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«En casi todos los documentos de la crítica renacentista [encontramos que] la Pharsalia de Lucano es historia aunque esté escrita en verso»: Alban Forcione, Cervantes, Aristotle, and the «Persiles» (Princeton: U. P., 1970). Alquife, cronista ficticio del Amadís de Grecia de Feliciano de Silva, se refiere en su prólogo a «las elegantes prosas del poeta Homero» (Cuenca 1530, fol. + 2 v). Los medievalistas recordarán que Berceo (Santo Domingo, 2a), Juan Ruiz (Libro de buen amor, 11c, 33e, 1631b), y el autor del Poema de Fernán González (1d) declararon todos en sus versos que estaban escribiendo «prosas».

 

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Un poco más tarde, Lope escribió que su Dorotea es «poesía [...] aunque escrita en prosa» («Al teatro», en la edición de Edwin S. Morby (Madrid: Castalia, 1968), p. 51; véanse las anotaciones de Morby a los comentarios de López Pinciano y otros sobre la diferencia entre verso y poesía).

 

153

La preferencia de Cervantes por la prosa sobre el verso se emplea para argumentar que su perdido Bernardo hubiera sido escrito en prosa (A study of «Don Quixote», pp. 54-55).

 

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Es revelador ver cómo los primeros traductores del Quijote traducen el término «romance». Franciosini usa sólo «canzona»; Oudin y Rosset normalmente lo traducen como «roman(t)», algunas veces como «vers»; Shelton, que no usaba a Minshieu como fuente (véase la introducción de James Fitzmaurice-Kelly a la edición de la traducción de Shelton (Londres 1896), I, xl), lo traduce a menudo como «romaunce», «romant(e)» o «song» (con el prefijo «olde» en ocasiones), y raramente como «ballad» o «dittie».

 

155

A study of «Don Quixote», pp. 81-82; también el artículo clásico de Bruce Wardropper, «Don Quixote: story or history?», Modern Philology, tomo 63 (1965), 1-11.

 

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Por ejemplo, «Este romance [«En las huertas de Almería»] lo dizen de otra manera, diziendo que Galiana estava en Toledo. Y es falso, porque la Galiana de Toledo fue grandes tiempos antes que los Abenamares viniessen al mundo [...] Esta Galiana, de quien aquí tratamos, era de Almería, y por ella se dize el romance, y no por la otra» (ed. Paula Blanchard-Demouge (Madrid: Centro de Estudios Históricos, 1913-15), I, 36-37).

 

157

Para introducción y referencias, véase Winston Reynolds, Romancero de Hernán Cortés (Madrid: Alcalá, 1967).

 

158

El Romancero de Pedro de Padilla (1583) contiene «algunos successos que en la jornada de Flandres los Españoles hizieron, con otras historias y poesías differentes» (Manual, I, 681; el subrayado es mío).

 

159

Rosa real (Valencia 1573; ed. Antonio Rodríguez-Moñino como parte del volumen titulado Rosas de romances (Oxford: Dolphin, 1963), fol. Ir; Manual, I, 576).

 

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Rodríguez-Moñino ed., p. 43. Manual, I, 230.