi Leonisa, estudioso.
Libros son sus pensamientos,
hojas en la multitud,85
que repasando desvelos
en letras de sus cuidados,
más estudia y sabe menos.
LEONISA
¡Malos años, y qué bien
lo sabéis decir!
ROGERIO
Lo siento
90
mejor, dirás con verdad.
¿Qué hay en la sierra de nuevo?
LEONISA
Parió la del herrador,
y enviudó la del barbero.
ROGERIO
Eso poco me hace al caso.95
LEONISA
Pues ¿qué quieres saber?
ROGERIO
Quiero,
en fe que te quiero mucho,
saber quién te quiere.
LEONISA
¡Bueno!
yo os juro a fe serrana,
que hay más de dos en el pueblo,100
y más de tres en el valle,
y al rededor más de ciento,
que a mi padre me han pedido;
y él, como está medio ciego,
medio sordo, y enfadoso105
no medio, sí todo entero,
no hace son predicarme
que acabe de darle un yerno,
y escoja entre todos uno,
que al año le dé dos nietos.110
ROGERIO
No tienes el gusto tú
a serranos toscos hecho;
que esa alma erró el hospedaje
cuando entró a vivir tu cuerpo:
tu elección toda es hidalga:115
LEONISA
Decís verdad, y aun por eso
hay en la comarca amante
mozo, rico y caballero.
ROGERIO
¿Es Filipo?
LEONISA
A la primera
lo acertaste.
ROGERIO
¿Cierto?
LEONISA
Cierto;
120
y a fe que si se llevara
Amor por negociadero,
que lo ha apretado de modo,
que a no tener yo tan tieso,
según los percuradores,125
ya amor fuera matrimeño.
Vueso padre me pidió
al mío para él, y el viejo,
como le sirve, no supo,
si dar su consentimiento.130
Llamome la misma noche,
y con los brazos al cuello,
me dijo: «Leonisa mía,
mucho es lo que a Dios debemos.
De Inglaterra te truje135
a Bretaña, y por sucesos
que por no desconsolarte
te conviene no saberlos,
pastor sin serlo me hice;
que el temor y el escarmiento140
allanan dificultades,
y dan oficios diversos.
Quince años ha que he servido
a Pinardo, dueño nueso,
restaurando por leal145
descréditos de extranjero;
Filipo ha reconocido
en ti, a pesar de groseros
estorbos, alma curiosa,
y bien nacidos respetos150
para su esposa te pide,
mi señor es su tercero,
la vejez mi muerte anuncia,
y pueden mucho sus ruegos.
No te amilanes por ver155
que es un pobre ganadero
tu padre, y tu dote humilde
tres bueyes y cien borregos;
que para el paso en que estoy,
que los blasones soberbios,160
no de Filipo, del Duque
que en Bretaña tiene el cetro,
si te igualan, no aventajan
al ilustre nacimiento
que trabajos y peligros165
en ti disfrazan molestos.
Coge, pues eres discreta,
la ocasión por los cabellos,
y siendo su esposa, estima
en mí el haberte dicho esto.»170
Respondile yo turbada:
«Padre, dado que agradezco
la confusa información
que en mi abono heis descubierto:
no creáis que lo ignoraba,175
que mis nobles pensamientos,
desmintiendo los sayales,
que era noble me dijeron.
De tres años vine aquí;
Diez y ocho solos tengo;180
no quiero mal a Filipo,
ni bien tampoco le quiero.
Mientras no peinare canas,
y vos vivís, haga el tiempo
de su oficio, y desé ese hidalgo185
que si el amor es deseo,
cuanto más presto se alcanza,
se estima después en menos;
que joya que cuesta poco,
diz que se aborrece presto.»190
Iba el viejo a replicarme;
pero dejéle con esto,
así, debe ser «desee».
y vine a pagar albricias
al alma que llegó a veros;195
que ella misma adivinó
que no era posible en medio
de tormenta tan mortal
no aparecerse San Telmo.
ROGERIO
¿Hay discreción más sabrosa?200
En esta mano que beso
cifro las ponderaciones
de un firme agradecimiento.
Nunca tuve duda yo
de que eres noble; que el cielo,205
aunque disfrazado en nubes,
muestra lo que es al discreto.
¿Qué importa que sierras vivas,
si muestra tu entendimiento,
aunque en sencillas palabras,210
la alteza de sus conceptos?
Más rico es que yo Filipo;
mas no, mi bien, en deseos,
que durarán hasta tanto
que seas el gozo dellos.215
LEONISA
Soy serrana.
ROGERIO
El oro lo es,
LEONISA
Sois noble.
ROGERIO
Porque te quiero.
LEONISA
Soy forastera.
ROGERIO
Eslo el sol.
LEONISA
Soy constante.
ROGERIO
Pues por eso.


Escena II

 

PINARDO, LEONISIA y ROGERIO.

 
PINARDO
¡Rogerio!
ROGERIO
¡Padre y señor!
220
PINARDO
¿Tú aquí? Pues ¿tan descansado
llegas, que buscas el prado?
¿No fuera en casa mejor?
¡Sin descalzar las espuelas!
¡Sin reparar lo que abrasa225
la siesta!
ROGERIO
No te hallé en casa;
que siempre el sueño desvelas
por mirar tus granjerías:
en busca tuya salí;
encontré a Leonisa aquí;230
díjome que ya venías;
afírmame que se casa,
por orden tuya, muy bien,
y dábale el parabién
mientras tornabas a casa.235
PINARDO
Si he de creer en señales
que con excusas previenes,
Rogerio, esos parabienes
los juzgas tú paramales.
Filipo nuestro vecino240
a Leonisa tiene amor;
hízome su intercesor
y a hablarme para eso vino;
que puesto que es desigual
el casamiento que intenta,245
bellezas Leonisa aumenta
que son su dote y caudal;
Pues juzga la juventud,
si amor de límites sale,
que a la riqueza equivale250
la hermosura y la virtud.
Tú seas muy bien venido;
éntrate, Leonisa, allá.
No salga Filipo acá,
que con ojos de marido255
te mira, y son diferentes
que los ojos del galán;
Pues cuando ocasiones dan
amorosos accidentes
a un amante desvelado,260
puesto que paciencia tenga,
hay quien dice que se venga
después que se ve casado,
LEONISA.
Hasta agora, señor mío,
¿de qué se puede quejar,265
si el sí le tengo de dar,
y ése estriba en mi albedrío?
PINARDO
Diole tu padre por ti,
y tú estás sujeta a él.
LEONISA
Pues despósese con él270
Filipo, y déjeme a mí;
que si me hicieron los cielos
serrana, la seda olvido
y yo no quiero marido
que se entra en casa por celos.275
 

(Vase.)

 


Escena III

 

PINARDO y ROGERIO.

 
PINARDO
Rogerio, estímate en más;
Leonisa no te merece;
la hermosura desvanece;
sabio me dicen que estás;
y el sabio en las ocasiones280
sabias resistencias cría:
no ostentes filosofía,
si no resistes pasiones.
Ya Leonisa está casada;
¿qué es lo que pretendes della?285
ROGERIO
Si porque hablaba con ella,
esa sospecha excusada
a reprenderle te obliga,
culpa, señor, tus engaños,
y Filipo muchos años290
la goce, y su amor prosiga;
que yo con otros desvelos...
PINARDO
No digas más; esto ha sido
dejarte sólo advertido.
ROGERIO

 (Aparte.) 

¡El primer encuentro es celos!295
PINARDO
¿Graduástete en París?
ROGERIO
Con aplauso universal;
fue el concurso general,
honrome la flor de lis.
Dicen exageraciones300
varias alabanzas mías;
tuve en escuelas tres días
tres diversas conclusiones.
De cánones y de leyes,
señor, las primeras fueron,305
y agradables asistieron
a autorizarlas los Reyes.
Tuve de filosofía
las segundas: la alabanza
propia poca fama alcanza;310
no he de exagerar la mía;
mas dígalo el envidioso;
que dél la quiero fiar:
rótulos haz trasladar,
que en ellos el prodigioso315
me llaman, donde ver puedes,
porque más honras me apoyen,
que si las paredes oyen,
ya hablan por mí las paredes.
De toda la teología320
las terceras sustenté,
y tan noble este acto fue,
que duró por todo el día.
Salí en hombros de maestros
por las calles laureado,325
después que recibí el grado
del decano de los nuestros;
y en fin, llegué a tanta estima,
que los que más me envidiaban,
por claustros después me daban330
las tres cátedras de prima.
Enviásteme a llamar
para cosas de importancia,
dejé la corte de Francia,
y al vulgo que murmurar;335
y en fin, vengo a tu presencia,
donde podré defender
que el saber obedecer
es la más perfepta ciencia.
PINARDO
De más consideración340
es el cargo que te espera,
que cuantos darte pudiera
París en tu profesión.
Si el venir juzgas a agravio,
verás en distancia corta345
cuánto, Rogerio, te importa
ser en esta ocasión sabio.
No te quiero decir más,
por darte junto el contento.


Escena IV

 

CARLÍN, dichos.

 
CARLÍN
¡Verá el acompañamiento350
que traen delante y detrás!
PINARPO
¿Qué es eso?
CARLÍN
Que se desliza
acá el Duco y sus vasallos,
y con mulas y caballos
mos destruyen la nabiza.355
ya se apea en el zaguán
de casa la gente toda,
a fe que viene de boda,
PINARDO
Si aquí los Duques están,
por ti vienen: ven, y anima360
tu valor.
ROGERIO
Declara más
tus palabras.
PINARDO
Hoy sabrás
el alma de aqueste enima.
 

(Vanse PINARDO y ROGERIO.)

 
CARLÍN
¡Verá que engorgollotada
la hermana Duca venía!365
Carlancas crô que traía,
según que la vi espetada.


Escena V

 

FIRELA y CARLÍN.

 
FIRELA
¿Hay más roído y tropel?
¡Malos anos para ella,
y cuál viene la doncella370
guarnecida de oropel!
¿Acá estabas tú, Carlín?
CARLÍN
Acá estó. ¿Viste la dama?
FIRELA
Trabajo tendrá quien la ama,
con tanta ropa y botín.375
CARLÍN
Dad al diabro la mujer,
que gasta galas sin suma;
porque ave de mucha pluma
tiene poco que comer.
FIRELA
Ya parece que despuntas.380
CARLÍN
El que la llegue a abrazar,
por fuerza se ha de picar,
según la guarnecen puntas.
¡Pues el carro en que venía...!
FIRELA
Ésa se llama carroza.385
CARLÍN
¿Nombre le dan de coroza?
Debe ser en profecía;
porque ninguna carreta
déstas, aunque tachonada,
escapa de encorozada390
por lo que tien de alcahueta.
Mas vó a verlos, a que están
aquí.
FIRELA
¿Para qué?
CARLÍN
Dijoren
los que el Duco acompañoren,
que ambos son de mazapán.395
 

(Vase.)

 


Escena VI

 

LEONISA y FIRELA.

 
LEONISA
¡Ay Firela! Muerta vengo.
Si supieras las desgracias
que tras el pasado bien
mis tormentas acompañan,
cuán de ordinario se sigue400
tormenta tras la bonanza,
tras la serenidad, nubes,
y tras los contentos, ansias,
¡qué lástima me tuvieras!
No ha un instante que colmaba405
el corazón de alegrías,
la voluntad de esperanzas;
ya mi paz se volvió guerra
mi buena suerte trocada,
lutos ya mis regocijos.410
¡Ay cielos!
FIRELA
Pues bien, ¿qué pasa?
LEONISA
¿Viste venir a Rogerio
añadiendo al mayo galas,
gentilezas a esta sierra
y envidias a su alabanza,415
el más sabio de París,
más noble desta comarca,
más bizarro deste reino,
más firme de cuantos aman?
FIRELA
Vile, y dile bienvenidas.420
Pues, ¿qué hay de nuevo?
LEONISA
¡Ay serrana!
Agravios de mis desdichas,
rigores de sus mudanzas.
FIRELA
¿Mudóse?
LEONISA
Peor, Firela.
FIRELA
¿Es muerto?
LEONISA
Poco le falta,
425
si se va y no ha de volver,
si, en fin, me olvida y se casa.
FIRELA
Vuelve en ti, serrana hermosa.
¿Qué dices? Si no es que agravias
tu cordura, nunca afirmes430
cosas en sí tan contrarias.
¡Hoy venido, y hoy ausente
Rogerio! Apenas se aparta
de ti perdido de amores,
¡y ya ajenas prendas trata!435
No lo creas.
LEONISA
¡Ojalá
que locuras me engañaran,
a trueque que no salieran
verdaderas mis desgracias!
Estaba contenta yo440
de que siendo su vasalla,
de Pinardo sucesor,
aunque noble su prosapia,
imposibles prometía,
y pagándome en palabras,445
en sabrosas dilaciones
mis deseos dilataba;
que aunque nunca se cumplieran,
difíciles esperanzas
voluntades entretienen,450
y desengaños los matan.
Mi Firela, aquéstos lloro:
llegó el Duque de Bretaña,
con Clemencia su sobrina
y toda su corte, a casa,455
Fueron Pinardo y Rogerio
a darle la bien llegada...
¡Quién pensara tal desdicha!
Siempre es necio el ¿quién pensara?
Apenas llega Rogerio,460
cuando amoroso le abraza
y por hijo le confiesa
el Duque, bañando canas
tributos del corazón.
Toda la gente se espanta;465
Pinardo le llama Alteza,
Clemencia esposo le llama.
Húbole, según dijeron,
Carlos Duque en una dama
cuya nobleza publica,470
puesto que su nombre calla.
Crióle (por no dar celos
a Isabela, que Dios haya,
del Duque Carlos esposa)
Pinardo en estas montañas;475
por padre le respetó;
mas ya que viudo repara
dificultades el Duque,
hasta agora receladas,
y la Duquesa sin hijos480
hospedajes desampara
del cuerpo, que a sus principios
se vuelve, volando el alma;
clausuras rompe el secreto,
y toda lenguas la fama,485
hijo natural publica
a Rogerio. ¡Cosa extraña!
Grave admite parabienes,
y como si no ignorara,
desde el día en que nació,490
dichas, para mí desgracias.
sin causarle este contento
turbación, muestra en la cara
que al sabio y al generoso
no le alborotan muclanzas.495
En fin, le lleva consigo
el Duque, y enamorada
Clemencia (si he de creer
celos que todo lo alcanzan)
a un Conde llamado Enrique500
que con esperanzas falsas
ser su esposo pretendía,
y al viejo Duque acompaña,
olvida, desdeña, ofende,
martiriza, hiela, abrasa,505
niega, desprecia, despide,
injuria, despulsa y mata.
Todo esto he visto en su rostro.
Que las colores desmaya
que bosquejaba el contento510
y ya su muerte amenazan.
¿Qué he de hacer Rogerio Duque,
viudas ya mis esperanzas,
Clemencia triunfando dellas
yo por pastora olvidada,515
él a su padre obediente,
amor con mayores llamas,
quiméricos mis deseos,
él sin amor, yo sin alma?
FIRELA
Olvidar, Leonisa hermosa,520
y advertir que eres serrana,
y Rogerio nueso Duque;
que diz que amor no tien alas
para alcanzar imposibles,
ni jamás mide distancias,525
por más que alegues ejempros
que deste modo se apartan.
Filipo es noble y es rico,
y si Rogerio no iguala,
pues por esposa te pide,530
no es la contrayerba mala.
Ama a quien te quiere bien:
olvida pues eres sabia;
desprecia a quien no te quiere,
y un clavo con otro saca.535
LEONISA
¡Qué bien receta remedios
la voluntad que está sana,
Firela, a la que está enferma!
Fácil olvidar me mandas;
pero ¿dónde está ese olvido?540
Quítale al mar toda el agua,
y pasarasle a pie enjuto:
los celos diz que se llaman
provisión de la memoria;
celosa y enamorada,545
¿cómo quieres tú que olvide?
FIRELA
Acá se acerca la dama
con un hombre.
LEONISA
Ése es Enrique.
FIRELA
Pues, Leonisa, o vete, o calla.
LEONISA
¿Cómo podré?
FIRELA

 (Yéndose.) 

¿Qué sé yo?
550
LEONISA
Pues ¿vaste?
FIRELA
A ver lo que pasa
allá; que no quiero ser
testigo aquí de tus ansias.
 

(Vase.)

 


Escena VII

 

ENRIQUE y CLEMENCIA, LEONISA, que se queda oculta escuchando.

 
ENRIQUE
Entre tanto que recibe555
Rogerio los parabienes
de lisonjeros, y vive
una esperanza que tienes
casi muerta en mí, apercibe,
Clemencia, obsequias funestas560
de mi suerte triste fruto,
si ya no te son molestas;
que sí serán, pues mi luto
no viene bien con tus fiestas.
¡Ay prima! (que no me atrevo565
a darte nombre de dama,
mientras a los rayos pruebo
de mi amor que es todo llama
tu fe), el regocijo nuevo
conozco con que ya estimas570
al pupilo de Pinardo,
a quien con tu amor animas,
y del gran Duque bastardo,
en tus ojos legitimas.
Casarle el Duque pretende575
contigo; y sin resistencia
el valor, que en ti se ofende
atribuirás a obediencia
la inclinación que te enciende.
Darás el sí con la mano,580
porque el alma te dedique
hoy un Duque, ayer villqno;
ya habrás olvidado a Enrique;
ya le juzgarás tirano
de tus gustos; ya en tus ojos585
rigores deletrearé,
si antes risueños despojos;
ya quien blanco de amor fue,
lo será de tus enojos.
Muere mi amor donde nace590
el de Rogerio, Clemencia;
es Duque, y te satisface,
y darasme por sentencia
que todo lo nuevo place.
CLEMENCIA
Enrique, ¿qué has visto en mí595
para culparme indiscreto?
ENRIQUE
Almas en tus ojos vi
transformadas en objeto
villano.
CLEMENCIA
Si hablas ansí,
desacreditas cuidados600
en ti siempre comedidos,
y agora demasiados.
ENRIQUE
Nunca entre los ofendidos
son los celos bien criados.
Pero pues vuelves por él,605
¿qué más certidumbre buscan
mis penas, prima cruel?
CLEMENCIA
Las quimeras que te ofuscan,
como vienen de tropel.
no te dejan discurrir:610
sosiégalas poco a poco;
que si es de cuerdos sentir,
todo arrojamiento es loco,
y no digno de sufrir.
¿Qué favores hasta agora615
a Rogerio ves que he dado,
que así mi fe se desdora?
El Duque le ha confesado
por su heredero, y le adora:
lleguéle el pláceme a dar620
por hijo suyo y mi primo,
sabio y digno de admirar;
porque yo no desestimo
quien de mí se quiere honrar.
Ofrecióle que sería625
mi esposo el Duque; es ansí:
¿Dije yo que lo admitía?
¿Dile agradecida el sí?
¿Mostré en oírlo alegría?
¿Con qué livianos favores630
le honré, que tanto te espantas,
y me atribuyes rigores?
¿Ves, primo, cómo adelantas
antes de tiempo temores?
ENRIQUE
¿Luego no le quieres bien?635
CLEMENCIA
Quiérole como a mi primo.
ENRIQUE
Y como a amante también.
CLEMENCIA
Estímame, pues te estimo;
que no todo lo que ven
ojos nobles lo apetecen.640
LEONISA

 (Aparte.) 

¡Ay si esto fuese verdad!
ENRIQUE
Sospechas me desvanecen:
pero si en esa beldad
mis dichas se fortalecen,
a tu ilustre resistencia645
trofeos labre mi amor.
Mas él vuelve a tu presencia.
¡Ay! Si te hallase rigor,
fueras para mí Clemencia.


Escena VIII

 

ROGERIO, CLEMENCIA, ENRIQUE y LEONISA, escondida.

 
ROGERIO
Hame mi padre mandado,650
bella señora, que asista
de ordinario a vuestra vista,
porque conoce el cuidado
que me causa estar ausente,
y darle gusto deseo,655
por lo mucho que granjeo,
siéndole en esto obediente.
CLEMENCIA
Débole yo, gran senor,
tanto al Duque, que procura
aumentos de mi ventura660
con vuestro...

 (Aparte.) 

Dijera amor,
a no estar Enrique aquí.
¡Qué apacible gallardía!
ROGERIO
Cuando de la suerte mía,
que quiere mostrar en mí665
el poder con que me ampara,
otra dicha no tuviera;
cuando ilustre no naciera,
y a Bretaña no heredara:
indicios he visto claros670
de lo mucho que le debo,
pues por su causa me atrevo...
iba a decir, a adoraros;
pero juzgareisme loco,
si sois también de opinión675
que la amorosa pasión
se introduce poco a poco.
LEONISA

 (Aparte.) 

¡Ay alma! ¿No escucháis esto?
Murió mi esperanza aquí.
¡Que me haya olvidado ansí!680
¡Que se enamoró tan presto!
¡Amada y aborrecida
en un instante! ¡En un punto
mi amor nacido y difunto!
¿Él ingrato y yo sin vida?685
Troqué dichas por enojos:
Toda soy penas.
ENRIQUE

 (Aparte.) 

Por Dios,
que en mirándose los dos,
se despulsan por los ojos.
CLEMENCIA

 (A ROGERIO.) 

Mandóme el Duque mi tío690
deciros cierta advertencia.

 (A ENRIQUE.) 

Conde, con vuestra licencia.
ENRIQUE

 (Aparte.) 

Alto, desengaño mío,
apercibid sepultura
a mi esperanza, que ya695
indicios de muerte da.

 (Retírase, y quédase al paño.) 

ROGERIO

 (Aparte.) 

Aunque divertir procura
la memoria mi cuidado
de Leonisa, a la presencia
bellísima de Clemercia,700
bien podrá mudar de estado;
mas de amor es imposible.
CLEMENCIA
Mandáme el Duque, en efeto,
deciros que en el objeto
de vuestro talle apacible...705
no me ha dicho el Duque nada;
que si secretos fingí,
fue para apartar de aquí
quien os compite y me enfada.
ROGERIO
Si es amor entre los dos710
antigua correspondencia...
CLEMENCIA
Fuelo; mas no hay competencia,
Duque gallardo, con vos:
los suyos fueron ensayos
deste amor ya verdadero.715
LEONISA

 (Aparte.) 

Yo me abraso, yo me muero.
ENRIQUE

 (Desde donde está acechando.) 

¡Oh celos, de amor desmayos,
de mi muerte exploradores!
ROGERIO
No ha mucho que fui villano;
si me atreviese a esta mano720

 (Tómasela.) 

aumento de mis favores,
ya veis que me da licencia
nuestro proverbio vulgar.
LEYONISA

 (Aparte.) 

¿Que se la dejó besar?
Seso, adiós; adiós, paciencia.725

 (Sale, y apártales las manos, metiéndose en medio, como que busca en el suelo algo.) 

Con su licencia, señora;
que se me perdió un zarcillo,
dádiva de mi carillo,
y le ando buscando agora.
CLEMENCIA
¿Qué es esto? Apártate allá,730
grosera.
LEONISA
¡Válgame Dios!
¿Tan delgados son los dos?
ROGERIO

 (Aparte.) 

¡Ay mi bien!
LEONISA
Hágase acá;
que ancia aquí se me cayó.
ENRIQUE

 (Aparte.) 

¡Oh serrana más discreta735
que yo!
LEONISA
Cuando aquí me meta,
¿no estoy en mi casa yo?
Cada cual mande en la suya.
ROGERIO

 (Aparte.) 

¡Ay Leonisa de mis ojos!
Autor soy de tus enojos;740
no ha mucho que prenda tuya
me llamabas: soy ya Duque;
por fuerza te he de olvidar.
LEONISA
¿Qué piensa? Hele de buscar,
aunque la casa trabuque.745
CLEMENCIA
Rústica, ¿sabes quién soy?
LEONISA
Una mujer, cuando mucho,
con gorguera y cocurucho.
Veré agora...
ENRIQUE

 (Aparte.) 

Muerto estoy,
celos me abrasan el pecho.750
ROGERIO
Apartaos, señora, aquí.
 

(Apártanse ROGERIO y CLEMENCIA a un lado.)

 
LEONISA

 (Aparte.) 

Busco un alma que perdí,
y que es en vano sospecho.
ROGERIO

 (A CLEMENCIA.) 

Sois perfección de los cielos,
sois cifra de su esplendor.755
LEONISA

 (Aparte.) 

Buscan mis penas amor,
y todo cuanto hallo es celos.
CLEMENCIA
Creed, Rogerio gallardo,
que en un hora habéis podido
engendrar amor y olvido...760
ENRIQUE

 (Aparte.) 

Desdichas, ¿qué más aguardo?
CLEMENCIA
Olvido de cierto amante
que es vuestro competidor,
y en la privanza de amor
estuvo muy adelante;765
y amor, por lo que os estimo
después que gustos mejoro;
que sobre el amor que es oro,
es esmalte el ser mi primo.
ROGERIO
Dadme a besar esa mano,770
que tanto favor me da.
LEONISA
¿Otra vez? Hágase allá.

 (Vuelve a separarlos.) 

CLEMENCIA
¿Hay proceder más villano?
¡Bárbara!
LEONISA
¿Bárbara yo?
No soy, aunque caritiesa,775
ni Bárbara ni Teresa:
Sí Leonisa.
CLEMENCIA
Aparta.
LEONISA
¿Yo?
Apártese ella; que aquí
nenguno puede mandar,
sí yo, y tengo de buscar780
diez años lo que perdí.
CLEMENCIA
¡Vive el cielo, malcriada...!
LEONISA
¿Malcriada? Por su vida,
más gorda soy y cumprida
que ella. ¡Verá la empringada!785
ROGERIO
No hagáis caso, dueño mío,
de simplezas de la sierra:
dejalda, que en fin, si yerra.
es simple su desvarío.
LEONISA
Y aun por ser simple y sencillo,790
sois vos, Rogerio, doblado.
ROGERIO
Volviendo a nuestro cuidado...
LEONISA
Volviendo yo a mi zarcillo...
ROGERIO
Para alentar más mi amor,
quiere mí suerte que elija795
glorias en esta sortija.

 (Quítale una a CLEMENCIA.) 

LEONISA

 (Aparte.) 

¿Sortija tomó el traidor?

 (Alto.) 

Apártense, que ancia aquí.
debe de estar.
CLEMENCIA
¡Qué molesta
villana!
LEONISA
¡Ingrato, para ésta!
800
Verá como le cogí.

 (Ase de la mano a ROGERIO.) 

No le buscaba yo en vano.
Este es mi arillo perdido;
los dos me le habían cogido,
CLEMENCIA
Suelta.
LEONISA

 (Quitando la sortija a ROGERIO.) 

Echad acá la mano;
805
que no ha de estar, si en la oreja.
¡Verá la dama ladrona!
CLEMENCIA
¡Hola! ¿No hay aquí persona?
ROGERIO
Leonisa, basta la queja:
mirad que estáis ya pesada.810
LEONISA
Sí haré, porque fui ligera.

 (Aparte, a él.) 

¡Pegaos a la caballera,
y no paguéis la posada
de quien os tuvo en su pecho!
¡Ah mudable, íngrato, infiel,815
traidor, liviano, cruel!
¿Paréceos que esto es bien hecho?
¡Bien pagáis mi amor sencillo!
¡Mucho hay en vos que fiar!


Escena IX

 

Un CRIADO, ROGERIO, CLEMENCIA, LEONISA y ENRIQUE, oculto.

 
CRIADO
El Duque os envía a llamar.820
LEONISA
Llevareme yo el anillo,
que fue mi arracada d'antes.
CLEMENCIA
¡Hay igual atrevimiento!
¿Esto consentís?
ROGERIO
Consiento
rustiquezas ignorantes.825

 (Aparte, a LEONISA.) 

Leonisa, ya ves que mudo
de estado: amete primero
como hijo de un caballero
particular; ya lo dudo.
Hijo de un Duque, trucó830
la suerte mi amor; reporta
tus inquietudes.
LEONISA
No importa:
Bueno es Filipo.
ROGERIO.
Eso no
que me mataréis los dos.
LEONISA
Pues ¡qué! ¿Quería el liviano835
ser perro del hortelano?
Con él, y si no con vos.
ROGERIO
Dilata un poco mudanzas;
no me atormentes con celos;
que te amo saben los cielos:840
No desmayes esperanzas.
CLEMENCIA
Duque, sospechosa estoy
de que con esa grosera
tratéis.
LEONISA
Oye, caballero,
tan buena como ella soy.845
ROGERIO
Persüádola a que deje
el favor que me habéis dado.
LEONISA
¿Dar? Dardada: yo le he hallado;
y vos sois un gran hereje...

 (Aparte, a él.) 

De amor.

 (Alto.) 

Él ha de ir conmigo.850
CRIADO
El Duque sale a buscaros.
ENRIQUE

 (Aparte.) 

¡Hay menosprecios más claros!
LEONISA

 (Aparte.) 

¡Hay más mudable enemigo!
CLEMENCIA

 (Aparte.) 

¡Hay villana semejante!
ROGERIO

 (Aparte.) 

¡Hay más dudosa afición!855
ENRIQUE

 (Saliendo, y hablando aparte a CLEMENCIA.) 

¡A la primera ocasión
olvidada y inconstante!
Prima, ¿esto ha sido el jurar
firmezas?
CLEMENCIA
Conde, es violento
en quien ama el juramento,860
aunque no le he de quebrar,
si bien habéis de ofenderos;
pues si juré no olvidaros,
olvidaréme de amaros;
pero no de aborreceros.865
 

(Vanse ella y ENRIQUE.)

 
LEONISA
¡Buena me dejáis!
ROGERIO
Mudanzas
de estado son la ocasión.
LEONISA
También desengaños son
incentivos de venganzas.
ROGERIO
Culpad, Leonisa, a los cielos;870
que aquésta es fuerza precisa.
LEONISA
Culpe mi amor a Leonisa,
si no vengare sus celos.



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