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Hay surcos que no se llenan

Renée Ferrer Alfaro



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  —5→  

A ti... que sabes tanto de mí.





  —6→     —7→  


ArribaAbajoDivagando


Qué simple es todo, qué simple,

recuerdo tus ojos bajos,
recuerdo tus fuertes manos.

Qué simple es todo, recuerdo,
convincentes tus palabras.  5

Recuerdo que me decías...,
cuántas cosas que recuerdo me decías.

Recuerdo simple la tarde,
aquella tarde tan clara que te fuiste.

Qué simple parece ahora tu recuerdo  10
y qué simples tus palabras.

Aquella tarde recuerdo, estaba sola,
recuerdo tibia una lágrima,

y tu mirada recuerdo, lejana,
simple recuerdo..., recuerdo.  15

  —8→  


ArribaAbajoQuisiera poder decirte...


Quisiera poder decirte en las azules noches
que te quiero.

En cada estrella que tiembla desde el cielo
decirte, en cada nido que teje, la oropéndola,
en cada rosa que florece generosa,  5
en cada vibrar de risa cantarina,
en toda flor silvestre, en cada sombra,
en cada voz de niño transparente,
que te quiero.

Quisiera poder decirte que te quiero,  10
tantas veces como ondas haga el viento,
como estrellas tenga el cielo,
como besos, en mis sueños,
y lágrimas en tu ausencia.

Sí, quisiera decirte, por lo bajo  15
que te quiero,
y poder repetirlo muchas veces
como dulce plegaría muy sencilla
que dice mi alma cuando está contigo;
como esos besos temerosos, tiernos,  20
que de pronto te doy en la mejilla.

Quisiera, después de decirte que te quiero,
decirte, que te quiero.

  —9→  


ArribaAbajoAquella noche


Ay amor, aquella noche
que me besaste,
no pude dormir
porque te aguardaba,
callado como una sombra misteriosa,  5
entre mis sueños.

Cuántas veces te miré
sin verte, aquella noche;
... tú no estabas.
Esos ojos inmensos  10
que me miran a veces,
cuántas veces besé despierta.

Aquella noche se ha ido,
sin embargo, como todas las noches.
Las estrellas, como todas las noches,  15
apagaron sus luces,
y callaron los árboles con silencio elocuente,
como todas las noches.

Pero, amor, aquella noche
que te esperaba, no ha pasado;  20
nuestra noche callada sigue,
y yo seguiré soñando siempre,
porque es infinita.

  —10→  


ArribaAbajoBarreras


¿Quieres escucharme un momento?
Estoy sola... ¿comprendes?
Nada puede acercarnos,
estamos solos y ausentes.
¿Por qué será...? A veces,  5
cuando voy hacia ti,
tú no estás como te espero, y,
cuando vienes a mi encuentro,
no me hallas como sueñas.
Tal vez nuestros primeros besos,  10
ya izo existan, tal vez
todo se ha ido, nada quede...
¿Es que me olvidas, amor?
¿es que ya no te recuerdo?
¿Por qué será...? A veces,  15
cuando no estás
quisiera levantar tu cara
y decirte silenciosa,
-estoy sola... ¿comprendes?

  —11→  


ArribaAbajoLa espera


Te aguardo siempre, ¿me oyes...?

Mientras tú vienes, te aguardo,
y también cuando no vienes
tú sabes que yo te aguardo.
Te aguardo siempre, tú sabes,  5
aún cuando tú no esperas
que te aguarde.

Te aguardo siempre, ¿me oyes...?

Aún cuando la tristeza enmudece mis palabras,
tú sabes que te aguardo silenciosa.  10
Cuando hay lágrimas en mis ojos,
yo te aguardo, pensativa, tú lo sabes.
Te aguardo triste unas veces,
callada te espero otras,
y me siento soñadora  15
cuando salen las estrellas
a caminar por la noche.

Te aguardo siempre, tú sabes...

En las alegres mañanas
de verano, te aguardo sonriente,  20
y, en las tardes, tardecitas,
tú sabes que yo te aguardo;
con los ojos soñadores,
o la frente pensativa,
o las manos cariñosas,  25
pero te aguardo siempre, tú sabes.

  —12→  


ArribaAbajoTu dicha


Estás contento,... ¿sí?
Si estás contento, entonces yo río;
si estás alegre, no tengo miedo.
Si tu ríes, no me importa
llorar a solas, a veces...  5
Estás contento... ¿dime?
porque si lo estás de veras
no me hace daño la pena.
No me hiere que me olvides
si estás contento.  10
Si te vas dichoso, vete...
que sólo quiero que rías
de alegría, pero
si no estás contento
si no ríes, tengo miedo.  15
Entonces sí que te irás,
y sé que te irás por siempre,
entonces sí tendré pena
que te vayas,
entonces sí lloraré  20
cuando te alejes.
Por eso, acércate,
quiero decirte una cosa,
si no me quieres no importa,
no importa si tú me olvidas.  25
Si me hieres no lo siento,
pero hay algo que yo quiero,
—13→
verte contento..., contento.




ArribaAbajoEl olvido


Ya nada existe...,
no puedo decirte como antes,
quiero decirte...,
no puedo ya tomar tus manos
y adornarlas de besos,  5
no puedo
bajo tus labios soñar el infinito.
No existe, ¿comprendes?
No sólo te has ido, sino que
te has ido vara siempre,  10
no sólo lloro tu ausencia
por ausencia...,
sipo que lloro tu ausencia
siempre ausencia.
No tanto estoy triste que te fueras,  15
también aunque no creas,
estoy triste
que vinieras.
No sólo te anhelo en el mirar dé las estrellas
sino que vierto estrellas  20
cuando te añoro
en la noche silenciosa y ausente.
Ya nada existe, ¿lo ves?
Es triste, perder, perder... perderte,
es triste perder, perder un sueño.  25
Te vas, te vas,
olvidémonos,
no existe...

  —14→  


ArribaAbajoCuando podré decirme


Mi pensamiento desde el hueco de mi sentir
te preguntaba,
mis manos desde el torpe silencio de mis labios
te preguntaban,
mis ojos con invisibles lágrimas de anochecer  5
te preguntaban...
Me miraste entonces silencioso;
me tomaste las manos tiernamente,
me cubriste de besos,
cerrándome los labios,  10
me llevaste a la noche y las estrellas,
me mostraste de lejos.
Todo eso ha pasado,
como pasan las cosas a través de la nada;
y tus besos no fueron,  15
más que besos iguales;
y tus manos se han ido,
como todas las manos;
y tus ojos no miran
ya mis ojos cansados;  20
Cuándo podré decirme,
decirme que te has ido,
cuándo diré realmente
que ya no vuelves,
cuándo tendré la fuerza  25
de mirar la vida,
esta vida, la mía,
y decirme que no existes.

  —15→  


ArribaAbajoYa sé


Ya sé,
ya sé que no estás,
que aquella tarde fue la última,
aquella tarde de sol que no pensaba
llorar y no lloré.  5
Ya sé, que no estás,
ya sé;
que aquella noche interminable, terminó,
que aquellos besos tuyos fueron..., fueron
ya sé.  10
Ya sé que estoy sola,
sola, sola...
Ya sé todo eso...,
¿por qué me lo repiten las estrellas
mirándome fijas?  15
Si ya sé,
¿por qué me lo dicen los árboles
sobriamente quietos?
Ya lo sé,
¿por qué me miran todos  20
para decirme, decirme que se fue,
y me hablan todas juntas las cosas
que sus manos tocaron una vez?
¿por qué me preguntan en su ausencia,
por qué...?  25
Estoy sola, muy sola,
no me lo digan,
ya sé.

  —16→  


ArribaAbajoTriste


Triste,
triste... cuando miro tu rostro
en la lejanía azul del firmamento,
triste...
cuando te veo inalcanzable  5
en la línea sin fin del infinito.
Triste... cuando miro mis manos,
sin tus manos,
cuando beso tus labios,
sin tus labios.  10
Triste... cuando escucho,
húmeda mi voz,
aquella voz soñadora
que me llamaba.
Triste...  15
con la profundidad de los que piensan
y con la simplicidad de los que aman.
Triste... cuando en los días
que son noches siento,
y en las noches  20
que son días velo.
Triste desde aquel día
sin risa que te fuiste,
desde aquel momento...
aquel, recuerdas...  25
interminablemente triste.

  —17→  


ArribaAbajoLa búsqueda


Si vuelves ahora, no me encontrarás,
si ahora te vuelves en el camino
para buscarme... se perderá tu mirada
en la larga distancia de lo inconmensurable.
Si ahora quieres encontrarme,  5
me buscarás... y no estaré.
Tenderás tus manos y en la noche,
tus ansias te dejarán exhausto,
y tu voz me llamará como antes,
con esa dulzura sólo tuya...  10
y no estaré...
Pero si me encuentras,
Si buscando me encuentras, no seré yo,
no seré la misma tuya.
De antes no hallarás nada  15
nada que te recuerde a mí,
nada de lo que esperas,
nada de lo que sueñas,
nada...
porque ahora soy un simple  20
hacedor de estrellas.

  —18→  


ArribaAbajoEl peregrino


Te volviste una vez,
y te estaba mirando.
Te volviste de lejos, y tal vez,
no te volviste; pero yo,
te estaba mirando.  5
Te veía ir, y mis ojos
pensaban en la nada;
invisibles mis manos
te rozaron los labios,
con muda torpeza,  10
y te volviste, ¿recuerdas?
y te estaba mirando.
No pensabas volverte,
porque hace tiempo
que has querido perderme.  15
Me dejaste ir sola, aquel día
que ya no me quisiste,
y ahora sé
que me has olvidado;
porque yo no fui más  20
que la estrella fugaz,
que cruza
la obscura noche del peregrino;
la noche ha pasado,
soñado camarada de faena,  25
... las estrellas se esconden.
Pero, recuerdo que te volviste
y te estaba mirando.

  —19→  


ArribaAbajo¿Recuerdas como te quería?


¿Recuerdas cómo te quería?
tú no sabes.
No sabes que te he amado
con dulzura infinita
que no he sabido mostrarte.  5
No sabes,
que la fría caricia de mis labios
escondía un arcano de ternura,
y detrás de mis ojos distantes
yo guardaba mis sueños.  10
Te he querido mucho, mucho,
tú no sabes.
No sabes que te amaba, incontenible,
aún cuando me hacías daño,
y que te quería por sobre todo,  15
rebelde y bravo siempre.
No sabes que te he amado
porque antes que nada
eras tú mismo,
y que estoy contenta  20
de haberte perdido,
porque así sigues siendo
el hombre aquel,
soñado que conocí.
Yo no quiero que vuelvas,  25
porque en mis sueños
tu imagen se quebraría
como el cristal golpeado.
No quiero que me quieras,
porque te quiero, así,  30
sin que me quieras.
No quiero que te doblegues
porque no serías tú
y ya no te amaría.

  —20→  


ArribaAbajoLa huella


A veces, cuando siento la suave quietud
en la transparente caricia de la noche,
y miro, irresistible, el brillo de los luceros
hacer su danza sonámbula,
pienso en ti.  5
Cuando de lejos, veo la faja diluida del infinito,
oprimir la cintura de la tierra con pródiga ternura,
y llegan imperceptibles los sombríos
ecos de mi canción interna a recordarme,
tus dulces, tus dulces besos..., entonces,  10
pienso en ti.
No creas en la dicha prematura que asoma de mis ojos,
ni en la alegría locuaz que desparramo,
porque si cayese sobre tus manos,
la sentirías tristemente callada.  15
No creas en la risa que te muestro,
porque si acercaras tu boca para aprisionarla,
temblaría en tus labios y ese beso tendría,
el sabor salobre de mis lágrimas.
No creas, en fin, que todo esto existe,  20
porque en el momento que tendieras tus brazos
para retenerlo, huiría fugaz como un suspiro
a las inaccesibles zonas de la nada.
No creas en mi olvido, amor,
en mis risas y mis palabras, no creas;  25
sólo piensa que has dejado sobre mis labios,
una huella que no se llenará nunca,
porque está hecha para los tuyos.

  —21→  


ArribaAbajoMis manos


Toma mis manos, amor.
Si necesitas en la sombría noche de tus penas
una caricia para tus lágrimas,
toma mis manos.
Si en la ruda lucha te encuentras de pronto cansando  5
y quieres con supremo esfuerzo sostenerte,
busca mis manos...
ellas estarán donde tú vayas.
Cuando después de haber soñado la dicha suprema,
te encuentres solo y las manos que te ayudan  10
estén sordas a tu voz,
habla a las mías...
te estarán escuchando.
Y cuando ya pasado el tiempo, escuches
las crueles voces del odio y el desacuerdo,  15
busca mis manos
para acallar esas voces que te mutilan.
Si vuelves vencido de batallar por la vida,
y tienes ansias infinitas de ternura,
extiende tus manos  20
y te las llenaré de besos.
Cuando no tengas fe, ni esperanza,
y llores tu impotencia, solo, solo,
toma, entonces mis manos
y las sentirás mojadas de mis lágrimas.  25
Más tarde, cuando encuentres las verdaderas manos
que enjugarán tu llanto,
busca mis manos, amor,
para decirles adiós.

  —22→  


ArribaAbajoEl encuentro


Aquel encuentro fue lejano
... tu venías, yo venía.
No nos encontramos,
pero nos vimos ir
silenciosos, cada cual  5
por su camino.
Fue un encuentro distante,
y sin embargo al verte
tuve la cálida impresión
de que tu alma, venía tímidamente  10
a jugar con la mía.
Recuerdo que de lejos,
nuestras miradas querían
con desesperado anhelo, sumergirse
en el insondable hueco  15
de nuestra ternura,
y de cerca, buscaban de huirse
para no ver quebrada la ensoñación
del beso de nuestros ojos.
Fue el encuentro aquel,  20
como una larga búsqueda terminada,
en el que sentiste la presencia ausente
de nuestro amor ido,
y mis ojos soñaron una lluvia blanca
de jazmines perfumados.  25

  —23→  


ArribaAbajoTú también, a veces...


Así como yo estoy sola, tú también
habrá noches que sentirás
mi presencia distante,
y estarás solo;
sentirás que ya no existo  5
y el vacío te pondrá triste,
y en la callada soledad de las estrellas,
pensarás en mí.
Pensarás en mis labios
apretados de plegaria,  10
y en mis ojos soñadores,
que te gustaban;
pensarás que estoy lejana,
y lo estoy;
pensarás que estoy ausente,  15
y mi ausencia pondrá...
soledad en tu pensamiento;
sentirás que te he olvidado,
y a veces pienso que lentamente,
como tú, te voy olvidando.  20
Y sin embargo, te engañas,
como antes solías engañarte
sobre tantas cosas.
Te engañas, cuando te sientes salo
bajo la seria luz de tu lámpara noctámbula,  25
y tratas de encontrarme,
enfermo de soledad sobre tu lecho.
Tú no estás solo,
estoy en todas tus cosas contigo;
para besarte todas las noches voy a tu encuentro,  30
y te sostengo las manos hasta que te duermes;
tú no estás solo, amor,
es que no has sabido encontrarme.

  —24→  


ArribaAbajoMi llanto


Si me ves llorando alguna vez,
si algún día ves que de mis ojos
brotan lágrimas,
no pienses que lloro;
piensa que de mí mana  5
un manantial inagotable
de ternura, que se desborda
sobre mis labios
y me deja serena.
Si me ves llorando, no pienses  10
que estoy triste,
porque cuando mis ojos están húmedos,
me siento transportada a los lugares misteriosos
donde la paz es infinita,
y se está cerca de la perfección desconocida.  15
Si me ves llorando, no estés triste,
porque esas lágrimas dejan en mi amor
el jugo denso de las frutas maduras.
Yo quiero que estés contento,
si me ves llorando,  20
porque con tus labios has modelado
en mi boca una sonrisa inextinguible;
porque estás ahondando con tus manos
el pozo de comprensión que encontraste cerrado;
porque con tus palabras, estás levantando para mí,  25
un nuevo horizonte de pensar sublime,
haciéndome poco a poco,
a semejanza de aquella mujer soñada
que quisiste encontrar y no encontraste.
Quiero, que si me ves llorando,  30
tu dicha sea plena y pienses que eres
el arquitecto mas noble para mis ojos,
porque me has hecho a mí
con tus cimientos.

  —25→  


ArribaAbajoLa pérdida


Estoy tan sola sin ti, tan sola,
estoy tan lejos de ti, tan lejos;
sin tus ojos inmensos
las estrellas azules dejan
dolor en mi pensamiento.  5
Estoy tan sola sin ti, que
quisiera, ebria de soledad,
correr por el espacio constelado,
hacia un lugar inexistente
donde pueda,  10
llorar a solas
y borrar tus besos.
Estás tan lejos, amor, pero
quisiera esconderme de ti,
de tu recuerdo,  15
de tus manos
que vienen a mi encuentro,
de tus labios que oprimo
y que despierto.
Estoy tan sola sin ti,  20
que lo que quiero,
es que se acabe
este soñar sin sueños,
que no existan mis ojos
y mis manos,  25
para que no te busquen.
Quisiera dormir tu olvido
en el corazón blando
de una rosa sonámbula,
y llorar, llorar tu encuentro  30
bajo el perfume sereno
de formas blancas.
Tender mis manos quisiera
a deshacerse pequeñas
sobre tu pensamiento  35
y poner mis labios secos,
a recostarse dormidos
bajo el molde viril de mis ensueños,
una vez más, la última,
no importa;  40
una vez más, la última,
y perderte.

  —26→  


ArribaAbajoCarcelero


Tú dirás que te olvido
y es cierto,
yo diré que te olvido
y es cierto,
pero mi amor  5
cuando te estoy olvidando,
se despierta.
Yo quisiera olvidarte, créeme.
Bésame y trataré
de decirte que quiero  10
que te vayas.
Tócame las manos
y verás que tengo fuerzas
para dejarlas cerradas.
Mírame a los ojos  15
y te mostraré que
pueden ver que te alejas.
Yo quisiera olvidarte,
quisiera no sentirte,
cuando de noche  20
mis sueños se despeinan,
quisiera no encontrarte
en los caminos de mi vagar,
-imagen esperada-
Es mi amor el que te guarda,  25
mi amor el que obstinado
no quiere que te deje,
el que rememora, azul,
la dicha que me diste;
el que se acerca para decirme  30
las cosas aquellas
que tú me decías.
Es mi amor, créeme,
yo quisiera olvidarte.

  —27→  


ArribaAbajoMi sostén


¿Sabes una cosa?
mi vida es un himno
potente que se levanta,
sobre dos pilares rígidos
que me sostienen.  5
Mi voz es un canto
enérgico que derrama
las palabras aquellas
que me enseñaste,
primer maestro de mi constancia.  10
Mis manos, aquellas que conociste,
ya no son aquellas,
ahora están fuertes
por el largo vagar de mi desvelo;
y simplemente serenas,  15
por el lento correr de mi torrente.
Ya ves, amor, no soy la misma,
no importa que no sepas,
no importa que lo ignores,
no importa que me pierdas;  20
tus brazos me sostienen,
pilares gigantescos;
tus manos me despiertan.
Tu voz, tu grave voz que me decía,
las estrellas nos miran,  25
ahora me levanta.
No importa que te olvide,
no importa que me aleje,
no importa que te pierda,
tú me hablas amor,  30
y ese lenguaje
me transforma en sueño.

  —28→  


ArribaAbajoNo soy como quisiera


Cuando miro mis manos las encuentro diminutas para ti,
pienso que no alcanzarán a llenar el hueco,
que deje tu llanto;
cuando abro los ojos me parece
que lo inconmensurable empequeñece  5
y no miran siquiera, sólo se visten de fijeza.
Cuando mi boca sueña un beso interminable,
la encuentro vacía bajo la tuya
y recuerdo que tus labios estaban cargados
de sabor perfumado.  10
Cuando veo mis pies los encuentro deformes
para tus caricias
e inseguros para sostenerme a tu lado en la contienda.
Y mis piernas me recuerdan dos caminos sin sombra
que se retuercen sedientos.  15
Cuando toco mi frente me parece pequeña para tus besos
y apagada de pensamiento,
y mi talle se me hace interminable
hasta tocar mi cintura
esa cintura que tú apretaste tantas veces con firmeza.  20
Ya ves, amor, escultor sin nombre,
no soy como quisiera
la esfinge erguida de mirar sereno;
todo en mi cuerpo es deforme,
todo en mi ser incompleto.  25
Es que quiero la perfección para tus manos,
y sueño la belleza máxima para tus ojos;
quiero que cuando vuelvas cansado
encuentres el sabor más expresivo para tus labios
y en la nostalgia anochecida del retorno, percibas,  30
la paz infinita del sabio pensamiento.
Busca, amor, busca a la bella
que con su policromía te dará la dicha,
busca a la sencilla de ideales sublimes,
busca a la perfecta, búscala,  35
mientras mis manos sueñan.

  —29→  


ArribaAbajoTu viaje


Mi esqueleto es duro,
duro como la piedra del camino,
como la tierra sin lluvia,
como tus manos a veces,
y si tú lo necesitas seguirá duro  5
para construir la torre de tus ensueños.
Mis huesos son pequeños,
pequeños como el trigo diminuto,
como las arenas resecas y pequeñas;
pero si te hacen falta sabrán agrandarse  10
para darte cabida.
A medida que acercas tus manos,
mis pómulos firmes se agigantan
bajo la cálida presión que los sostiene,
extendiendo bajo tus palmas ahuecadas  15
el lecho tibio del descanso;
y, mientras tus manos recorren
sabias, las aletas de mi nariz,
mi respiración se vigoriza
para calentarlas,  20
haciendo de ellas dos candentes palomas.
Luego bajan a mi boca
a chocar con mis dientes secos;
mis labios sedientos
se desintegran para beberlas  25
-trago de agua deseado-
Después, cuando tus manos suben
hasta la cavidad cóncava de mis ojos,
cerrándolos con delicada ternura
se empapan desde el fondo  30
quieto de mis pupilas,
comprensivas autoras de mis lágrimas.
Al concluir tu viaje,
tenue, exquisito, tierno,
como un ademán adormecido  35
o un revolear de pájaros amándose,
tú sabes que yo te quiero,
porque has palpado el cariño.

  —30→  


ArribaAbajoLa sombra


Adonde tú vayas, iré contigo;
adonde tú vayas, amor, te seguiré
para que mis manos al sostenerse
fortalezcan tus hombros.
Adonde tú vayas, allí estaré  5
para que te sumerjas en mis honduras
y sigas luego, sereno tu camino.
Ahí donde tú estés, estaré esperándote,
estarán mis manos extendidas
para beber tus besos.  10
Ahí donde tú estés, las estrellas
se acercarán para que tú sueñes.
Donde tú te detengas, se detendrán mis pasos,
y mientras tú camines mi fatiga
acallará sus quejas.  15
No importa que camines, que camines la tierra,
que camines los surcos de todos los arados,
que camines opuestas las sendas
y te pierdas; caminaré contigo.
No importa que las voces se vuelvan en tu contra,  20
yo seguiré contigo.
Y sí algún día..., algún, ya no me quieres,
si algún día piensas que ya no soy
aquella mujer que fabricaste,
no te detengas; déjame en un recodo,  25
piérdeme por los campos,
reparte mis pedazos entre todos los árboles;
y si quieres dejarme,
no te detengas, yo sabré darte alcance.
Y cuando sientas solos tus besos de mis labios,  30
cuando quieras cercanos, mis ojos dilatados;
entonces, date vuelta, mira atrás a los campos,
mira atrás la desnuda rectitud del camino,
la soledad inmensa de pensar taciturno...
Ven y llora en mis labios, ven y duerme en mis manos,  35
ven y sueña conmigo los sueños de mi llanto,
que mis labios sonríen bajo la húmeda espera
y mis manos caminan empujando el cansancio.

  —31→  


ArribaAbajoSueño


Azul quiero que sea desde los altos pedestales de sombra
la dirección de los pasos que te mueven.

Azul sueño tu desvelado meditar
en las noches con sabor a madrugada.

Azul modelo la obra que despierte de tus manos  5
para que seas un constructor de formas con existir azul,
limpio trigo de estrellas.

Azul quiero que tengan el sentido tus palabras,
para que ames mujeres azules de risa blanda
y los bordes de tu despertar sean pedazos de infinito.  10

Azules quiero ponerte los labios de cielo y agua
y llenar con tenues besos la curva de tus ojos soñadores.

Quiero azul y transparente la voz
que a tus silencios dormidos los transforme
y los vista de plegaria;  15

y azules quiero las manos fabricadas con noches de ternura
para sosegar tus ansias.

Así te quiero encontrar olvidando el olvido,
para poner en el fondo diluido de tu mirada
todo el azul contenido de mi tristeza.  20
—32→




ArribaAbajoEl vacío


Todo te he dicho ya, todo,
no quedan en los rebuscados rincones de mi mente
palabras que tú no sepas.
Me conoces íntegra, como si realmente hubiese sido tuya;
como si en tus brazos  5
hubiese dejado derramadas mis lágrimas,
como si después de todo
hubiese sido yo la que tú amabas.

Ya no quedan palabras no dichas
para repetirte en las noches azuladas  10
y no existe tras el gotear de árbol
más que la nada cubierta de existencia.
Te lo he dicho todo,
con tropezadas palabras que tú no comprendiste,
con invisibles lágrimas de risa,  15
y meditar de felicidad soñada.

Ya no hay, comprendes,
el desgarrar de sueños que te seguía
como los ecos de mi mismo llanto.
No se acercará más la grave voz de mi denso pesar,  20
porque estás tan lejano
que caminaría ausente hacia la soledad suprema.

A veces busco entre todas, la palabra inexistente
que te diga toda junta mi silenciosa tristeza.
A veces sueño que estoy dentro de ti y sin hablar  25
llega mi meditación a golpearse contra tus raíces.

Lo ves, nada puedo decir ya que te conmueva,
nada repetir que tú no sepas,
porque de mí lo sabes todo.
Que te he querido, sin fin, para mis manos;  30
soñándote para mis labios, infinito.
Que aquellos besos de entonces sólo han sido
pequeños esqueletos;
y yo, aquella mujer desconocida,
nada más que una construcción inconclusa.  35

  —33→  


ArribaAbajoTu recuerdo


Qué tristeza siento de estar sin tus besos,
de tender mis manos tocando el recuerdo,
teniendo los labios mojados y hambrientos.

Cómo se refleja tu mirada ausente
dejándome sola tendida en el viento,  5
de sentirme sola, qué sola me siento.

Qué soñar sin cielo, ni estrellas, ni acento,
tragando vacíos de locos posibles,
qué soñar de ensueños mis manos dormidas.

Qué dolor levanta el desgarramiento,  10
de tus ojos llenos de ternura equívoca,
al ver que se alejan dejando el momento.

Porque fue un momento, entonces, recuerdas,
no quiero decirlo, porque fue un momento,
y te quise años en ese momento.  15

No quiero, que sólo pensarlo me causa
un goce insensible de angustia impotente,
un sentir mojado de risa desierto.

No importa que llore, escucha, no importa,
mi risa no importa que quedó suspensa  20
detrás de las ramas de un tronco sin tiempo.

Detrás de las lágrimas, detrás del silencio,
bajo aquellas noches cansadas de aliento
detrás de tus ojos golpeados de viento,
detrás de tus ecos de voz diluida,  25
detrás de ti mismo, está tu recuerdo.

  —34→  


ArribaAbajoSi tú no me quieres


Si tú no me quieres,

qué vacío insondable de tristeza tan honda,
de mi boca entreabierta indecisa de pena;

qué mirar hacia el cielo apagado de sol,
una estrella caída de su altar promisor.  5

Qué completo silencio de sentencia oprimida,
qué abundancia de ausencia de rosas sin color.

Qué lágrima suspensa de los huecos heridos,
qué risa detenida con gesto de dolor.

El momento fatídico en que tú no me quieras,  10
qué golpe de velamen, qué giro de timón,
qué fuerza de un atleta sosteniendo la tierra,
qué bravura salvaje, qué ruido de cañón.

Y después de saberlo, cuando ya no me quieras,
qué intención sin palabras, qué seca de cristal,  15
mirándote a los ojos de palpitar dormido,
qué ternura infinita por haberte perdido
qué arranque de girones mi idílico ideal.

Estático crepúsculo en tu ausencia inmediata,
luciérnaga apagada con dirección de olvido,  20
con sus rígidos labios movidos sin sentido,
vaga, desubicada, huyendo hacia un erial.

Qué sencillez de piedra en la visión profética
con vértigo violento negada del edén,

y en la última lágrima sentida de sus párpados  25
qué expresión reprimida, difusa, sola, fue.

  —35→  


ArribaAbajoOfrenda


Quiero hacerte un poema.
Muchas veces no te puedo decir lo que pienso.

Buscaré en los árboles sabios
que derechos ascienden al cielo,
esa llama inconclusa que arde  5
cuando sueñan despiertos sus sueños.

Dejaré mi estructura corpórea, y
en la sola amplitud del silencio,
llegaré a encontrar una fuente
que contenga el sabor que yo pienso  10
cuando pongo en tus labios mi boca,
en la cuna febril de mi ensueño.

Tomaré en mis manos el polvo
de cristal diminuto del tiempo,
y te haré una mujer que sea toda  15
de ilusión, espuma, y pensamiento.
Que te ponga en la frente una estela,
se te beba la risa de un beso;
cuyo cuerpo sereno a tu lado  20
se desnude a la brisa del viento,
desdoblando sobre tu deseo
una diáfana cinta de estrellas.

  —36→  


ArribaAbajoPlenitud


Me encanta reír en el hueco de tus ojos
la imagen clara.

Empapándome las manos de realidad
en la línea nítida de tu existir
entregarme a la luz,  5
y pensar...
no sonar por un momento
para vivirte íntegro
y yo, a tu lado
intacta.  10

Quisiera correr a la cumbre
a sembrarle margaritas en el alma;
romperán la simiente borrándonos el llanto
hasta hacernos una flor de carne y sangre.

Deja que me mire con azul distante de estrellas  15
tu voz
largamente engendrarán mis ojos
dos grandes lágrimas;

y esa voz tuya
se pondrá húmeda;  20
húmeda de mí,
de tierra, de esperanza.

  —37→  


ArribaAbajoLa flor


Somos la vida
contemplando una flor.

Tu risa tiene color de agua
cuando se escurre entre mis labios,
mientras, en la altura vertical  5
el cielo se desdobla en estrellas,
y tú, me tragas insaciable,
la ternura de las manos.

¿Lo sientes?
Es la luz.  10

Para pensar la auténtica palabra
necesito dormir un sueño azul,
donde todo lo vital;
agua, amor, colores,
se proyecte en infinito  15
a la hermosura.

Nuestra flor tímidamente,
se nos ha recostado en el pensamiento.

Escribirte un poema me llevaría
a emprender un viaje interminable  20
rumbo al jardín eidético
donde pueda encontrar,
dos rosas hechas de belleza
para construir tus ojos.

¿Sabes amor?  25
Nosotros somos la flor.

  —38→  


ArribaAbajoSoledad


Detrás de una barrera incomprensible
hay un pozo de sol;
queriéndose alargar están mis manos
ausentes de tu amor,
y dentro de mi cárcel angustiosa  5
te busco en derredor.

No me hace ya recuerdo en la pradera
el canto de una flor,
ni caen a mis ojos las estrellas
con brillo soñador;  10
la cálida caricia de tus labios
doliente se quebró.

Desierto se me ha puesto el pensamiento
al claro despertar;
venido de mi onírico reposo  15
de mi seno el calor,
se desprendió en frágil mariposa
el sueño de tu voz.

  —39→  


ArribaAbajoResurgiendo


Qué importa de los ojos una lágrima
caída de dolor,
si suben cariatidos los árboles
de la tierra hasta el sol,
si suena todavía en los oídos  5
el eco de una voz,
y sabes que a la puerta de la vida
nos contempla el Señor.

El mundo se desploma y de la herida
parece sollozar,  10
un lento pensamiento vagabundo
de ronca soledad;
si miras a lo lejos todavía
se revienta una flor,
dejando que se beba sus colores  15
un pájaro cantor.

La tierra nos doblega hasta que el llanto
la pueda humedecer,
soñando la esperanza que en el tiempo,
hay un cielo después.  20
No sientas, en tu cuerpo profanado
de la vida el altar,
que un árbol se hizo estrella y se hizo agua
para volver a amar.

  —40→  


ArribaAbajoFe


Dónde estás Señor en la claridad del día
y en el devenir del pensar nocturno...
dónde tus ojos bondadosos miran
y reparten tus manos generosas
la dádiva de amor que yo te pido.  5

Dónde estás Señor que ahí donde tu digas
dejaré de ser yo para ser tuya;
cuánta pena me has dado, cuán siniestra
tu voluntad implacable me derrumba.

¿Quién es Dios? A veces ni en Ti creo;  10
tantas lágrimas dejaron en mi pecho
un corazón de mármol que se inunda,
a pesar del ardor con que me hieres,
de fe y piedad y convicción rotunda.

Así como te das yo te recibo.  15
Como me mande tu divina orden,
sufrir dos vidas para conseguir mi cielo,
así las sufriré en la agonía de quedarme tan sola,
sin las manos. aquellas que me hicieron.

Que aunque no crea en mí,  20
y en Ti volcarse deba
la desesperación de mi impotencia,
seguiré en el camino que me diste;

que el dolor no es eterno,
y en el tiempo sin fin de la Existencia,  25
tras el muro sutil que se traspasa citando muere la vida,
no hay árboles sin nidos, ni flores sin rocío,
ni verdad sin testigos.

  —41→  


ArribaAbajo¿Quién?


¿Quién podrá llenar el hueco de tus ojos
con la ternura que yo puedo;
construir del vacío desengaño
la catedral de la fe,
en el lecho de carne de tus manos  5
hacer dormir un sueño,
convirtiendo la lágrima en lucero,
para ti, quién?

¿Quién modelará sobre tus labios
callada plegaria poniéndole sabor a amanecer;  10
escuchando el silencio de tus párpados bajos,
quién hará de las piedras que lastimen tus pasos
una alfombra de flores, un nocturno, un regazo,
quién?

Cuando llegue la noche recostada del día,  15
¿quién hará tus pupilas sedientas de las mías
encontrar el calor,
quién plasmar la mirada, aquella que nacía,
para ver de tus ojos la ternura y moría,
debatida en los besos de tu cálido amor?  20

Una vez del ensueño difuso
levantada tu húmeda voz,
¿quién con brusco mirar angustioso,
sembrará sus heridos despojos,
para darte de carne y sollozo  25
un naciente capullo de sol?

  —42→  


ArribaAbajoSi una vez tengo que hablarte


Escucha, mírame, levanta los ojos cálidos,
quiero hablarte con suave dulzura, pero hablarte
aunque te duelan las lágrimas en el fondo de la carne,
aún si lloran tus ojos de angustia, dolor y ansias,
y se te nuble la idea de la luz dentro del alma.  5
Óyeme, porque ya eres un hombre y no lo crees,
y te pareces a un niño;
te arrebatas, pero en la hora noctámbula,
sé que piensas y se te hiela en los labios
ante mi ser la palabra.  10

Has tenido siempre alguien que te baje las estrellas,
le robe el murmullo al agua,
detenga el viento en las hojas con el rumor de los árboles.

Por eso, no sabes que el amor es un latido, una voz,
una plegaria, que se aleja  15
cuando siente detenida la caricia
sobre la frente del alba.

No quisiera hacerte daño, sin embargo voy a hacértelo,
hasta que moje el recóndito hueco de tus entrañas
una lluvia silenciosa,  20
y se te llene de agua todo el cuerpo
con el ardor de mis lágrimas.

Así puede que comprendas
que el amor es como el rocío en las hojas
que se desliza sonámbulo,  25
como la fruta en la rama, transparente,
como un niño, como un árbol.

Y si después desdoblando tu amargura
vuelve a acunarse en tus manos la ternura,
te acordarás que has llorado;  30
cual un ave acercándola a tu pecho despacito,
sentirás que se te bebe las heridas con su roce exquisito;

entonces amarás como ama un hombre
con profundidad ronca de intensidad.
En la noche hondamente azul,  35
integrado a sus pupilas simplemente fijas,
harás un lecho con tus manos
para cubrirle el alma con el sabor blando de tu dulzura.

  —43→  


ArribaAbajoAspiración


Quiero abrir una cajita de música
sonoras las notas desgranarse en el viento,
subiendo la escalera de los sueños,
mecerme en la blandura del recuerdo.

Ser yo, ser yo libre, toda de agua y luz,  5
junco y cerezas maduras,
tronco de pino, hablar de casuarinas con la noche,
sin llanto, infantil, con risa nueva;
líquida, llevándome el quejido
cadencioso de los cantos rodados;  10

atorarme de sol en una tarde llena,
sobre un campo de olor a tierra grávida;
tropezar de tanta dicha la boca contra el suelo,
reírme de los árboles tragándome tostadas margaritas,
dibujando en el aire la respiración de un álamo  15
con torpes manecitas;
reír, llorar hasta volverme loca,
y después, ser una mujer que se levanta
con los ojos claros para mirar la vida.

  —44→  


ArribaAbajoPuedo decirte tantas cosas hermosas


Puedo decirte tantas cosas hermosas,
enseñarte del pétalo el rocío en la ternura mañanera,
levantarme contigo tibiamente pegada mirada y cuerpo a ti
en un eidético deshilvanar de pensamientos.

Puedo decirte tantas cosas,  5
,recostarme en tu pecho tragándome un racimo de uvas soñadoras,
tu carne misma con forma olorosa de eucaliptos;
ya que a tu lado la realidad entera pierde su contorno,
y tú mismo eres un pedazo de sueño.

Pero ahora no, ya no soy tuya,  10
no puedo fabricar para ti ánforas llenas;
no tendrás de mis besos la impresión plena de dulzura,
ni el acento humedecido de mi voz;
de mis manos la caricia distinta buscarás desesperado
entre mil manos sin la cálida curva de las mías,  15
y llorarás de impotencia por beber una vez más
en mis ojos el agua clara del cariño.

Yo también lloraré, pero te irás,
solo por un camino recto sin árboles ni estrellas,
con otras manos y otra voz, pero no yo,  20
la dulce tuya de ojos redondos y senos pequeños.

Tiene que ser así porque nos estamos destruyendo,
dejémonos llorar a solas en el tiempo,
hasta que volvamos a ser humanos,
encontrándole sentido a una palabra...  25
esa palabra que nos dijimos tantas veces con exquisita ternura.

Aunque nos duela amor,
aunque no puedan consolarte todas las manos que existen
y me ames,
sola, única, toda,  30
aunque me sangre el corazón de no quererte
no te voy a querer.

  —45→  


ArribaAbajoIntento


Soy tú, soy tú, soy tú,
si te faltara un pedazo, si algo te hiriera,
no sé...
y sin embargo, yo te he herido,
es que tú también me has herido,  5
dejando en el sendero una espina parada
con la punta roja de sangre,
y yo ahí, conteniendo el vacío.
Quiero que te detengas con los ojos cerrados
y lo pienses,  10
soy tú, soy tú mismo
con figura de mujer y otra vida,
pero en el fondo, somos de lo mismo, ambos
el uno sin el otro, incompletos.
¿Por qué, entonces? No sé.  15
Yo también fui dura,
dejé en tu corazón un minuto de tristeza,
la noche fría sin mí debe haberte helado
mi imagen en los ojos ausentes de ternura.
Ahora lo único que quiero es volver a ti,  20
partir una rosa y bebérnosla,
la mitad tú, la mitad yo;
ser un hombre y una mujer comiéndonos siempre
la mitad de todo;
debemos integrarnos, no dejar de ser;  25
busquemos de amarnos como dos seres humanos,
con caridad,
olvidando que somos nosotros.

  —46→  


ArribaSin retorno, tal vez...


Para mí es como si te fueras para siempre
desprendiéndote dolorosamente de uno de mis miembros;
como si fuese el fin, sin eco, sin palabras.

Qué soy en tu vida
sino una hermosa posada de olivos tiernos,  5
una sombra fresca en el cansancio,
un disoluto volar de aves,
un diálogo de hojas en el viento...

Pienso en la distancia
desplegarse lejana ahogándome,  10
invulnerable a la queja, a la súplica, a la lágrima.

Sin embargo, no puedo detenerte,
algo dentro de mí me obliga a dejarte partir
sin réplicas,
hasta un regreso incierto  15
en el que tal vez no te espere
o tú no vengas;

pero aún así, debes marcharte,
y si entonces estamos
uno frente al otro  20
mirándonos el alma,
habremos crecido sin separarnos.





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