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TODOS
¡Viva Perseo y Dïana!
POLÍDITES
No digáis Diana, Dánae
es el nombre que la ensalza.
PERSEO
¿Si es que sueño todavía? 545
Pero sueñe o no, me basta
ser hijo de mis delirios
para emprender cosas altas.
GILOTE
¡Viva Dánae! Y tú perdona
a quien se pone a tus plantas. 550
PERSEO
Alzad, amigos; que todos
habéis de ser en tan raras
fortunas interesados.
DÁNAE
De confusa y de turbada,
nada a responder acierto. 555
CARDENIO
Ni yo acierto a decir nada.
DÁNAE
Padre, adiós.
CARDENIO
En dos pedazos
el corazón se me arranca.
POLÍDITES
Venid, y si fue hasta aquí
vuestra fortuna contraria, 560
ya favorable será.
 

(Vanse y sale la DISCORDIA.)

 
DISCORDIA
No será, porque mi rabia
impedir sabrá sus dichas.
 

(Sale MERCURIO.)

 
MERCURIO
Sí será, porque mi instancia
todas, sabrá hacer que llegue 565
a cumplirlas y lograrlas.
DISCORDIA
¿Qué es esto, traidor Mercurio?
¿No basta (¡ay de mí!), no basta
que con tan pública nota
me echase del cielo Palas, 570
sino que en la tierra tú
también me persigas?
MERCURIO
Calla,
y persuádete a que yo
asistirle tengo en cuantas
acciones intente.
DISCORDIA
Pues
575
al arma, Mercurio.
MERCURIO
Al arma,
Discordia15.
LOS DOS
Y viva quien venza.
 

(Sale BATO.)

 
BATO
¡Bravas novedades andan
en estos montes! Pardiez
que dicen que la arrogancia 580
de Perseo va saliendo
verdad. Este de las alas
me lo dirá. Caballero,
¿es verdad el runrún que anda
de que es príncipe Perseo, 585
y que su madre Dïana
es una reina?16
MERCURIO

  (Cantando.) 

Verdad
es17.
BATO
¡Ay Dios, qué bien canta!
No vi tan buen pajarote 590
jamás en tronco ni rama.
Vuelva a decirme otra vez
si es verdad.
MERCURIO

  (Cantando.) 

Verdad es clara.
BATO
¡Ay Dios, y qué gorgorita
que tiene aquí en la garganta! 595
¿Es algún ruiseñor?
MERCURIO

  (Cantando.)  

Sí.
BATO
Lo creo en Dios y en mi alma,
que aunque lo señor no veo,
lo ruin sí.
MERCURIO
¿Dónde?
BATO
En la barba.
MERCURIO
Ya que te agradas de mí, 600
págame lo que te agradas
en una cosa.
BATO
Sí haré.
MERCURIO
Tras esa mujer te anda
por donde quiera que fuere,
y sábeme cuanto trata, 605
que cuando tú me lo digas,
yo te aseguro la paga.
BATO
Yo lo haré, y iré tras ella
por donde quiera que vaya,
a cuyo efecto me quedo 610
escondido entre estas matas,
desde donde alcanzo a verla.
MERCURIO
Con aquesta vigilancia,
sin que se guarde de mí,
vendré a saber cuánto trata, 615
para que anden mis favores
delante de sus venganzas.
 

(Vase, y vuelve a salir la DISCORDIA por otra parte, recatándose.)

 
DISCORDIA
Hermosa deidad de Juno divina,
dime, pues sola te invoca mi voz,
¿cómo consientes los ojos de Argos, 620
que aduerma Mercurio también al pavón?
Mira que van en tu ofensa, y mi ofensa
Palas altiva, y Mercurio traidor,
mejorando aquestas fortunas,
y que yo no puedo lidiar con los dos. 625
Escucha mi acento.
 

(Sale JUNO en una tramoya pasando.)

 
JUNO

 (Canta.) 

Ya escucho tu acento,
Discordia, y verás que te amparo y te doy
tales armas, que puedas con ellas
lidiar esa diosa y vencer ese dios.
BATO
Otro pájaro canta en el aire, 630
y no menos bien está. ¡Vive ños,
que pienso que andan los dioses en celo!
DISCORDIA
Pues ¿qué arma ha de ser, que esperándola estoy?
JUNO
Recibe esa vara, y sacude con ella
las duras entrañas de aquese terror, 635
que espira entre nieve el fuego que guarda
por muerta pavesa de su corazón.
A su golpe el Báratro todo
verás que obedece, rasgando veloz
sus entrañas, en cuyo Cocito 640
la Hidra y Cerbero primer guarda son.
A su contacto adormece con ella
el uno y el otro tartárico horror,
y pasa a las Furias, y di que dispongan
de Dánae y Perseo la persecución. 645
Con cuya asistencia no dudo, Discordia,
que pueda tu aliento sangriento y atroz
no solo embotar a Mercurio y a Palas,
en esta lo fiero, en aquel lo veloz,
pero de Jove, mi adúltero esposo, 650
la publicidad de adorada traición.
Y si a las luces del sol la sacare,
empañe también las luces del sol.

 (Cruza el teatro y desaparece.)  

DISCORDIA
Pues ya que me dejas la vara en la mano,
verás que al Vesubio de Acaya feroz 655
hoy rasgando las duras entrañas,
penetro lo horrible y descubro lo atroz.
BATO
Bien raras cositas me han sucedido;
pero con todo tras ella me voy.
DISCORDIA
¡Oh tú, duro centro!
BATO
Allí se ha parado.
660
Bien para echar a esta parte estoy.
DISCORDIA
Al precepto de Juno, tus senos
franquea al acento infeliz de mi voz,
y en disonante música, opuesta
a la de los dioses, oíd mi invocación. 665
 

(Cantan dentro las tres FURIAS.)

 
FURIAS
¿Qué quieres, Discordia? Que ya a tu obediencia
nos mandan abrir Proserpina y Plutón.
BATO
¡Ay de mí!, ¿qué demonios es esto?
DISCORDIA
¿Quién habla a esta parte?
BATO
Un maldito mirón,
que se ha metido en garitos del diablo, 670
sin qué ni por qué, a mirar tal visión.
DISCORDIA
Ya que seguir me quisiste,
y aun a mí este horror me espanta,
ve tú delante, que un miedo
de otro miedo se acompaña. 675
BATO
¿Yo delante? Aqueso no,
que a mí el ir detrás me mandan.
DISCORDIA
Pasa adelante.
 

(Aparece la Hidra de siete cabezas.)

 
BATO
¡Ay de mí!
¡Qué mal manojo de caras!
DISCORDIA
No temas.
BATO
No es fácil eso.
680
DISCORDIA
Pues a buen lado te apartas.
 

(La de tres cabezas.)

 
BATO
Tres bocas tiene, sin ser
pistola, boleta o llaga.
Este a un tiempo: perro gozque,
y perro braco y de falda. 685
DISCORDIA
Toma esa vara, y con ella
sacude aquellas gargantas
y esas fauces.
BATO
¿Qué son fauces?
DISCORDIA
Llega.
BATO
Llegue ella y su alma.
DISCORDIA
En virtud de Juno, duerme, 690
Hidra, y tú, Cerbero, calla,
y vosotras responded,
oh Furias, que encarceladas
yacéis.
FURIA 1.ª
¿Qué nos atormentas?
FURIA 2.ª
¿Qué nos quieres?
FURIA 3.ª
¿Qué nos mandas?
695
DISCORDIA
Que de Perseo las fortunas
me ayudéis a que deshaga.
[FURIA] 1.ª
Yo ofrezco alterar las ondas
de suerte que sus armadas
al primer paso que den, 700
corran el mar borrasca.
[FURIA] 2.ª
Yo, donde fuere perdido,
furias le sembraré tantas
que la menor será amor
con celos sin esperanza. 705
[FURIA] 3.ª
Yo, ese amor y esa tormenta
creceré a penas tan raras,
que le pondré en los mayores
riesgos, tormentas y ansias.
DISCORDIA
Pues con esa condición, 710
yo acepto las tres palabras;
y en fe de que asistiréis
las tres siempre a mi venganza,
cerrad el seno horroroso.
BATO
Eso no, hasta que yo salga. 715
Seor can Cerbero, seor Hidra,
adiós, veámonos mañana.

  (Vase.)  

LAS TRES
Ve segura, que a las tres
tendrá siempre tu esperanza
promptas para tu obediencia. 720
DISCORDIA
Pues, Furias, al arma.
LAS TRES
Al arma.
DISCORDIA
Que tengo de ver, si el infierno os desata18,
qué vale Mercurio y qué puede Palas.
 

(Vanse, cúbrese todo, y sale FINEO y CELIO.)

 
FINEO
A tierra, a tierra, y haciendo
alto todos, nadie llegue 725
primero que yo a las plantas
de Andrómeda, que la breve
esfera de aquella quinta
hizo su fábrica verde,
o bien de su oriente ocaso, 730
o mal de su ocaso oriente.
CELIO
Dicha ha sido que tan presto
saliera a tierra la gente,
antes de verse asaltada
de dos contrarios crüeles. 735
FINEO
¿Cómo?
CELIO
Como apenas vio
la urca el airado huésped
de sus ondas, cuando horrible
las turbadas alas mueve,
haciéndola que zozobre 740
al espolón de su frente,
al tiempo que amotinado
de espuma el imperio leve,
montes de piélagos hace,
que al sol la cerviz encrespe. 745
La Armada anegó, que vimos
que hecha ciudad de bajeles
a Epiro iba.
FINEO
Al cielo gracias,
que arribé yo; aunque no tiene
mucho de piedad el que 750
para ser vencido, vence.
¿Avisaste, Celio, ¡ay triste!,
a cuantos conmigo vienen
que nadie a decir se atreva
el oráculo inclemente 755
de Andrómeda?
CELIO
Sí señor;
bien que ocioso me parece.
FINEO
¿Por qué?
CELIO
Porque no hay secreto
que entre muchos se conserve;
y más, cuando de un peligro 760
están los demás pendientes.
FINEO
Cumpla mi amor con mi amor,
que menos inconveniente
es quitar a todos vida
que dar a Andrómeda muerte. 765
 

(Sale el REY DE TRINACRIA y ANDRÓMEDA.)

 
REY
Por las señas del bajel,
conocí que el tuyo fuese,
porque al instante previne
que otro ninguno pudiese
sulcar estos mares; pues 770
nadie sin los intereses
particulares, tocara
las amenazas crüeles
de ese bandido pirata,
que nunca en mi daño duerme. 775
FINEO
Mayores riesgos, señor,
es justo que yo desprecie
en tu servicio, y mayores
peligros y inconvenientes
en el de Andrómeda, a quien 780
suplico, después que bese
tus pies, que me dé licencia
para que rendido intente
poner los labios adonde
ella las plantas; pues tienen 785
tan buenas señas los labios,
que no es posible que yerren
el sitio, pues al hermoso
contacto de fuego y nieve,
cuanto va ajando en jazmines, 790
viene brotando en claveles.
ANDRÓMEDA
Guárdete el cielo, ¡ay fortuna!
¿Dónde dicen que estar suelen
Sirtes y Scilas, si al fin,
sin que unas y otras encuentre, 795
un aborrecido parte,
y un aborrecido vuelve?
REY
¿Qué hay, Fineo, del intento
que te ausentó? ¿Ahora enmudeces?
¿Mirando al cielo suspiras? 800
Y si los ojos no mienten,
las lágrimas que recatas,
bien como hurtadas las viertes.
¿Qué es esto?
FINEO
No sé, señor.
Mas sí sé: Amor, no me afrentes. 805
Júpiter, en Venus bella,
por los informes aleves
de las ninfas de Nereo,
ofendido está de suerte,
que con víctimas humanas 810
desea satisfacerse.
Vírgines vidas, aún no
de amor las nevadas sienes
domadas al yugo que
fácil peso y carga débil, 815
han de ser su sacrificio,
si ya de su sed ardiente
la hidropesía no apaga
sangre de Medusa aleve.
Medusa, monstruo africano, 820
cuyo cabello, de sierpes
coronado, es duro asombro
de cuantos desde su albergue,
basilisco de las vidas,
en duros troncos convierte. 825
Su sangre, de nuestro monstruo,
es el tósigo que puede
con su veneno postrarle,
con su tósigo vencerle,
de suerte que hasta que haya 830
quien uno matar intente,
no es posible morir otro;
y aún no es el mayor mal este,
sino alguno que quizá
es fuerza que yo reserve, 835
porque es tan escandaloso19,
tan riguroso, tan fuerte,
que aun callado mata: mira
lo que hará dicho.
REY
Suspende
la voz, Fineo; y pues no 840
hay medio que nos consuele,
muramos todos a manos
desta venenosa peste,
hasta que Venus aplaque
tantas cóleras, y cesen 845
las repetidas querellas
de las Nereidas crüeles.
ANDRÓMEDA
Ya extrañaba yo que había
consuelo que tú trajeses.
FINEO
Pues aun, si bien lo supieras, 850
lo extrañaras de otra suerte.
ANDRÓMEDA
¿Cómo?
FINEO
Como solo hay uno
para todos, y no debes
saber tú dél.
ANDRÓMEDA
No me espanto,
que si tú le traes, no puede 855
ser consuelo para mí.
FINEO
Por más, señora, que esfuerces
de tus aborrecimientos
los no olvidados desdenes,
por lo menos esta vez 860
no me quitarás que llegue
a saber yo para mí
que es mucho lo que me debes.
ANDRÓMEDA
¿Yo?
FINEO
Sí.
ANDRÓMEDA
¿Qué te debo?
FINEO
Nada.
ANDRÓMEDA
Nada y mucho, ¿cómo puede 865
ser?
FINEO
Como es mucho, señora,
para que yo...
ANDRÓMEDA
Di.
FINEO
Lo aprecie,
y nada, para que tú
lo agradezcas: que quien quiere
tan rendido como yo, 870
tan constante y tan prudente,
nunca es mucho lo que calla,
siempre es poco lo que siente.
ANDRÓMEDA
Huélgome de no saber
la causa, porque no quede 875
obligación.
FINEO
Y yo
me huelgo de que te huelgues,
que no es poca granjería
de un triste hacer un alegre.
ANDRÓMEDA
No lo estoy yo; que antes sufro 880
destemplados accidentes
de muchas melancolías
que la tregua que hoy conceden,
solo es ignorar que haya
que tenga que agradecerte. 885
FINEO
Pues ignorarlo no importa,
que el que una fineza ofrece,
por ganar las gracias, no
la sirve, sino la vende.
ANDRÓMEDA
Eso es decir que la hay, 890
y basta para que deje
de ser fineza.
FINEO
No basta;
que hay unas de tal especie,
que aunque se dicen, se callan.
ANDRÓMEDA
¿Cómo?
FINEO
Como no se pueden
895
adivinar, y se quedan
dichas y calladas siempre.
ANDRÓMEDA
Tan poca curiosidad
la mía es, que no me mueve
a saberla.
FINEO
Eso me basta
900
para que yo serlo piense.
ANDRÓMEDA
Ninguna al monte me siga;
quieran los cielos que encuentre
con alguna fiera, en quien
tan necios desaires vengue. 905

 (Vase.) 

FINEO
¿Cuándo, Laura, han de tener
término las altiveces
con que siempre me ha tratado?
LAURA
Tarde o nunca, me parece;
porque tarde o nunca hay quien 910
lo que es natural enmiende.
FINEO
¿Luego tarde o nunca, ¡ay triste!,
será posible que lleguen
a enmendarse mis desdichas?
Y así, habré de vivir siempre 915
diciendo...
DISCORDIA

 (Dentro.)  

¡Ay de mí, infelice!
FINEO
¿Qué nuevo lamento es este?
LAURA
Están tan acostumbrados
a repetidos desdenes
estos montes y estos mares, 920
que no hay quien saber intente
quién se queja. Bien que allí
derrotado me parece
que ha dado en tierra un pequeño
esquife.
PERSEO

 (Dentro.) 

¡Cielos, valedme!
925
FINEO
Menos la segunda voz
que la primera me mueve,
porque de mujer aquella
me pareció; y pues no puede
a lástima de mujer 930
noble oreja ensordecerse,
seguir tengo el boreal norte
de su suspiro.

 (Vase.)  

LAURA
Crüeles
hados, ¿cuándo han de acabarse
tantas ansias?
DISCORDIA
Cuando llegue
935
la venenosa sed mía
en sangre a satisfacerse
de Perseo, por quien hoy
Mercurio y Palas me ofenden.
Y pues que las desatadas 940
furias su armada acometen,
de suerte que no hay bajel
que por rumbos diferentes
no haya arribado, dejando
en su amparo solamente 945
un esquife, que a esta playa
le ha sacado, en ella intenten
perseguirle mis rencores,
a cuya causa pretenden
darle un Fineo en contrario, 950
tan poderoso, tan fuerte,
que con sus celos le mate,
o por lo menos le empeñe
a que muera despechado.
A cuyo fin, será este 955
bosque de amor y de celos
teatro en que represente
sus tragedias20 su fortuna.
Y para que el acto empiece,
¡ay infelice de mí!, 960
repetiré tantas veces,
cuantas muevan a Fineo
que tras mis ecos se acerque,
donde vea sus desdichas.
Atención, orbes celestes, 965
al mayor de mis engaños.
PERSEO
¡Valedme, cielos!
BATO
Valedme
a mí también, si es que hay
piedad para los sirvientes.
PERSEO
¿Qué intrincada selva es esta, 970
donde las iras crüeles
del mar nos han derrotado?
BATO
¡Muy lindo descuido es ese!
Pues ¿a quién se lo preguntas?
¿Sé yo más de que imprudente, 975
después que de aquel infierno
que te he contado otras veces,
salí, te hallé de una armada
general, y por hacerte
lisonja, quise seguirte, 980
pasándome neciamente
a ser escudero andante?
¿Sé más de que tus bajeles,
embestidos de las Furias
que desatadas te ofenden, 985
apartados unos de otros,
todos de vista se pierden?
¿Sé más que por tomar tierra,
en un esquife te metes
conmigo? Pues ¿qué me haces 990
preguntas impertinentes?
PERSEO
Mira si acaso descubres
población, cabaña o gente
por aqueste despoblado.
BATO
¡Muy linda flema te tienes! 995
Cuando ves que en todo el monte
solo hay riscos con que encuentre.
PERSEO
¿Para qué, deidad injusta,
que a cargo mi vida tienes,
verdad los sueños hiciste 1000
de aquella sombra aparente?
¿Para qué le revelaste,
por extraños accidentes
a Polídites quién era
Dánae? ¿Para qué inclemente 1005
le pusiste en que la armada
a la conquista me diese
de mi patria, si al primero
paso a mi dicha previenes
que para dar con los males, 1010
solo acechase los bienes?
Dejárasme en mi desdicha,
sin que de un punto a otro hiciese
la cuna21 de mis pesares
sepulcro de mis placeres. 1015
Mas ¿qué temo de los hados,
ni contrastes ni vaivenes,
que nunca crece a ser grande
el que sin desdichas crece?
Sígueme por esta parte. 1020
 

(Sale ANDRÓMEDA.)

 
ANDRÓMEDA
Allí las hojas se mueven;
sin duda allí alguna fiera
emboscada yace. Muere
a la acerada cuchilla
de mi venablo.
PERSEO
Detente,
1025
divino asombro, porque
si es que mi vida te ofende,
a menos costa del golpe
tienes lograda mi muerte.
ANDRÓMEDA
Galán joven, ya no en vano 1030
vista y acción se suspenden.
DISCORDIA
¡Ay infelice de mí!
¿No hay quien a ampararme llegue?
 

(Sale FINEO.)

 
FINEO
Si llamas huyendo, ¿cómo
habrá quien contigo encuentre? 1035
Mas, ¡ay infeliz!, ¿qué miro?
¿Cúyo, errado acento, eres,
que me llamas con piedades
y con rigores me ofendes?
PERSEO
¿Para qué segunda vez, 1040
hermosa deidad, pretendes
que con tus sombras me alumbre
y con tus luces me ciegue?
Para rendirme a tus plantas,
no es menester que ensangrientes 1045
el asta, que ya tú sabes
cuán sin peligro me vences.
FINEO
Gallardo joven, ¡ay triste!,
a Andrómeda humildemente
postrado adora. Estas ramas 1050
me oculten, hasta que llegue
a ver si mienten mis celos.
Mas ¿cuándo los celos mienten?
ANDRÓMEDA
Extranjero peregrino,
enmudecida dos veces 1055
me tienes a tus acciones,
y a tus razones me tienes;
¿cuándo me viste otra vez?
PERSEO
Si importa que yo me deje
engañar, porque quizá 1060
alguien en tu alcance viene,
yo lo haré; pero no quieras
que conmigo no me acuerde
de otra vez que vi tus soles
para mí menos crüeles. 1065
ANDRÓMEDA
¿Tú me has visto otra vez?
PERSEO
Sí,
por señas de que tú eres
a quien debo honor y vida.
ANDRÓMEDA
Hombre, tú a mí ¿qué me debes?
FINEO
Sin duda que ella me ha visto 1070
y disimular pretende.
PERSEO
Débote el primer aliento,
para que imagine y piense
que soy más de lo que soy,
al ver que me favoreces, 1075
llevándome donde vea
de aquel mi primer oriente
el extraño origen.
ANDRÓMEDA
¿Yo?
¿Dónde, cómo u de qué suerte?
BATO
¿Mas que la hace creer 1080
él que la ha visto otras veces?
PERSEO
¿Tú lo sabes?
ANDRÓMEDA
No sé nada;
y déjame, no me fuerces
a decirte que te engañas,
y que ¿para qué pretendes 1085
valerte de otras traiciones,
si puedes, joven, valerte
de tu gala y de tu brío?
Pero ¿quién mi aliento mueve?
¿De cuándo acá (¡ay infelice!) 1090
se dieron mis altiveces
al partido del agrado?
Miente el labio, la voz miente,
huya el peligro.
PERSEO
Eso no.
ANDRÓMEDA
Suelta.
PERSEO
Aguarda.
ANDRÓMEDA
Aparta.
PERSEO
Tente,
1095
que no ya como otra vez,
has de ser sombra aparente
que desvanecida huyas.
ANDRÓMEDA
Pues ¿quién podrá detenerme?
 

(Sale FINEO.)

 
[FINEO]
Yo podré, para que veas, 1100
dando a ese joven la muerte
a tus ojos...
ANDRÓMEDA
¡Ay de mí!
PERSEO
¿Uno de los dos no es este
que vi en el templo de Acaya?
FINEO
Que el duelo de las mujeres 1105
está en que ellas nos agravien
y en que en nosotros se venguen.
Muera un infeliz a manos
de un feliz, y quien merece
de ti el honor y la vida, 1110
que confiesa que te debe.
PERSEO
Primero será la tuya
de mi espíritu valiente
trofeo.
BATO
Esto nos faltaba.
ANDRÓMEDA
Tente, joven, Fineo, tente. 1115
FINEO
Deja que quien muere mate.
PERSEO
Deja que mate quien muere.
DISCORDIA
Ya que conseguí el principio,
conseguir el fin no deje.
Llegad todos, que a Fineo 1120
dan dos extranjeros muerte.
BATO
No da, sino solo uno,
que yo soy, si bien se advierte,
cero veces cero, nada.
 

(Sale el REY y Soldados.)

 
REY
Muera quien mi sangre ofende. 1125
PERSEO
¿Qué es morir? Todos sois pocos
como a mí este sol me aliente.
BATO
No son, señor, sino muchos.
Huye.
PERSEO
¿Que eso me aconsejes,
pudiendo morir matando? 1130
BATO
Pues si el consejo no quieres,
mira como yo le tomo.

 (Vase.)  

ANDRÓMEDA
¡Quién vio confusión más fuerte!
FINEO
Esperad, no le matéis.
REY
Pues ¿tú su vida defiendes? 1135
FINEO
Sí, porque no ha de morir
con tan generosa suerte,
como a vista de quien ama,
desesperado y valiente.
No quiero que muera airoso 1140
a vista de lo que quiere,
porque el acero y los ojos
no le equivoquen la muerte,
y muriendo de la herida,
que muere del amor piense. 1145
Y pues que en llegando a celos,
no hay pundonor que no cese,
pues el que siente más noble
es quien más infame siente,
civilmente de los hados 1150
mis sinrazones me venguen.
Quien me acusa de tirano,
de ingrato, fiero y aleve,
vea sus celos, verá
que el más atento y prudente 1155
puede callar con desprecios,
pero con celos no puede.
Quien pierde una dama, menos
sensible dolor padece
para que muera, que cuando 1160
para otro galán la pierde.
El oráculo que yo
callé sacrílegamente,
manda que al sañudo, al fiero
monstruo Andrómeda se entregue. 1165
No creáis a mis desdichas,
creed a todos los que vienen
conmigo: y pues del silencio
mi ceguedad os absuelve,
hablad todos, decid todos 1170
si es verdad que el cielo quiere
que a Venus se satisfaga
con la que a Venus ofende.
Entregadla, si queréis
que vuestras desdichas cesen; 1175
cesarán también las mías,
si a la distancia se atiende
de la lástima a la envidia;
pues menos inconveniente
será ver a la que adoro 1180
(ya que a perderla me fuercen)
en poder de quien la mate
que en poder de quien la aprecie.
REY
Oye.
ANDRÓMEDA
Aguarda.
REY
Escucha.
ANDRÓMEDA
Espera.
REY
Tirano.
ANDRÓMEDA
Traidor.
REY
Aleve.
1185
ANDRÓMEDA
Que celoso te recuso,
pues miente tu voz.
CELIO
No miente;
esto Júpiter ordena,
y pues ya público viene
a estar, ofrecerla trata; 1190
que sea al fin cuya fuere,
menos importa una vida,
que tantas como perecen.
UNOS
Andrómeda muera.
OTROS
Muera.
REY
Vasallos y amigos fieles, 1195
no un despecho os ocasione
a seguirle y a creerle.
TODOS
La verdad es la que ha dicho.
REY
Dadme plazo en que yo llegue
a averiguarlo.
CELIO
Una luna
1200
por mí el pueblo te concede.
REY
Yo lo acepto. ¡Oh si entre tanto
mi fin y no el tuyo viese!
ANDRÓMEDA
¡Suerte injusta!
REY
¡Triste hado!
ANDRÓMEDA
¡Fiera pena!
REY
¡Estrella fuerte!
1205
¡Ay, hija, lo que me cuestas!

 (Vase.)  

ANDRÓMEDA
¡Ay, joven, lo que me debes!

 (Vase.) 

PERSEO
¿Qué es lo que pasa por mí?
¿Quién vio en un espacio breve
tantas penas, tantas ansias 1210
como mi vida acometen,
como mi discurso asaltan
y mis pensamientos vencen?
Dioses, si algún auxiliar
de una hermosura se duele, 1215
de unos celos se lastima,
de un amor se compadece;
permitidme que me diga
piadoso, humano y clemente,
¿de qué suerte podré yo 1220
volver por mí?
 

(Sale MERCURIO.)

 
MERCURIO

 (Canta.) 

Desta suerte:
    Ama, espera y confía;
    porque no puede
    el que vence sin riesgo,
    decir que vence. 1225
PERSEO
¿Quién eres, hermoso joven,
que dulce y veloz dos veces,
suspendes, no sin asombro,
al aire que te suspende?
¿Quién eres, que tremolando 1230
los alados martinetes
del sombrero y del coturno,
vuelas pájaro celeste?
MERCURIO
Soy quien de tus altos hechos,
Perseo, a su cargo tiene 1235
que la Discordia no logre
las iras con que te ofende.
Mercurio soy, que a animarte
vengo, para que no entregues
al acaso la esperanza, 1240
ni el valor al accidente.
No temas, pues, de los hados,
ni contrastes ni vaivenes,
que nunca crece a ser grande
quien sin sobresaltos crece. 1245
    Ama, espera [y confía;
    porque no puede
    el que vence sin riesgo,
    decir que vence.]
PERSEO
Perdóname que de ociosa 1250
a tu persuasión moteje,
pues el brío a que persuades,
yo le tengo.
MERCURIO
Pues ¿qué temes?
PERSEO
Que falten medios al brío
con que generoso intente 1255
la ejecución.
MERCURIO
Pues porque
lo menos de mí no pienses,
quiero de mi caduceo
hacerte dueño; con este
cetro de áspides atado, 1260
los ojos de Argos se aduermen.
Aduerme con él los ojos
de Medusa, porque llegues,
vencido un monstruo, a vencer
otro.
PERSEO
Aunque es justo que acete
1265
humilde, puesto a tus plantas,
el alto don que me ofreces;
¿de qué suerte podrá el cetro
asegurar que me acerque
sin que a lo lejos su vista 1270
me mate antes?
 

(PALAS en una apariencia en alto.)

 
PALAS
Desta suerte:
    Ama, espera [y confía;
    porque no puede
    el que vence sin riesgo,
    decir que vence.] 1275
Yo, que la deidad de Palas
soy, a quien también competen
tus triunfos, porque no menos
que a Mercurio me engrandecen,
a su don vengo a añadirte 1280
este escudo transparente,
que de Estérope22 y de Brontes
le dio la fatiga temple.
Experiencias que si el fiero
basilisco a sí se viese, 1285
a sí se mate, porque
en sí su veneno vierte.
PERSEO
Sí; mas ¿cómo recibirle
puedo? Porque no es decente
pedirte que tú le bajes, 1290
que si Mercurio desciende
a la tierra, no es lo mismo
que tú el alto solio dejes
de tu epiciclo, que al fin
deidad de otro sexo eres, 1295
cuyo respeto me turba,
me embaraza y me suspende,
para que no te suplique
que del orbe que transciendes
abatas el vuelo; pues 1300
para que se privilegien
mujeres que son deidades,
no dejan de ser mujeres.
PALAS
Agradecida de oír
tus atenciones corteses, 1305
quiero, dejando mi solio,
bajar a donde te entregue
el escudo.

 (Baja.)  

PERSEO
¡Qué favor!
MERCURIO
Tú, Perseo, le mereces,
que eres de Júpiter hijo, 1310
diciéndote una y mil veces...
LOS DOS
   Ama, espera [y confía;
    porque no puede
    el que vence sin riesgo,
    decir que vence.] 1315
MERCURIO
Recibe, pues, estos dones.
PERSEO
Tu caduceo el tridente
será, con que yo felice
piélagos de luz navegue.
PALAS
Voyme a mi sagrado solio. 1320
MERCURIO
Voyme a los orbes celestes.
PALAS
Donde mi favor te ampare.
MERCURIO
Donde mi favor te aliente.
PALAS
Para que felice triunfe.
MERCURIO
Para que dichoso reines. 1325
PALAS
Venciendo dificultades.
MERCURIO
Allanando inconvenientes.
PERSEO
Ninguno habrá para mí
que no postre, no atropelle,
como aquel escudo embrace 1330
y este caduceo gobierne.
LOS DOS
Pues en esa confïanza,
digamos una y mil veces:
    Ama, espera y confía;
    [porque no puede 1335
    el que vence sin riesgo,
    decir que vence.]

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