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In a scene which likewise reverses the stereotypic «dumb Indian vs. smart authority». Anna-Marie Aldaz. The Past of the Future. The Novelistic Cycle of Manuel Scorza. New York / Bern / Frankfurt am Main / Paris: Peter Lang, 1990, 79.

 

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Repárese en el calambur que presenta la secuencia fónica 'camotes-ocas'. Debe tenerse en cuenta que el hablante quechua tiende a desplazar hacia su cerrazón las vocales |o| |e|; las pronuncia |u| |i|, respectivamente. Así, la secuencia fónica resultante sería 'camutis-ucas'. Garabombo confunde, a voluntad, sin rastros de candor, 'comunistas' por 'camutis-ucas'.

Camote. Del náhuatl 'camotli'. Batata, papa dulce (Martin Lienhard. «Glosario». El zorro de arriba y el zorro de abajo, José María Arguedas. Ed. crítica, Eve-Marie Fell, coord. España: CSIC, 1990. Col. Archivos núm. 14).

Oca. Del quechua 'oka'. Planta de raíces largas y nudosas, que se cultiva hasta los 4000 metros de altura. Sus raíces, de diversos colores, especialmente blanco y rosado, son comestibles, feculentas y dulces (Ibidem).

 

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Estos dos personajes, llamativo y significativo cortejo que acompaña al Niño Remigio, están plenos de sugerencias y evocaciones.

Opa, del quecha 'upa', es, según Alberto Tauro (Enciclopedia ilustrada del Perú. Tomo 4. Lima: PEISA, 1987), término despectivo que, [...] principalmente entre los pueblos andinos, tiene igual acepción que en quechua [tonto, necio, bobo]. Es indistintamente aplicado a los idiotas y a quienes padecen algún defecto que les impide expresarse con lucidez o comprender con presteza (por ejemplo, los sordomudos). Por su parte, Brazo de Santo carece de otra designación que esa lítote referida a sus frenéticas y continuadas masturbaciones en público (capítulo 11). El Niño Remigio, como se recordará, es un jorobado, está cojo y sufre ataques epilépticos.

 

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La figura del Niño Remigio como emisario queda asociada, mediante un fuerte vínculo de intertextualidad, con un personaje clave en Redoble por Rancas, Fortunato. La sólida vinculación entre el Niño Remigio y Fortunato aún se hará más patente cuando llegue la hora fatal de la muerte de aquél. Fortunato, en Redoble por Rancas, no fue capaz, en la frenética carrera que ocupa la totalidad de la novela, de dar aviso a Rancas de que se acercan las tropas de asalto; los militares llegan antes que él. El Niño Remigio, por su parte, en Garabombo, el invisible, no podrá concluir la carta con que quiere dar aviso de la llegada del ejército, morirá en pleno avance de las tropas: «Porque el Niño Remigio [...] fue el primero en divisar la Guardia de Asalto la madrugada del 2 de marzo [de 1962]. Desde las alturas avistó el primer destacamento. En un resto de lucidez conjeturó el objetivo de la tropa. ¿Soñó impedir la matanza?» (33, 252).

 

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Juan de Arona (pseudónimo de Pedro Paz Soldán de Unanue) en su Diccionario de peruanismos (Lima: PEISA, 1975. Edición original: 1883) distingue entre la forma singular y la plural de esta palabra. Así, 'chuncho' (del quecha 'sunchu') es una mata de flor de color amarillo intenso como el azafrán, parecida a la caléndula, habitual como ofrenda en el culto. Sin embargo, la voz 'chunchos' designa a los indios de la selva. Juan de Arona propone que quizá esta designación para los indios selváticos provenga del color amarillo de sus plumajes y de sus pinturas.

Clodoaldo Soto Ruiz, en su Diccionario quechua: ayacucho-chanca (Lima: Ministerio de Educación/IEP, 1976), bajo la voz 'chunchu' escribe: Habitante de la selva.

 

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Hay otra ocasión en que ocurre parecido efecto. Pero hay una gran diferencia: los capítulos están enormemente distantes. Se trata de los capítulos 2 y 23.

En las últimas líneas del capítulo 2 se lee: «Garabombo se levantó. En su mano tiritaba un cuchillo» (2, 21).

Al igual que la imagen congelada en una película, también recordando el episodio en que don Quijote y el vizcaíno inician su combate (El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, parte I, capítulo VIII) y en plena lucha queda cortado el relato, Garabombo permanece detenido en ese gesto durante más de cien páginas.

No es hasta el capítulo 23 cuando se enfrenta al comunero con las siguientes palabras: «En ti ya no hay confianza, Rufino. ¡Mejor retírate!» (23, 179). El título de este capítulo 23 sugiere que la historia que en él se narra es continuación de alguna otra: «Que ingeniosamente escindió el autor para darle más sabrosura a esta no inventada historia».

 

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Nathan Wachtel. «Los indios y la conquista española». Historia de América Latina. I. América Latina colonial: La América precolombina y la conquista. Leslie Bethell (ed.) Barcelona: Crítica, 1990, 152. (Edición original: The Cambridge History of Latin America. I. Colonial Latin America. Cambridge University Press, 1984).

 

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Nathan Wachtel. Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530-1570). Madrid: Alianza Editorial, 1976, 53 (Edición original: La vision des vaincus. Les indiens du Pérou devant la Conquête espagnole, 1530-1570. París: Gallimard, 1971).

 

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Ricardo González Vigil en nota a pie de página en su edición de Los ríos profundos, de José María Arguedas (Madrid: Cátedra, 1995, 400, n. 58).

 

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Wilfredo Kapsoli. Los movimientos campesinos en Cerro de Pasco: 1880-1963. Huancayo: Instituto de Estudios Andinos, 1975, 101.

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