Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice Siguiente


Abajo

Fortunas de Andrómeda y Perseo

La gran comedia


Pedro Calderón de la Barca



PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
 

 
PERSEO.
BATO.
GILOTE.
RISELO.
ERGASTO.
CARDENIO.
DÁNAE.
POLÍDITES.
UN CRIADO.
FINEO.
LIDORO.
MEDUSA.
PALAS.
MERCURIO.
ANDRÓMEDA.
MORFEO.
JÚPITER.
MÚSICOS.
DAMA PRIMERA.
DAMA SEGUNDA.
DAMA TERCERA.
DAMA CUARTA.
UNA CRIADA.
[JUNO.]
[EL REY DE TRINACRIA.]
[DISCORDIA.]
[LIBIA.]
[SIRENE.]
[LAURA.]
[CELIO.]
[LIBIO.]
[FURIAS.]
[NEREIDAS.]
[VILLANOS.]





ArribaAbajoJornada I

 

Descúbrese el teatro de las caserías nevadas. Dicen dentro, y salen después BATO, GILOTE, ERGASTO y RISELO, VILLANOS.

 
RISELO
Huye, Gilote.
GILOTE
Huye, Bato.
BATO
Huye, Ergasto.
ERGASTO
Huye, Riselo.
PERSEO
¡Vive Júpiter, villanos,
que habéis de morir!
 

(Sale RISELO.)

 
RISELO
Los fresnos
me amparen1.
 

(Sale ERGASTO.)

 
ERGASTO
A mí los chopos.
5
 

(Sale GILOTE.)

 
GILOTE
A mí los álamos negros.
 

(Sale BATO.)

 
BATO
A mí las cepas y parras,
los pámpanos y sarmientos,
árboles santos, pues siempre
por ermitas los encuentro. 10
GILOTE
El diabro mos trajo acá
este mochacho soberbio,
para que mos mande a todos.
ERGASTO
Cuando los montes cubiertos
de nieve tiene ateridos 15
la ancianidad del invierno,
es cuando más solicita
llevarnos por fuerza a ellos,
para que a sus caserías
le sirvamos los ojeos. 20
RISELO
Un lobo, que diz que anda
en la sierra, es el intento
con que hoy pretende llevarnos.
ERGASTO
¿Lobo?
GILOTE
Sí.
BATO
No es lo peor eso.
RISELO
¿Qué es?
BATO
Que el lobo es un perdido,
25
jugador y mojeriego;
que a ser un lobo apricado,
destos que llaman caseros,
el primero huera yo
que fuera, donde el primero 30
le metiera en mis entrañas.
GILOTE
Yo nieve ni lobo temo,
sino que es tan atrevido,
tan osado y tan resuelto,
que un día me quiso entrar 35
en ese lóbrego seno,
funesta gruta sagrada
a la deidad de Morfeo,
donde siempre andan visiones.
ERGASTO
Nosotros mismos tenemos 40
la culpa de que nos trate
un rapaz con tanto imperio;
que si hubiera entre nosotros,
aunque pesara a Cardenio,
que por nieto le ha crïado, 45
uno, que osado y resuelto
le diera a entender quién es,
a fe que tuviera menos
soberbia.
GILOTE
Muchos hubiera,
que si les dijeran eso, 50
quizá abajaran los bríos.
BATO
Decidme, para saberlo:
¿es cierto que si supiera
quién es, desde aquel momento
no diera los mojicones 55
que suele dar?
ERGASTO
Y tan cierto,
que viviera desde allí
más humilde y más modesto,
sin atreverse a mirarnos
a las caras.
BATO
¡Vive el cielo,
60
que lo ha de saber de mí
muy bien sabido!, pues puedo
decirlo mijor que todos,
como testigo del cuento:
una sola enfecultad 65
se me ofrece. He aquí que empiezo
la historia: ¿basta empezarla
para que él se me esté quedo
y no se atreva a mirarme
a la cara?
GILOTE
No por cierto,
70
porque la ha de saber toda.
BATO
Pues entre otro, que no quiero
que al principio de la historia
vea donde va el intento,
y antes que ella llegue al fin, 75
llegue yo al fin.
ERGASTO
Para eso
habrá una traza.
BATO
¿Qué traza?
GILOTE
Nosotros te le tendremos
de suerte que, aunque no quiera,
todo te lo escuche.
BATO
¿Y luego?
80
LOS TRES
Luego seguro estás.
BATO
Manos
a la labor, que reviento
por decírselo en su cara,
dónde y cómo y cuándo, a trueco
de que él no mire la mía. 85
 

(Sale PERSEO vestido de villano.)

 
PERSEO
Villanos, ¿qué atrevimiento
es llamaros yo y huir?
GILOTE
Como hacía tan mal tiempo,
rehusábamos ir al monte.
PERSEO
¿Hácele para mí bueno? 90
Pues el que pasare yo,
bárbaros, viles, groseros,
¿no le pasaréis vosotros?
Venid conmigo.
BATO
¡Qué presto
ha de bajar estos bríos! 95
PERSEO
Que seguir la fiera quiero
que escandaliza estos valles
con tantos robos sangrientos
de pastores y ganados.
Hoy se la he ofrecido al templo 100
de Júpiter, que en las altas
cumbres del monte es opuesto
rebellín contra los rayos,
los relámpagos y truenos
que Acaya padece: a quien 105
yo no sé por qué secreto,
aún más que todos adoro,
más que todos reverencio;
siendo así que no hay remota
provincia, apartado reino, 110
que no envíe a consultarle
los arduos casos; y puesto
que se la tengo ofrecida,
hoy su armada testa tengo
de clavar a sus umbrales. 115
Ven, Ergasto.
ERGASTO
Ya obedezco.
PERSEO
Ven, Gilote.
GILOTE
Ya voy yo.
PERSEO
No te escondas tú, Riselo.
RISELO
Ya voy tras ti.
PERSEO
Ven tú, Bato.
BATO
Déjame a mí, porque quiero 120
estodiar toda la historia.
PERSEO
¿Qué historia?
BATO
Una que te tengo
de contar.
PERSEO
¿A mí?
BATO
Sí.
PERSEO
Pues,
¿qué historia es?
 

(Abrázanse los tres con él.)

 
LOS TRES
Agora es tiempo.
PERSEO
¿Qué es esto? Pues ¿cómo así 125
a mí os atrevéis?
GILOTE
Queremos
que sepas que no hay razón
de tratarnos con desprecio,
no siendo mijor que todos.
ERGASTO
¿Cómo mijor? Ni aun tan bueno. 130
PERSEO
¡Viven los cielos, villanos!
GILOTE
Bato, dile sus sucesos.
BATO
¿Está bien tenido?
LOS TRES
Sí.
BATO
¿Bien, bien?
GILOTE
Tan bien, que no creo
que se escape de mis brazos. 135
ERGASTO
Yo aquesta mano le tengo.
RISELO
Yo estotra.
BATO
Pues finalmente,
como digo de mi cuento...
PERSEO
¿Que esto Júpiter permita?
BATO
Desvanecido mozuelo, 140
pisa verde destos prados,
pisa pardo destos cerros,
¿quién te imaginas y piensas
que eres, para no tenermos
mochísima estimación 145
y mochísimo respeto?
¿Qué cosa es que cada día
mos trates como a tus negros,
siendo tus brancos? ¿De qué
nace el desvanecimiento? 150
Si presumes que eres hijo
de la hija de Cardenio,
nueso mayoral, te engañas;
ni ella es hija, ni tú nieto.
¿Va bien?
LOS TRES
Lindamente va.
155
PERSEO
¿Que esto consientan los cielos?
BATO
Pues tenedle lindamente,
no se deslinde el intento.
Porque has de saber que un día
alterado el mar, corriendo 160
fortuna, trajo un bajel
a la vista deste puerto,
donde encallando en los bajos,
que son Scilas del griego
piélago del negro Ponto, 165
fue escollo de algas cubierto.
Ni árbol ni jarcia ni vela
traía el buque, y presumiendo
que del deshecho del agua,
era ojeriza del viento, 170
no causó más novedad
que la lástima de verlo;
hasta que unos pescadores
que de la cólera huyendo
de Neptuno, a estas orillas 175
volvían a vela y remo,
contaron que al pasar cerca
de aquel derrotado leño,
habían escuchado humana
voz, que en mísero lamento 180
favor pedía a los dioses.
¿Va bien?
LOS DOS
Muy bien.
BATO
Pues tenedlo
hasta la postrer palabra.
PERSEO
Ya no hay para qué, supuesto
que más que esta fuerza atado, 185
me tiene esta voz suspenso.
BATO
Aplacó su saña el mar,
y en mirándole sereno,
la curiosidad llevó
a conocer si era cierto 190
que había gente, pescadores
y villanos. Uno destos
fui yo, y abordando al vaso,
vimos una mujer dentro
con un infante en los brazos, 195
que abrigándole en el pecho,
sin tenerle ella le daba
el calor y el alimento.
Ni otra persona, ni señas
de haberla tenido, vieron 200
nuestros ojos. La piedad
la sacó a tierra. Tenedlo,
que parece que se escurre,
y ya falta poco al cuento.
PERSEO
No temas, que aunque decirlo 205
no quieras, querré saberlo.
BATO
Entre cuanta gente pues,
a tierra sacó el suceso,
fue uno Cardenio; y movido
de ver el semblante bello 210
de la mujer, que aún estaba
diciendo el delito honesto,
si ya no de la inocente
culpa del infante tierno,
en su casa la albergó, 215
dándola el anciano viejo,
obrigado a su hermosura,
a su vertud y a su ingenio,
nombre de hija. Esta es tu madre,
y el infante tú: y supuesto 220
que nunca por buena fue
entregada al mar violento
con tan grande desamparo,
desabrigo y desconsuelo,
¿qué te persuade a pensar 225
que eres más que un extranjero,
advenedizo pastor,
hijo vil de un adulterio,
u de otra traición? Y así
trata desde hoy de no vernos 230
las caras, siendo desde hoy
más humilde y más honesto.
LOS TRES
¿Tienes más que decir?
BATO
No.
GILOTE
Pues cuidado, que le suelto.
ERGASTO
Y yo también.
RISELO
Y yo y todo.
235
PERSEO
¿Esto sufro, esto consiento,
sin haceros mil pedazos?
LOS TRES
Vamos de su furia huyendo.

 (Vanse los tres.) 

BATO
¿Para qué, si se ha de estar
quedito?
PERSEO
Bárbaro, necio,
240
infame, loco, villano,
que has tenido atrevimiento
para decirme en mi cara
mi desdicha.
BATO
Estese quedo,
y trate de no mirarme 245
a la mía.
PERSEO
¡Vive el cielo,
que has de morir a mi mano!
BATO
Algo se me olvidó al cuento,
pues aun pega todavía.
¡Ay que me mata!
 

(Sale DÁNAE vestida de villana.)

 
DÁNAE
¿Qué es esto?
250
PERSEO
Esto es vengar, en quien no
tiene la culpa, tus yerros.
BATO
Tenle, señora, que está
más loco que antes; y habiendo
oídolo todo, aún no quiere 255
modesto ser, y es molesto.

 (Vase.)  

DÁNAE
¿Siempre te tengo de hallar
altivo, sañudo y fiero?
PERSEO
Razón tienes de reñirme
cuando no solo no serlo, 260
mas ni aun atreverme a ver
al sol debiera, sabiendo
ya en tu fortuna mi agravio,
y en tu traición mi desprecio.
DÁNAE
¿Qué dices? ¡Ay infelice! 265
PERSEO
Que ¿por qué el nativo seno,
que a infame ser disponía
mi infelice nacimiento,
no le hiciste mi sepulcro,
abortándome primero, 270
que darme a la luz del sol?
O ¿por qué, ya que pariendo
víbora no reventaste,
aquel derrotado leño,
que fue mi primera cuna, 275
no hiciste mi monumento?
¿Por qué, antes que me abrigaran
las piedades de tus pechos,
no me arrojaste a las ondas?
Fuera mi desdicha menos, 280
muerto en el primer umbral
de la vida, que no muerto
al baldón de unos villanos,
que con todos tus sucesos
me han dado en rostro, notando 285
de advenedizo extranjero
pastor, hijo de un delito,
merecedor de aquel riesgo.
DÁNAE
¡Ha, Perseo! Tu soberbia
en este trance te ha puesto; 290
que no fueran ellos libres
si tú no fueras soberbio.
Pocas veces el humilde
escucha baldones.
PERSEO
¿Luego
razón tienen?
DÁNAE
Razón tienen.
295
PERSEO
¿No lo niegas?
DÁNAE
No lo niego,
porque contra la razón
no hay más razón que el silencio.
PERSEO
¿En fin, que la tienen?
DÁNAE
Sí.
PERSEO
Pues ya que la tienen ellos, 300
tengámosla todos. Dime
quién soy y quién eres, puesto
que el presumir que soy más
hace tu delito menos.
Consuélame con que sepa 305
si lo que alguna vez pienso
al mirar que no me viene
el corazón en el pecho,
es verdad; pues no hay latido
que dé que no sea diciendo 310
que no nació para verse
de tosco sayal cubierto.
Del extremo de una infamia
pasemos a otro, que a precio
de no ser villano vil, 315
te perdono cualquier yerro.
Y supuesto que no eres
humilde hija de Cardenio;
¿qué puede ser que no sea
mejor? Dime pues, te ruego, 320
¿quién eres?
DÁNAE
No sé quién soy.
PERSEO
Pues ¿quién fuiste?
DÁNAE
Eso sé menos.
PERSEO
¿Quién fue mi padre?
DÁNAE
No sé.
PERSEO
¿Por qué te echó airado y fiero
al mar?
DÁNAE
No lo sé tampoco.
325
PERSEO
¿Soy noble?
DÁNAE
No sé.
PERSEO
¿Qué es esto?
¿Nada sabes?
DÁNAE
No sé nada;
y no me apures, que puesto
que es secreto y soy mujer
y no lo digo, no debo 330
de poder decirlo: y baste
ver un prodigio tan nuevo,
como que en un pecho vivan
juntos mujer y secreto.
Pregúntaselo a los dioses, 335
quizá enternecidos ellos
te responderán, que yo
solo con el llanto puedo
decirte que hay soberano
poder que me obligue a esto. 340
PERSEO
¿Por qué?
DÁNAE
Por guardar tu vida.
PERSEO
Yo desde aquí se la ofrezco,
y pues me mata el dudarlo,
haz que me mate el saberlo.
Háblame claro.
DÁNAE
Es en vano.
345
PERSEO
¿Cómo?
DÁNAE
Como no me atrevo
ni aun a respirar.
PERSEO
¿Quién cierra
tus labios?
DÁNAE
Poder supremo.
PERSEO
¿De quién?
DÁNAE
De injusta deidad.
PERSEO
¿Qué puede obligarla?
DÁNAE
Celos.
350
PERSEO
¿Celos?
DÁNAE
Sí.
PERSEO
¡Ay de mí!
DÁNAE
¿De qué
suspiras?2
PERSEO
De que no tengo
ya apelación a no ser
hijo de delito, puesto
que no hay celos sin delito. 355
DÁNAE
Bien puede sin él haberlos.
¡Oh ingrata deidad de Juno,
en qué confusión me has puesto!
PERSEO
¿Cómo?
DÁNAE
No sé.
PERSEO
¿Al no sé vuelves?
DÁNAE
Tampoco sé dónde vuelvo. 360
Y déjame, no me aflijas,
que no puedo, que no puedo
decir más ni callar más.

  [Aparte.]  

Grande Júpiter supremo,
ya que ocasionaste el daño 365
acude con el remedio.

 (Vase.) 

PERSEO
Oye, aguarda. Mas, ¡ay triste!,
que aunque seguirla pretendo,
no sé qué oculto poder
en viva estatua de yelo 370
me ha transformado, quedando
sin alma, vida ni aliento.
¡Oh gran Júpiter, oh padre
de los hados! Mas ¿qué es esto?
Al decir padre, no sé 375
qué no usado, qué violento
impulso me alborozó
el corazón acá dentro,
como que le dan las llaves
de las cárceles del pecho. 380
Mas si Júpiter y hados
dije; ¿por qué, por qué pienso
que fue una voz y no otra
la que dio el latido, puesto
que dél no puedo ser hijo, 385
ni dellos dejar de serlo?
¡Oh gran Júpiter, oh padre
de los hados y los tiempos,
digo otra vez! Si a piedad
te ha movido algún lamento, 390
sirva de ejemplar al mío,
que yo a tus aras ofrezco
en víctima cuantas fieras
el monte contiene. Al ruego
te compadece de un triste, 395
que náufrago de los vientos
navega a saber quién es,
en alas de un devaneo,
que le persuade a que es más,
cuando le dicen que es menos; 400
y pues mi madre lo calla,
dime tú ¿si habrá consuelo
tal vez a mi duda?
MÚSICA

  (Dentro.)  

Sí.
PERSEO
¿Qué armonïosos acentos
oigo? ¿Si fue ilusión?
MÚSICA
No.
405
PERSEO
Pues ya que en süaves ecos
oigo las voces que suelen
tener al aire suspenso,
cuando alguna deidad pisa
la tierra, porque su acento 410
métricamente sonoro
suena más dulce que el nuestro,
con él he de hablar. ¡Oh tú,
deidad que escucho y no veo!
Si eres mi oráculo, dime, 415
¿quién soy?
MÚSICA
Tú lo sabrás presto.
PERSEO
¿Quién me lo ha de decir?
MÚSICA
Nadie.
PERSEO
Pues ¿cómo puede ser eso,
decirlo, y nadie?
MÚSICA
Llegando...
PERSEO
Prosigue, que no te entiendo. 420
MÚSICA
A decirlo, sin decirlo,
y a saberlo, sin saberlo.
PERSEO
¿A decirlo, sin decirlo,
y a saberlo, sin saberlo?
Ahora conozco, ¡ay de mí!, 425
que es ilusión del deseo
la que me persuade a que
hablan conmigo los cielos;
que ellos no usaran confusos
enigmas, y más si atiendo 430
a que todos los espacios
del aire están tan serenos,
que apenas pequeña nube
 

(Empieza a salir una nube.)

 
se descubre en todos ellos,
que boreal carro triunfal 435
sea del sagrado dueño
de la voz, pues una sola
que allá en el perfil postrero
del horizonte es apenas
fingida garza del viento, 440
no es capaz trono de hermosa
deidad. Mas con todo eso,
preguntar quiero otra vez:
¡Oh tú, sonoroso estruendo,
háblame claro!
VOCES

 (Dentro.) 

To, to,
445

  (A una parte.)  

Barcino.
LIDORO

  (Dentro.) 

A la cumbre.

  (A otra.)  

FINEO

  (Dentro.)  

Al puerto.

  (A otra.)  

PERSEO
¿Qué distintas voces ya,
de las que escuché primero,
responden? Pequeña tropa
allí, allí bajel pequeño, 450
el puerto y la población
buscando vienen, a tiempo
que de la parte del monte
cazadores y monteros
salen también. Pero a mí, 455
¿qué me importa todo esto,
sino seguir a mi madre?
Y pues que del rendimiento
tal vez se vale el rencor,
humilde a sus plantas puesto, 460
solicitar que me diga
mi hado antes que llegue el tiempo.
ÉL y
MÚSICA
A decirlo, sin decirlo,
y a saberlo, sin saberlo.
 

(Vase, y mientras la MÚSICA se repite con las voces de adentro, viene creciendo la nube hasta la mitad del tablado, donde se ha de abrir, y véese en un trono MERCURIO con alas en el sombrero y en los pies, y el caduceo en la mano, y PALAS armada con una asta en la mano, y embrazado un escudo, en que ha de estar un espejo, y bajan a tierra, y desaparécese la nube.)

 
[GENTE]3

  (Dentro.)  

To, to, Melampo, Barcino. 465
POLÍDITES
Al llano.
LIDORO
A la cumbre.
FINEO
Al puerto.
MÚSICA
A decirlo, sin decirlo,
y a saberlo, sin saberlo.
PALAS
Ya, hermoso galán Mercurio,
alado dios del ingenio, 470
que has querido que dejando
el sacro palacio excelso
de Júpiter, nuestro padre,
la fértil tierra pisemos
de Acaya, haciendo sus montes 475
volcanes de nieve y fuego;
dime, ¿qué intento te trae
a sus campos, pretendiendo
que yo en ellos te acompañe?
MERCURIO
Oye y sabrás el intento, 480
ya que porque no lo alcance
el siempre sañudo ceño
de nuestra madrastra Juno,
contigo a estos montes vengo.
Ya sabes, hermosa Palas, 485
cuya beldad, cuyo acero
las almas rinde a su agrado
y las vidas a su esfuerzo,
que de Júpiter divino
hijo el infeliz Perseo, 490
hermano es nuestro; y ya sabes
que por temor de los celos
de Juno, no le declara,
obligando sus despechos
a que en rústicos sayales 495
le deje vivir muriendo.
Yo, compadecido hoy
de ver su ultraje, atendiendo
a que Júpiter quisiera
responder a sus lamentos, 500
si aquella infausta deidad
de la Discordia, a quien dieron
las altiveces de Juno
en nuestro dosel asiento,
sus soberanas piedades 505
no embarazara, pretendo
que interesados los dos,
solicitemos un medio,
que sin decirle quién es,
le diga quién es, haciendo 510
que ni le pene el dudarlo
ni le embarace el saberlo.
Indice Siguiente