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171

Ésta es, por supuesto, una característica bien conocida de los romances viejos (sobre su origen, véase Keith Whinnom, «Desde las coplas hasta el romance de la reina de Nápoles», en Aspetti e problemi delle letteratura iberiche: Studi ofertti a Franco Meregalli, ed. Giuseppe Bellini (Roma: Bulzoni, 1981), pp. 371-83, en p. 382). Sin embargo, tampoco los libros de caballerías contaban una historia completa; véase mi «The pseudo-historicity of the romances of chivalry», Quaderni Ibero-Americani, Núms. 45-46 (1974-75) 253-59, ahora en Romances of chivalry in the Spanish Golden Age (Newark: Juan de la Cuesta, 1982) pp. 119-29.

 

172

Quijote, I, 38, 5-7: I, Prólogo; II, 346, 27-347 2: I, 48; II, 370, 7-12: I, 50.

 

173

Véase el primer artículo de Aubrun citado en la nota 161.

 

174

Rodríguez-Moñino, Diccionario, pp. 18-19, presenta pruebas de su uso en escuelas.

 

175

La gitanilla, I, 35, 27-30; I, 41, 5-6; probablemente Quijote, IV, 166, 14-16: II, 51. Supongo que Cervantes lo destacaba cuando cita versos como «con su muger folgar» (Quijote, I, 140, 10: I, 10) y «Ya me comen, ya me comen / por do más pecado avía» (Quijote, III, 414, 8-9: II, 33). También podría ser lo hiciera por medio del trujamán de Maese Pedro, cuando dice que la paternidad de Carlomagno de Melisendra era sólo «putativa» (Quijote, III, 328, 2-3: II, 26). Véase C. C. Smith, «On the ethos of the Romancero viejo», en Studies on the Spanish and Portuguese ballad, ed. N. D. Shergold (London: Tamesis, and [Cardiff:] University of Wales Press, 1972), pp. 5-24, en pp. 20-23, y el comentario de Armistead y Silverman, Hispanic Review, tomo 37 (1969), 409.

 

176

Aunque, por supuesto, no al autor del Entremés de los romances, quien trató con detalle los resultados negativos de la lectura de romances.

 

177

«Quit[ar] por fuerça» (I, 140, 26: I, 10).

 

178

Sobre la preocupación de Cervantes por la falsedad de los libros de caballerías, véase A study of «Don Quixote», pp. 40-44.

 

179

Ésta es una expresión proverbial para algo falso o sin sentido (véase la anotación de Rodríguez Marín del pasaje), aunque su uso se parece al de las imágenes religiosas en la condena de los libros de caballerías (véase Stephen Gilman, «Los inquisidores literarios de Cervantes», en Actas del Tercer Congreso Internacional de Hispanistas (México: El Colegio de México, 1970), pp. 3-25).

Cervantes no era el único que criticaba los romances por su falsedad. Sepúlveda señala, en su introducción (p. 43; Manual [...] siglo XVI, I, 230-31), que sus romances, «obra [...] verdadera y sacada de hystoria la más verdadera que yo pude hallar», pueden aceptarse en lugar de otros «harto mentirosos». Juan de Escobar decía que como «muchas dellas [historias profanas] [son] ficciones, y mentiras, quanto mas sabor dara la obra presente, pues [...] es verdadera» (p. 120; Manual [...] siglo XVII, I, 122). Sarmiento, quien, tras citar al Amadís, se queja de que «todos los referidos Poemas [...] han hecho mucho daño a nuestra Historia» (§§ 542-43).

 

180

Véase A study of «Don Quixote», pp. 162-65.