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141

Menéndez Pidal (Romancero hispánico, I, § 2) proporciona varios ejemplos de textos llamados «romances», aunque no en el sentido en que entendemos el término hoy día, y señala que las publicaciones dedicadas a los romances, tanto los pliegos sueltos como los romanceros, a veces incluían otros tipos de verso. (Aunque hay cuarenta poemas que no son romances incluidos en el Romancero general de 1600, y «cien folios de poesías en metro endecasílabo» en la edición de 1605, Menéndez Pidal llama a esto un fenómeno «raro».) Dorothy Clotelle Clarke fecha los romances endecasílabos desde «finales del Siglo de Oro», y trata de la variedad de metros de los romances del siglo XVIII en A chronological sketch of Castilian versification together with a list of its metric terms, University of California Publications in Modern Philology, 34, Núm. (Berkeley and Los Angeles: University of California Press, 1952), 279-382, en p. 306. Véase también Domínguez Caparrós, pp. 479-81.

 

142

Philosophía antigua poética, ed. Alfredo Carballo Picazo (1953; reimpr. Madrid: CSIC, 1973), II, 225; II, 261; y II, 165, respectivamente. Sobre la importancia de López Pinciano para Cervantes, véase también «Cervantes y Tasso vueltos a examinar» en el presente volumen.

 

143

Ed. Russell P. Sebold (Barcelona: Labor, 1974), pp. 352 (1737), 137 (1789) y 366 (1789). Sobre la autoría de Luzán de las revisiones y adiciones de 1789, véase la introducción de Sebold, pp. 64-76.

 

144

Memorias para la historia de la poesía y poetas españoles (Madrid 1775), §§ 402-03.

 

145

«Discurso [...] sobre la poesía castellana contenida en este libro», publicado en la edición de Argote del Conde Lucanor (1575; reimpr. Barcelona: Puvill, 1978). He usado la edición de la Antología de poetas líricos castellanos de Menéndez Pelayo, edición nacional, IV (Madrid: CSIC, 1944), 65-74, en la que se habla de los romances en las páginas 66-67.

 

146

Cisne de Apolo, ed. Alberto Porqueras Mayo (Madrid: CSIC, 1958), I, p. 212: «el Romance es una Redondilla multiplicada» (pp. 38-39).

 

147

En su «metro [...] toda es una Redondilla multiplicada» (pp. 38-39).

 

148

«El verso de a ocho sílabas de redondilla maior [...] de que se componen las redondillas en cuartillas i quintillas i dezimas i los romanzes» (Arte de la lengua española castellana, ed. Emilio Alarcos Llorach, Anejo 56 de la Revista de Filología Española (Madrid 1954), p. 462).

 

149

«Aunque el consonante deue durar todo el Romance, hasta acabarse, con todo esso va diuidiendose el sentido de quatro en quatro versos, a manera de quartilla, quiero dezir, que en cada quatro versos se ha de perficionar el sentido, como si fuera una copla» (Cisne de Apolo, I, 213); «aun los romances suelen yr de cuatro en cuatro pies [versos]» (Juan Carlos Temprano, «El Arte de la poesía castellana de Juan del Encina (edición y notas)», Boletín de la Real Academia Española, tomo 53 (1973), 321-50, en p. 339, con notas en p. 349). Para discusión y referencias, además del segundo artículo de Clarke citado en la nota 130, véase Emiliano Díez Echarri, Teorías métricas del Siglo de Oro, Anejo 47 de la Revista de Filología Española (Madrid 1949), p. 204.

 

150

Sobre la primacía del contenido en la poesía del Siglo de Oro antes de Góngora, véase el importante artículo de David Darst, «Las palabras y las cosas en la iniciación del culteranismo español», en Studies in honor of William C. McCrary (Lincoln, Nebraska: Society of Spanish and Spanish-American Studies, 1986), pp. 91-113.