Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  -[fol. XXVr]-  

ArribaAuto de la Pasión fecho por Lucas Fernández

 

Representación de la Pasión de nuestro Redentor Jesu Cristo, en la cual se entroducen las personas siguientes: SAN PEDRO e SAN DIONISIO, e SAN MATEO, e GEREMÍAS e las TRES MARÍAS. Y el primer introductor es SAN PEDRO, el cual se va lamentando a facer penitencia por la negación de Cristo como en la Pasión se toca: S: exiit foras et flevit amare. E el poeta finge toparse con SAN DIONISIO, el cual venía espantado de ver eclipsar el sol e turbarse los elementos, e temblar la tierra e quebrantarse las piedras sin poder alcanzar la causa por sus reglas de astronomía. E después entra SAN MATEO recontando la Pasión con algunas meditaciones. E después GEREMÍAS. E finalmente entran las TRES MARÍAS. Et incipit feliciter sub correctione sancte matris ecclesie.

 
PEDRO
Oíd mi voz dolorosa,
oíd los vivientes del mundo,
oíd la pasión rabiosa
que en su humanidad preciosa
sufre nuestro Dios jocundo.5
Salgan mis lágrimas vivas
del abismo de mis penas,
pues que d'ansias tan altivas,
tan esquivas,
mis entrañas están llenas.10


¡Ay de mí, desconsolado!
¿Para qué quiero la vida?
¿Qué haré ya, desdichado?
Ya mi bien es acabado,
ya mi gloria es fenecida.15
¿Cómo pude yo negar
tres veces a mi señor?
Mi vida será llorar
el pesar
de mi pecado y error.20


   Será ya mi habitación
en los campos despoblados.
Lloraré con aflición
hasta alcanzar el perdón
de mis muy graves pecados.25
Mis mexillas regaré
con lágrimas de mis ojos.
Mis carnes afligiré,
y estaré
siempre en la tierra de hinojos.30


   De sollozos y gemir
de hoy más será mi manjar;
de penitencia, el vestir,
y el beber de mi vivir
le proveerá mi llorar.35
¡Oh mi boca entorpecida,
oh desvariada lengua,
oh maldad mía crecida,
engrandecida!
¡Oh mengua de mi gran mengua!40


   ¿Dónde estaba transportado?
¿Dónde estaban mis sentidos?
¿Cómo estaba así olvidado?
¡Ay de mí, viejo cuitado!
¿Dónde los tenía perdidos?45
¡Oh gallo sabio, prudente,
cuán presto me despertaste!
¡Oh buen Dios omnipotente,
cuán clemente
con tus ojos me miraste!50


   Mi esfuerzo, mi fortaleza,
mi fe robusta encendida,
mi limpieza, mi pureza,
¿cómo cayó en tal vileza
que tan presto fue vencida?55
¡Miserere, miserere,
mi Dios, pues que te negué!
Miserere pues que muere
y de ti quiere
perdón, mi esperanza y fe.60


-[fol. XXVv]-
   ¡Oh mi Dios!, ¿y dónde estás?
¿Dónde estás, que no te veo?
DIONISIO
Deo gracias, padre, ¿qué has
que a tantas penas te das?
PEDRO
¡Oh mi gran bien y deseo!65
DIONISIO
¿No me dirás tú quién eres?
PEDRO
Soy Pedro, el desventurado.
DIONISIO
¿Por qué lloras? ¿Por qué mueres?
Tú ¿qué quieres?
PEDRO
¡Ay! ¡qu'he a mi señor negado!70


DIONISIO
Y di, ¿quién es tu señor?
PEDRO
Dios y Hombre verdadero,
el cual, con muy santo amor,
recibe pena y dolor
por el pecado primero.75
DIONISIO
Por eso el Sol ha mostrado
hoy gran luto dolorido.
También la tierra ha temblado,
y ha estado
el mundo cierto afligido.80


   La luna con las estrellas,
sin razón de se eclipsar
las sus claridades bellas,
con muy humosas centellas
han mostrado gran pesar.85
También los cuatro elementos,
conformes todos de un voto,
muestran graves sentimientos,
descontentos,
con áspero torromoto.90


   Yo soy Dionisio de Atenas
y en faltarme Astronomía,
alcancé a sentir las penas,
de fatigas tanto llenas,
que aqueste Dios padecía.95
PEDRO
¡Oh mi Dïonisio hermano,
lloremos en voz y en grito,
pues nuestro Dios soberano
y humano,
está puesto en tal aflito!100


DIONISIO
Si aqueste es Dios de la vida,
¿por qué se dexa matar?
PEDRO
Por levantar la caída
de la maldá envegecida
del ponzoñoso manjar.105
Por eso quiso tomar
nuestra humanidad muy flaca;
por matar el rejalgar
y nos dar
su sangre por la trïaca.110


   Por eso quiso nacer
en medio del bravo invierno,
por mejor nos guarecer,
con su infinito poder,
del gran fuego del infierno.115
Su sangre santa sagrada
derramó el octavo día,
por dexar circuncidada,
y alimpiada,
nuestra culpada agonía.120


   Sufrió hambre y mucho afán
por nos dar Él a comer
su santo cuerpo por pan,
el cual siempre adorarán
los cielos sin fenecer.125
Sufrió sed por nos hartar
de aguas de vivas fuentes.
No hay quién pueda imaginar,
ni pensar,
sus obras tan excelentes.130


   Los muertos resucitaba,
los mudos hablar hacía,
toda enfermedad sanaba,
siempre, siempre predicaba;
todo el pueblo le seguía.135
DIONISIO
¡Oh principio principal!
¡Oh causa prima y primera!
Sufres Tú pena mortal
por el mal
de aquella antigua dentera.140


PEDRO
Pues si le vieras orar
aquesta noche en el huerto,
y con sospiros llorar,
y viva sangre sudar,
-[fol. XXVIr]-
d'angustias cayeras muerto.145
DIONISIO
Con esa sangre, por cierto,
limpiaba nuestras mancillas.
PEDRO
Vino luego un desconcierto
muy despierto,
de judíos en cuadrillas.150


   Con linternas y candiles,
con armas, lanzas, lanzones,
mil ribaldos y aguaciles,
mil linages de hombres viles,
mil verdugos, mil sayones.155
Con tumulto y con estruendo,
con gritos y vocería,
mil barahúndas haciendo
muy corriendo,
prendieron nuestra alegría.160


   Vino Judas delantero,
su discípulo crïado,
muy ardid y muy artero,
y dio paz al gran Cordero
por gelo dar señalado;165
y llegó el pueblo malvado,
todo lleno de crueza,
y asió de Aquel sin pecado
humanado,
maestro de la nobleza.170


   Oh falso Judas traidor,
que con paz heciste guerra,
sórbate con gran furor
el abismo bramador,
tráguete vivo la tierra.175
¡Oh sucio huerco maldito!
¿cómo podiste vender
la sangre del infinito
Dios bendito?
¡Él te quiera cohonder!180


PEDRO
Después que todos llegaron,
lo que a mí más me quebranta
es la soga que le echaron,
y crudamente anudaron
aquella santa garganta.185
Luego allí fueron atadas
sus santas manos atrás,
y asaz palos y puñadas,
bofetadas,
le daban; mira, verás.190


DIONISIO
¡Oh Señor mío y mi Dios,
descanso de gloria y paz,
que por redemir a nos
sufrís mil injurias Vos,
en vuestra divina haz!195
PEDRO
¡Ay, si vieras cuán feroces
le llevaban arrastrando!
Con empuxones atroces,
y con voces
otros le iban denostando200


   Y los otros repelaban
las barbas angelicales,
y los otros le mesaban,
le escopían y llagaban
con heridas muy mortales.205
Y los otros le mofaban,
otros que le hacían gestos,
y los otros le empuxaban
y ultrajaban
con escarnios y denuestos.210


   Con los dedos le querían
sus santos ojos sacar.
De codo le sacudían;
otros el pie le ponían
por le hacer estropezar.215
¡Verle en tierra arrodillar,
caer mil vezes de pechos!
No hay quien dexe de llorar,
sin dudar,
estos aborribles hechos.220


DIONISIO
Hacedor de tierra y cielo,
¡oh rey santo, poderoso,
oh nuestro bien y consuelo,
que por nos quitar recelo
padecéis tan amoroso!225
PEDRO
Y trompetas y bocinas
-[fol. XXVIv]-
le tañían por detrás,
y ansí estas gentes hacinas,
y mezquinas,
le llevaron a Caifás.230


   Y ansí yo allí, viejo ansiado,
todo lleno de temor
de una sierva, atribulado
también de un siervo malvado,
negué a mi Hacedor.235
Y voyme hacer penitencia
de mi grave iniquidad,
pues con ojos de clemencia
y de paciencia
me miró su Magestad.240


DIONISIO
¡Oh Pedro, amigo leal,
amigo, mi grande amigo!
Nuestro Maestro eternal
¿cómo quedó, dime, tal
sin consuelo y sin abrigo?245
PEDRO
Oh Mateo, gran testigo,
dime, dime qué tal queda.
MATEO
En verdad, cierto te digo,
que me obligo
conocer nadie le pueda.250


PEDRO
¿Cómo ansí, dime, Mateo?
MATEO
Porque del pie a la cabeza,
cosa en él sana no veo,
y aun sus coyunturas, creo,
las cuenten pieza por pieza.255
PEDRO
¡Oh muy dolorosa plaga!
¡Oh lástima lastimera!
Ya por la soberbia llaga
se da paga
de humildad muy verdadera.260


DIONISIO
Y di, ¿quién le maltrataba?
MATEO
Escribas y fariseos.
Por peor se reputaba
quien menos penas le daba.
DIONISIO
¡Oh falsos perros hebreos!265
MATEO
Lleváronle en pocos ratos
de Anás a Caïfás,
y de Herodes a Pilatos.
Tantos tratos
le han dado que t'helarás.270


   Hanle traído arrastrando
por las calles esta noche.
Él gemiendo y sospirando
y su sangre derramando
muy humilde y sin reproche.275
Llamábanle encantador
unos, y otros hechicero,
otros que blasfemador.
PEDRO
¡Ay dolor!,
pues muere, ¿cómo no muero?280


DIONISIO
Oh, pueblo desconocido,
luciferal Satanás,
ingrato, desgradecido,
¿por qué a tu rey elegido
tan graves penas le das?285
 

(Entran las TRES MARÍAS con este llanto, cantándolo a tres voces de canto de órgano:)

 
   ¡Ay mezquinas, ay cuitadas!
desdichadas, ¿qué haremos,
pues que tanto bien perdemos?
PEDRO
¡Oh infortunio repentino!
MATEO
¡Ay, ay, ay!
DIONISIO
¡Ay, ay!
PEDRO
¡Ay, ay!
290
MATEO
¡Ay! ¡cuán triste mal nos vino!
DIONISIO
¡Ay, mezquino!
PEDRO
¡Ay! pues ya remedio no hay.
 

(Aquí tornan a cantar las TRES MARÍAS por la sonada sobredicha este motecico:)

 
   ¡Ay dolor, dolor, dolor,
dolor de triste tristura,295
dolor de gran desventura!


DIONISIO
¿Quién son aquestas señoras?
MATEO
Las desastradas Marías.
MATEO
¡Ay, mezquinas, pecadoras!
MARÍA JACOBEA
¡Oh Señor mío! ¿Y dó moras?300
  -[fol. XXVIIr]-  
MARÍA SALOMÉ
¡Oh angustiadas agonías!
MARÍA MAGDALENA
Hermanos, llorad, llorad.
Llorad vuestra desventura.
Llorad con fe y lealtad,
la soledad305
de vuestra ansia y amargura.


PEDRO
¡Oh, hermana Madalena!
MARÍA MAGDALENA
Hermano Pedro, ¿qué haremos?
Cercados somos de pena,
de muy amarga cadena.310
Ya nuestro bien no lo vemos.
DIONISIO
¡Lloremos todos, lloremos,
lloremos amargo lloro!
MARÍA MAGDALENA
Lloremos sin que cansemos,
pues perdemos315
nuestra riqueza y tesoro.


DIONISIO
Yo soy el más desastrado.
MARÍA MAGDALENA
Más yo, mezquina, cuitada.
MATEO
¡Ay de mí, desconsolado!
PEDRO
¿Qué haré, viejo cansado,320
pues mi gloria es acabada?
MARÍA JACOBEA
¡Ay, ay, ay de mí! ¿qué haré?
¡Ay de mí, triste vïuda!
¿Con quién me consolaré
o tomaré325
para mi guarda y ayuda?


MARÍA MAGDALENA
¡Oh, mi maestro y esposo!
¡Oh mi bien y gran descanso!
¡Oh Dios mío glorïoso!
¡Cuán benigno y amoroso330
a la muerte fuiste, y manso!
MARÍA SALOMÉ
¡Oh pueblo perro, profano,
crudo, traidor, alevoso!
¿Por qué matas con tu mano,
muy ufano,335
a tu Dios santo, gracioso?


MARÍA MAGDALENA
¡Oh cuán dulce es el llorar
a los tristes afligidos,
y cuán dulce el sospirar,
y cuán dulce lamentar,340
y cuán dulces los gemidos!
MATEO
¡Oh qué fue verle acusar!
¡Oh qué fue ya, como os dixe,
todo el pueblo vocear
y clamar:345
crucifixe, crucifixe!


   Pilatos, por contentar
aqueste pueblo malvado,
luego le hizo desnudar,
y tantos azotes dar350
que todo quedó llagado.
Y d'espinas coronado
le vi y quedé no sé cómo.
Mostrógelo empurpurado
y denostado,355
diciéndoles: ecce homo.
 

(Aquí se ha de mostrar un eccehomo de improviso para provocar la gente a devoción, ansí como le mostró Pilatos a los judíos, y los recitadores híncanse de rodillas, cantando a cuatro voces: Ecce homo, Ecce homo, Ecce homo.)

 
   Díxoles ¿quedáis contentos?
Véisle aquí bien castigado.
Sosegad los pensamientos,
que asaz ásperos tormentos,360
por cierto, le tengo dado.
Sin cesar voces jamás,
«¡crucifixe!» siempre claman.
«¿A Jesú o a Barrabás?»,
les dixo. «¿Cuál queréis más?».365
Por Barrabás todos braman.


DIONISIO
¡Oh pueblo de traïción!
¿Cómo te has ansí cegado,
que a un matador ladrón
quieres más con afición370
que a aquel Dios que te ha formado?
¿No te contentas ya dél,
verle bien como leproso?
Mira bien, pueblo crüel
de Isräel,375
queste es tu Dios poderoso.


MATEO
Y Pilato, importunado
de aquel pueblo, dio sentencia,
-[fol. XXVIIv]-
como loco atolondrado,
que fuese crucificado380
el Cordero de paciencia.
Y el pueblo con gran hemencia
arremetió a Él muy presto,
sin tenerle reverencia,
ni clemencia,385
con denuedo deshonesto.


   Luego allí los mohatrones,
rabís y aljama y sinoga,
asen de sus cabezones;
unos le dan empuxones,390
otros le tiran la soga.
¡Oh, qué fue verle acezando
con una cruz muy pesada,
cayendo y estropezando
y levantando,395
con la cara ensangrentada!


   Con la voz enronquecida,
rompidas todas las venas
y la lengua enmudecida,
con la color denegrida,400
cargado todo de penas
y los miembros destorpados,
los ojos todos sangrientos,
los dientes atenazados,
lastimados405
los labrios con los tormentos.


   Lágrimas, sangre y sudor
era el matiz de su gesto,
derretido con amor
para curar el langor410
en quel mundo estaba puesto.
Con huego de caridad
hizo confación de ungüentes,
para ungir la enfermedad,
y maldad,415
ya de todos los vivientes.


   Desque Juan le vio llegado
a la muerte, así, a deshora,
con la nueva apresurado,
vuelve a la Virgen turbado420
diciendo: «Salid, señora.
Oïrés aquel pregón,
que va a muerte condenado
aquel que, sin corrución,
en perfición,425
concebistes sin pecado.


   Dexad el trono real,
apresúreos el dolor,
veréis aquel divinal
santo rostro imperïal430
cómo va tan sin color».
Con tales nuevas turbada,
sale la Virgen María,
sin fuerzas, apresurada,
transformada435
con el dolor que sentía.


   Y viendo con tal fación
aquel Hijo tan amado,
comienza su corazón
a quebrarse de pasión,440
de tormentos traspasado.
¡Ea, Virgen singular,
que si vais fuera del cuento
en el parir sin penar,
d'escotar445
lo habéis en este tormento!


   Veis ya su fuerza escondida
entre aquel pueblo tirano,
que la hora es ya venida
donde quitarán la vida450
al hijo del Soberano.
¡Dad, señora, dad mandado
en la corte celestial:
que tienen su Rey cercado,
y maltratado,455
por la culpa paternal!


DIONISIO
Dime, di dónde quedaron
las gentes que le siguían.
MATEO
Todos, todos le negaron,
todos le desampararon.460
  -[fol. XXVIIIr]-  
DIONISIO
¿Cómo no le socorrían?
MATEO
Bien como oveja paciente
entre los lobos rabiosos,
quedó el gran Rey obediente,
muy clemente,465
entre perros maliciosos.


DIONISIO
¿Qu'es de los reyes indianos
que vinieron a adorarte?
¿Dónde están tus cortesanos,
que la fuerza de sus manos470
no socorren a ayudarte?
PEDRO
Entre los fieros halcones
muere l'águila caudal,
viéndole aquellas legiones,
y naciones,475
desde el coro angelical.


MATEO
Como leona parida
sobre los sus embrios brama,
así la Madre afligida,
con ansia más que crecida,480
por su Hijo y Dios reclama.
Por la sangre rastreando
iba aquella Reina santa,
muy dulcemente llorando,
y entonando485
el canto quel cisne canta.


   Con la Virgen, sus pisadas
seguían dos mil matronas,
lacrimando lastimadas,
muy tristes, desconsoladas,490
compasibles sus personas,
dándole llorosas quexas:
«¿Por qué te sufres llevar,
nuestro Dios, y así te alexas,
y te dexas495
dese pueblo vil matar?».


   El buen Iesú Nazarén
volviólas dulce a mirar,
y respondióles también:
«Filie Hierusalem,500
no queráis por mí llorar.
Llorad, llorad sobre vos;
llorad sobre vuestros hijos».
MARÍA MAGDALENA
¡Oh, inmenso eterno Dios!
¿cómo Vos505
padecéis tantos litijos?


MATEO
Y, llegados al lugar
Calvarie Monte llamado,
comenzaron apartar,
por le bien crucificar,510
los que le han acompañado.
¡Oh qué fue haber de quitar
del Hijo su santa Madre!
Comiénzanse de mirar
y llorar,515
desamparados del Padre.


   A un cabo nos apartaron
con la Madre medio muerta.
Luego allí mi Dios cercaron
las gentes que le llevaron,520
con furia más que despierta.
Y en oír las martilladas
fueron, del hincar los clavos
nuestras entrañas rasgadas,
y arrancadas525
como de leones bravos.


   Los ribaldos y sayones
en tierra hincaron la cruz.
Vímosla entre dos ladrones,
más alta que los lanzones,530
resplandeciendo con luz.
Comenzámosla adorar
con divina reverencia,
y, adorándola, mentar
y cantar535
la gloria de su excelencia.
 

(Aquí se ha de demostrar o descobrir una cruz repente a deshora, la cual han de adorar todos los recitadores hincados de rodillas, cantando en canto de órgano:)

 
O crux ave spes unica
hoc pasionis tempore
Auge piis iusticiam:
reysque dona veniam.540


  -[fol. XXVIIIv]-  
DIONISIO
Alza tu voz, Geremías,
con dolorosos pregones,
y lamenta en nuestros días
tus ansiadas profecías
y clamorosas canciones.545
Pues lo por ti profetado
del santo humilde Cordero,
Jerusalén lo ha acabado,
pues clavado
le tiene en cruz de madero.550


GEREMÍAS
Largo tiempo es ya pasado,
hijos míos, si miráis
que ni ceso ni he cesado
de llorar con gran cuidado
lo que vosotros lloráis.555
El corazón, las entrañas,
tengo secas con pesar.
Mis tristezas son tamañas,
tan estrañas,
quel llorar m'es descansar.560


   ¡Oh pavor muy tremibundo,
trabajo más que infinito,
quel gran Hacedor del mundo
sufra dolor foribundo
por pagar nuestro delito!565
Días ha que a esta nación
de aqueste pueblo maldito,
le lloro su perdición,
con aflición,
y allá ge lo dexé escrito.570


   ¡Oh fortísimo Sansón!
¿Cómo estás tan mal tratado?
¡Oh muy gracioso Absolón!
¡Oh muy gran rey Salomón!
¡cómo estás descoyuntado!575
Lloren todas las naciones,
con entrañable afición,
las muy ásperas pasiones
y afliciones
del gran Tetagramatón.580


   ¡Ay de ti, desconsolada!
¡Ay de ti, triste, abatida!
¡Oh Jerusalén, cuitada,
cómo serás asolada,
cómo serás destruida!585
Mira cuánto profeté
de tu gran malicia ciega.
Mira cuánto lamenté
y lloré
este tu fin que se llega.590


   Pues que ya al tu Rey mataste,
en ti se convertirá
la maldad que exercitaste.
Pues tú le crucificaste,
piedra en ti no quedará.595
Por vencer fuiste vencida
de aquel muy gran Rey de gloria,
y su muerte aunque afligida,
entristecida,
fue esclarecida vitoria.600


   De la cual esta bandera,
con cinco plagas bordada,
queda en señal verdadera
de aquella cruz de madera
do fue nuestra fe sellada.605
Aquest'es el estandarte
con que somos vencedores,
y el Demonio ya no es parte,
con su arte,
de dar penas ni dolores.610


PEDRO
Moisén bien prefiguró
esa bandera, por cierto,
cuando la serpiente alzó,
con la cual sanó y libró
todo el pueblo en el desierto.615
DIONISIO
¡Oh pelícano muy vero
que te dexas desgarrar,
con amor muy verdadero,
y muy entero,
por bien tus hijos criar!620


MATEO
¡Oh cuán gran dolor me dio
cuando a la Madre sagrada
a Juan por hijo le dio,
-[fol. XXIXr]-
y también a él dexó
a su Madre encomendada!625
MARÍA MAGDALENA
Quien contempla verle dar
por beber vinagre y fiel,
más dulce l'es el llorar,
sin dudar,
quel azúcar y la miel.630


MATEO
¡Si vieras, aunqu'espirado,
darle una lanzada fiera
que le abrió todo el costado,
por el cual ha destilado
sangre y agua verdadera!635
PEDRO
Sello y fin de sus tormentos
esa santa llaga fue,
y fuente de sacramentos,
alimentos
do se ceba nuestra fe.640


MATEO
¡Qué fue verlo desclavar
de la cruz sus pies y manos,
y en el regazo le echar
de su Madre a reposar,
ya contentos los profanos!645
MARÍA JACOBEA
Con sus lágrimas lavaba
las llagas y las heridas.
Con su velo las limpiaba,
y enxugaba
con angustias doloridas.650


MATEO
Con voz muy ronca llamaba
los que iban por el camino,
muy humilde les hablaba,
y humilde se querellaba
con un sollozo benigno.655
Y a los que seguían vía
o iban algo prolongados,
con sospiros los traía,
y les decía
con gemidos aquexados:660


   O vos omnes, ¡heus, heus!
qui hanc transitis per viam
non est dolor sicut meus
filius meus factus reus
videte matrem Mariam.665
Videte cui ligaverunt
iudei manus et colum.
Videte quem despexerunt
et dimiserunt
eius discipuli solum.670


   Heu tibi, misera mater.
Heu tibi, misera filia.
Ecce, ecce meus Pater
Sponsus, Filius et Frater
qui habet vulnerum millia.675
Attendite et videte
Iesum nostrum Redemptorem.
Lachrimantes mecum flete
et dolete
videntes meum dolorem.680


   Ecce iam quem cognoverunt
pastoresque in Bethlem,
et reges adorauerunt
et cum palmis receperunt
gentes in Hierusalem.685
Adest modo spoliatus
qui pauperum pedes lauit.
Adest modo flagellatus
et vulneratus
qui totum mundum creauit.690


   Iam spinis coronatus
adest qui fecit nationes.
Pedes, manus perforatus
adest iam crucificatus
positus inter latrones.695
Adest modo in gremio meo
iam corpus geniti mei.
Ecce bermis, ecce leo
qui a Deo
fuit misus agnus Dei.700


MATEO
Y después que se allegaban
al son de aquestos clamores,
todos con ella lloraban,
llorando la consolaban
y ella hablaba con amores:705
-[fol. XXIXv]-
«Mirad ya cuán maltrataron
a mi Hijo los judíos.
Pies y manos le enclavaron.
¡Cuál pararon
los dulces amores míos!».710


   «Mirá este cuerpo sagrado
cómo está lleno de plagas,
muy herido y desgarrado.
Todo está descoyuntado.
¿Vistes nunca tales llagas?715
Mirá qué fiera lanzada
que traspasa el corazón.
¡Oh qué herida tan resgada!
¡Ay, cuitada!,
¡sola y sin consolación!».720


MARÍA JACOBEA
De rato en rato besaba
su helada boca fría;
pies y manos no olvidaba.
Suspiraba y desmayaba
y con Él se amortecía,725
sus ojos en Él cebando,
no se hartando de lo ver,
y cien mil gemidos dando,
y llorando,
sin cesar ni fenecer.730


MARÍA MAGDALENA
Cuán desconsoladas fuimos,
mezquina entre las mezquinas,
cuando quitarle quisimos
la corona, y no podimos
arrancarle las espinas.735
Y, aunque en el casco atoradas,
poco a poco las sacamos,
y sus carnes delicadas,
desvenadas,
llorando aromatizamos.740


DIONISIO
Vamos, hermanos, a vello.
Pues que en vida no le vi,
razón es de conocello,
servillo y obedecello,
aunque desdichado fui.745
MATEO
No es posible, hermano mío,
verlo ya, qu'es sepultado.
DIONISIO
¡Oh Dios del gran poderío,
y señorío,
cómo estoy desconsolado!750
 

(Finis.)

 
Muéstram' hora el monumento
de aquel Dios de perfición,
porque ya mi sentimiento
me combate con tormento,
y ha muerto mi corazón.755
MATEO
Que me plaz.
DIONISIO
Pues no tardemos.
MATEO
Anda, que cerca está'quí.
PEDRO
Todos, todos le adoremos
y alabemos.
DIONISIO
¿Y adónde está?
MATEO
Veslo allí.
760
 

(Aquí se han de hincar de rodillas los recitadores delante del monumento cantando esta canción y villancico en canto de órgano.)

 
   Adorámoste, Señor,
Dios y Hombre verdadero,
el cual, con muy santo amor,
sufriste muerte y dolor
por el pecado primero.765


   ¡Oh precioso monumento
donde nuestro bien se encierra,
Dios del cielo y de la tierra!


   Adorámoste humilmente
con entrañas cordïales.770
¡Oh monumento excelente,
vida para los mortales!
¡Oh salud de nuestros males,
paz viva de nuestra guerra,
donde nuestro bien s'encierra!775


   De aquel divino secreto
tú eres el secretario,
del cuerpo sacro, perfeto,
tú eres el santüario.
¡Oh muy precioso sagrario780
donde nuestro bien s'encierra,
Rey del cielo y de la tierra!


-[fol. XXXr]-
   Di, ¿por qué mueres en cruz,
universal Redentor?
¡Ay que por ti, pecador!785


   Contemplando tu grandeza
te vi chiquito nacer,
y poco a poco crecer
en nuestra naturaleza.
Sufriste much'aspereza790
siendo del mundo Señor.
¡Ay que por ti, pecador!


   Vite niño disputar
con los sabios en el templo.
Vite siempre dar enxemplo795
cómo debemos obrar.
A nadie te vi dañar,
mueres como malhechor.
¡Ay que por ti, pecador!


   Vi la gran solemnidad800
que se hizo tanto bien,
cuando entró en Jerusalén
tu divina Magestad.
Predicaste la verdad,
mueres como malhechor.805
¡Ay que por ti, pecador!


   Vite el jueves despedir
de tus amigos y hermanos,
y lavarles con tus manos
sus pies que te han de seguir.810
Di ¿por qué quieres morir
en cruz como robador?
¡Ay que por ti, pecador!


   Vite preso y azotado,
vite tres veces negar,815
y vite abofetear
escopido y remesado;
y d'espinas coronado,
te llaman blasfemador.
¡Ay que por ti, pecador!820


   Vi tu cuerpo delicado
llevar a cuestas la cruz.
Escurecida su luz,
denegrido, amortiguado.
Di ¿por quién has derramado825
tanta sangre por sudor?
¡Ay que por ti, pecador!


   Véote, Señor, clavado
en esa cruz que truxiste.
Cuando sed he Tú dexiste,830
fiel y vinagre te han dado,
y en abriendo tu costado
perdió el sol su resplandor.
¡Ay que por ti, pecador!


   Y allí luego se cumplieron,835
juntamente con tus días,
todas cuantas profecías
de ti, Señor, se escribieron.
Di, Señor, ¿cómo pudieron
matar a su Hacedor?840
   ¡Ay que por ti, pecador!

 
 
LAUS DEO
 
 



Fue impresa la presente obra en Salamanca por el muy honrado varón Lorenzo de Liom Dedei. A x días del mes de noviembre de M. quinientos e catorce años.