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ArribaAbajoActo II

 

Salón en el palacio ducal.

 

Escena I

 

El DUQUE, ROGERIO y acompañamiento.

 
DUQUE
Ya que estás legitimado,
y te llama sucesor
Bretaña de aqueste Estado;
para que puedas mejor
dar treguas a mi cuidado,5
quiero, Rogerio, que empieces
a tratar de su gobierno:
Llevemos, su peso a veces
los dos, pues al cano invierno
de mi edad, alivio ofreces.10
Comiénzate a ejercitar
en regir y despachar
negocios que la experiencia
reduce después a ciencia;
que habiéndome de heredar,15
bien será que desde luego
diestro en el gobierno estés
que desde agora te entrego,
porque no extrañes después
mudanzas de tu sosiego.20
ROGERIO
Ése estimaba yo en tanto,
le prometo a vuestra Alteza,
que si en el confuso espanto
destaque llaman grandeza,
y a mí me parece encanto,25
no me facilita el uso
a que el cielo me dispuso,
teme mi melancolía
echar menos cada día
la quietud que ya rehuso.30
Estaba yo, gran señor,
contento con el estado
de mi mediano valor,
ni por muy rico envidiado,
ni por pobre con temor35
de desdecir de quién era,
o de quién pensaba ser.
Era el sosiego mi esfera;
pensé a Pinardo deber
el ser y vida primera,40
que ya por ti se mejora;
encontrábame el aurora
los más días, o estudiando,
las riberas margenando,
frescas lisonjas de Flora,45
o en la caza, que las llamas
del nieto de las espumas
refrena, engañando ramas
robándole al viento plumas,
hurtándole al mar escamas.50
Vasallos me respetaban
sencillos, puesto que pocos,
que mi hacienda acrecentaban:
y ni ambiciosos, ni locos,
me mentían o adulaban;55
Perdí esta felicidad,
señor, en la brevedad
de un instante; troque luego
la quietud por el sosiego,
la aldea por la ciudad,60
por un Duque padre, un hombre,
cuya mediana nobleza
sustenta sólo en el nombre,
la merced por el Alteza.
Siendo esto así, no te asombre65
que sin uso ni costumbre,
tema la vida presente:
porque ¿quién sube a la cumbre
de un monte alto de repente,
que no sienta pesadumbre?70
DUQUE
Hechizos tiene, Rogerio,
el gobierno, que sazonan
su apacible cautiverio.
Los trabajos te coronan
con el laurel del imperio.75
Probarás lo que es mandar,
y no lo sabrás dejar
después, porque es el león
que despedazó Sansón,
y sabe panales dar.80
Clemencia, sobrina mía,
de quien has de ser esposo,
contra tu melancolía
será remedio amoroso:
della algunos ratos fía,85
que hurtes a la ocupación
del gobierno principal,
y hallarás en conclusión
que es sazonado panal
lo que te asombra león.90
 

(Vase.)

 


Escena II

 

ROGERIO, solo.

 
ROGERIO
Todo esto es, Leonisa mía,
con sofisticas razones,
buscar necias evasiones
para mi melancolía.
Si yo no te viera el día95
que perdí mi libertad,
fuera esta prosperidad
el colmo de mi contento;
ya sin ti será tormento
la más regia dignidad,100
Perdite; ya no es nosible
en desiguales estados
dar alivio a mis cuidados
ni ver tu restro apacible;
pues amar un imposible105
será eterno padecer;
no amarte no puede ser,
pues amarte y no esperar,
padecer y no olvidar,
es morir y no poder.110
Intentar cumplir mi amor
por medio menos que honesto,
ni aun pensarlo, porque he puesto
todo mi honor en tu honor.
Morir, Leonisa, es mejor;115
batalle mi fantasía
en tan contraria porfía
mientras la vida haga pausa,
como se ignore la causa
de tanta melancolía.120


Escena III

 

LEONISA y ROGERIO.

 
LEONISA
¡Valga el diablo los judíos,
y qué dello que me cuesta
la entrada!
ROGERIO

 (Aparte.) 

Leonisa es ésta;
refrenaos, cuidados míos:
ojos, no perdáis por vella125
la autoridad que acobarda
mi amor.
LEONISA
¡Verá qué de guarda
tien la puerta! ¿Sois doncella
que os cercan con tal cuidado?
¿Piensan que os hemos de aojar?130
ROGERIO
Leonisa...
LEONISA
Véngoos a dar
el pláceme del ducado,
porque el pésame me deis;
que desque enducado os vi,
no valgo un maravedí.135
ROGERIO
Mucho, Leonisa, valéis;
y si el mundo, en todo necio,
prendas del alma estimara
y a la voluntad dejara
poner la hermosura en precio,140
para compraros a vos
poco su tesoro fuera.
El interés es su esfera,
la ambición sola es su Dios;
ésta y aquél han podido145
violentar mi natural:
lo que el amor hizo igual,
la fortuna ha dividido.
Ameos hijo de Pinardo;
hijo del Duque, no puedo:150
penas con Bretaña heredo,
la muerte sin vos aguardo.
Manda mi padre casarme
con Clemencia, prima mia;
en Orliens, su dote, fía,155
y es forzoso conformarme
con el estado presente:
no queráis mayor venganza
de mi forzosa mudanza
que el vivir de vos ausente,160
Midas pobre en la riqueza,
solo, por acompañado,
sin amor, enamorado,
abatido en la grandeza,
y expuesto a que el vulgo note165
acciones en que es precisa
la murmuración. Leonisa,
casaos, que yo os daré el dote.
 

(Vase.)

 


Escena IV

 

LEONISA, sola.

 
LEONISA
«¡Leonisa, casaos, que yo
os daré el dote» ¿Equivale170
dote que a Bretaña iguale
al alma que me robó?
Porque Clemencia nació
Duquesa, ¿es bien que me impida
ser de Rogerio querida?175
Si es el alma la que da
valor, aquélla será,
que es mejor, más bien nacida.
¿No es más noble el alma, cielo,
de pensamientos mejores?180
¿No son los míos mayores,
pues encumbran más su vuelo?
Amor, ante vos apelo;
Clemencia a Rogerio adora,
que es su igual; mas yo, pastora185
mientras el alma le doy,
más noble en amarle soy,
por ser su competidora.
Yo, que de mi esfera salgo
con mejores pensamientos,190
animando atrevimientos,
merezco más, pues más valgo.
No temáis, amor hidalgo:
industria, en la diligencia
estriba la competencia,195
que ha puesto mi dicha en duda;
Dios al animoso ayuda.
No ha de vencerme Clemencia.


Escena V

 

FIRELA y LEONISA.

 
FIRELA
Pues, Leonisa, ¿podré darte
de Duquesa. parabienes?200
Dirás que sí, pues que tienes
en Rogerio tanta parte.
LEONISA
¡Ay Firela! Si a contarte
dichas desdichadas llego,
confesarás que navego205
viento en popa y con tormenta:
lo que me acobarda, alienta;
todo es nieve, todo es fuego.
Quien me aborrece me adora;
Rogerio es cortés villano.210
Lo que por Leonisa gano
vengo a perder por pastora;
vence mi competidora,
porque nació con nobleza;
y yo, que en fe y en firmeza215
la venzo y mi amor abono,
que compitan ocasiono
fortuna y naturaleza.
La fortuna me ha negado
generosa ostentación;220
natural inclinación
suerte en Rogerio me ha dado.
Extranjero y desterrado,
me trujo de Ingalaterra,
niña, mi padre a la sierra225
donde avecindada estoy;
se que adoro, y no quién soy;
amé en paz, y muero en guerra.
Persuádeme a elegir
dueño Rogerio, y al paso230
conozco yo, si me caso,
que de pena ha de morir.
¿Cómo podré yo sufrir
verle en ajeno poder?
¿Cómo tiene de querer235
otro esposo quien le adora?
¿Cómo, siendo labradora,
seré de un Duque mujer?
¡Ay de mí!
FIRELA
Leonisa mía,
si era locura el querer240
a Rogerio antes de ser
o excelencia o señoría,
agora que el Duque fía
dél su Estado y Majestad,
¿qué será?
LEONISA
Temeridad;
245
mas todo amor es exceso:
no quiere quien tiene seso.
¡Loca estoy!
FIRELA
Dices verdad.


Escena VI

 

CLEMENCIA y ENRIQUE, que salen hablando sin ver a LEONISA y FIRELA, las cuales se desvían a un lado.

 
CLEMENCIA
Yo, Enrique, no he conocido,
fuera del Duque, otro padre;250
dejome niña mi madre;
a su cargo me ha tenido.
Cuando intentaba ofender
mi verde edad con sus años,
y en desiguales engaños255
trocar por el de mujer
el título de sobrina,
llevábalo, Enrique, mal;
pero ya que con igual
juventud se determina260
darme por dueño a Rogerio,
de suerte contenta estoy,
que con el alma le doy
de mis gustos el imperio,
y sólo que venga aguardo265
la feliz dispensación
de Roma.
ENRIQUE
¿Y será razón
que tiranice un bastardo
mis esperanzas, Clemencia?
¿Es bien que, amándoos los dos,270
me venga a usurpar con vos
destos Estados la herencia
un pobre, hijo de una sierra,
entre rústicos criado?
CLEMENCIA
El oro, que idolatrado275
es en el mundo, se encierra
en las groseras entrañas
de un monte; una sierra fría
diamantes produce y cría;
planta nos dan las montañas280
más ásperas, que después
goza del mundo el imperio;
nació en los montes Rogerio;
mas es diamante, oro es,
que os hace tanta ventaja285
en presencia y discreción,
que cualquier comparación
es con él humilde y baja.
Esta es verdad manifiesta:
él ha de casar conmigo;290
básteos esto por castigo,
y el dejaros sin respuesta.
 

(Vase.)

 


Escena VII

 

ENRIQUE, LEONISA y FIRELA.

 
ENRIQUE

 (Para sí.) 

Conjuróse contra mí
el cielo; soy desdichado;
de un monte un hombre ha sacado295
por quien la herencia perdí
de Bretaña, y a Clemencia.
Mas si el amor y el reinar
ni a la sangre dan lugar,
ni permiten competencia,300
¿por qué sufrir mi valor
que el hijo de una montaña
me tiranice a Bretaña
y desazone mi amor?
Ingeniosos son los celos,305
y cauteloso el agravio;
aquéllos me han de hacer sabio,
y éste, a costa de desvelos,
ejecutor ha de ser
de lo que mi amor procura;310
que a falta de la ventura,
suele el ingenio vencer.
LEONISA
En buena fe, señor Conde,
aunque no me conozcáis,
que la pasión que mostráis315
es igual a la que esconde
quien no ha mucho que tenía
presunciones de Duquesa;
pero a un mismo paso cesa
vuestra esperanza y la mía.320
ENRIQUE
Pues vos ¿conoceisme a mí?
LEONISA
Suelen con facilidad
los de una enfermedad
conocerse. Desde aquí
los desprecios he escuchado325
con que Clemencia os despide;
mas no es mucho que os olvide,
que vale mucho un Ducado.
Era yo en la sierra amada:
ya en la corte, aborrecida;330
lloro cual vos ofendida,
muero cual vos despreciada.
Rogerio me quiso bien,
y agora me trata mal;
es Duque, no soy su igual.335
Juntad vos vueso desdén
con el mío, y procuremos
que si un mal puede igualarnos,
no es mucho que emparentemos.
ENRIQUE
Vuestro donaire y belleza,340
serrana, es tal, que agradezco
vuestro feliz parentesco.
LEONISA
¿Hace hermosa la tristeza?
ENRIQUE
¿Que, en fin, Rogerio os amó?
LEONISA
Testigos, troncos diversos345
maltratados con sus versos.
Una vez me comparó
al alba cuando nacía
afeitada de arrebol:
otra vez me llamó sol;350
mire ¡qué grande herejía!
Mas como ya el lisonjero
se ha visto ceñir de salva,
quedose en albis el alba,
y vine a ser sol de hebrero.355
Pero aguarde; haga una cosa.
Los celos suelen hacer
milagros, y la mujer
despreciada es ingeniosa.
Aconséjese conmigo:360
verá después lo que pasa.
ENRIQUE
¿Hay tal donaire?
LEONISA
A su casa
vamos; que allí yo le digo
que mis ardides celebre:
vengaremos nuestra ofensa.365
ENRIQUE
¿Cómo?
LEONISA
De donde no piensa,
dicen que salta la liebre.
Quizalle le daré yo
invención con que la dama
que a Rogerio dueño llama370
le quiera. ¿Piensa que no?
ENRIQUE
Pienso que en tu lengua está
el hechizo del amor.
LEONISA
Pues el engaño es mijor.
ENRIQUE
¿Quién duda?
LEONISA
Vamos allá;
375
que yo le daré a Clemencia,
por más que dél haga risa,
PIRELA
¿Qué quieres hacer, Leonisa?
LEONISA
Pretender en competencia,
enredar y disponer380
ingeniosa mi afición,
y ver para lo que son
los celos en la mujer.
 

(Vanse.)

 


Escena VIII

 

CLEMENCIA y CARLÍN.

 
CLEMENCIA

 (Dirigiéndose a un criado que no se ve.) 

Yo gusto desto; dejalde.
CARLÍN
Pues ¿por qué no habían de entrar?385
CLEMENCIA
Cuando salí yo a cazar,
te conocí.
CARLÍN
Ni el Alcalde
ni el Cura me quita a mí
que no entre, si se me antoja,
en la igreja.
CLEMENCIA
¿Quién te enoja?
390
CARLÍN
Un viejo, porque entro aquí.
CLEMENCIA
¿No ves que es el guardadamas?
CARLÍN
¡Válgame Dios! ¿Qué hay quien deba
guardar damas, y se atreva
a que no quemen las llamas?395
Pues aun no puede un marido
guardar solo a su mujer,
¿y habrá quien pueda tener
tanto pájaro en un nido?
Él tiene gentil tempero.400
CLEMENCIA
¿A qué has venido a palacio?
CARLÍN
En el campo hay más espacio
que acá. Mas diga: ¿es de vero
que Rogerio es duco?
CLEMENCIA
Sí:
vendrasle a pedir mercedes.405
CARLÍN
Sí vengo, o no.
CLEMENCIA
Muy bien puedes,
que yo rogaré por ti.
CARLÍN
¿Y que el Duco viejo es ya
su padre?
CLEMENCIA
A él le debe el ser.
CARLÍN
¿Y ella diz que es su mujer?410
CLEMENCIA
Mi esposo ha de ser.
CARLÍN
¡Verá!
Hombre hué siempre de chapa:
desde mochacho lo tuvo.
Hombre en nueso lugar hubo
que endevinó verle papa.415
CLEMENCIA
¿Cómo?
CARLÍN
Desde el primer día,
que espenzó de gorjear,
a todos los del lugar
«taita» y «papa» les decía:
y como no se le escapa420
cosa al Cura, al punto dijo:
«¿Papa sabéis decir, hijo?
Pues yo espero veros papa.»
CLEMENCIA

 (Aparte.) 

¡Graciosa rusticidad!
Pues le vais, serrano, a ver,425
procuralde entretener,
y su tristeza aliviad:
que después que es Duque, vive
melancólico en extremo,
y al paso que le amo, temo430
su salud.
CARLÍN
¡Oh! Si él recibe
cierto envoltorio que aquí
le traigo, yo le aseguro
que ella vea cuál le curo.
CLEMENCIA
¿Es regalo?
CARLÍN
Creo que sí.
435
CLEMENCIA.
Mostralde acá.
CARLÍN
Viene oculto.
CLEMENCIA
¿Es de Pinardo?
CARLÍN
No es dél.
CLEMENCIA
¿Pues cuyo?
CARLÍN
Está en un papel.
CLEMENCIA
Regalo que no hace bulto,
¿qué será?
CARLÍN
¿No lo penetra?
440
Son unos polvos.
CLEMENCIA
¿De qué?
CARLÍN
De carta, que si lo ve,
también podrá ver la letra.
CLEMENCIA
¿Es billete?
CARLÍN
Sí, por Dios.445
CLEMENCIA
¿Quién le escribe?
CARLÍN
No hay decillo.
CLEMENCIA
¿Por qué?
CARLÍN
Mándanme encubrillo,
principalmente de vos.
CLEMENCIA

 (Aparte.) 

(¡Ay cielos!) ¿Y es quien le avisa
en él alguna serrana?450
CARLÍN
Más fresca que la mañana.
CLEMENCIA
¡Bueno! Y ¿llámase?
CARLÍN
Leonisa.
CLEMENCIA
Según eso, no me espanto,
si es su amante y no la ve,
que triste Rogerio esté.455
¿Quiérense bien?
CARLÍN
Tanto cuanto.
CLEMENCIA
Y ¿cuál de aquellas dos era,
que cuando a cazar salí,
con Rogerio hablando vi?
CARLÍN
Picando os va la celera.460
La que me ha dado esta carta,
cuyo porte pagáis vos,
es, señora, de las dos,
barbinegra y cariharta.
CLEMENCIA
¿Y a ésa quiere?
CARLÍN
Es bella moza.
465
CLEMENCIA
Mostrad el papel acá.
CARLÍN
¡Mas no nada!
CLEMENCIA

 (Queriéndosele quitar.) 

Acabad ya,
villano.
CARLÍN
Ay, que me retoza!
CLEMENCIA
¿Vos usáis aquestas tretas,
rústico, zafio, villano?470
CARLÍN
Aquí del rey, que la mano
quiere meterme en las tetas.


Escena IX

 

ROGERIO, CLEMENCIA y CARLÍN.

 
ROGERIO
¿Qué es esto?
CLEMENCIA
Ésta es la ocasión
de vuestra melancolía,
si de la desdicha mía,475
Duque, presagios no son.
¡Triste estáis! Tenéis razón;
que el mudar naturaleza
¿a quién no causa tristeza?
Y más a vos, que trocado480
habéis un ilustre Estado
Por esta vil rustiqueza.
Alegraos, pues os avisa
de que en esta triste ausencia
no ha de malograr Clemencia485
esperanzas de Leonisa.
Guardad para ella la risa,
y para mí los enojos;
que si villanos despojos
el alma os tiranizaron,490
yo, porque a vos os miraron,
sabré castigar mis ojos.
 

(Vase.)

 


Escena X

 

ROGERIO y CARLÍN.

 
ROGERIO
¡Bárbaro! ¿Qué has hecho?
CARLÍN
¿Yo?
¿No lo ve? ¿Qué quiere que haga?
¡Aquésta será la paga495
del parabién que le do!
Dos días ha que ando encantado
para darle esta escritura,
y nunca tuve ventura,
según que vive encerrado,500
de poder topar con él.
¡Mire qué dirá Leonisa,
que enviándome de prisa,
tanto ha que me dio el papel!
ROGERIO
¿Leonisa te envió acá?505
CARLÍN
Desde anteyer: ¿no le digo?
Con tanta guarda y postigo,
el dimuño le hallará.
ROGERIO
¿Y le habrás dicho a Clemencia
todo cuanto en mi amor pasa?510
CARLÍN
Pues si con ella se casa,
encobrillo ¿no es conciencia?
ROGERIO
¿Hay disparate mayor?
CARLÍN
El marido y la mujer,
¿una carne no han de ser515
y un alma? El sermonador
mos lo dijo el otro día.
ROGERIO
¿Qué querrás decir por eso?
CARLÍN
Pues si es su carne y su hueso,
el papel que le traía,520
y yo le negué importuno,
cuando a su mujer le diera,
¿qué importa que le leyera?
ROGERIO
¿Hay tal necio?
CARLÍN
¿No es todo uno?
ROGERIO
¿Dístesele, en fin?
CARLÍN
¡Mal año!
525
ROGERIO
Qué es dél?
CARLÍN
Aquí vien metido.
ROGERIO
Discreto tercero ha sido.
CARLÍN
Ya no hay discretos hogaño
Tome, y venga la respuesta.
ROGERIO
Ya Leonisa la llevó,530
que al papel se adelantó.
CARLÍN
Tales lágrimas le cuesta.
ROGERIO
¿Pues llora por mí Leonisa?
CARLÍN
¿Si llora? Dale tal murria,
que crô que tien estangurria535
en cada ojo, en vez de risa:
un río tien en la cholla.
ROGERIO
¿Tanto llora?
CARLÍN
Es compasión;
y más si hace salpicón
y, es bermeja la cebolla.540
No embargante que hay ya quien,
ocupando el lugar vueso,
anda por ella sin seso,
y la enmusica también.
ROGERIO
¿Quién es?
CARLÍN
Filipo, el señor
545
de Castel y Fuen-Molino.
ROGERIO
¿Filipo, nuestro vecino?
CARLÍN
Ése la tien tanto amor,
que doquiera que la ve,
la pestilencia le toma.550
No hay desde París a Roma
quien tales musquinas dé.
Anoche cantó a su puerta
con otros dos una trova,
y pardiez que no era boba;555
pero no estaba despierta
la moza, y quedóse en seco.
ROGERIO
Y ¿qué dice a eso Leonisa?
CARLÍN
Aunqu e hace de su amor risa,
perdóneme Dios si peco;560
que ella es hembra, y él es tal,
que temo ha de derriballa
a la postre.
ROGERIO
Torpe, calla.
CARLÍN
¡Verá! Hurtemos del corral
el gallo el año pasado565
no sé cuál de las vecinas;
y viudas dél las gallinas,
no atravesaban bocado.
Lleveles otro menor;
y él todo prumas y gala,570
ya quillotrando el un ala
hasta el suelo alrededor,
ya escarbando; apenas toca
el muladar con la mano,
cuando por darlas el grano,575
se lo quita de la boca.
Ellas con los gustos nuevos
menospreciando el ausente
(que do no hay gallo presente
diz que no se ponen huevos),580
darán a Leonisa olvido,
y hará en la memoria callos;
que de galanes y gallos,
uno ido y otro venido.
Mas no sé quién entra acá.585
ROGERIO
Espérame afuera un rato,
mientras que de mirar trato
el papel.
CARLÍN
¿Escribirá?
ROGERIO
No sé.
CARLÍN
Acabe, pues, que es tarde,
Al puebro, pardiás, me acojo;590
que me miró de mal ojo
la Duca: el dimuño aguarde.
 

(Vase.)

 


Escena XI

 

Un CRIADO, ROGERIO.

 
CRIADO
El Duque, señor, os llama.
 

(Vase.)

 
ROGERIO
¡Ay Leonisa! ¿De qué suerte
podré animarme a perderte,595
si con pinceles de llama
pintó en mi pecho el dios ciego
tu copla, que eterna vive?
No se borra lo que escribe
amor con plumas de fuego.600
 

(Vase.)

 


Escena XII

 

ENRIQUE y ALBERTO.

 
ALBERTO
Tú intentas cosas extrañas.
ENRIQUE
Alberto, aquesta mujer
no es posible deba el ser
a las rústicas montañas
que por su patria confiesa.605
No produce el sayal vil
agudeza tan sutil:
habla la lengua escocesa
mejor que quien se ha criado
en ella: su entendimiento610
es asombro y argumento
de que vive disfrazado
debajo de aquel sayal
algún valor generoso.
De Clemencia estoy celoso:615
por un hijo naturai
del Duque, mi amor olvida:
el mismo rigor padece
Leonisa, que es quien me ofrece
la maraña prevenida.620
De Escocia habrá ya llegado
la Duquesa de Clarencia,
huyendo de la inclemencia
de su rey, contra ella airado.
Desembarcóse en un puerto625
de mi Estado, acompañada
no más que de una criada
y un paje, y hase encubierto
de suerte, que sin saber
persona de su venida,630
animosa o atrevida,
se ha querido socorrer
de mí.
ALBERTO
Siendo su pariente,
Y fiada en tu valor,
no es mucho que tu favor635
Margarita hermosa intente.
ENRIQUE
Hallela en casa, volviendo
de Palacio con Leonisa:
de sus desgracias me avisa;
y la serrana entendiendo640
lo que pasa; para dar
a Rogerio y a Clemencia
celos, yendo a su presencia,
da en que se ha de transformar
en Margarita, y fingir645
que huye del rey enemigo;
y tratándolo conmigo,
ha sabido persuadir
a Margarita de suerte,
que por estar más segura650
del escocés, que procura
o prenderla o darle muerte,
la traza alaba discreta
desta ingeniosa mentira,
y a un castillo se retira,655
donde pretende secreta
aguardar el fin que tiene
su indigna persecución.
ALBERTO
¡Extraordinaria invención,
si a parar en mal no viene!660
ENRIQUE
Hase vestido a lo inglés
Leonisa, dándola el traje
Margarita, y el lenguaje,
que en ella tan propio ves,
de tal suerte la disfraza,665
que si antes era pastora,
ya su hermosura enamora
y su respeto amenaza.
Margarita se ha partido
a una fortaleza mía,670
que se llama Roca-Fría,
y estoy, en fin, persuadido
a seguir esta maraña,
pidiendo al Duque licencia
para que la de Clarencia675
viva segura en Bretaña.
ALBERTO
Y ¿qué piensas sacar deso?
ENRIQUE
Creerán todos que es Leonisa
Duquesa.
ALBERTO
Cuento es de risa.
ENRIQUE
En su amor estuvo preso680
Rogerio, y por ser pastora
su pobreza y humildad
violenta su voluntad:
viendo, pues, lo que mejora
con Clemencia su esperanza,685
finge tenerla afición,
y contra su inclinación,
paga a Leonisa en mudanza.
Si la ve Duquesa agora,
y en ella el vivo retrato690
de Leonisa, a quien fue ingrato,
y desdeña por pastora,
claro está que la ha de amar,
y aborrecer a Clemencia.
¿Qué te parece?
ALBERTO
Evidencia.
695
ENRIQUE
Yo la fingiré adorar,
y diré al Duque que intento
casarme con ella.
ALBERTO
Bien.
ENRIQUE
Clemencia, cuyo desdén
ya es casi aborrecimiento,700
viéndose de mí olvidada,
se tendrá por ofendida;
que toda mujer querida
pierde el seso despreciada.
Celosa ya, podrá ser705
que, despertando su amor,
deje a mi competidor,
y volviéndome a querer,
a costa de estos desvelos,
paren desdenes en paces,710
porque no hay más eficaces
terceros de amor que celos.
Mira lo que se interesa
desta afición.
ALBERTO
Sin cimientos
fundadas torres por vientos:715
pero amor, como profesa
disparates, ya podría
sacarte bien del presente.
La serrana es excelente:
pues su autoridad la fía720
Margarita, empieza, a dar
principio a aquesta aventura.
ENRIQUE
El amor me la asegura.
A los Duques voy a hablar.


Escena XIII

 

El DUQUE, con un pliego; CLEMENCIA y ROGERIO.

 
DUQUE
¡Extraña novedad! No ha sucedido725
en mi corona caso semejante.
ROGERIO
Díganos vuestra Alteza lo que ha sido
DUQUE
Perdió Arturo la vida por amante.
Del escocés un pliego he recibido,
cuyas nuevas dan lástima bastante,730
y admiración en ellas al más sabio,
para que en la mujer tema el agravio
Mandó en su corte el Rey hacer justicia
del Duque de Clerencia, por consejo
de la envidia, si no de la avaricia,.735
por ser rico en extremo el noble viejo
dejó sola una hija, en la noticia
del mundo celebrada por espejo
de la beldad que amor siempre acredita
en valor como en nombre, Margarita.740
Arturo, que del Rey era privado,
y ocasionó esta muerte rigurosa,
de su hacienda o su hija enamorado,
suplica al Rey la obligue a ser su esposa
En fin de su favor apadrinado,745
no supo Margarita, cautelosa,
o no quiso negar el sí pedido,
y al ofensor admite por marido.
Celebrose la boda, y cuando intenta,
en el silencio de la noche oscura,750
al tálamo de amor dejar contenta
verde esperanza en posesión segura,
la venganza que tímidos alienta,
mostró que sin crueldad no hay hermosura;
pues con filos fingidos de una daga,755
si no amor, Margarita ofensas paga.
A su esposo dio muerte, y atrevida,
en un baúl que la lealtad previno
de algún vasallo, viuda y homicida,
por páramos de sal abrió camino.760
Esto me escribe el Rey, que con su vida
pretende castigar su desatino,
y sospechoso que paró en Bretaña,
pide no ampare tan cruel hazaña.
ROGERIO
¡Lastimoso suceso, aunque bastante765
a disculpar la noble vengadora
de su padre!
CLEMENCIA
No puede ser amante
quien desleal ofende a quien adora.
DUQUE
Mi sangre es Margarita, y importante
el socorrella, si se ampara agora770
de mi favor.
ROGERIO
Tal ánimo y belleza
merece que halle sombra en vuestra Alteza.


Escena XIV

 

ENRIQUE, dichos.

 
ENRIQUE
Vuestra Alteza, señor, sepa
que tenemos en Bretaña
la huéspeda más hermosa775
que dio al amor flechas y alas
por parienta y por mujer,
es digna de que en su casa
halle favor su hermosura,
y consuelo sus desgracias.780
DUQUE
¿La Duquesa de Clarencia?
Ya, Conde, por estas cartas
que el Rey de Escocia me escribe,
he sabido las hazañas
de su valor vengativo.785
ENRIQUE
¡Válgame Dios!
DUQUE
No se engaña
en pensar el escocés
que de mi favor se ampara.
¿Dónde está?
ENRIQUE
Desembarcó,
gran señor, ayer mañana790
en un puerto de mi Estado,
por ser la menor distancia
que hay desde aquí a aquella tierra;
y sólo seguro aguarda
de vuestra Alteza, y licencia,795
para postrarse a sus plantas.
DUQUE
Margarita es descendiente,
como sabéis, de mi casa,
Y su Rey siempre enemigo
de las tres lises de Francia.800
Vengó injurias Margarita
de la ambiciosa privanza
que a su padre causó muerte
y descrédito a su fama.
Mujer que fue para tanto,805
no es bien, porque desagravia
injurias que en honra tocan,
cobarde desampararla.
Entre en mi corte segura.
ENRIQUE
Eres generosa rama810
del tronco de Clodoveo,
que en ti logra su prosapia.
Por ella los pies te beso
y porque de la palabra
que le das estaba cierta,815
humilde en Palacio aguarda
que entrarte a ver le permitas,
DUQUE
¿Aquí está?
ENRIQUE
Sí, señor.
DUQUE
Salgan
a recibilla conmigo
todos cuantos hay en casa,820
ENRIQUE
No hay, gran señor, para qué:
que en esta merced fiada,
entra Margarita hermosa,
dando luz a aquesta sala.


Escena XV

 

LEONISA, de inglesa, muy bizarra, de camino; acompañamiento. Dichos.

 
LEONISA
Vuestra Alteza reconozca825
por parienta y por vasalla
una mujer perseguida
de un Rey, puesto que vengada.
DUQUE
Dadme, sobrina, los brazos;
que aunque en tal belleza y gracia830
la crueldad parece fea,
os debo dar alabanzas
por la parte que me toca
en vuestra justa venganza,
y en vuestro favor poner835
a riesgo mi Estado y armas.
¿Qué hospedaje el mar os hizo?
LEONISA
Por ser cruel, pues maltrata
a quien se atreve a sus olas,
y ser amor semejanza,840
pasaje me dio apacible.
ENRIQUE

 (Aparte.) 

¿Hay maravilla más rara?
¡Que una pastora hable ansí!
Vive el cielo que me engaña,
y que con saber quién es,845
respeto y temor me cansa.
DUQUE
Besad las manos, Rogerio.
a la Duquesa.
ROGERIO

 (Aparte.) 

Si el alma
conoce por los sentidos
lo que objetos la retratan,850
¿no son de Leonisa, cielos,
estos ojos, esta cara,
aquel aire, aquel hechizo,
aquella risa, aquel habla?
LEONISA
Perdóneme vuestra Alteza,855
gran señor; que la ignorancia
de forastera disculpa
mi cortedad, siendo causa
de no haberos conocido.
ROGERIO
Yo también me disculpara860
con Vuexcelencia, señora,
si a la libertad dejara
el alma hacer cortesías;
pero como se traslada
toda a los ojos, no da865
permisión a las palabras.
CLEMENCIA
Aunque contenta, envidiosa,
de que afrentéis nuestras damas,
os da, señora, los brazos
quien os rinde las ventajas870
en discreción y hermosura.
Honréis, prima, nuestra patria
mil años.
DUQUE
Es la Duquesa
de Orliens, mi sobrina.
LEONISA
Basta
su presencia para prueba875
de que no miente la fama,
que en nuestro reino más corta
queda, cuanto más la alaba.
La merced que me habéis hecho.
estimo, no confiada,880
pero agradecida sí;
porque honrar con alabanzas
a los huéspedes es propio
de la grandeza que pasa
con nobles ponderaciones885
justos límites y rayas.
ENRIQUE

 (Aparte.) 

¡Vive Dios que es imposible
que puedan unas montañas
engendrar tal discreción!
ROGERIO

 (Aparte.) 

¡Vive el cielo que traslada890
amor en esta mujer
el rostro, acciones y gracia
de Leonisa, o que estoy loco!
DUQUE
Margarita, en nuestra casa
tendréis hospicio decente.895
LEONISA
Si mi Rey os amenaza,
gran señor, no será bien
que ocasione su ira y armas.
Mas encubierta estaré,
mientras este rigor pasa,900
en un castillo de Enrique,
hasta que dé al Rey de Francia
cuenta de aquestos sucesos.
ENRIQUE
Sí, gran señor, retirada
mi prima en mi Estado, puede905
asegurar las desgracias
que del poder de Inglaterra
puede recelar Bretaña.
DUQUE
Si gustáis deso los dos,
y el Conde suple mis faltas,910
no os quiero contradecir:
cumpla el cielo la esperanza
que tenéis en nuestro Rey.
Id, hijo, y acompañalda.
LEONISA
Guarde el cielo a vuestra Alteza.915
CLEMENCIA
Dadme licencia, madama,
que os vaya sirviendo.
LEONISA
Yo
soy, madama, vuestra esclava.
No habéis de pasar de aquí.
ROGERIO

 (Aparte.) 

Imaginaciones vanas,920
si una misma imagen veo
en mi amorosa serrana,
y en la hermosa Margarita,
Duquesa es cual yo, adoralda.
 

(Vanse.)

 


Escena XVI

 

FIRELA, de inglés.

 
FIRELA
¿Que me haya metido en esto925
Leonisa? ¿Hay más extremada
determinación? ¿Yo inglés?
¿Yo varón? ¿Yo marimacha?
¿Qué respuesta podré dar
a los que me ven, si me hablan930
en lenguaje que no entiendo?
Solamente dos palabras
me ha enseñado que responda,
y sacándome de entrambas,
doy con nuestra traza en tierra,935
y a la vergüenza me sacan.


Escena XVII

 

Un CRIADO y FIRELA.

 
CRIADO
Diga, señor gentil-hombre,
¿Qué nombre tiene madama
la Duquesa?
FIRELA
Bona guis
toixton.
CRIADO
No entiendo palabra.
940
¿Tiene en Londres su asistencia?
¿Es doncella o es casada?
FIRELA
Bona guis toixton.
CRIADO
¡Tostones,
y ámbar gris! ¡Buena demanda!
¿Es caballero?
FIRELA
Millort.
945
CRIADO
Millorte es lo que en España
Vizconde o Barón.

 (Aparte.) 

Por Dios,
que es la figura extremada.
Voime; que no hay entenderle.
 

(Vase.)

 
FIRELA
Si desta el cielo me escapa,950
no más disfraces ingleses,
no más figuras lacayas.


Escena XVIII

 

CARLÍN y FIRELA.

 
CARLÍN
No hay encontrar a Leonisa,
ni dar con Firela; dambas,
después que es Duco Rogerio,955
dadas a los diabros andan.
Buen hombre, ¿acaso habés visto
en Palacio dos serranas
vestidas de...? ¡Ay Dios! ¿Qué es esto?
¡Firela! ¿Vos atacada?960
¿Sois danzante o volatina?
¿Quién os volvió marimacha?
Al santo oficio os acuso.
¡Verá el mundo qué tal anda!
¿Quién diabros os puso ansí?965
FIRELA
Bona guis toixton.
CARLÍN
¡Fayancas
conmigo, que las entrevo!
Alto al puebro; que os aguarda
nueso amo. ¿Qué es Leonisa?
FIRELA
Bona guis toixton.
CARLÍN
Borracha,
970
¿pullas a mí? Voto al sol,
si empiezo, que os eche tantas,
que deis al diabro el oficio.
Dejaos deso, y alto a casa,
que Pinardo envía por vos.975
FIRELA
Toixton, toixton.
 

(Pícale con la daga y vase.)

 
CARLÍN
¡Ay! Tostada
te vea yo por la josticia.
Voto al sol, o que trocada
tengo la vista, o que es ella.
Pues no os han de valer chanzas.980
 

(Vase.)

 


Escena XIX

 

ROGERIO, solo.

 
ROGERIO
¿Podré persuadirme yo
a tan grande disparate,
ni a que mi Leonisa trate
fingirse Duquesa? No.
Sé que el inglés solicita985
al Duque, y cuenta le da
de que sospecha que está
en Bretaña Margarita;
sé que el Conde lo confiesa.;
sé que a la corte ha venido990
para quitarme el sentido;
sé que he visto a la Duquesa,
que en el traje y en el trato
por inglesa es bien la dé
crédito; mas también sé995
que es de Leonisa retrato.
Ya suele naturaleza,
que al pincel de cuenta alcanza,
mostrar en la semejanza
su divina sutileza.1000
Diversas veces pintó
(aunque siempre es cosa rara)
en dos una misma cara;
mas unas acciones no;
que ésas, por ser de la esencia1005
de cada individuo varias,
por fuerza han de ser contrarias,
y es infalible esta ciencia.
Pues si son éstas razones
evidentes, ¿cómo imita1010
a Leonisa Margarita
en cara, en habla y acciones?
Alma, averigualdo vos;
que aunque este milagro ignoro,
la una por la otra adoro,1015
y estoy dividido en dos.


Escena XX

 

LEONISA y FIRELA, de pastoras. ROGERIO.

 
LEONISA
Rogerio, ya yo he cumplido
lo que vos habéis mandado.
Por daros gusto, he buscado
desde ayer acá marido.1020
El señor de Moncastel
la mano me ofrece dar
con el dote, porque ahorrar
del amor os quiero, y dél.
Dadme el parabién, y adiós;1025
Que es tarde y vengo de prisa.
ROGERIO

 (Aparte.) 

Alto, engañeme: Leonisa
es ésta, y entre las dos
dividido mi amor crece,
adorando mi interés1030
en mi serrana lo que es,
y en la otra lo que parece.
LEONISA
Echadme la bendición,
y adiós, que es tarde.
ROGERIO
Ah Leonisa!
Quien despide tan aprisa1035
memorias del corazón,
no las tuvo en mucho precio.
casaos con Filipo vos,
y hágaos venturosa Dios;
que yo moriré por necio,1040
pues a mi padre sujeto,
en dignidades repara,
que por vos menospreciara
mi amor, a ser yo discreto.
 

(Vase.)

 


Escena XXI

 

LEONISA y FIRELA.

 
LEONISA
Asomábanle a los ojos1045
lágrimas cuando se fue.
¡Ay mi Rogerio! Yo haré
que paren vuestros enojos
en regocijos, si el cielo
mis quimeras favorece.1050
Firela, ¿qué te paréce
destas cosas?
FIRELA
Que recelo
que no han de tener buen fin.
LEONISA
¿Por qué, si el principio ves
tan próspero?
FIRELA
Aunque en inglés
1055
me transformase, Carlín
me conoció en ocasión
que según fue porfiado,
apenas dél me han librado
la bona guis y el toixton.1060
Volvámonos al aldea,
si quieres que no nos echen
menos en ella.
LEONISA
Aprovechen
mis industrias, y no sea
Clemencia dueño pesado1065
de quien sé yo que me quiere,
y venga lo que viniere.


Esecena XXII

 

CARLÍN, LEONISA y FIRELA.

 
CARLÍN
Este puebro está encantado:
escapáseme el tostón,
no sé por do diabros. Hela.1070
FIRELA
¡Carlín!...
CARLÍN
¡Cátala Firela,
y cátala inglés! No son
vuesas mañas para menos,
Firela, que chamusquinas.
¡Buena estuvo la invención!1075
Gana tenéis de ser macho.
LEONISA
Pues ¿qué ha sido?
FIRELA
Está borracho.
CARLÍN.
Sí, bona guis y toixton.
FIRELA
Si escuchamos sus razones,
Leonisa, es nunca acabar.1080
CARLÍN
A fe que os han de costar
caro el guis y los tostones.