[113]
Cintra |
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Poema latino de Luisa Sigea, toledana |
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Est locus occiduas ubi sol æstivus ad oras... |
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Guardan un sitio las hesperias playas | |||
Do, en ebúrnea carroza conducido, | |||
Cuando vence la noche al claro día, | |||
Su radiante corona el sol estivo | |||
Desciñe, y los corceles fatigados | |||
Baña del ponto en los cristales fríos. | |||
Un valle, do murmuran frescas aguas, | |||
Cercan peñascos hasta el cielo erguidos, | |||
El mar dominan y tocar parecen | |||
La etérea cumbre tres enhiestos picos. | |||
Y si no orlaran su cabeza nubes, | |||
Dijérase que en ellos sostenido, | |||
Como en pilares de diamante inmobles, | |||
Del cielo estriba el eternal zafiro. | |||
Moran allí los Faunos saltadores, (150) | |||
Y el antro de las fieras escondido | |||
Penetra el cazador, de astucia armado, | |||
Que hiere con la madre al cachorrillo. | |||
Sus verdes hojas desplegando el roble | |||
De la intrincada selva en el recinto, | |||
Sombra y morada placentera ofrece | |||
A Silvanos y Sátiros lascivos. [114] | |||
El haya crece allí, crece la encina, | |||
Y el álamo de Alcides escogido, | |||
Y el peral, el cerezo y el castaño | |||
Con las flexibles ramas del corylo. | |||
Y otros dones innúmeros que al hombre | |||
Feliz para sustento ha concedido | |||
La bondad de los dioses inmortales, | |||
Míranse a breve espacio reducidos. | |||
Allí la rubia Ceres por su mano | |||
Enseña a cultivar el suelo opimo, | |||
Semillas lanza, y las alegres mieses | |||
Hace luego brotar del surco hendido. | |||
A la siniestra del florido valle | |||
Por do al Arctos el mundo está vecino, | |||
Alegres pastos a la grey balante | |||
Ofrece Pan en campos extendidos. | |||
La hespéride granada purpurea | |||
Del hondo valle en el recinto esquivo; | |||
Muestra el laurel sus hojas, que corona | |||
Tejen al luchador de premio digno. | |||
Encrespándose da sombra sagrada, | |||
Amado de Afrodita, el leve mirto; | |||
Hállanse al par de bien olientes flores | |||
De Cintra en el vergel frutos dulcísimos. | |||
Se oye el cantar de suave Filomela | |||
Y de la viuda tórtola el gemido, | |||
Y cuantas aves por el éter vagan | |||
Tienen en estos árboles sus nidos. | |||
Llenan la selva sus alegres cantos, | |||
Rosas produce el prado, violas, lirios, [115] | |||
Y la menta aromosa y el romero, | |||
El tomillo, la nepta y el narciso. | |||
De yerba ornados, de verdor y flores | |||
Ríen doquier el prado y el ejido; | |||
Con flores entretejen sus coronas | |||
Las Dríadas, los Faunos fugitivos. | |||
Fúlgida rueda susurrante el agua (151) | |||
Del rudo (152) seno de peñón altivo | |||
A regar en corriente sosegada | |||
El valle melancólico y sombrío; | |||
Forma ancho estanque do las Ninfas bellas | |||
Bañan tal vez sus cuerpos peregrinos, | |||
Cuando la Aurora en su carroza esplende | |||
O cuando al cielo cubre manto umbrío. | |||
Regio alcázar elévase en la orilla | |||
Del lago limpidísimo y tranquilo, | |||
Y desde allí las cándidas doncellas | |||
Prado contemplan y jaral bravío. | |||
Desde allí sus delicias yo admiraba, | |||
En cada objeto el ánimo embebido, | |||
Al tiempo que la Aurora derramaba (153) | |||
Por tierra y cielos su esplendor divino. | |||
Cuando el espejo líquido quebrando | |||
Brota gallarda Ninfa de improviso, | |||
En voz y aspecto semejante a diosa, | |||
Que con acento blando así me dijo: | |||
-«Salve, doncella de los dioses cara, | |||
¿Qué miras, di, desde la torre erguida? | |||
¿De tu princesa conocer el hado | |||
Quieres, Sigea?» [116] | |||
Y respondila: -«Si los altos Dioses | |||
Cumplir quisieran lo que yo deseo, | |||
A mi señora en los sublimes astros | |||
Vieras alzada. | |||
Oh tú que en rostro, cabellera y ojos, | |||
En leve paso y en mullido seno, | |||
Diosa pareces que el lugar custodias, | |||
Cándida Ninfa, | |||
De cuya boca transparente manan | |||
De aqueste río las serenas ondas, | |||
Tú revelarme el celestial decreto | |||
Puedes acaso. | |||
Dime la suerte que a la virgen regia | |||
Guardan los hados en futuros días, | |||
Cuál la reserva el eternal destino | |||
Tálamo de oro.» | |||
Interrumpiome con rosado labio: | |||
-«Virgen, escucha, mi verdad no dudes; | |||
Poco ha Neptuno a las etéreas sedes | |||
Me ha conducido. | |||
En el alcázar del supremo Jove, | |||
La ambrosía y néctar en doradas copas | |||
Los inmortales, de fulgor ceñidos, | |||
Ledos gustaban. | |||
Ya retiradas las fragantes mesas, | |||
Por tu señora suplicaron todos, | |||
Para que a cuantas en virtudes vence | |||
Venza en imperio. | |||
Por la Princesa agradecidos ruegan | |||
Minerva docta y el canoro Febo | |||
Y Caliope, del Saturnio padre | |||
Prenda querida. [117] | |||
A éstos amara la gentil doncella | |||
Que sabiamente penetró sus artes; | |||
Con aquel rostro que los cielos calma | |||
Jove repuso: | |||
-«Dioses, gozaos; inmutables yacen | |||
Los altos hados de la excelsa virgen; | |||
Si ve a otras manos empuñar el cetro, | |||
No desespere. | |||
Ya su lugar encontrará el destino; | |||
Con gran fatiga a la elevada cumbre | |||
Logra arribarse; no tolera el cielo | |||
Débiles dioses. | |||
Cual otras, fácil encontrara esposo, | |||
Mas el que a ella destinó la suerte | |||
Lugar ocupa en elevada cima, (154) | |||
Lejos del vulgo. | |||
Feliz el orbe regirá domado, | |||
Cuando a él se enlace la gentil princesa, | |||
Y entrambos polos doblarán la frente (155) | |||
A tu Señora. (156) | |||
Vuela a anunciarle que tranquila pase (157) | |||
Ya sin recelo sus alegres días, | |||
Y a repetirle el que de mí escuchaste | |||
Fiel vaticinio. | |||
No te acongojes, ni temor alguno | |||
Tal vez te impida predecir los hados, | |||
Que por su orden cuanto tú dijeres | |||
Ha de cumplirse.» [118] | |||
-«El tiempo dime del augurio, Ninfa,» | |||
(Yo repliquela) y respondiome aquesto: | |||
«Justo es tu ruego; conocer el plazo | |||
Justo parece. | |||
Díjolo el padre, al terminar la fiesta: | |||
Antes que Febo en su perpetuo giro | |||
Raudo del Cancro al Agocero helado | |||
Pase dos veces, | |||
Ha de cumplirse el eternal decreto. | |||
Feliz entonces, pues sus votos logra; | |||
Llevar al ara la Princesa debe | |||
Sacros perfumes.» | |||
Dijo la Ninfa, y ocultose luego | |||
En rápido, argentado remolino, | |||
Surco trazando, al sumergirse, leve | |||
En las ondas del lago, antes tranquilo. | |||
Y yo que incierta por la infanta estaba, | |||
Sabedora por fin de su destino, | |||
juzgué que a revelarle, disfrazado, | |||
Mercurio descendiera del Olimpo. | |||
Hoy constante es mi fe; por tal augurio | |||
Al cielo entrambas manos hoy dirijo, | |||
Y si se cumple en mi Princesa el hado, | |||
Pienso obtener lugar casi divino. | |||
Santander, 27 de diciembre de 1875. [119] |
|||
Traducción del fragmento Apócrifo de Catulo que forjó el abate Marchena |
|||
Mas ya traerán los siglos un héroe más excelso, | |||
Invicto en las batallas y armipotente más; | |||
Será de estirpe Eácida, que sólo el fuerte Aquiles | |||
A tal varón pudiera noble prosapia dar; | |||
Le admirarán los siglos mientras que nuestros dedos (158) | |||
De las humanas gentes los hados urdirán. | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. | |||
Y no en el Helesponto se encerrará su gloria, | |||
Antes el orbe todo triunfante correrá; | |||
Los campos de Germania que corta el Istro helado, | |||
Los que el etíope Nilo fecundizando va, | |||
La tierra de Saturno, de mieses abundosa, | |||
Do lame el rojo Tíber de Remo la ciudad. | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. | |||
De su valor ingente se admirará el germano, | |||
Y el dacio y el escita guerrero temblarán, | |||
Pues como la centella que Jove airado lanza | |||
Entre fragor de truenos y recia tempestad, | |||
Si prende en seca paja o en rosonante espiga, | |||
Por campos y montañas extiéndese voraz, | |||
Así él con muertos cuerpos atajará a los ríos | |||
Cuando soberbios corran a sumergirse al mar. | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. [120] | |||
Mas cuando la victoria su frente coronare, | |||
Anime la clemencia su soberana faz; | |||
Venciendo y perdonando someta a los vencidos, | |||
Y su triunfal carroza cien pueblos seguirán. | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. | |||
Éstos serán los juegos en que el potente Aquiles | |||
Los años ejercite de su florida edad, | |||
Y cuando rinda el hierro cansado el enemigo, | |||
Y al orbe retornare la fugitiva paz, | |||
El hórrido caudillo, las armas ya depuestas, | |||
En senectud gloriosa su pueblo regirá; | |||
Y al pueblo y al monarca los dioses sus mercedes, | |||
Como en el siglo de oro, sin tasa otorgarán. | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. | |||
Nunca el furor impío, su veste desgarrando, | |||
En intestinas lides abrase la ciudad, | |||
Ni hermanos contra hermanos, ni padres contra hijos | |||
Tiñan en propia sangre el brazo criminal. (159) | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. | |||
Desde la santa era de Deucalión y Pirra | |||
Ninguna más dichosa que esta futura edad. | |||
Cruzando los estambres, corred, husos ligeros, | |||
Del porvenir las telas fatídicos hilad. [121] | |||
Los sepulcros |
|||
Poema italiano de Hugo Fóscolo a Hipólito Pindemonte |
|||
Deorum manium iura sancta sunto. | |||
(XII Tablas) | |||
All'ombra de'cipressi e dentro l'urne... | |||
¿Del ciprés a la sombra, en rica urna | |||
Bañada por el (160) llanto, es menos duro | |||
El sueño de la muerte? Cuando yazga | |||
Yo de la tumba en el helado seno, | |||
Y no contemple más del sol la lumbre | |||
Dorar las mieses, fecundar la tierra, | |||
Y de yerbas cubrirla y de animales, | |||
Y cuando bellas, de ilusión henchidas, | |||
No pasen ya mis fugitivas horas, (161) | |||
Ni, dulce amigo, tu cantar escuche | |||
Que en armonía lúgubre resuena; | |||
Ni en mi pecho el amor, ni arda en mi mente | |||
El puro aliento de las sacras Musas, | |||
¿Bastará a consolarme yerto mármol | |||
Que mis huesos distinga entre infinitos | |||
Que en la tierra y el mar siembra la Muerte? | |||
Es verdad, Pindemonte, aun la Esperanza, | |||
última diosa, los sepulcros huye; [122] | |||
Todo el olvido en su profunda noche | |||
Presto lo oculta, y sin cesar girando | |||
Una fuerza invencible lo arrebata, (162) | |||
Y el hombre y sus sepulcros suntuosos (163) | |||
Y sus últimos restos y sus nombres | |||
De la tierra y del cielo borra el Tiempo. | |||
¿Mas no vive el mortal, cuando ya muda | |||
Es para él del mundo la armonía, | |||
Si puede alimentar dulces recuerdos (164) | |||
En los pechos amantes? La celeste | |||
Correspondencia de amoroso afecto | |||
Don es a los humanos otorgado; | |||
Por él vivimos con el muerto amigo, | |||
Y él vive con nosotros; la piadosa | |||
Tierra que en su niñez le alimentaba | |||
Le ofrece en su regazo último asilo, | |||
Y sus cenizas de la lluvia impía | |||
Y del profano pie guarda y defiende; | |||
Su nombre escribe en mármol, y con flores | |||
De árbol amigo su sepulcro cubre, | |||
Sobre él tendiendo bienhechora sombra. | |||
Mas quien afectos no dejó en herencia | |||
Con triste rostro mirará las tumbas, | |||
Errar verá su espíritu desnudo (165) | |||
Por las orillas de Aqueronte río, (166) [123] | |||
O levantarse en las augustas alas | |||
Del divino perdón, pero su polvo | |||
Deja a la ortiga del terrón desierto, | |||
Donde ni dama enamorada ruegue, | |||
Ni escuche el pasajero los suspiros | |||
Con que desde el sepulcro hablan los Manes. | |||
Nombre tan sólo aquellos muertos tienen (167) | |||
Que con piadoso llanto son honrados. (168) | |||
¡Oh Talía! sin tumba el sacerdote | |||
Yace, que con amor, en pobre asilo, | |||
Te consagró (169) un laurel, ciñó tus sienes | |||
Con preciada corona; tú aplaudías | |||
En dulce risa el cántico festivo, | |||
Punzante al Sardanápalo lombardo, | |||
Con el mugir dormido de sus bueyes, | |||
Que arando las campiñas del Tesino | |||
Ocio le dan, riquezas y abundancia. | |||
¡Oh bella Musa! ¿dónde estás? No siento | |||
Pura ambrosía, indicio de tu numen, | |||
Entre las plantas do sentado lloro (170) | |||
Por mi techo materno. (171) Aquí venías | |||
Tu poeta a escuchar, bajo aquel tilo | |||
Que hoy gime y tiende sus dobladas hojas | |||
Porque no cubre, oh Diosa, del anciano | |||
La urna con la sombra de sus ramas. [124] | |||
¿Buscas tal vez en túmulos plebeyos | |||
El lugar do descansa la cabeza | |||
Sagrada de Parini? No en sus muros | |||
Sombra le puso, mármol ni inscripciones | |||
Milán, la de cantores enervados (172) | |||
Engendradora; (173) sus cenizas mancha | |||
Tal vez con torpe sangre el homicida | |||
Que purgó en el patíbulo su crimen; | |||
Acaso siente cuál sus huesos roe | |||
Abandonado can que triste aúlla | |||
Y hambriento escarba la olvidada fosa, | |||
Mientras nocturno buho vuelve al nido, | |||
Si la luna alumbró el fúnebre campo, | |||
Y en inmundos sollozos se lamenta | |||
Del pálido fulgor que los luceros | |||
Sobre la tumba abandonada vierten. | |||
¡Oh sacra Musa! de la oscura Noche | |||
Por tu poeta la merced implora. | |||
¡Ay del difunto que ni gloria humana | |||
Tras sí dejare ni amoroso llanto! | |||
Flores no nacerán sobre su losa. | |||
Cuando las nupcias, tribunales y aras | |||
Dulcificaron de la humana gente | |||
Las ásperas costumbres, y piadosas | |||
Tornáronlas, los vivos arrancaron | |||
Al aire vago, a las voraces fieras | |||
Los míseros despojos que Natura | |||
En raudo vuelo, en incesante giro, | |||
Nueva existencia a producir destina. [125] | |||
Monumentos de gloria los sepulcros | |||
Fueron al par que venerandas aras. | |||
Allí los Lares responder solían, | |||
Del oráculo allí la voz oyose, | |||
Y fue temido el juramento horrible | |||
Sobre el paterno polvo pronunciado. | |||
Tal religión que con diversos ritos | |||
La virtud patria y la piedad unía, | |||
Fue por largas edades continuada. | |||
No siempre el pavimento recubrieron | |||
De los templos las losas sepulcrales, | |||
Ni el hedor de cadáveres mezclado | |||
Al humo del incienso respirose, | |||
Ni entristecieron la ciudad efigies | |||
De hórridos esqueletos, ni la madre | |||
Despertaba del sueño estremecida, | |||
Tendiendo el nudo brazo a la cabeza | |||
Del tierno niño que en su seno yace, | |||
Oír pensando de irritada sombra | |||
Largo gemir que el corazón lo helaba. | |||
En otra edad los cedros, los cipreses, | |||
De efluvios puros impregnando el aire, | |||
Hojas tendían en memoria eterna | |||
Sobre la urna, y en corintios vasos | |||
Derramadas las lágrimas votivas, | |||
Una antorcha encendían los amigos, (174) | |||
Para alumbrar la subterránea noche, [126] | |||
Porque los ojos moribundos buscan | |||
La luz del sol, y el último suspiro | |||
Todos los pechos a su luz exhalan. | |||
Las fuentes derramando aguas lustrales, | |||
Amarantos regaban y violas | |||
En el fúnebre cerco, do si alguno | |||
A libar leche y a contar sus penas | |||
A los caros finados se acercaba, | |||
Sentía en torno una fragancia pura | |||
Como las auras del Elíseo prado. | |||
Hoy piadosa locura a las doncellas | |||
Britanas hace suburbanos predios | |||
Mucho estimar, donde el amor las lleva | |||
De la perdida madre, do imploraron | |||
Al Genio del lugar por el retorno | |||
Del héroe que rompió vencida nave, | |||
Y de su mástil fabricó su tumba. (175) | |||
Donde duerme el afán de ínclitos hechos, (176) | |||
Y el trémulo pavor y la opulencia | |||
Son del vivir político ministros, | |||
Inútil pompa, precursora imagen | |||
Del Orco son marmóreos monumentos. | |||
Ya el rico, el docto y el patricio vulgo, | |||
Gloria y decoro de la Ausonia tierra, | |||
En sus palacios, entre vil lisonja, | |||
Tiene, aun en vida, excelsa sepultura, | |||
Y en vanos timbres su grandeza asienta. [127] | |||
Ven, dulce muerte, reposado albergue | |||
Do la fortuna sus venganzas cesa; | |||
Recoja la amistad no de tesoros | |||
Herencia, mas de canto no humillado | |||
Y libres pensamientos el ejemplo. | |||
A egregios hechos, Pindemonte, excitan (177) | |||
Las urnas de los fuertes; bella y santa | |||
Hacen al peregrino aquella tierra | |||
Que las oculta. Cuando vi el sepulcro | |||
Donde de aquel varón los restos yacen, | |||
Que el cetro del tirano gobernando, (178) | |||
Deshoja su laurel, y al pueblo muestra | |||
Con qué lágrimas crece y con qué sangre, | |||
Y el féretro de aquel que nuevo Olimpo | |||
Alzó en Roma a los Dioses, y la tumba | |||
Del que vio al sol inmóvil y a los mundos | |||
Bajo el etéreo pabellón rodando, | |||
Y al Ánglico inmortal mostró la vía | |||
Del antes ignorado firmamento; | |||
Dichosa te llamé, ciudad que baña | |||
Aura vital, y lava el Apenino | |||
Con torrentes lanzados de su cumbre. | |||
Limpidísima luz vierte la luna | |||
En tus collados que la vid adorna, | |||
En los cercanos valles que a los cielos | |||
Despiden de mil flores el aroma. (179) [128] | |||
Tú, Florencia, escuchaste la primera | |||
Del desterrado Gibelino el canto, | |||
Y tú los padres diste y el idioma | |||
Al dulce vate, de Caliope labio, | |||
El que al Amor desnudo en Grecia y Roma | |||
De un velo candidísimo adornando, | |||
Volvió al regazo de la Urania Venus | |||
Y más felice aún, porque en un templo | |||
Conservas fiel las italianas glorias, | |||
Las únicas quizá, pues de los Alpes | |||
El mal vedado paso y la inconstante (180) | |||
Omnipotencia de la humana suerte | |||
Armas te arrebataron y defensa, | |||
Y aras y patria; esta memoria sola | |||
Nos resta; de aquí brote refulgente | |||
Luz de esperanza a la oprimida Italia | |||
Y el fuego encienda en generosos pechos. | |||
Alfieri en estas tumbas a inspirarse | |||
Venir solía; con los patrios dioses | |||
Airado, en torvo ceño, erraba mudo | |||
Por la orilla del Arno más desierta | |||
Con ansioso recelo contemplando | |||
Los montes y los valles, do ninguno | |||
A su anhelar quejoso respondía; | |||
Sobre el mármol dobló la frente austera | |||
Con palidez mortal, mas aún brillaba | |||
La divina esperanza en su semblante. | |||
Hoy yace en esos mármoles; sus huesos [129] | |||
Aun a la voz de patria se estremecen; | |||
Desde el sacro recinto un numen habla, | |||
Numen de patria que animó a los griegos | |||
Contra el persa invasor, en Salamina | |||
Y en Maratón, do consagrara Atenas | |||
Trofeos a sus hijos. El piloto | |||
Que surcó desde entonce el mar Eubeo, | |||
Vio centellear en la tiniebla oscura | |||
Fulgor de yelmos y encendidas teas, | |||
Humear ígneo vapor las rojas piras, | |||
Armas brillar cual si la lid tomara, | |||
Y escuchó en el silencio de la noche | |||
Tumulto de falanges por el campo, | |||
Clangor vibrante de torcidas trompas, | |||
Relincho de corceles voladores, | |||
Gemir de moribundos, triste llanto, | |||
Himnos de gloria, y funerales trenos. | |||
¡Feliz tú que el imperio de los vientos | |||
En tus floridos años recorrieras, | |||
Y si la antena dirigió el piloto | |||
Tras las islas Egeas, cierto oíste | |||
Del Helesponto resonar la costa | |||
Con los hechos antiguos, y espumosa (181) | |||
Y rugiente (182) miraste a la marca | |||
Las armas conducir del fuerte Aquiles, | |||
A las playas Reteas, a la tumba [130] | |||
De Ayax de Telamón! Sólo la muerte | |||
Dispensa con justicia eterna gloria; | |||
Ni astuto ingenio ni favor de reyes | |||
Al Ítaco falaz aprovecharon; | |||
Las ondas le arrancaron su despojo | |||
Por los ínferos dioses concitadas. | |||
Yo en peregrinas tierras fugitivo | |||
Por anhelo de gloria y triste suerte | |||
Estos nombres evoco, que las Musas | |||
Del mortal pensamiento animadoras, | |||
Fieles custodios, los sepulcros guardan, | |||
Y cuando el tiempo con sus alas frías | |||
Osa tocarlos, las Pimpleas hacen | |||
Alegres con su canto los desiertos, | |||
Y vence poderosa su armonía | |||
De siglos mil las sombras y el olvido. | |||
Por eso hoy en la Tróade contempla | |||
Con asombro y respeto el peregrino | |||
Un lugar por la ninfa consagrado | |||
Que fue esposa de Jove, y dio la vida | |||
A Dárdano inmortal, de do Asaraco | |||
Y los cincuenta tálamos proceden | |||
Y Troya, el reino de la Julia gente. (183) | |||
Oyó Electra el decreto de la Parca | |||
Que del aura vital la transportaba | |||
A los Elíseos coros, y al Tonante | |||
Esta postrer plegaria dirigía: (184) [131] | |||
«Si te agradó mi rostro y mi belleza (185) | |||
Y las dulces vigilias a mi lado, (186) | |||
Y algún premio mayor no me deparas, | |||
La muerta amada desde el cielo mira | |||
Y haz sagrado el lugar de su sepulcro.» | |||
Rogando así, moría y el Saturnio, | |||
Gimió, doblando la inmortal cabeza, | |||
Y ambrosía vertió sobre la Ninfa, | |||
Y aquella tumba consagró por siempre. | |||
Allí yace Erictonio y duerme el justo | |||
Ilión; allí venían las troyanas | |||
Sacrificios a hacer, queriendo en vano | |||
El hado detener de sus maridos; | |||
Allí vino Casandra, cuando el pecho | |||
Ardiendo en sacro fuego, el Dios la hacía | |||
De Pérgamo anunciar los tristes hados, | |||
Y a las sombras cantaba himno amoroso, | |||
Guiando a sus sobrinos exclamaba | |||
Con profundo suspiro: «Si de Argos | |||
Do al hijo de Laerte, al de Tideo | |||
Conduciréis al pasto los corceles, | |||
Tal vez tornar os concediera el hado, | |||
En vano buscaréis la patria vuestra; | |||
Los muros arderán, obra de Febo, | |||
Aun veréis humeantes sus reliquias. | |||
En esta sacra tumba los Penates | |||
Habitarán de Ilión, que en la desdicha (187) | |||
Los Númenes conservan el recuerdo. [132] | |||
¡Oh palmas y cipreses que las nueras | |||
De Príamo plantaron, y que presto | |||
¡Ay! creceréis con lágrimas bañados (188) | |||
De tristes viudas, proteged mis padres! | |||
Y quien llegare a la espesura sacra | |||
Que vuestras ramas formarán creciendo, | |||
Pío se dolerá de nuestros males | |||
Y tocará con reverencia el ara, | |||
Amparad a mis padres algún día; | |||
Veréis errante a un ciego en vuestros bosques, | |||
Trémulo penetrar en los sepulcros, | |||
Las urmas abrazar e interrogarlas; | |||
Entonces gemirán los hondos antros | |||
Y narrarán las tumbas el destino | |||
De Ilión, dos veces en el polvo hundida | |||
Y dos tornada a alzar con gloria nueva (189) | |||
Para adornar el último trofeo | |||
Del Pélide fatal. El sacro vate, | |||
Aplacando las sombras con su canto, | |||
Ensalzará a los príncipes argivos | |||
Por cuanto baña el piélago sonante, | |||
Y a ti, Héctor, dará llanto sublime. | |||
Santa será la sangre derramada | |||
Por la patria infeliz, mientras radiante | |||
El sol alumbre la miseria humana.» | |||
Santander, 4 de septiembre de 1875. [133] |
|||
El ciego |
|||
Idilio de Andrés Chénier |
|||
Dieu dont l'arc est d'argent, Dieu de Claros, écoute... |
|||
-«Oye mis ruegos tú, deidad de Claros, | |||
Apolo Smínteo, el de la alada flecha | |||
Y arco de plata. Moriré sin duda, | |||
Si tú no guías a este errante ciego.» | |||
Tal pronunciaba con suspiro triste, | |||
Penetrando en la selva, errante anciano, | |||
Y en una piedra se sentó gimiendo. | |||
Al ladrido tenaz de los molosos, | |||
Custodios fieles de la grey balante, | |||
Tras él corrían con veloces pasos, | |||
Hijos de aquella tierra, tres pastores, | |||
El furor deteniendo de sus canes, | |||
Por amparar del viejo la flaqueza, | |||
Y acercándose a él, así decían: | |||
-«¿Quién es aqueste anciano, débil, ciego? | |||
¿Será por dicha morador celeste? | |||
Grandeza y altivez su faz descubre, (190) | |||
Pende una lira informe de su cinto, | |||
Y al resonar su canto, se estremecen | |||
El aire, el mar, el cielo y las montañas.» [134] | |||
Él sus pasos oyó, y atento espera, | |||
Y tiembla al acercarse, y ambas manos | |||
En ademán de súplica extendía. | |||
-«No temas (dicen ellos), extranjero, | |||
Si ya en forma terrestre, deleznable, | |||
No eres un numen que a la Grecia ampara: | |||
¡Tanta grandeza en tu vejez descubres! | |||
Si eres sólo un mortal, oh triste anciano, | |||
No te arrojaron las marinas olas | |||
A tierra cruda y de piedad ajena. | |||
Nunca el destino da dicha colmada; | |||
A ti los altos dioses concedieron | |||
Noble y sonora voz, pero tus ojos | |||
Cerraron a la luz del claro día.» | |||
-«Infantil vuestra voz blanda parece; | |||
Niños seréis, mas los discursos vuestros | |||
Prudencia suma (191) y madurez revelan. | |||
Pero siempre recela el indigente | |||
Extranjero que sirven sus desgracias | |||
De objeto a muchos de baldón y risa. | |||
No compararme a los celestes dioses | |||
Oséis: ¿mis canas, mi arrugada frente | |||
Y esta perenne noche de mis ojos | |||
Son de un numen tal vez digno semblante? | |||
¡Soy hombre entre los hombres desdichado! | |||
Si a un pobre conocéis, errante, triste, | |||
A ese tan sólo compararme puedo. [135] | |||
No porque yo intentara, cual Tamiris, | |||
La prez del canto arrebatar a Apolo, | |||
Ni, cual Edipo, con incesto hubiera | |||
Y parricidio sobre mí llamado | |||
De las negras Euménides las iras. | |||
En mi vejez el hado omnipotente | |||
Me reservaba la tiniebla oscura, | |||
Y en destierro vagar, hambre y pobreza.» | |||
-«Toma, y ojalá cambie tu destino,» | |||
Ellos dijeron, y sacando luego | |||
De una de cabra piel, blanca (192) y luciente, | |||
El manjar aquel día preparado, | |||
En sus rodillas ponen a porfía | |||
El blanco pan de trigo, la aceituna, | |||
La almendra, el queso y los melosos higos. | |||
Come también el perro, que yacía | |||
Entre sus pies, mojado y sin aliento, | |||
Que nadando dejó la corva nave | |||
A pesar del remero, y en la orilla | |||
Vino a juntarse a su infelice dueño. | |||
-«No siempre mi destino es inflexible; | |||
Salud, oh niños (el anciano dijo) | |||
De Jove mensajeros. ¡Venturosos | |||
Los padres que a estos niños engendraron! | |||
¡Venid y que mis manos os conozcan | |||
Cual si vista tuviera! ¡Oh hijos míos, | |||
Hermosos sois los tres, vuestros semblantes | |||
Hermosos son, y dulces vuestras voces! [136] | |||
¡Qué amable es la virtud de gracia llena! | |||
Creced cual la palmera de Latona, | |||
Del cielo don, del mundo maravilla, | |||
Que contemplé, cuando mis ojos vieron, | |||
Al aportar a la sagrada Delos, | |||
Cerca de Apolo y de su altar de piedra. | |||
Cual ella creceréis grandes, robustos, | |||
Fuertes, de los mortales venerados, | |||
Porque amparar sabéis tanta desdicha. | |||
Apenas el mayor tendrá trece años, (193) | |||
Oh niños míos; yo era casi viejo | |||
Antes que vuestros padres respiraran. | |||
Siéntate junto a mí, del viejo cuida, | |||
Tú el mayor de los tres.» - «Cantor ilustre, | |||
¿Cómo o de dónde vienes? que las olas | |||
Rugen por dondequiera en nuestra orilla.» | |||
-«Mercaderes de Cyme me guiaron; | |||
Dejaba (194) de la Caria las riberas, | |||
Por ver si Grecia patria me ofrecía | |||
Y los dioses benignos me otorgaban | |||
Suerte menos cruel, horas serenas. | |||
¡Que la esperanza hasta el sepulcro vive! | |||
Mas nada tengo; ni pagar el viaje | |||
Pude a los nautas, y ellos me arrojaron, | |||
Como visteis poco ha, a vuestra ribera.» | |||
-«¿Y por qué no cantaste, dulce viejo? | |||
Con tu armoniosa voz pagar podías.» [137] | |||
-«¡Hijos, del ruiseñor los dulces sones | |||
Nunca del buitre calmarán la rabia, | |||
Ni los avaros, insolentes ricos | |||
Alma tendrán para gustar del canto. | |||
Guiado por mi báculo, en la arena, | |||
Del piélago al mugir, solo, en silencio, | |||
Escuché los balidos de un rebaño | |||
Y el resonar de la bronceada esquila. | |||
Tomé la lira; a sus movibles cuerdas | |||
Los dedos apliqué, ya temblorosos, | |||
La bondad implorando de los dioses | |||
Y en especial de Jove hospitalario. | |||
Mas de pronto sonó voz formidable | |||
Y enormes perros contra mí vinieron, | |||
Y vosotros con piedras y con gritos | |||
Calmasteis luego su iracunda rabia.» | |||
-«¿Será cierto tal vez, oh padre mío, | |||
Que ya perverso degenera el mundo? | |||
En otro tiempo al escuchar la lira | |||
Lobos y tigres, su furor rendido, | |||
De un cantor como tú los pies besaban.» | |||
-«¡Bárbaros, ay! Sentado yo en la popa, | |||
Canta, gritaba aquella chusma impía, | |||
Si ve algo más tu ingenio que tus ojos, | |||
Destierra nuestro enfado, vagabundo. | |||
Yo confundirles quise con mi acento, | |||
Mas no se abrió la boca a la respuesta, | |||
Hice callar la lengua, y con la mano | |||
Detuve al Dios hirviente ya en mi seno. [138] | |||
¡Oh Cyme, pues tus hijos ofendieron | |||
A la prole inmortal de Mnemosina, | |||
Profundo olvido su memoria cubra | |||
Y sepulte su nombre densa noche!» | |||
-«Ven a nuestra ciudad, de aquí vecina, | |||
Que a los amigos de las Musas ama; | |||
Un asiento te espera en los festines | |||
Con argentinos clavos tachonado. | |||
Ricos manjares, miel y dulce vino | |||
De los pasados males la memoria | |||
Desterrarán, so la columna alzada | |||
Do pende de marfil sonante lira. | |||
Si en el camino, rápsoda ingenioso, | |||
Con celestiales cantos nos deleitas, | |||
Diré que Apolo desde el alto Olimpo | |||
Tu son inspira y tus acordes rige.» | |||
-«Marchemos, sí; ¿mas dónde me conduces? | |||
Hijos del triste ciego, ¿dónde estamos?» | |||
-«En la isla de Sicos fortunada.» | |||
-«¡Sicos, salud, hospitalaria siempre! | |||
Piso otra vez tu venturosa orilla; | |||
Amigos, vuestros padres me conocen. | |||
Cual vosotros crecían, cuando vine | |||
Joven, valiente: (195) contemplar podía | |||
La primavera, el sol, la blanca Aurora. | |||
Siempre el primero en la gallarda liza, (196) | |||
En la pírrica danza, en la carrera, [139] | |||
Argos y Creta, Atenas y Corinto | |||
Yo visité; la de cien puertas Tebas | |||
Y del Egipto la ribera fértil. | |||
Mas la tierra y el mar, el tiempo, el hado, | |||
Mi cuerpo han oprimido de dolores; | |||
Sólo la voz me queda, cual cigarra | |||
Que cantando en las ramas se consuela.» | |||
-«Ante todo a los dioses invoquemos: | |||
¡Oh soberano, omnipotente Jove, | |||
Sol que en tu lumbre lo penetras todo, | |||
Mar, tierra, ríos, vengadoras Furias, | |||
Salud, ¡oh del Olimpo habitadores! | |||
Todo saber procede a los mortales | |||
De vosotras, oh Musas; comencemos...» | |||
Él prosiguió; las ramas se inclinaron (197) | |||
Del roble antiguo a sus cadentes sones, | |||
Libre dejó el pastor a su ganado, | |||
Y olvidando el camino los viajeros | |||
Pararon a su voz. Él suspendido | |||
Del fuerte brazo de su joven guía, | |||
Sintiolos agruparse y detenerse, | |||
Con avidez oyendo sus cantares, | |||
Y Ninfas y Silvanos de sus grutas | |||
A admirarle salir, no respirando, | |||
Sobrecogidos con espanto mudo. | |||
Porque cantaba en vagarosos himnos, | |||
Cuál se juntaron en fecundo abrazo | |||
Las primeras semillas de los seres, [140] | |||
Los principios de fuego, tierra y aire, | |||
Y del seno de Jove descendida | |||
El agua a congregarse en hondos ríos; | |||
Las leyes, los oráculos, las artes (198) | |||
Y la concordia fraternal del pueblo; | |||
El caos, los amores inmortales, | |||
El Rey sublime, que el Olimpo y Tierra | |||
Al mover estremece de sus ojos; | |||
Los dioses dividiendo fiera lucha, | |||
Sangre divina enrojeciendo el suelo, (199) | |||
Congregados los reyes, y a sus plantas | |||
Nubes de polvo, carros voladores, | |||
Armas brillantes de guerreros fuertes, | |||
Cual vasto incendio en escarpada cima, | |||
Crines flotantes de ligeros potros | |||
Que a sus jinetes a la lid arrastran. | |||
Cantó después la paz de las ciudades, | |||
Los oradores, las sagradas leyes, | |||
Y de los campos la cosecha fértil; | |||
Mas pronto coronadas las murallas | |||
De soldados mostró; víctimas ruedan | |||
En los sagrados atrios, y las madres | |||
Y las esposas gimen; las doncellas (200) | |||
A dura esclavitud son condenadas. (201) | |||
Cantó tras esto las alegres mieses, | |||
Balante grey y mugidor rebaño, (202) [141] | |||
La rústica zampoña, las canciones | |||
De ruidosa vendimia, los festines, | |||
La flauta suave y la ligera danza. | |||
El viento desató que el mar agita | |||
Y al nauta envuelve en las hinchadas olas; | |||
Mas súbito a las hijas de Nereo | |||
Salir ordena de azulada gruta, | |||
Y pronto levantáronse a sus gritos | |||
Naves sin cuento que la mar cortaban | |||
Con rumbo cierto a la troyana orilla. | |||
Mostró después de Estigia las prisiones | |||
Y la ribera criminal, los campos | |||
De asfódelo, do vagan macilentas | |||
Sombras de luz y de vivir privadas, | |||
Tristes ancianos por la edad vencidos, | |||
Jóvenes arrancados de sus padres, | |||
Niños cuyo sepulcro fue la cuna, | |||
Y doncellas que en flor arrebatadas | |||
Tálamo hallaron en la tumba fría. | |||
Bosques, arroyos, montes y peñascos, | |||
Cómo debisteis palpitar de gozo | |||
Cuando el vate mostraba al divo Hefesto | |||
Forjando en Lemnos, en el sacro yunque, | |||
Aquella red irresistible y fina, | |||
Como de Aracne las sutiles hebras, | |||
Y entre sus hilos enredando a Venus; | |||
O cuando en piedra trasformaba a Niobe, | |||
Madre tebana, de altivez en pago, | |||
O cuando con acento lastimero | |||
De la triste Aedon repitió el lloro, [142] | |||
Que de un hijo madrastra involuntaria | |||
Huyó, cual ruiseñor, a la espesura | |||
Del solitario bosque. Con el vino | |||
Vertió después el néphendes potente, | |||
Que olvido inspira de los males todos, | |||
De los guerreros en las copas; luego | |||
Cogió la flor del moly que a los hombres | |||
Hace prudentes, sabios y felices, | |||
Y del calmante lotos la bebida | |||
Con cuyo filtro olvidan los mortales | |||
Los caros padres y la dulce tierra. | |||
Vieron por fin el Osa y el Peneo | |||
Y la espesura umbrosa del Olimpo, | |||
Las mesas de Himeneo ensangrentadas, | |||
Cuando el monstruoso pueblo de la noche | |||
Al festín asistió de Piritoo; (203) | |||
Y Tesco arrancó medio desnuda | |||
La esposa de su amigo, del robusto | |||
Brazo del ebrio, del salvaje Eurito, | |||
Mientras, acero en mano, el desposado | |||
«Espera (le gritó), traidor espera: | |||
Fuerza es que hoy vengue el insolente ultraje.» | |||
Mas, antes que él, sobre el Centauro fiero, | |||
Hizo Dryas caer ardiente pino, | |||
Con el hierro sus ramas erizadas. | |||
El cuadrápedo atroz en vano clama (204) | |||
Y el suelo hiere, donde al fin sucumbe. [143] | |||
Y al esfuerzo de Nesso armipotente | |||
Ruedan Cymele, Periphas, Evagro; | |||
Mata Pirito a Antímaco y Petreo, | |||
Y al de nevados pies, leve Cilaro, | |||
Y al negro Macareo, que con pieles | |||
De tres leones por su mano heridos | |||
Armaba sus ijares y su seno. | |||
Encorvado, una roca levantando, | |||
Imprudente Bianor es sorprendido | |||
Por Hércules divino, que sepulta | |||
En un vaso de bronce antiguo, inmenso, | |||
Herida con la clava, su cabeza; | |||
Y ceden al furor del bravo Alcides | |||
Licotas, Clamis, Demoleón, Rifeo, | |||
Que ostentaba en sus crines orgulloso | |||
El heredado brillo de las nubes. | |||
De doble lid Eurynomo sediento, | |||
Mueve sus pies en raudo torbellino, | |||
De Néstor sacudiendo la armadura | |||
Con repetidos golpes; huye el duro | |||
Yelops, y con el brazo levantado | |||
Espera el ágil Crántor la embestida, | |||
Mas súbito Eurynomo, se interpone | |||
Y va a hendir con el leño su cabeza. | |||
Violo el hijo de Egeo ensangrentado | |||
Y del ara arrancó una ardiente encina; | |||
Lanzó grito terrible; de su espalda | |||
Nunca domada las flotantes crines | |||
Asió veloz, y sepultó en su boca [144] | |||
Abierta con esfuerzo poderoso | |||
La llama juntamente con la muerte. (205) | |||
Despójase el altar de sus antorchas | |||
Y armas para el combate les ministra; | |||
Suena en el bosque femenil gemido; | |||
Los ungulados pies baten la tierra, | |||
Y mézclase al tumulto del combate (206) | |||
Ruido de vasos con estruendo rotos, | |||
Injurias, gritos, moribundos ayes.» | |||
Así el viejo de imágenes osadas | |||
Desarrolló el tejido portentoso, | |||
En tanto que los niños asombrados | |||
Contemplaban salir de aquella boca | |||
Raudo torrente de inmortal palabra, | |||
Como en invierno la copiosa nieve | |||
Cae en la cima del erguido monte. | |||
A su encuentro con ramas en las manos, (207) | |||
Salen de la ciudad los moradores | |||
Hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, | |||
Flor y ornamento de la isleña Sicos. | |||
«Ven, elocuente vate, repetían; | |||
Ven, armonioso ciego, a nuestros muros; | |||
Alumno de las Masas, convidado | |||
Al nectáreo banquete de los dioses; | |||
Nuestra isla habitarás, y quinquenales | |||
Juegos celebrarán el fausto día | |||
En que holló nuestra playa el grande Homero. | |||
Santander, 6 de diciembre de 1875. [145] |
|||
El joven enfermo |
|||
Idilio de Andrés Chénier |
|||
Apollon, Dieu sauveur, dieu des savants mystères. |
|||
«Apolo salvador, Dios de la vida, | |||
Dios del misterio y las salubres plantas, | |||
Vencedor de Pytón, joven, triunfante, | |||
Apiádate de mi hijo, mi único hijo, | |||
Y de su madre, en lágrimas bañada, | |||
Que sólo por él vive y moriría | |||
Si perdiese la lumbre de sus ojos; | |||
Que no ha vivido para verle muerto... | |||
Su juventud ampara, joven eres, | |||
Extingue en él la fiebre abrasadora | |||
Que consume la flor de su existencia. | |||
Si logra libertarse del sepulcro | |||
Y al Ménalo tornar con su rebaño, | |||
Mis arrugadas manos, de tu estatua | |||
Suspenderán al pie, de onyx la copa, (208) | |||
Y, cada estío, de un mugiente toro | |||
La sangre correrá sobre tus aras. | |||
¿Siempre, hijo mío, tu silencio triste | |||
Inflexible será? ¿Matarme quieres? | |||
¿En mi cana vejez abandonarme? [146] | |||
¿Tus párpados cerrar, unir tu polvo | |||
A las cenizas de tu padre debo? | |||
Yo esperaba de ti tales cuidados; | |||
Yo esperaba que el mármol de mi tumba | |||
Regases tú con lágrimas y besos. | |||
Hijo mío, ¿qué pena te devora? | |||
Doble amargura entraña el mal callado. | |||
¿Nunca alzarás los ojos abatidos?» | |||
-«Adiós, madre, me muero... ya no tienes, | |||
No tienes hijo, madre muy amada; | |||
Te pierdo, que una llaga me consume | |||
Ardiente, venenosa... Con trabajo | |||
Respiro apenas, e imagino siempre | |||
Que en cada aliento huye de mí la vida. | |||
No hablaré más... adiós... me ofende el lecho, | |||
El peso del tapiz... me oprime todo... | |||
Ayúdame a morir, ponme de lado... | |||
¡Ah! ya expiro... dolor...» | |||
-«Tente, hijo mío; | |||
Toma esta copa, esta bebida apura; | |||
Su calor te dará fuerzas y vida; | |||
La adormidera, el díctamo y la malva | |||
Y mil potentes zumos (209) que dan sueño | |||
Vertió a mi ruego en el hirviente vaso | |||
La Tésala hechicera. (210) Ya tres giros (211) | |||
Ha dado el sol, sin que tu boca a Ceres | |||
Ni tus ojos el sueño conocieran. [147] | |||
Toma, hijo mío, ríndete a mis ruegos... | |||
¡Llora tu anciana, inconsolable madre, | |||
Tu triste madre a quien amar decías; | |||
La que otro tiempo dirigió tus pasos, (212) | |||
Te dio sus brazos, te ofreció su seno; | |||
La que a hablar te enseñara, (213) y muchas veces | |||
Con su canto las lágrimas calmaba, (214) | |||
Que arrancó de (215) tus ojos infantiles | |||
El brotar de los dientes doloroso. | |||
Beba tu labio pálido y helado, | |||
Que otro tiempo mis pechos oprimiera, | |||
Jugo que nutra y tu dolor mitigue, | |||
Cual tu infancia nutrió la leche mía!» | |||
-«¡Valles, collados, bosques de Erimanto, | |||
Viento sonoro y fresco que las hojas | |||
Sacudes y las aguas estremeces, | |||
Y levantas la túnica de lino | |||
Que avara cubre su torneado seno... | |||
De leves ninfas saltadores coros!... | |||
¿Lo sabes, madre mía? En la espesura | |||
Del Erimanto ni los lobos vagan | |||
Ni se arrastra la sierpe ponzoñosa... | |||
¡Rostro divino, transparentes aguas, | |||
Flores y danzas y sonoros cantos!... | |||
¿Lugar más bello ofrecerá la tierra? | |||
Ya no veré esos brazos, esas flores, [148] | |||
Ni los cabellos, ni los pies desnudos, | |||
Blancos y delicados... Conducidme | |||
A los umbrosos bosques de Erimanto, | |||
Y allí contemple a la doncella hermosa | |||
Por la postrera vez... Alzarse vea | |||
Del humo de su hogar larga columna; | |||
Allí acompaña a su felice padre, | |||
Con pláticas sabrosas encantando | |||
Su tranquila vejez. ¡Dioses! la veo | |||
El vallado saltar, suelta la trenza, | |||
Y luego a lentos pasos dirigirse | |||
De su madre al sepulcro, donde llora, | |||
Sobre él quedando pensativa, inmóvil. | |||
¡Qué hermosa faz! ¡Qué dulces son sus ojos! (216) | |||
¡Ay! ¿llorarás así sobre mi tumba? | |||
¡Ah! si exclamases, bella de las bellas: | |||
«Crudas con mi amador fueron las Parcas.» | |||
-«¿Conque es Amor insano, oh hijo mío, (217) | |||
Quien así crudamente te ofendiera?... | |||
¡Hijo mío infeliz! Débiles somos, | |||
Mas siempre nuestro amor al hombre hiere; (218) | |||
Cuando lágrimas corren en secreto, | |||
Siempre por el amor son derramadas. | |||
Mas, dime: ¿en la espesura de Erimanto | |||
Qué virgen viste, qué gallarda ninfa? | |||
¿No eres rico tal vez? ¿No eras hermoso [149] | |||
Antes que tus mejillas marchitara | |||
La dolencia fatal?... Habla, hijo mío. | |||
¿Es Egle, hija del rey de la onda pura, | |||
O Irene rubia, la de largas trenzas? | |||
¿Será por dicha la belleza altiva | |||
Que en templos, en festines es mirada | |||
De madres y de esposas con espanto? | |||
¿Será la hermosa Dafnis...» | |||
-«Calla, madre, | |||
Calla, que es orgullosa, es inflexible; | |||
Como las inmortales, bella, altiva. (219) | |||
Por ella mil amantes anhelaron, | |||
Y la amaron en vano... Como ellos, | |||
Yo altanera (220) respuesta hubiera oído... | |||
No lo sepa jamás... Pero oye, madre; | |||
Mira cuál pasan, ¡ay! mis tristes días; | |||
Mi ruego escucha, ven en mi socorro; (221) | |||
Yo muero... ve a buscarla... que tu rostro | |||
Y tu vejez la imagen de su madre | |||
Traigan a su memoria. El canastillo | |||
Toma, y en él los más preciados frutos, | |||
Y el Eros de marfil, la copa de onyx, (222) | |||
De nuestra choza espléndido ornamento. | |||
Toma mis cabritillos, toma al cabo | |||
Mi corazón, y lánzale a sus plantas. [150] | |||
Dila quién soy y dila que me muero; | |||
Dila que no te resta hijo ninguno, | |||
Abraza de su padre las rodillas, | |||
Implora, gime (223) y en tu auxilio llama | |||
Cielos y tierra, dioses venerandos | |||
Templos, altares y potentes diosas. | |||
Vete; si no consigues ablandarla, | |||
Adiós, mi madre, adiós, no tendrás hijo... | |||
-«Hijo tendré; lo dice la esperanza.» | |||
Sobre el lecho inclinose, y en silencio | |||
Cubrió la frente del dolor rendida | |||
Con beso maternal mezclado en llanto. | |||
Después salió con paso vacilante | |||
Por la edad y el temor, trémula, inquieta. | |||
Pronto volvió ligera y anhelosa, | |||
Gritando desde lejos: -«Hijo mío, | |||
Ya vivirás.» Sentose junto al lecho; | |||
Tras ella sonriendo entró un anciano | |||
Y una virgen después, en cuya frente | |||
Mostró el rubor su púrpura divina. | |||
Hacia el lecho miró, y el insensato | |||
Ocultó tembloroso la cabeza. | |||
Mas ella dijo: -«Amigo, de las danzas (224) | |||
Hace tres días que tu ausencia advierto; (225) | |||
¿Por qué morirte quieres? Tú padeces, (226) [151] | |||
Dicen que sola yo puedo curarte... (227) | |||
Vive y una familia formaremos, | |||
Y tú padre tendrás, tu madre, hija.» | |||
Santander, 8 de diciembre de 1875. [152] |
|||
Neera |
|||
Idilio de Andrés Chénier |
|||
Mais telle qu'à sa mort, pour la dernière fois... |
|||
............................. | |||
Como en su muerte, por la vez postrera, | |||
El cisne gime y falleciente entona | |||
Dulce cantar al despedir la vida; | |||
Pálida así, y en la mirada triste | |||
Sombra funesta, desplegó sus labios | |||
La ninfa, y dijo con susurro leve: | |||
«¡Oh del Sebeto náyades ligeras, | |||
Cortad las trenzas sobre mi sepulcro! | |||
Clinias, adiós; no volverá tu amada. | |||
¡Cielo, mar, tierra, valles y torrentes, | |||
Flores y bosques y repuestas grutas, | |||
Traed continuo a su memoria el nombre (228) | |||
De Neera, su bien y sus amores; | |||
De su Neera, que por él la casa | |||
Dejara de su madre, y fugitiva | |||
De ciudad en ciudad errante (229) anduvo, | |||
Sin atreverse a levantar los ojos | |||
Delante de los hombres. Ora el astro | |||
De los gemelos de la hermosa Elena | |||
En el jónico mar tu nave guíe; [153] | |||
Ora de Pesto en el vergel lozano | |||
Dos veces en el año frescas rosas | |||
Corte tu mano por tejer coronas, (230) | |||
Si a la puesta del sol vaga tristeza | |||
Mezclada de dulzura tu alma siente, | |||
Llámame, Clinias; estaré a tu lado, | |||
O tras ti volaré; mi espíritu (231) errante | |||
Gemirá entre las hojas de los bosques, | |||
Descenderá en el seno de las nubes, | |||
Llevaranle (232) los vientos en sus alas, | |||
O brotará de la marina espuma. | |||
Como centella surcará los aires, | |||
Leve cual sueño, sin cesar volando, | |||
Y siempre tierno y amoroso siempre, | |||
Mi acento blando halagará tu oído.» | |||
Santander, 8 de julio de 1876. |
|||