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«Quid, mea cum pugnat sententia secum, / quod petiit spernit, repetit quod nuper omisit, / aestuat et vita disconvenit ordine toto, / diruit, aedificat, mutat quadrata rotundis? / insanire putas sollemnia me neque rides...» (97-101).

 

192

Aun si la copia del «Intermissa uenus» en el folio de guarda resultara ser posterior a Petrarca (sobre el facsímil, no soy capaz de determinarlo), seguiría en pie que normalmente se percibía el fuerte tono prologal de la oda.

 

193

Inútil insistir en que amor y poesía van de la mano tanto en «Intermissa, Venus» como en Voi ch’ascoltate: «To say ‘I am engaged in love’s warfare’ was, according to a common literary convention, equivalent to saying ‘I am writing erotic poems’» (E. Fraenkel, Horace, Oxford, 1957, p. 413).

 

194

Por otro lado, vid. Lectura del «Secretum», pp. 101, n. 160, y 532, n. 272; «Rime sparse», cit., p. 112, n. 30; supra, n. 186; y Boncompagno da Signa, Rota Veneris, Estrasburgo, s. d. [Hain 3577, GW 4836], facsímil al cuidado de J. Purkart, Nueva York, 1975, p. 52: «Cum inter gloriosos puellarum choros vos nudiustercius corporis oculis inspexi, apprehendit quidam amoris igniculus precordialia mea et repente me fecit esse alterum, nec sum id quod eram...».

 

195

No sobra recordar que Petrarca, preocupado hasta la neurosis por cuanto tuviera que ver con la edad y con la cronología, «aveva bene avvertito il contrasto delle fonti sull’età nella quale Orazio sarebbe morto: se a settanta o a settantasette, o addirittura a cinquantasette anni» (Billanovich, «L’Orazio Morgan», cit., p. 134 y n. 54).

 

196

La datación que propuse en «Rime sparse», cit., ha sido mayoritariamente aceptada por quienes han considerado el problema. Vid., así, G. Ponte, ed., Rime sparse, Turín, 1979, pp. 20, 43; K. Foster, Petrarch: Poet and Humanist, Edimburgo, 1984, pp. 98-105; M. Santagata, particularmente en «Petrarca e Arnaut Daniel», cit., pp. 72-74; A. Noyer-Weidner, «Il Sonetto I», en Lectura Petrarce, IV, 1984 (= Memorie della Accademia Patavina di Scienze, Lettere ed Arti, Classe di Scienze Morali, Lettere ed Arti, XCVI, 1983-1984), pp. 327-353 (328-329).

 

197

Billanovich, «L’Orazio Morgan», cit., p. 134.

 

198

El facsímil no permite apreciar las calidades de la tinta, que tal vez harían posible asignar la manicula a uno de los varios estratos de las notas petrarquescas; pero la señal es indudablemente de nuestro humanista, con igual dibujo que otras del mismo códice, v. gr. fol. 42, o del Virgilio Ambrosiano, etc., etc. (cf. sólo A. C. de la Mare, The Handwriting of Italian Humanists, I, i, Oxford, 1973, p. 8 y n. 4).

 

199

Sobre la fortuna de ese y otros tópoi de los tres primeros sonetos, al margen de los prólogos latinos que ahora nos ocupan, se hallarán referencias en el artículo prometido en la n. 181.

 

200

Aduzco, entre tantas concordes, las explicaciones de J. Passerat, Commentarii in C. V. Catullum, A. Tibullum et S. A. Propertium, París, 1608, p. 135a, y de P. Veyne, L’élégie érotique romaine, París, 1983, p. 237, n. 3.

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