51
Criazón = servidumbre; gente que vivía en una casa bajo la autoridad del señor de ella.
52
La existencia de ambos poetas la constata asimismo Milá y Fontanals: «Juglares debieron ser también el Domingo Abad y el Nicolás de los Romances, heredados [es decir, herederos o hacendados de bienes reales], según se supone, en el repartimiento de Sevilla», tras la conquista de San Fernando. Informa asimismo Milá de que las crónicas castellanas y los poemas cultos hacen frecuente mención de juglares posiblemente indígenas de Castilla, y al respecto alude al Santo Rey, del cual dice, citando la Crónica General, que «pagabase de omes de corte que saben bien de trovar e cantar, et de joglares que sopiesen bien tocar estrumentos. Ca de esto se pagaba el mucho, et entendia quien lo facia bien et quien no». (MANUEL MILÁ Y FONTANALS: De los trovadores en España, p. 479).
53
Véase J. GONZÁLEZ: Repartimientos de Sevilla, Madrid, 1951.
54
D. ALONSO, ibid., pág. 425.
55
Ibid., pág. 429.
56
Ibid., pág. 433.
57
Ibid., pág. 439.
58
EMILIO CABRERA MUÑOZ: «La sociedad andaluza bajomedieval», Cuadernos de trabajo de Historia de Andalucía, Consejería de Cultura de la J. de Andalucía, Sevilla, 1982, p. III.
59
ANTONIO COLLANTES DE TERÁN SÁNCHEZ: Historia de Andalucía, t.III, pp. 77-80.
60
«En mayo-junio de 1264 tuvo lugar la revuelta mudéjar. Aunque no triunfó en Sevilla, la ciudad, y especialmente su tierra, sintieron sus efectos, pues la consecuencia más notable de la sublevación fue el éxodo casi masivo de la población mudéjar del valle del Guadalquivir, con el despoblamiento consiguiente de infinidad de pequeños núcleos rurales en el Aljarafe, en la Sierra y, sobre todo, en la Campiña». (JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO: «Sevilla Medieval», en Historia de la Iglesia de Sevilla, E. Castillejo, Sevilla, 1992, p. 109.)