Gracias siempre

María Jesús Valdés

Conocí a Antonio Buero Vallejo en aquel octubre de 1949, recién llegada al Teatro Español, con la impaciencia de los pocos años y la curiosidad por todo lo desconocido en mi nueva andadura profesional. Historia de una escalera será la próxima obra que estrenaremos, de un nuevo autor ganador del premio Lope de Vega, nos comentó Cayetano Luca de Tena, director del Teatro Español.

Habíamos oído muchos comentarios acerca de Buero, algunos adversos y otros positivos. Mucha expectación el día de la lectura y al terminar de escucharla por aquel hombre tímido bastante pálido y amable todos nuestros prejuicios desaparecieron. Se hizo un breve silencio y estallamos todos en un aplauso emocionado.

Estábamos ante un autor que iba a marcar un hito en la historia del teatro español y a mí se me había asignado el personaje de Elvira ¡No me lo podía creer! Fue un estreno apasionante, lleno de nervios por lo que podía ocurrir, aplausos interminables y la repetición de la célebre escena de «la bronca» en el rellano de la escalera. Desde aquel día, Buero Vallejo iba a ocupar páginas y páginas en el mundo entero.

Tuve la suerte de tener con él una amistad entrañable que perduró a través del tiempo aunque no volviésemos a vernos por mi decisión de abandonar un día el teatro.

Nos encontramos al cabo de los años, él ya casado con Victoria Rodríguez, su ideal compañera, esa mujer fuerte y maravillosa que supo darle tanto amor en los momentos amargos y alegres de su vida.

Esta mañana de silencio en un día de primavera gris, te has marchado, querido Antonio, y nos has dejado a todos un poco huérfanos. Gracias por ser quien fuiste y como fuiste en tu paso por la vida de honestidad, de sencillez, de saber perdonar, de no conocer el rencor, de comprensión hacia todos aquellos que compartían y no compartían tus ideales. Gracias por La tejedora de sueños, que me dedicaste, y por aprender de ti tantas cosas buenas y gracias por tener la delicadeza de despedirte hace unos días de nosotros en el María Guerrero. Gracias siempre.