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Caaguazú-17. [Parece que el autor hable de un río, mientras que en realidad con este nombre se designan los llanos31 de Caaguazú, que se extienden en las márgenes del Paraná, desde el Amambay hasta más arriba del Yapitá: campos celebrados por su extensión, su amenidad, y por los inmensos bosques de cedros que los cubren. Esto es precisamente lo que expresa su nombre: Caa monte, y guazú grande. Caa es también el nombre que se da en el Paraguay a su famosa yerba, que reemplaza el té, y de la que se hacía antes un gran comercio Con las demás   —XI→   provincias del río de la Plata, y hasta con el Brasil y con Chile.]

Caballos. Los primeros que introdujeron los españoles fueron siete-10. Los Chiriguanos tienen muchos ensillados y enfrenados-18. [Este noble y útil animal, llamado con razón el compañero del hombre, fue desconocido en América en la época anterior a la conquista. Los primeros que introdujeron los españoles, vinieron de Andalucía, y eran tan escasos y estimados, que por uno de ellos se ofrecían tres, cuatro, y hasta diez mil pesos fuertes. Es verdad que entonces un burro valía en el Cuzco ochocientos pesos, y que el Mariscal Robredo por un par de chanchos dio en Potosí 1600 pesos. Pero estos precios, si dan alguna idea de la importancia que pueden adquirir los objetos más triviales cuando son raros, sirven también para mostrar el ningún valor que conservan los preciosos cuando se hacen comunes. Con el tiempo algunas de estas razas se multiplicaron de tal modo en América, que los hacendados de la Banda Oriental recompensaban a los que les mataban los baguales que infestaban sus estancias, y cuyas correrías ahuyentaban al ganado. Esta falta de caballos, en los pueblos primitivos del Nuevo Mundo, bastó a dar una gran superioridad a los españoles, y nos atrevemos a decir, que les hubiera sido imposible conquistarlo, si en vez de luchar con infantes, hubiesen tenido que verla con jinetes.]

Cabeza de Vaca (Álvaro Núñez). Adelantado y Gobernador del Río de la Plata; tío del padre del autor.-Dedic. Planta sus armas en la Cananea, por término de su gobierno-4. Natural de Jerez de la Frontera nieto del conquistador de las Canarias; pasó a la Florida-53. Obra prodigios; puso diez años para llegar a Méjico; solicita y obtiene el puesto de Adelantado; sale de San Lúcar; toca en las Canarias, y Cabo Verde; desembarca en Santa Catalina-54. Va por tierra a la Asumpción; sigue las orillas de Itabucú; trata con los indios-55. Llega a la Asumpción; atraviesa 400 leguas-56. Nombra su maestre de campo a Irala; le manda a descubrir una comunicación con el Perú; reclama de los indios al hijo de Alejos García-57. Sale de la Asumpción en busca de minerales-60. Hace colgar a varios caciques; llega a la isla del Paraíso, y al puerto de los Reyes-61. La insubordinación de su gente le obliga a volver a la Asumpción; sale a sujetar a los Yapirús; reduce a los Mongolás; vuelve enfermo a la ciudad-63. Manda pacificar a los indios de Acay-64. Es sorprendido por los conspiradores; entrega su espada a Francisco de Mendoza; le cargan de grillos-65. Lo tienen preso más de diez meses; padece vejaciones y miserias: sus amigos que intentan libertarle, son descubiertos y castigados-66. Sale procesado para España; deja un poder secreto a Salazar para gobernar la Provincia-67. Llega a España; es juzgado y sentenciado apela, y queda absuelto. Fallece en Sevilla-98.

Cabo Blanco. Al sur de la boca del Río de la Plata; en los 37º 30'; y a 18º del estrecho de Magallanes-4. Dista 80 leguas del Fuerte de Gaboto-10. [En el día es conocido por el cabo San Antonio. Su primer nombre se le dio por ser blancos los médanos de arena en aquel paraje. No se debe confundir este cabo con otro del mismo nombre, que forma la punta meridional de la bahía de San Jorge, y que está mucho más al sur, en la misma costa patagónica.]

Cabo San Agustín. Fue reconocido por Vespucio; está en los 8º-1. Sus tierras dadas en propiedad a Albuquerque-2.

Cabo Santa María. Al norte de la boca del Río de la Plata; cerca de los Castillos, en los 35º-4.

Cabo Verde. Islas pobladas por los portugueses-1.

Cabras. Quién las trajo al Paraguay, y de dónde-79.

Cabrera (Alonso). Llega a Buenos Aires con armas y provisiones, por cuenta de los mercaderes de Sevilla-41. Se reúne a Gonzalo de Mendoza-46. Va a recibir a Cabeza de Vaca, y vuelve con él a la Asumpción-56. Conspira contra Cabeza de Vaca-64. Lo lleva a España-67. Es preso por orden del rey, y se enloquece-68.

Cabrera (Jerónimo Luis). Sucede a Carrizo en el gobierno del Tucumán-122.

Cáceres (Felipe). Contador; ocupa el lugar de su hermano-40. Va a España a informar a Su Majestad sobre el estado del país-41. Natural de Castilla la Vieja; viene en clase   —XII→   de contador con Cabeza de Vaca-54. Acompaña parte de la expedición al Paraguay-57. Sale con la expedición de Cabeza de Vaca en busca de minerales-60. Fragua un complot contra su jefe: hombre sedicioso, altivo y amigo de novedades-64. Acompaña a Irala en una expedición al Perú-72. Queda de lugar teniente en la Asumpción. Hace prender a Abreu-83. Se presenta para reemplazaren el gobierno a Gonzalo de Mendoza-111. Acompaña al Gobernador Vergara al Perú-119. Es acusado como uno de los autores de la prisión de Cabeza de Vaca, y preso por orden de la Real Audiencia de la Plata-122. Declara incompetente a la Audiencia, y es puesto en libertad-123.Va a Lima-ibid. Es nombrado lugarteniente del Adelantado Ortiz de Zárate-ibid. Es atacado por los Payaguás y Guajarapos; y se defiende-127. Entra a la Asumpción; toma posesión del mando, y nombra por su lugarteniente a Martín Suárez de Toledo-128. Va al Fuerte de Gaboto-131. Es excomulgado con sus ministros por el Obispo, tratan prenderle, y él asegura al Provisor-133. Manda cortar la cabeza a Pedro de Esquivel, y la hace poner en la picota-134. Es atacado y preso en la iglesia; y echado en un calabozo-ibid.

Cáceres (Juan). Hermano del que precede, natural de Madrid; y contador de la expedición de don Pedro de Mendoza-30. Lo acompaña a España-37.

Cachimayo. Confluente del Pilcomayo; pasa cerca de la ciudad de la Plata-12. [Río del alto Perú, que nace en el distrito de Chayanta, y pasa a cuatro leguas de Chuquisaca, para reunirse al Pilcomayo, en el territorio de Santa Cruz de la Sierra. Su nombre, según acostumbran escribirlo, está en contradicción con lo que es: porque en la lengua del Perú, o quecchua, cachi es sal, y mayu río. Ahora las aguas del Cachimayo no solo no son salobres, sino que tienen un gusto agradable. La genuina ortografía de este nombre es Ccacchu-mayu32, que quiere decir río de pastos, haciendo alusión a los campos que riega, o las plantas que entapizan sus orillas.

Cajamarca. En sus tambos Pizarro hizo prisionero a Atahualpa-29. [Ciudad al oriente de Trujillo, y célebre en la historia del Perú, no solo por el hecho que se cita, sino por haber sido residencia de los Incas, y por los baños termales que frecuentaban, y que aun subsisten a corta distancia del pueblo. Garcilaso, y otros autores, escriben Cassamarca, que en la lengua quecchua quiere decir, escarcha en la azotea: (cassa escarcha, y marca cumbre de un edificio); y esta significación no corresponde a la temperatura ordinaria de una ciudad, que esta a 70 de la línea. Preferiríamos Cajamarca, es decir peñasco aplastado (kaka, peñasco, marca, plano como una azotea), porque expresa con más propiedad la naturaleza del suelo en que está edificado este pueblo, que es un campo, o una depresión del terreno en medio de la Cordillera, si no estuviésemos convencidos de que la verdadera etimología de este nombre debe buscarse en el idioma Aimará, en que marca es la denominación general de todos los pueblos, y kaakaa quiere decir amontonado: y por consiguiente Kaakaa-marca, es una ciudad, cuyos edificios están apiñados.]

Calabrés. Nombre de un cacique Guaraní-14. (Esta voz no pertenece al idioma guaraní, y lo han corrompido los españoles, si no ha sido desfigurado por los copistas.]

Calchaquí. Cordillera de donde nace el Salado-10. Valle de Tucumán en que Pérez de Zorita fundó una ciudad, que fue abandonada después por la mala administración de Castañeda-82. [Ignoramos si esa parte de la Cordillera, de donde descienden los ríos que forman el Río Pasaje, o el Salado, lleva el mismo nombre del valle por donde corren sus aguas: pero más celebridad tiene este que aquel. El valle se abre entre cerros muy elevados y fragosos, al oeste de la ciudad de Salta, y fue en otros tiempos sumamente fértil y poblado. Tal vez aluda a la fecundidad de su territorio el nombre que le dieron sus antiguos moradores. Callcha, en la lengua quecchua quiere decir amontona, Callchani, cosecha, y hucqui es rincón; así, pues, Callchani, o Callcha-hucquí, y por síncope Calchaquí, es un rincón, donde se cosecha o se amontona.   —XIII→   De las varias tribus que se disputaron su posesión, las más poderosas, fueron las de los Diaguistas y los Calchaquís. Intolerantes de todo yugo extranjero, resistieron a los españoles como lo habían hecho con los Incas, que nunca pudieron avasallarlos. Las primeras conquistas que se hicieron por este lado fueron las de Juan Pérez de Zorita, lugarteniente del Gobernador de Chile. Este hábil administrador se propuso nada menos de fundar un estado, que debía llevar el nombre de Nueva Inglaterra, en memoria del enlace de Felipe II con la reina María, y echó los cimientos de tres33 ciudades, a una de las cuales dio el título ambicioso de Londres. Pero la mala inteligencia de su sucesor con los jefes de aquellas tribus, comprometió la existencia de estas nacientes poblaciones, de las que apenas se conserva el recuerdo. También se han extinguido los Calchaquís, que arrojados de sus hogares, pasaron a formar el núcleo de la ciudad de la Concepción, fundada y destruida en las orillas del Bermejo, y que por último sucumbieron a una epidemia espantosa, que estalló entre ellos en 1718. Eran valientes, industriosos y susceptibles de amoldarse a la vida social. Los jesuitas los evangelizaron con suceso; pero si consiguieron convertirlos a la fe, no les fue posible curarlos de la embriaguez -vicio tan generalmente arraigado, que hasta las mujeres participaban de él. Por fermentación y cocimiento sacaban de la algarroba y del maíz, tan copiosos en su territorio, un brebaje, cuyo efecto era tan pronto como terrible; y lo tomaban con tanto exceso en sus convites, que caían en un estado de furor y demencia. Su traje era una especie de túnica de lana de alppa-paco34, que teñían de varios colores. Usaban cabello largo, que dejaban caer en trenzas sobre sus hombros. Eran nómades, y trasladaban con mucha facilidad sus chozas de pajas de un punto a otro del valle, sin establecerse en ninguno. Adoraban el trueno y el rayo, a quien tenían consagradas unas pequeñas casas, que adornaban interiormente con varas teñidas en sangre de animales, y cubiertas de plumas de varios colores. Tenían también otros ídolos, que designaban con el nombre de Caclla35 (rostro), y cuyas imágenes traían consigo en láminas de cobre. Tal era su confianza en estos amuletos, así como en las varas emplumadas que las ponían en sus casas, en sus chacras, en sus pueblos, para preservarlos de los metéoros, de la epidemia y de la langosta. En las estrellas más relumbrantes veían las almas de sus próceres (eurack)36 difuntos, que al tiempo de morir se trasformaban en astros. Los hombres vulgares, y las mismos allppa-paco, no eran excluidos de estas apoteosis, y también se les mandaba poblar el firmamento. Los Calchaquís se preparaban a la guerra con muchas ceremonias y supersticiones; una de las cuales era enherbolar sus armas con el zumo de la cizaña, que en su idioma llamaban ccora, y a la que atribuían la virtud de acobardar a sus enemigos, por más que los desengañase la experiencia.]

Calchenas. Indios del Paraguay-11. [Una de las tribus más bárbaras y obscuras del Paraguay. Su nombre nada expresa en el idioma guaraní. Tal vez sea el de algún cacique, o recuerde algún hecho desconocido de su historia o de sus costumbres.]

Calenturas. Son frecuentes en los meses de marzo y abril, en la Asumpción-12, 91. Enfermedad endémica debajo del trópico de Capricornio-101. [Este es uno del los muchos errores que llenaban la cabeza de nuestros antepasados, y que los esfuerzos reunidos de la razón y la experiencia aun no han conseguido desterrar de las sociedades modernas. San Pablo y Río Janeiro, que están bajo del trópico de Capricornio, son países cálidos, pero no enfermizos. El trópico de Cáncer, que debería producir los mismos efectos, pasa por Cantón, ¡una de las ciudades más sanas y populosas del globo! La salubridad de un país no depende tanto de la posición   —XIV→   geográfica que ocupa, como de la calidad y disposición del suelo. El sol fecundiza las campiñas de Quito, y hace estériles las partes centrales de África; sin embargo unas y otras están expuestas a los rayos ardientes del ecuador.]

Camargo (Capitán). Natural de Madrid; viene con Cabeza de Vaca-54. Es atacado por los Taberés; y los asalta en un fuerte de madera-58. Es ajusticiado por haber conspirado contra la vida del Gobernador Irala-79.

Campo (Fray Francisco). Religioso franciscano; oculta en su casa a la gente que debía prender al Gobernador Cáceres37-134.

Campo (Sancho). Cuñado de don Pedro de Mendoza; salta primero en la playa, diciendo: ¡Qué buenos aires son los de este suelo!-32. Sale del fuerte con don Diego de Mendoza para rechazar a los indios-33. [Este modo de bautizar a las ciudades no carece de ejemplos en la historia de los descubrimientos. Cuando Eduardo Coelho Pereira vino a Pernambuco a tomar posesión de las tierras que le habían sido concedidas, al ver aquella hermosa bahía, dijo: O linda situaçaó para fundar huma villa; y las primeras palabras de su exclamación sirvieron para nombrar este pueblo.]

Cananea. Límite antiguo del territorio del Río de la Plata con el del Brasil; Cabeza de Vaca planta sus armas en este paraje, por demarcar el término de su gobierno-4. Poblado de indios caribes; tiene un río con un puerto y tres islas; dista 30 leguas de San Vicente-5. [Pequeña ciudad de la provincia de San Pablo, situada en una isla, que forma la punta septentrional de una barra del mismo nombre. Desde este punto arrancaba la antigua línea divisoria entre los dominios de España y Portugal en América.]

Canarias. Islas en el Atlántico; se llamaron Fortunadas; fueron conquistadas por Pedro Vera-1, 30. [Grupo de islas, que demarcaban en el Atlántico los límites del mundo antiguo. Llevaban entonces el nombre fantástico de Islas Fortunadas, y eran frecuentadas por los Romanos, mientras fueron dueños del África Tingitana, que las olvidaron después, cuando empezaron a abandonar sus conquistas. La reaparición de estas islas, a principio del siglo XIV, señala el primer paso de las naciones modernas en la inmensa cartera de sus descubrimientos y adelantos. Esa corona desconocida, que el Papa Clemente V ciñó en las sienes de un infante obscuro de Castilla, arrancó a los Europeos de la contemplación estéril del orbe antiguo, para ocuparlos en empresas útiles, llenas de porvenir y de esperanzas.]

Candelaria. Puerto del río Paraguay-37, 38, 43 y 61. [El autor habla de un modo confuso de este paraje, que una vez coloca más abajo (pág. 43), y otra más arriba (pág. 61) del puerto de San Fernando. Es un desembarcadero en el río Paraguay, cerca de la laguna de Manioré, a la que los primeros españoles llamaron laguna de Juan de Oyolas. No debe confundirse esta Candelaria con un pueblo del mismo nombre, fundado por los jesuitas en 1627 al este del Uruguay, de donde pasó después al norte del Paraná, para fijarse definitivamente en la orilla izquierda del mismo río, cerca del paso de Itapuá.]

Canenduyú. Pueblo de indios, muy amigos de los españoles-89. [Paraje a una legua más arriba del gran salto del Paraná, donde el capitán Vergara fundó en 1554 la ciudad de Ontiveros. Nada tendría de extraño, que su nombre, como lo afirma Azara, fuese el de un cacique, dueño de estos lugares al tiempo de la conquista: pero Canenduyú expresa con tanta propiedad los accidentes naturales de aquel sitio, que nos parece más probable que de él le hubiese tomado el cacique. Cani, es aturdir, ndu, ruido, y venir; y por consiguiente los tres juntos significan aquí viene un ruido que aturde; lo que sucede realmente en un paraje tan inmediato a una gran cascada.]

Canela.-73. [Nombre dado a una gran provincia, al este del reino de Quito, por ser abundante de este precioso aroma. Fue descubierta por Gonzalo Pizarro en 1540.]

Cano (Juan Sebastián). Natural de Guetaria en la provincia de Guipúzcoa; se embarcó con Magallanes, y lo reemplazó en el mando, cuando este famoso descubridor murió en Filipinas-3. [De los tres buques, en que habían salido de San Lúcar, solo quedaba la Victoria, cuando Cano volvió a España, después de haber empleado más de tres años en una navegación circumpolar, que fue la primera de esta clase.]

Caracarás. Indios de las inmediaciones del Paraná; son acometidos so pretexto de ser   —XV→   enemigos de los españoles-40. [Nombre de una de las infinitas tribus, en que se subdividía la nación guaraní, y que sucumbieron en la lucha tan dilatada que sostuvieron contra sus conquistadores. Poblaban las islas y las inmediaciones de la laguna Ibera, cuyo nombre ha reemplazado el de Laguna de los Caracarás. En estas mismas guaridas, de donde acostumbraban lanzarse contra las poblaciones vecinas, fueron atacados y destruidos en 1638, por orden del gobernador Ávila. Su nombre es el que dan los habitantes del Paraguay a una especie de halcones; tal vez por ser animales de que abundan aquellos parajes. De la laguna Ibera no es posible hablar con acierto. Sus islas son poco conocidas, y este descuido o ignorancia ha dado lugar a varios cuentos, que circulan en el vulgo sobre lo que contienen, y lo que son. El Padre Techo, que figura entre los historiadores del Paraguay, dice con toda seriedad, «que esta laguna está cubierta de islas flotantes38, las que sirven de abrigo a los indios». Tal vez ha querido hablar de ¡camatotes! Casi todos los mapas presentan a esta laguna en comunicación con el Paraná por medio del río Corrientes, y con el Uruguay por el Miriñay: lo que es probable, porque en el día su ámbito es inmenso. Pero el Padre Charlevoix, poco exacto en sus detalles geográficos, hace desembocar el Mariñay en el Río de la Plata, ¡y el río Corrientes en el Uruguay! No sería fácil amontonar más errores en tan pocas palabras.]

Caracarás.-10. [Otra clase de indios distintos de los que acabamos de describir, y con los que probablemente no tenían de común más que el nombre. Los hallaron los españoles a 40 leguas del paraje donde fundaron Buenos Aires. Eran afables y labradores; tenían la narices horadadas, y eran más de 8000. Sus pueblos estaban fundados en la orilla del Río de la Plata.]

Carabelas (Río de las). Desagua en el Uruguay, poco más arriba del río de San Juan-85. [El arroyo de las Carabelas, o de las Calaveras, como lo llaman nuestros marineros, es un brazo del Paraná que39 no desemboca en el Uruguay, sino en el Guazú, más arriba de la isla de las Palomas. Tiene una isleta en su boca, también nombrada de las Carabelas, que está toda rodeada de plantas acuáticas y juncales.]

Carayazaperá. Sitio ocupado por los indios del Paraguay, cerca del puerto de San Fernando-17. [Lugar de que hacen poca mención los historiadores del Paraguay. El autor lo coloca entre el pueblo de Hieruquizaba y el puerto de San Fernando, en las inmediaciones del río Paraguay, y más arriba de la Asumpción. Los pueblos que lo ocupaban pertenecían a los Payaguás, y eran canoeros y nadadores como ellos. Su nombre quiere decir, camino donde se verán monos. (Carayá, especie de monos, grandes como un perro, y muy comunes en el Paraguay; za, ojos, , camino, y , señal del futuro).]

Carbajal (Juan). Maestre de campo; viene con don Pedro de Mendoza-30. Derrota a Centeno en Pocona-72.

Carcarañal. Río, cuyo nombre era el de un cacique-19. Poblado de indios Timbús-70. [El río Tercero de Córdoba toma este nombre, después de juntarse con el Saladillo. Es un confluente del Paraná y fue visitado por Gaboto, que fundó en sus orillas el fuerte de Sancti Espíritu. Su verdadero nombre es Caracarañá, del que, por la elisión de una vocal, se ha hecho Carcarañá o Carcarañal. Caracará es un ave de rapiña, del que se ha hablado ya, y ña es listado. Así pues, río Caracará-ñá, o Carcarañal, quiere decir río, listado de caracarás; esto es, en cuyas orillas se desplegan en listas o bandas estos animales.]

Cañaverales. Los hay en la Asumpción-12. [El Paraguay está momentáneamente aislado del comercio de las naciones; pero encierra grandes elementos de riqueza, que una mano hábil desenvolverá algún día, para elevarlo a un grado de prosperidad extraordinaria. Sus famosos yerbales, cuya existencia es precaria, porque dependen de las costumbres variables de un solo pueblo, podrán ser reemplazados útilmente por las plantaciones de azúcar, que es también planta indígena de aquel suelo.]

Cañete (Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de). Virrey del Perú; manda poblar la provincia de Santa Cruz de la Sierra; nombra gobernador de esta provincia a don García de Mendoza, su hijo-109.

Castillos. Pequeñas islas de la costa del Brasil,   —XVI→   cerca de unos médanos de arena del mismo nombre, e inmediatas al Cabo Santa María-4. [Castillos, o Castillos grandes, para distinguirlos de los chicos, que están más al norte, forman un promontorio en la costa del Brasil, a corta distancia del cabo de Santa María. Su nombre le viene de los peñascos que le coronan, a modo de torreones de un castillo. Desde este punto debía empezar la línea divisoria, establecida por el tratado de 1750, para deslindar las posesiones de las coronas de Portugal y de Castilla en el Nuevo Mundo. Pero este tratado nunca se llevó a efecto, habiendo sido anulado porCarlos III, en 1761. Después de aquella época los portugueses extendieron aun más al sud sus conquistas.]

Carios. Indios guaranís, en la frontera del Brasil-15. [Pertenecían a la nación guaraní, y estaban poblados en el territorio de San Vicente, al norte del río de los Patos, (Biguassú) que los dividía de los indios de este nombre. En el Brasil son conocidos con el de Carijós. Había también Carios en el Paraguay, donde los vio y trató particularmente un historiador contemporáneo, de quien extractamos los siguientes detalles. «Estos indios, dice Schmídel, en el capítulo XX de su Historia del descubrimiento del Río de la Plata, son pequeños, gordos, y más trabajadores que los demás. Traen un agujerillo en los labios, del que pende un cristal amarillo. Hombres y mujeres andan desnudos; y acostumbran venderse entre sí. El valor de una india es una camiseta, un cuchillo, o cosa semejante. Comen carne, aunque sea humana, si pueden adquirirla. Hacen estos Carios más largos viajes, que los demás indios del Río de la Plata. Son feroces en la guerra, y tienen sus poblaciones cerca del río, en parajes muy elevados». Refiere el mismo autor, que cuando volvió a Europa llevó consigo veinte Carios, de los que fallecieron dos a su llegada a Lisboa. Esta voz Cario se compone de ca, que es avispa, y de rio, o más bien rea, que es campero, silvestre, o que vive en el campo: es decir, gente arisca como las abejas silvestres; con las que pudo también haberseles comparado por el aguijón que traían pendiente de sus labios, a modo de avispas. Probablemente los españoles creyeran que, tratándose de nación, debían dar a este nombre la terminación masculina, y de careas hicieron careos, y carios.]

Carlos V. Emperador, y Rey de España. Concede el título de Adelantado del Río de la Plata a don Pedro de Mendoza-30. Regla el modo de reemplazar, en caso de fallecimiento, los Gobernadores del Río de la Plata-46. V. Dubrin.

Carrillo de Mendoza (Hernando). Clérigo en la Asumpción-96. Lo mata el capitán Melgarejo, junto con su propia mujer-118.

Carrizo (Nicolás). Contribuye a la prisión de Heredia-121. Reemplaza a Arana en el gobierno de Tucumán-122.

Casco (Gonzalo). Reúne la gente de Chaves; es declarado su jefe-108. Recibe buena acogida de los Xarayes; se apodera de los buques que halla en el puerto, y vuelve a la Asumpción-111.

Castañeda. Gobernador de Tucumán, cuya mala administración hace dispersar la población de Calchaquí y de Londres-82.

Centeno (Diego). Es derrotado en Pocona; se esconde en una cueva, donde vive mucho tiempo-72. Es nombrado Gobernador por el Presidente de la Gasca, y muere antes de recibirse del mando-74.

Centurión (Bernardo). Genovés, cuatralbo (jefe de cuatro galeras) de Andrés Doria, célebre Almirante de Carlos V. Vino con la expedición de don Pedro de Mendoza-31.

Cera. Los indios la recogían en Guayra-102. [También se recogía cera en el Tucumán, y en varias partes del Perú, pera esto fue después de la conquista. En España debía ser entonces muy apreciada esta producción; puesto que Colon mandó en regalo a Fernando el Católico tan pan de cera que halló en Cuba. Herrera parece extrañar que ¡los indios no la usasen para velas! Mientras los habitantes de los Pirineos, en el centro de naciones civilizadas, siguen alumbrando sus chozas con astillas de pino, ¡qué extraño es que los pueblos primitivos de América ignorasen el arte de amoldar cera!]

César. Enviado por Gaboto a descubrir una comunicación con el Perú-19. Habla con un cacique y le ofrece la amistad de su rey-23. Regresa al fuerte de Sancti Espíritu, y lo encuentra destruido: vuelve por arriba, y llega a la cumbre de una cordillera,   —XVII→   de donde le parece ver a ambos mares. Va a Atacama, entra al Cuzco, en tiempo que Pizarro acababa de prender a Atahualpa. Pasa a Lima-29.

Césares (Noticia, o Ciudad de los). Ciudad que creyeron los españoles existiese al sur de la Cordillera, en un rincón misterioso e impenetrable-4, 69. Chaves pregunta por ella a los Saramicosis-106. En su frontera estaban poblados los Guaranís-ibid. [Sobre este curioso episodio de la historia del Nuevo Mundo, véanse los documentos que publicamos en continuación de esta obra.]

Chane. Nombre de una tribu de indios, que habitan en los llanos-45. [No debe pretenderse que entremos en detalles muy minuciosos sobre las antiguas tribus de esta parte de América. Privados del uso de las tradiciones escritas, estos pueblos solo podían haber sobrevivido en los anales de las naciones que los reemplazaron; como la memoria de los Escitas se ha conservado en la historia de las guerras de Darío y de Alejandro. Pero el poco cuidado de los españoles en examinarlos, y su ningún empeño en describirlos, han hecho más denso el velo que encubría su origen. Las regiones australes, no comprendidas en el vasto imperio de los Incas, cuyos hechos nos han sido transmitidos por Garcilaso, han quedado fuera del dominio de la historia, y ya no es posible llenar este vacío. Lo único que se sabe de los Chanes es, que tuvieron su asiento principal en los campos inmediatos al río de Cuyabá, cuando se junta con el río Paraguay, y torna el nombre de Cheane. Tal vez sea esta la verdadera denominación de la tribu, en cuyo caso significaría mi pariente (che, pronombre de la primera persona, y anâ pariente), título que pudo haber recibido de alguno de sus vecinos o aliados. Otra tribu, con quien se le podría confundir, en razón de la identidad del nombre, es la de los Chanas, que a la llegada de los españoles, habitaban las islas del Uruguay, cerca del Río Negro. De allí pasaron al continente oriental, con la mira de ocupar los campos al sud de San Salvador: pero tuvieron que volver a sus islas por la viva resistencia que encontraron en los pueblos limítrofes. Perseguidos por los Charrúas, hasta en su último abrigo, invocaron la protección del gobierno español, que los confió a los misioneros. Con estos elementos los religiosos franciscanos fundaron una reducción o doctrina, que con el tiempo se ha convertido en la ciudad de Santo Domingo de Soriano. Por último había Chanes en la frontera de la provincia de Chiquitos, que habían sido reducidos en estado de servidumbre por los Chiriguanos.]

Charrúas. Indios del territorio oriental; están en continua guerra con los Arachanes-5. Corren en la costa de Maldonado-6, 78. Ocupan las costas del Uruguay-19. Son crueles y bárbaros-78. [Unas de las tribus más feroces, más indómitas y más salvajes de estas regiones. Eran dueños del territorio que forma ahora el Estado Oriental, y que defendieron palmo a palmo, con un tesón extraordinario. Su lucha empezó con el primer descubridor del Río de la Plata, y acabó cuando ellos acabaron. Entre la muerte de Solís, y el exterminio de esta tribu, han mediado tres siglos de guerras, de destrucción y de espanto. Cuando se sentían débiles para arrostrar solos el poder de los españoles, solicitaban la alianza de otros pueblos, tan bárbaros como ellos, y en cuya amistad permanecían mientras existía el peligro. La de los Minuanes duró más tiempo por la conformidad de sus costumbres, y sobre todo, de su embrutecimiento. Si faltasen argumentos para mostrar la extravagancia de una paradoja, sostenida con todo el brillo de la elocuencia por un profundo pensador del siglo pasado, bastaría delinear el cuadro degradante de la vida doméstica de los Charrúas, como una prueba incontestable de las miserias, de los padecimientos y de la ignominia del hombre salvaje, ¡que se pretendió sobreponer al civilizado! Su modo de llorar la muerte de algún pariente inmediato, consistía en un cúmulo de prácticas absurdas y de actos inhumanos, muy parecidos a las expiaciones voluntarias de los Derviches; y la única deducción que debe sacarse de esta coincidencia es, que el espíritu humano cae en los mismos extravíos, sea que lo ofusca la ignorancia, o que lo ciega la superstición. Los Charrúas, constantes en su sistema de ataque y de pillaje, no cesaban de mantener en alarma a los habitantes de la Banda Oriental, desde la   —XVIII→   frontera del Brasil, donde se habían fijado últimamente entre las cabezadas de los ríos Cuareheim e Ibirapuitá-mini. Fueron perseguidos y exterminados por una fuerza oriental, al mando del Señor General don Fructuoso Rivera, en 1831. Solo así pudo librarse el Estado vecino de tan incómodos moradores. En el día sería tal vez difícil juntar treinta individuos de una tribu, que fue tan formidable en tiempos pasados. En su nombre se halla cifrada toda su historia -Charrúa, en guaraní, quiere decir, somos turbulentos y revoltosos (Cha, nosotros, y rru, enojadizo.)]

Chaves (Nuflo). Natural de Trujillo; viene con la expedición de Cabeza de Vaca-54. Chapeton; acompaña a este Adelantado en una expedición que hizo en busca de minerales-60. Entra en el complot contra Cabeza de Vaca-64. Acompaña a Irala en una expedición al Perú-72. Ofrece la gente de Irala al Presidente la Gasca; y lo acompaña a Lima-74. Vuelve a la Asumpción, e introduce cabras y ovejas al Paraguay-79. Pide la muerte de Francisco de Mendoza-79. Va a Guaira para reducir a los naturales, y tomar su defensa contra los portugueses-100. Llega al Paraná; pasa el Paranapané y el Atibajiba. Halla a los indios fronterizos, fortificados contra los Tupis y los Tobayaras del Brasil; provee a la seguridad de ellos. Hace una incursión en el país de los Peabeyús, que lo acometen; les resiste con denuedo; deja en paz a los indios, y vuelve a la Asumpción-ibid. Es nombrado General; sale a fundar un pueblo en los Xarayes-101. Llega al puerto de Itatin; reconoce la sierra de Guajarapos; pasa a la laguna de Aracay; pelea con los indios-102. Cae en una emboscada; pierde mucha gente; tiene varios encuentros con los Payaguás; llega al puerto de los Reyes, y a la isla de los Orejones; toma puerto en los Parabazanes; llega a Paysurí; pelea con los Jaramisis, Chiriguanos, Travasicosis, y los desbarata; no halla ningún sitio a propósito para fundar una población en el país de los Xarayes-163. Continúa su marcha hasta llevar a la frontera del Perú, con intención de sustraerle del gobierno del Río de la Plata-104. Los principales de su expedición le instan para que vuelva a la Asumpción-105. Él se les niega, y su gente se divide-108. Pregunta a los Saramicosis por la Gran Noticia-106. Llega al río Guapay, transita los llanos de Guilguirigota; hace convocar a los Guaranís; tiene una entrevista con un comisionado del Perú, y sostiene los derechos del Gobierno del Río de la Plata sobre aquellas provincias. Pasa a Lima a tratar con el virrey; lo induce a nombrar a su hijo de Gobernador, y este le elige por su Teniente General. Vuelve a la Sierra; funda la ciudad de Santa Cruz, y empadrona más de 60000 indios-109. Va a la Asumpción y se pone a la cabeza de los indios que acompañan de auxiliares al: Gobernador Vergara, en su expedición al Perú. Pelea con los Samocosis. Hace prender al Gobernador Vergara-119. Vuelve del Perú por la cuchilla; se le supone de acuerdo con el Gobernador Lope García de Castro-120. Recibe al Gobernador Vergara y al Obispo La Torre con fingidas muestras de amistad-123. Es asesinado por un cacique-124.

Chayos. Indios del Uruguay-19. [Tribu de la Banda Oriental, fronteriza, y aliada de los Charrúas, y que ocupaba los parajes inmediatos al Río Negro. Su nombre suena muy poco en la historia primitiva de estas regiones, y nos parece que en nada se diferencian de los Yaros, con quienes se les puede haber confundido. Esta última denominación, en el idioma guaraní quiere decir el que gasta o destruye].

Chichas. 11, 80. [Provincia fronteriza de la República de Bolivia, comprendida entre los valles de Pilaya y de Cinti al norte: el territorio de Tarija al este, de Lipes al oeste, y de Jujuy al sud. En la historia antigua del Perú figura también como límite meridional del imperio de los Incas, y como una de las más difíciles conquistas de Viracocha. A la par de las demás provincias del Perú, tiene la reputación de poseer minas riquísimas de oro y plata. Es país montuoso y lleno de quebradas. Su nombre debería escribirse Chicchi, que en lengua quecchua quiere decir, copos menudos de nieve.]

Chiguanas, o Chicuás-80. [Nombre de una tribu del Perú, bastante numerosa antes, y que se redujo después a ocupar una pequeña parte del territorio de Contisuyu, al norte de Huancavélica.

  —XIX→  

Chiquiago. Uno de los confluentes del Marañón. 15. [En la descripción que se hace en este lugar del curso de algunos ríos, se han padecido tales y tantas equivocaciones, que nos es imposible rectificarlas en los límites de una nota. Baste decir, por lo que toca a la voz que motiva la presente, que Chuquiago no es confluente del Marañón, sino de uno de los ríos que concurren a formar el Beni, y que corre a mucha distancia de la gobernación de San Lorenzo, y del Guapá, o Guapay, a quienes parece asociarlo el autor de esta historia. Chuquiapu, y por corrupción Chuquiago, nombre antiguo de la ciudad de la Paz, en cuyas inmediaciones pasa este río, en la lengua general de los Incas, quiere decir lanza principal.]

Chiquis. Indios del Guayra-7. [Tribu poco conocida, en las márgenes del Iguazú, cerca del gran salto. En el idioma guaraní, este nombre quiere decir, lugar en que se resbala. (Chî, resbaladizo, y qui aquí).]

Chiquitos; y por otro nombre Travasicosis, indios del Perú, de origen guaraní. Viven en casas muy pequeñas y redondas; es gente belicosa e indómita; se oponen a Chaves; envenenan sus armas; son derrotados por los españoles-103, 106. [Provincia, que geográficamente pertenecía al Perú, y espiritualmente al Paraguay. Cerca del año de 1691, fue ocupada, por los Jesuitas, que fundaron en ellas las que llamaban Nuevas Misiones, para distinguirlas de las antiguas, que habían establecido en las márgenes del Paraná y del Uruguay. Es un espacio de tierra de doscientas leguas de largo, y de ciento de ancho más o menos. Tiene al norte una cadena de montañas que lo separa de las últimas posesiones portuguesas al oeste del río Paraguay; al este, este mismo río, desde la laguna de los Xarayes, hasta el puerto de Itatin; al sud, el Chaco, y al oeste la Provincia de Santa Cruz de la Sierra. El río Hubay, que en algunos mapas lleva el nombre de Río de Chiquitos, pasa por este territorio, y lo divide del que ocupan los Chiriguanos. Es terreno montuoso, cubierto de espesísimos bosques, y expuesto a inundarse en tiempo de las lluvias, que duran ordinariamente desde diciembre hasta mayo. Entonces se engrosan los ríos, se forman torrentes, se llenan los esteros, hasta interceptar todas las vías de comunicación con los países limítrofes. El clima es cálido y destemplado; y los habitantes son de un carácter ígneo, aunque dóciles e inclinados al bien. Los hombres andan casi desnudos, y las mujeres usan una camiseta de algodón, que llaman tupoî (cosa que cuelga). Se adornan el cuello y las piernas con chaquiras, horádanse las orejas y el labio inferior, del que traen pendiente un pedazo de plata. Llevan también en la cintura una faja de plumas muy vistosas, por la diversidad y el brillo de los colores. Son valerosos, y usan flechas y macanas, que forman de un palo muy duro y pesado. No tienen gobierno ni vida civil, aunque para sus resoluciones oyen y siguen el parecer de los ancianos. La dignidad de cacique no se perpetúa en las familias, ni se hereda por sucesión, sino que se adquiere por mérito, y por el mayor número de prisioneros hechos en las guerras, que eran continuas con sus vecinos. La poligamia era un privilegio exclusivo de sus caciques: los demás tenían el derecho de repudiar a sus mujeres, pero no les era permitido casarse más que con una. Ningún padre consentía en dar la mano de su hija a un cobarde; y nadie se atrevía a solicitarla sin haber dado pruebas de su valor, sea en la guerra, sea en la caza. El novio acompañaba su demanda con los despojos de los animales que había muerto en sus correrías, a falta de otros trofeos más importantes; y por el número y calidad de las víctimas, graduaban los parientes el mérito del solicitante. La educación de sus hijos estaba del todo conforme con estas costumbres sin sujeción y sin dependencia, los dejaban correr a donde la disolución y el fervor juvenil de los años los arrastraba. Vivían poco juntos, y por la menor desavenencia se apartaban unos de otros. Las habitaciones no eran más que unas chozas de paja dentro de los bosques, sin orden y distinción; y las puertas tan bajas, que solo podían pasarse a gatas; por cuya razón le dieron los españoles el nombre de Chiquitos. El motivo que tenían para esto, era librarse de la molestia que les causaban los insectos de que abunda extremamente el país,   —XX→   en la estación lluviosa, y también para guarecerse contra los ataques imprevistos de sus enemigos. Sus festines y banquetes solían durar días y noches enteras, poniendo toda su magnificencia en la copia y vigor de la bebida, que sacaban de una fermentación de maíz, mandioca o cualquier otra fruta silvestre. Cuando los tomaron a su cargo los jesuitas, los hallaron faltos de toda idea religiosa. Sin embargo, honraban a la Luna con el título de madre, pero sin prestarle el menor culto; y cuando se eclipsaba, salían con grandes gritos, disparando en el aire una tempestad de flechas, para defenderla contra los perros, que allá en el cielo, decían, andan tras de ella para morderla y despedazarla. Citando tronaba, o caían rayos, suponían que algún difunto, que vivía en las estrellas, estaba enojado con ellos; lo que hizo creer a los misioneros, que tenían alguna noción de la inmortalidad del alma. Aborrecían a los brujos; y a los que sospechaban de serlo, los despedazaban a grandes golpes de sus macanas. Eran muy supersticiosos en inquirir los sucesos futuros, por creer firmemente que el éxito favorable o adverso de las cosas, dependía de los buenos a malignos influjos de las estrellas, para esto no observaban el aspecto del cielo, ni el curso de los astros, que a tanto no alcanzaba su inteligencia; sino que tomaban sus agüeros de la aparición de ciertos animales, de la buena o mala vegetación de los árboles, etcétera. Si estos les anunciaban contagios, enfermedades o correrías de los Mamalucos, que era lo que más recelaban, no se necesitaba más para determinarlos a abandonar su suelo natal, y retirarse a los bosques. Eran tantos los idiomas que hablaban, cuantas las rancherías que tenían; todos ellos muy difíciles, y sin la menor analogía con los de las provincias inmediatos con excepción de una solo tribu, llamada de los Guarayos, que hablaba el guaraní. El primer español que penetró en estas soledades fue Nuflo de Chaves, cuando por orden de Domingo Martínez de Irala, fue a descubrir Santa Cruz de la Sierra. Desde aquel tiempo la Población, de este país ha disminuido considerablemente; no tanto por efecto del clima, que no es muy sano, sino por las continuas invasiones o malocas (como las llaman) de los Mamalucos del Brasil, que cruzaban el río Paraguay, y echándose en cima de estas poblaciones indefensas, las acometían inhumanamente. En los primeros años de la conquista, este territorio servía de punto de comunicación entre el Perú y las provincias litorales del Río de la Plata. Con este objeto se fundó en 1702, la reducción de San Rafael cerca del río Guabás. Pero las comodidades que ofrecía el camino de Tucumán, y los peligros que se evitaban, lo hicieron más trillado, aunque fuese más largo. No han faltado escritores, que han confundido las misiones de Chiquitos, en la frontera del Perú, con las de Chucuito, cerca del Cuzco. Basta señalar su respectiva posición geográfica, para que se deje apercibir el error, y la distancia que las separa. Hemos dado a conocer la etimología del primer nombre; y en cuanto al segundo, que debería escribirse Chuquivitu, en lugar de Chucuito, su sentido literal es lanza afianzada: (chuquí, lanza; vitu, plantar).]

Chiriguanos. Indios del Perú, originarios del Río de la Plata, de la misma raza de los Guaranís; están poblados en la frontera de Mizque Tomina, Paspaya y Tarija-111, 103. Eran antropófagos-18. Toman las armas contra los españoles-ibid. Han sido muy numerosos; asolados por las continuas molestias, trabajos y servidumbre, que sufrieron de los españoles; así como por las guerras que sostuvieron contra ellos-110. Uno de sus pueblos se llamaba Sapiran, a 12 leguas de los llanos de Taringuí-ibid. [Estos pueblos, de origen guaraní, fueron conquistadores, y resistieron a los Incas, que nunca pudieron avasallarlos. Lo mismo sucedió al virrey don Francisco de Toledo, cuando en 1562, marchó en persona a esta conquista. A pesar de una fuerza considerable que le acompañaba, tuvo que desistir de su empresa, y se retiró derrotado del territorio que había invadido. Este país confina al norte con Santa Cruz de la Sierra, y el Valle grande; al este con las antiguas misiones de Chiquitos; al sud con los llanos del Manso, y al oeste con los partidos de Tomina, Pomabamba, y el valle de Cinti, comunicando con Tarija por medio del valle de las Salinas. El clima es   —XXI→   frígido en las montañas, de donde le vendrá tal vez el nombre de Chiriguanos, que en la lengua quecchua, quiere decir hombres que tienen frío. (Chiriguan, tengo frío). Pero en los llanos es caliente, y sus valles disfrutan de una continua primavera. Los habitantes son de origen guaraní, y conservan el idioma de sus antepasados. Viven reducidos en pueblos, en casas techadas de paja, y encaladas por adentro. En una plaza, regularmente espaciosa y limpia, que dejan en medio de sus poblaciones, forman y mantienen galpones para hospedar a los pasajeros. Duermen en hamacas de algodón, y tienen porción de cántaros y ollas para cocinar y hacer chicha: los antiguos historiadores españoles los han representado como antropófagos. Son sufridos en el trabajo, audaces en sus empresas, feroces y turbulentos en sus costumbres. Viven en común, sin reconocer más autoridad que la de sus padres de familia. En tiempo de guerra eligen sus jefes, y les obedecen. Su casamiento consiste en la demanda que hace el novio a los padres de la querida: si este consiente, al día siguiente lleva el novio un haz de leña, y si la novia lo recibe, ya está hecho el enlace. Sus habitaciones les sirven de cementerio: allí deponen los cuerpos de sus parientes, sentidos en un tinajón, y tapados con otro. Cuando muere el marido, su viuda va a bañarse al río, con gran acompañamiento. Luego le cortan el pelo, por ser el distintivo de las que han perdido a su consorte. Tienen mucho miedo a las viruelas, que suelen hacer estragos entre ellos, y al que es atacado por esta enfermedad, lo dejan solo, y si se propaga, se meten en los bosques, atravesando los caminos con troncos y espinas para precaverse del contagio. De noche andan muy poco, aunque sea por alguna urgencia, por el miedo que tienen al espíritu maligno, a quien llaman Añaguazú, (el gran demonio). A diferencia de sus vecinos los Chiquitos, cuya tez tiene el color de aceituna, los más de los Chiriguanos son blancos y rubios, con ojos azules. Provocados por los españoles, salieron estos indios de su territorio, arruinando cuanto encontraban, matando y cautivando a los que se les ponían delante. Para contenerlos en sus devastaciones, se hicieron varias expediciones que se malograron, y desde entonces los Chiriguanos se han mantenido en estado de hostilidad contra sus vecinos. Tal vez no sea sin utilidad señalar aquí la distancia que hay entre Chuquisaca y la Asumpción del Paraguay, por el territorio de los Chiriguanos.

Leguas
De Chuquisaca al pueblo de Pomabimba 60
De Pomabamba al valle de Piray 120
Del valle de Piray al pueblo de Caiza 30
Del valle de Caiza a la Asumpción 140
250

Chovas. Indios del Guayra; hablan el mismo idioma que los Pates; nunca se encontraron con los españoles-7. [Estos indios son poco conocidos. Poblaban las márgenes del Iguazú, en parajes tan retirados, que es muy probable lo que dice el autor, que nunca se encontraron con los españoles. Siendo así, ¿quién puede hablar de ellos con algún fundamento? Por ser guaranís, y por estar más en contacto con los Mamalucos, deben haber sido las primeras víctimas de sus incursiones. Chova no es voz del idioma guaraní, e ignoramos su origen y significación.]

Chungurí. Río de la sierra del Perú, en que desagua el de San Marcos-15. [Este nombre que se da al Río Grande, es más común que el de Guapay. Dice el autor, que Guapay quiere decir que todo lo bebe, y en otros términos lo mismo expresa Chungurí, que en lengua quecchua quiere decir juntémonos; aludiendo a los muchos ríos que desaguan en el Guapay.]

Chupas-69. [Campo de batalla en la provincia de Huamanca, célebre por la que se trabó, el 16 de septiembre de 1542, (y no de 43, cómo dice el texto), entre el licenciado Vaca de Castro, segundo virrey del Perú, y Diego de Almagro, hijo del conquistador de este nombre. Este último, fue derrotado y hecho prisionero, con la pérdida de más de 700 hombres, que en aquel tiempo era considerable. Chupas, en quecchua, quiere decir, cola.]

Ciudad Real. Antigua capital del Guayra, en el Paraguay: fundada por Rui Díaz Melgarejo, en 1557; en la boca del río Pequirí, tres leguas más arriba de Ontiveros. El sitio no es muy ventajoso; está todo rodeado de grandes bosques; es lugar enfermizo,   —XXII→   por los vapores que salen de los montes, y por estar, según dice el autor, en el trópico de Capricornio-101. [Esta ciudad fue destruida por los indios de San Pablo del Brasil, en 1630, y reemplazada por la del Espíritu Santo. Los españoles no fueron muy avisados en la fundación de los pueblos. Procedían sin plan y sin tener los conocimientos necesarios para juzgar con acierto de las circunstancias locales del terreno que escogían. Así es que se vieron muchas veces precisados a dará sus poblaciones la movilidad de un campo o de un aduar, trasladándolas de un punto a otro de la provincia. Cuando por orden del Gobernador Irala, el capitán Melgarejo pasó a Guayra para formar un establecimiento sobre el río Paraná, su primer objeto debía haber sido el ocupar una posición fuerte, que dominase el país, o cuando menos proporcionase a los nuevos pobladores medios fáciles de defensa contra las tribus salvajes que los rodeaban. En aquella época todo el territorio que se desplega al este del Paraná, hasta alcanzar la zona habitada de la provincia de San Pablo, estaba ocupado por tribus numerosas y valientes, que no se manifestaban dispuestas a pasar bajo el yugo de sus conquistadores. Esta resistencia era natural y legítima; puesto que los españoles no se contentaban con establecerse en su territorio, sino que se proponían esclavizarlos. Su poder aun no estaba sentado, y los medios de ejecución eran tan inferiores a la vastedad de sus planes, que los sacrificios que se exigían para llevarlos adelante, eran inmensos, sin ser siempre provechosos. El paraje que escogió Vergara40 para fundar la ciudad de Ontiveros, a más de ser aislado, era incómodo y enfermizo; no por los influjos del trópico de Capricornio, como cándidamente se expresa el autor, sino por la inmediación de un gran salto, que llenaba la atmósfera de vapores, y mantenía el suelo en una continua y excesiva humedad. No se tardó mucho en palpar estos inconvenientes, y llegado el caso de evitarlos, se expusieron los pobladores a otros no menos graves, colocándolos entre las barras del río Pequerî y del Igatimî, en la margen oriental del río Paraná, que si no interceptaba del todo, hacía sumamente penosas las comunicaciones entre esta vanguardia de los españoles, con su cuartel general en la Asumpción. Este error comprometió la existencia de la nueva población, a la que se dio el título enfático de Ciudad Real. Un enjambre de salteadores, que contaban con la impunidad, y tal vez con la connivencia del gobierno portugués, reiteraron sus ataques hasta reducir a la nueva colonia a un montón de ruinas. En su caída fueron arrastrados cerca de 40000 indios, que Melgarejo había encomendado a sus compatriotas del Guayra, y que prefirieron mirar la destrucción de sus familias, antes que armar su brazo en defensa de sus amos.]

Cobos (Francisco). Ministro de Carlos V; pariente y protector de don Pedro de Mendoza-30.

Cobre. Los portugueses hallan vasos, manillas y coronas de este metal, en el Perú-16. Gaboto recibió de los indios Guaranís manzanas de este metal, tomadas en el Perú-21. [Estos trabajos son una prueba más del gusto de los Peruanos para las artes de imitación. No se limitaban tan solo a fundir los metales preciosos, sino que explotaban los más comunes para generalizar el uso de los adornos. Cuando se leen en Garcilaso las descripciones que hace de las riquezas acumuladas con tanta profusión en los palacios de Cajamarca y en los templos del Cuzco, no se puede menos de deplorar ¡el genio de vandalismo que presidió a la conquista del Nuevo Mundo! Ni puede culparse de exageración al que nos ha transmitido estos hechos; porque, a más de haberlos presenciado, escribió su obra en España, y mientras vivían los que acriminaba, y que podían haberle desmentido.]

Cochabamba. Uno de los confluentes del Marañón-15. [Este río no sale directamente al Marañón, sino que confluye con uno de sus más remotos tributarios. El río Grande, de la Plata o Guapay41, que recibe las aguas de otro río, con quien se mezcla el de Cochabamba, concurre a la formación del Mamoré; este a la del Madera; el Madera del Beni, y este último del Marañón. Véase, pues, cuan impropiamente se clasifica de influente del Marañón al río Cochabamba. Esta voz, en lengua quecchua quiere decir campo cubierto de   —XXIII→   aguas, o más bien de lagunas, (Cocha, laguna, y pampa, campo).]

Colman (Nicolás). Inglés; encabeza un motín contra Pedro de Segura en Ontiveros-90. Nombrado Gobernador de Guayra en lugar de Riquelme de Guzmán-129.

Colón (Cristóbal). El primer descubridor del Nuevo Mundo. Vuelve de su primer viaje, cuando Vespucio sale de Lisboa, para emprender el que le ha valido el honor de dejar su nombre a esta paste del globo-1.

Colorados. Provincia cerca de la de los Paretís-13. [Pertenece al imperio del Brasil, cuya topografía está tan poco adelantada, que deja en la sombra a una gran parte de su territorio. El país de los Paresís (y no Paretís, como lo escribe el autor), y de los Colorados, ocupa la parte más elevada de una especie de plateau, que forma al norte de la región aurífera de Cuyabá, en la provincia de Matogroso, donde el río Paraguay oculta sus fuentes misteriosas, como las del Nilo y del Níger. A pesar de las riquezas que encierra este suelo, nadie se atreve a pisarlo, y la poca población que contiene, le es enviada por la arbitrariedad, la violencia del crimen.]

Comechingones. Indios de la jurisdicción de Córdoba; viven debajo de tierra-35, 69,121. [Niega Funes que hay cuevas en la provincia de Córdoba, y es precisamente lo que más abunda en su sierra. Lo que puede ser materia de duda es la calidad de pigmeos que se atribuye indistintamente a estos indios. La naturaleza ha fijado los caracteres generales de los seres que pueblan la tierra, y las alteraciones que su freno son más que excepciones accidentales y transitorias de los tipos primitivos, que siempre predominan en la reproducción de las especies. Es tan poco probable que haya habido una raza perpetua de pigmeos, como una nación de gigantes. Pueden las fuerzas vitales del hombre dar a su organización formas más o menos perfectas o aventajadas, pero nunca llegarán a producir sistemáticamente monstruos o prodigios. Es probable que los últimos descendientes de estos antiguos moradores de la provincia de Córdoba, sean los que forman en el día las poblaciones de Soto y Pueblito.]

Compañeros de don Pedro de Mendoza.-30, 31.

Conando. Valle en que se fundó la ciudad de Londres-82. [Funes escribe Comando; mientras que si se quisiese respetar su etimología, debería substituirsele Cunanti, que en lengua quecchua quiere decir, ahora estamos en el valle. (Cunan, ahora; anti, valle). Este valle está a 20 leguas de Orduña, en el territorio de Catamarca. Sirvió por algún tiempo de abrigo a los habitantes de la ciudad de Londres, que huían de los ataques de los indios del valle de Calchaquí. Se empezó a fundar otra ciudad, a la que se impuso el mismo nombre; y se le abandonó otra vez para ir a poblar la ciudad de Catamarca en 1683.]

Concepción-11. [Ciudad del Chaco, llamada también Concepción del Bermejo, o de Buena Esperanza, para distinguirla de otra reducción del mismo nombre, que establecieron los Jesuitas, en 1740, sobre el Salado, y cerca del cabo San Antonio. Fue fundada en 1585 por Alonso de Vera y Aragón, Gobernador de Corrientes, y destruida por los indios, en 1631. La pérdida de este establecimiento debe mirarse como una de las más lamentables que ha experimentado el país. Este faro, encendido por el celo religioso de los ministros del Evangelio en el centro de un vasto territorio, hubiera derramado una luz bienhechora sobre tantas hordas salvajes, y abierto el camino a las comunicaciones, que tanto importa establecer por este lado, entre los dos extremos de la República. Los jesuitas habían presentido toda la importancia de esta posición. Ellos, que solían empezar por formar pequeñas reducciones y doctrinas, pensaban nada menos en fundar una grande ciudad en un punto central del Chaco, y sobre las mismas orillas del Bermejo. Hemos tenido en nuestro poder el proyecto, y podemos asegurar que, si se hubiese realizado, la ciudad del Chaco hubiera competido con muchas de las principales de América.]

Conchas. Río a cinco leguas de Buenos Aires-9. [Es algo mayor la distancia de Buenos Aires a las Conchas, Después que esto escribió el autor, se levantó un pueblo en sus orillas, y con el mismo nombre del río que se menciona. Fomentado por el comercio del   —XXIV→   Paraguay, siguió sus fases, y ha decaído con él. Ahora solo es la sombra del que fue: unos pocos edificios arruinados, las calles yermas, el puerto desierto; todo pinta la miseria, la desolación y la muerte. Y sin embargo, por su localidad, este pueblo, debería ser el Saint Cloud de Buenos Aires. Su posición es feliz, sus, campiñas deliciosas, y muy corta la distancia, que lo separa de la capital, al remate de un camino agradable. Pero ninguna de estas ventajas ha podido sustraerlo de su ruina. El nombre que lleva es característico del suelo en que está edificado. La campaña de Buenos Aires, a muchas leguas adentro de la costa, es una capa de tierra vegetal, sobre un banco continuo de conchillas. No hay duda que la mar ha ocupado estos parajes, de donde ha sido rechazada después por la acumulación de las tierras, que han ido depositando las aguas, desprendiéndolas de los puntos más elevados.]

Concho. Sierra, a 20 leguas de río del Estero-121. [Este río es el que pasa por Santiago, a quien por esta razón se le llama del Estero. Es también conocido bajo el nombre de Río Dulce. La sierra de Concho queda al norte de la ciudad de Tucumán, hacia la frontera de Salta. Conchu, en lengua quecchua, quiere decir cosa revuelta.]

Conejillos. Los indios los crían en sus casas-14, 62. [Esta costumbre de criar animales caseros es propia de los pueblos sedentarios, y lo era la mayor parte de los que ocupaban el interior del país, y que estaban más en contacto con los vasallos de los Incas, cuya vida social era más adelantada. La historia de estos pueblos presenta una anomalía, tal vez única en les anales del mundo. Del estado permanente, y de los trabajos de la agricultura en que los hallaron los españoles, pasaron a la vida nómade y pastoril, retrogradando en su carrera por obra de aquellos mismos que se jactaban de haberlos sacado de la barbarie. En lengua quecchua, el nombre de estos animales es Coys.]

Córdoba. Ciudad, fundada por don Jerónimo Luis de Cabrera, el mismo día en que don Juan de Garay empezó la de Santa Fe (6 de julio de 1573; día de San Jerónimo); distan 60 leguas una de otra-139. [Capital de una de las más importantes provincias de la Confederación Argentina. El lugar que ocupa al presente es inferior al que se le destinó la primera vez, ni se perciben los motivos que se tuvieran para preferirlo. Es bajo, reducido, sin ventilación en el verano, y expuesto a las inundaciones en la estación de las crecientes42; mientras que el campo de la Tablada, es alto, extenso y abierto, desplegándose en anfiteatro hasta la Sierra. Los caudales que se han invertido en construir paredones y tajamares, para poner a la ciudad al abrigo de las crecientes del río, se hubieran ahorrado, o hubieran servido a emprender obras más provechosas. La acta de la fundación de Córdoba es un monumento precioso de aquel tiempo, y que merecería ser publicado. El Gobernador Cabrera hace formar en cuadro a su gente, en el sitio destinado a la edificación de la nueva ciudad, y antes de abrir sus cimientos, hace anunciar por tres veces, en los cuatro costados, y a son de trompa, su intención de ocupar aquel puesto; provocando a sus legítimos poseedores (si los había) a producir y sostener sus derechos. Como era natural que nadie se presentase, empezaron los trabajos, y Cabrera puso la primera piedra, declarando que fundaba aquella ciudad bajo los auspicios del Rey don Felipe II. La importancia de la provincia de Córdoba se la da su posición, la más central de toda la República, la templanza de su clima, y la fecundidad de su suelo. Cinco ríos corren por su territorio, y están destinados por la Providencia a aumentar su fertilidad, cuando se adopte un buen sistema de irrigación. Sus cerros abrigan ricas vetas de plata, cobre y plomo, que solo aguardan la mano activa y diligente del minero que las explote. La población de esta provincia no es muy numerosa, pero en proporción de los vacíos que se notan en casi todo este inmenso territorio, tampoco puede decirse que escasea. Lo que le falta son capitales para restablecer su antigua industria, de la cría de mulas, de las que hacía un comercio considerable con el Alto Perú. En la actualidad apenas queda el recuerdo de un ramo de industria, que ha sido tan productivo en tiempos pasados. La ciudad de Córdoba dista 170 leguas de la de Buenos Aires.]

  —XXV→  

Corneta. Instrumento usado por los Payaguás para dar la señal de combate-44. [Hemos señalado en otro artículo (Bocina) los estrechos límites del arte musical entre los pueblos primitivos del Nuevo Mundo, y solo agregaremos ahora, que las tribus marítimas pudieron haber proveído a las mediterráneas de caracoles43, tan abundantes en las playas meridionales del Atlántico y del Pacífico, y hacer con ellos las cornetas de que se servían para comunicarse las órdenes en tiempo de guerra. Hay también en el antiguo idioma guaraní una voz destinada a expresar una bocina de caracol, y es guatapí. Los Jesuitas, que hallaron en los indios las mejores aptitudes para la música vocal o instrumental, organizaron en cada reducción una orquesta, que no era el menor aliciente para alimentar el número de sus catecúmenos. Se realiza en sus misiones la fábula de Anfión y Orfeo, que edificaron ciudades con el sonido de sus liras. Los órganos tan delicados en los pueblos agrestes, producen sensaciones muy vivas, y los hacen susceptibles de seducción y de encanto. Los Jesuitas, que tocaban todos las resortes para alcanzar su objeto, pusieron un cuidado especial en esta parte de su enseñanza. No se contentaron con que tocasen de afición, sino que les hacían estudiar la música por principios, según lo acredita una carta del Padre Cataneo, publicada por Muratori en su Cristianismo Feliz. «Quisiera, también -escribía aquel celoso misionero a su hermano-, que me enviase usted tres o cuatro misas, las vísperas de los confesores, y las de la Virgen; en partición, bien copiadas y de los mejores maestros de Italia. Además, doce o quince conciertos del Signor Alberti de Boloña; pero de los primeros que ha compuesto, que sin ser de una ejecución difícil, son muy estimados por los inteligentes».]

Coropatí. Gran pantano, a 35 leguas de la Asumpción-131. [De estos cenagales debía haber muchos en un país habitado por pueblos no organizados. Aun los que lo son, no consiguen librarse de ellos sino al cabo de siglos, y con ingentes gastos y esfuerzos. Todo el poder colosal de los Papas no ha podido disecar las paludes pontinas, cuyas exhalaciones mefíticas han desterrado la población de los campos inmediatos a la capital del orbe católico. La verdadera ortografía de este nombre es Corepatí, que quiere decir; asoma el camino embarrado. (Coroî, asomar, pe, camino, y ti, basura).]

Corrientes. Confluencia del Paraguay con el Paraná-7. [Cuando esto escribía el autor, ya se había levantado un pueblo en el sitio que describe: mas por el orden de los acontecimientos aun no correspondía tratar de su fundación. El modo como se hizo es uno de los episodios más interesantes de la historia de la conquista, y el que mejor pinta el carácter caballeresco de aquel siglo. Juan de Vera y Aragón, Adelantado de estas provincias, sale de la Asumpción con veinte y ocho (otros dicen sesenta) individuos; y en el punto más poblado de la costa, planta la cruz, como desafiando a las hordas salvajes que la ocupan. Cargan de todas partes los indios para rechazarlos, y no pudiendo vencerlos por la fuerza, los ataca con las llamas. Los españoles, encerrados en una cerca de fuego, sin víveres, y a veces sin agua, en las orillas de dos grandes ríos, resisten muchos días, renovando los ejemplos je valor de los compañeros de Godofredo en Palestina. Por fin triunfan completamente, y al rededor de esa misma cruz, que habían defendido con tanto arrojo, abren los cimientos de la nueva ciudad que la adoptó por su emblema. No puede hacerse al fundador de Corrientes el mismo reproche que a muchos otros de sus compañeros. La posición de esta ciudad es bien escogida, y cuando desaparezcan los estorbos que ciegan los canales naturales del comercio en estas regiones, este punto central será un foco de actividad y de negocios para el Paraguay, el Alto Perú, el territorio de Misiones y una gran parte de las Provincias Argentinas. Con todas comunica por medio del Paraná, del Paraguay y del Bermejo, cuya navegación dominará algún día, como Constantinopla y Copenhague presiden a la del Mar Negro y del Báltico. Su territorio es fértil, y su clima, aunque cálido, no es malsano, ni incómodo: así es que, a pesar de las dificultades consiguientes al estado general del país, esta provincia adelanta en su población e industria. Las invasiones de los indios del Chaco, a que estaba expuesta en tiempos anteriores,   —XXVI→   ya han cesado, y, los Abipones, que son sus vecinos, llevan al mercado de Corrientes los productos brutos del vasto territorio que habitan.]

Cristalizaciones. Las que hallan los españoles en Guayra inflaman su codicia, porque las creen piedras preciosas-129. [El suceso que refiere el autor es una de las tantas, pruebas de la insubordinación de las tropas españolas, y del peligro a que se exponían los que pretendían sujetarlas. Sus primeros caudillos, y los mismos gobernadores, se hallaron muchas veces trabados en sus empresas por falta de disciplina en los soldados. Recuérdese lo que sucedía a Irala, a Chaves, a Cabeza de Vaca, y por último, al capitán Riquelme, padre del que nos ha transmitido estas noticias. La descripción que hace Guzmán de estas cristalizaciones no es científica, pero sumamente exacta; y los campos de Guayra y Misiones están sembrados de lo que excitó en otros tiempos la codicia de los europeos.]

Cruces. Empleadas como señales en los descubrimientos-2. [Servían también a denotar la posesión que se tomaba de un territorio, y así las emplearon los primeros descubridores españoles y portugueses. En Yucatán, en el Cuzco, y últimamente en las ruinas de Palenque, se han hallado figuras idénticas al símbolo de nuestra redención; y de este hecho cierto se han sacado consecuencias que no tienen en su apoyo el sufragio de la historia.]

Cuatralbo. Jefe de cuatro galeras-31.

Cuerpo. Se lo pintan los indios, picandose el cutis con agujas-74. [Esta costumbre de pintarse el cuerpo era casi general entre los indios, y aun subsiste en las tribus que se han conservado. El modo de practicarla es, o como dice el autor, picándose el cutis, o introduciendo en las heridas una variedad de colores con cierto arte y diseño; o teñirlo, sin someterse a una operación dolorosa, y sin pretender que sean permanentes sus efectos. Esta última moda era la que prevalecía entre los peruanos, y las famosas minas de azogue de Huancavelica no tuvieron más uso entre ellos que proporcionarles el cinabrio para sus afeites. El color que más preferían era el purpúreo, o ychma, como ellos lo llamaban; y el pintarse el rostro había llegado a ser un privilegio de las Pallas, o mujeres de la sangre real. En la Luisiana, donde también se afeitaban, estaba reservado a los guerreros el picarse el cuerpo, y extender y complicar el dibujo en proporción de sus proezas: de tal modo, que un caudillo llevaba impresa en el pellejo su hoja de servicios.]

Culebras. Ídolo de los indios-42. [Los primeros dioses de los hombres han sido los animales; y este culto es más antiguo que el de los héroes, que supone en los pueblos cierta disposición a apreciar el mérito y a honrarle. La religión de los Egipcios es una singular anomalía en la historia de las aberraciones humanas. Una nación, maestra en las artes, que tenía templos, construía pirámides, alzaba obeliscos, que medía las aguas del Nilo, y calculaba el curso de los astros, no debía adorar a Ibis, ni prosternarse ante Apis y Anubis. Pero esta especie de idolatría, tan chocante en una sociedad culta, es análoga a las costumbres y a la corta inteligencia de un pueblo agreste; sobre todo, cuando los objetos de su veneración son los que le causan más sorpresa y espanto. Hércules y Teseo acometen a los monstruos los hombres débiles los adoran. El origen de este culto es, pues el temor, que debía ser general y profundo en los guaranís hacia las serpientes. En su idioma se les designaba con el nombre de mboy, cuya analogía con boa es evidente: después se les llama Ampalaba, o Ampalagua, y por lo que se nos ha asegurado, suelen aparecer en la provincia de Santiago y en otras limítrofes. El jesuita Dobrizoffer, en su obra sobre los Abipones, (tom. II, pág. 323), refiere el susto que le causó el encuentro de uno de estos culebrones, cerca de Socconcho, en la misma provincia de Santiago; y la descripción que hace de este reptil en nada se difiere de la del boa, tan común en varias partes de América. Los que se hallaban más cerca de los Andes eran bobos, es decir, inocuos, y según Garcilaso, tenían de 25 a 30 pies de largo. Eran también objeto de veneración entra aquellos habitantes, no solo por su magnitud, sino porque los consideraban, lo mismo que los tigres, como los más antiguos dueños de su tierra. En el Cuzco había un barrio, llamado   —XXVII→   Amarú-cancha (el corral de las serpientes) donde los Incas, por magnificencia, mantenían estos animales, como ciertos príncipes europeos costearon después los anfiteatros de fieras. Este nombre de Amarú lo tomaban a veces los Incas para dar a entender que se distinguían entre los hombres, como los grandes animales entre los de su especie. El nombre de Hampillapa (y no Ampalaba ni Ampalagua, como vulgarmente se dice) pertenece a la lengua quecchua, que aunque corrupta, es la que se habla en la provincia de Santiago: su significación es, veneno todo. (Hampi, veneno; y llapa, todo). En las memorias que dejó escritas Schmídel, sobre el Descubrimiento y Conquista del Río de la Plata, se habla de una hidra, o serpiente acuática, que él y sus compañeros mataron a balazos en las orillas del Paraná: y si se ha de estar en lo que dice, era más grande y monstruosa que todas las que acabamos de mencionar: porque «tenía 45 pies de largo, y era del grueso de un hombre, con pintas leonadas y rojas». Para que no se dude de estas proporciones, agrega Schmídel, que ¡midió esta serpiente con mucho cuidado! Aun así, no podemos prestar crédito a sus palabras.]

Curumiás. Indios de la parte alta de Xerez [Tribu de la nación guaraní, establecida en los campos regados por el río Mbotetey, sobre el cual estaba edificada la antigua ciudad de Xerez. Su nombre, en el idioma guaraní, quiere decir, mancha de viruela: (Curú, sarna o viruela, y myá, mancha). Tal vez los individuos de esta tribu estaban sujetos a esta o a alguna otra enfermedad cutánea.]

Curupiratí.-112. [Cacique principal de una tribu, establecida entre el Paraná y el Tebiquarí, y cuyos hijos encabezaron un levantamiento de indios contra los españoles, que obligó al Gobernador Vergara a hacer los mayores esfuerzos para escarmentarlos, en una batalla que le presentaron el día 3 de Mayo de 1560 cerca de los manantiales del Aguapey. Este nombre Curupiratí, en el idioma guaraní, expresa propiamente un monte de curupí, o árboles de que se sirven los paraguayos para curtir; (Curupí, es el árbol, y ratí, el paraje donde abundan). Es muy común entre los indios que sus caciques lleven el nombre del lugar que habitan.]

Cutaguás. Indios de la parte alta de Xerez-13. [Vecinos de los Curumiás, de los que hemos tratado en una nota que precede: pertenecían también a la nación guaraní. Su nombre no tiene ningún sentido en este idioma.]

Cutiguará. Nombre de un hechicero, que mueve a los indios contra los españoles-100. [La historia de los impostores en todas partes es la misma: lo único en que se difieren es en los nombres. Magos entre los Persas, Bramines entre los Indús, Jerofantes entre los Griegos, Augures entre los Romanos; todos ellos no tenían más poder que el que les atribuía la preocupación de los pueblos. Los indígenas del Nuevo Mundo tuvieron también sus impostores, cuyo influjo era proporcionado a su ignorancia: esto es, ilimitado. Era oficio común en ambos sexos, y que suponía algún conocimiento de la astrología, y relaciones ocultas con los espíritus invisibles, a quienes consultaban para formar sus horóscopos. En esto tenían también sus reglas y su aruspicina; y los Incas ponían a contribución su saber en los casos obscuros y extraordinarios. Uno de estos hechiceros, o llaycas, como los llamaban los Peruanos, predijo al inca Huayna Capac, padre de Huáscar y Atahuallpa, la guerra fratricida de sus descendientes, y la próxima subversión de su imperio. El hechicero, de que habla el autor, tenía su asiento en el distrito de Nautinguí, al este de la provincia de Guayra. Este paraje era la Meca de los antiguos habitantes de estas comarcas. Allí iban en devotas romerías a consultar los oráculos que hablaban por boca de los adivinos, en cuyos vaticinios ponían entera confianza. El cadáver de uno de estos brujos, llamado Urubutí (cuervo blanco), se conservaba con gran veneración en una especie de nicho o cueva del cerro que daba su nombre a toda la provincia. Otro santuario, o adoratorio habían construido en un paraje contiguo (Ibiteray), donde se guardaban con la misma superstición los despojos de dos otros hechiceros, a quienes no faltaban adoradores. Cutiguará, en el idioma guaraní, indica un lugar lleno de nidos de cutí: especie de mamífero, muy común en el Paraguay, y   —XXVIII→   que se parece a la comadreja. (Cutí, el animal, guara, el nido.]

Cuzco.-29. [La ciudad más antigua del Perú, fundada en 1043 por el mismo Manco Capac, y donde residieron sus sucesores. Su historia es de las más lamentables, y este nombre debe despertar en el corazón de todo hombre ilustrado los más amargos recuerdos. Se le ha comparado a Roma, por su grandeza, su opulencia y sus monumentos: pero Roma pereció a manos de los bárbaros, ¡y el Cuzco fue arrasada por un pueblo que se jactaba de civilizado!... La destrucción de esta ciudad es una de las páginas más sombrías de la historia de la conquista. Bastaron pocos días para reducir a cenizas una de las maravillas del mundo. Aun subsisten unas pocas reliquias del poder y de la magnificencia de los Incas. La fortaleza, el templo del Sol, la casa de las Escogidas (Acllahuaçi), ostentan todavía los flancos invulnerables de sus inmensas construcciones ciclópicas. Pero han desparecido los tablones, las planchas, los adornos de oro macizo: se han arrancado los caños de plata, por donde corría el agua para regar los jardines artificiales de flores, plantas y animales de oro, tan perfectamente imitados que parecían naturales. Lo que se salvó del pillaje de los soldados, fue dilapidado por los jefes; y el mismo simulacro del Sol, el trofeo más espléndido de aquella conquista, fue el lote de un jugador, que lo perdió la misma noche a una partida de dados. En el idioma quecchua, el nombre de esta ciudades Ccozco, que significa ombligo, aludiendo a la posición central que ocupaba en el vasto imperio de los Incas.]

Cuzco-toro. Cordillera del Perú-16, 110. Camino muy trillado por los Chiriguanos-120. [Valle que se abre a pie de la Cordillera oriental o boliviana, desde Tomina. Este epíteto de toro, en lengua quecchua, quiere decir, pico o punta.]




ArribaAbajo- D -

Dardos. Armas de los indios-23, 103. [Con estos medios de defensa tuvieron que defenderse contra un enemigo que los atacaba con toda la superioridad que les daban las armas de fuego y los caballos. Por falta de hierro, o más bien por ignorar el arte de trabajarlo, estas armas arrojadizas eran imperfectas; puesto que las más veces solo se componían de palos de alguna madera compacta, que tostaban al fuego para endurecerla más. Algunos dardos tenían puntas de cobre, y otros de huesos: pero todos ellos tan toscamente labrados, que solo la extraordinaria destreza de los indios podía hacerlos temibles.]

Dedos. En algunas tribus, los indios se cortan las coyunturas de los dedos de la mano, a la muerte de sus parientes-10. [Es digno de notarse el distinto modo de llorar los muertos, en los pueblos bárbaros y los civilizados. Aquellos se mutilan, se inmolan, se queman sobre la tumba de sus deudos: y estos, después de unas cuantas lágrimas vertidas en su última despedida, reúnen en sus casas a los dolientes para ofrecerles un exquisito y abundante refresco. Lo primero es un acto de barbarie; lo segundo un resto del paganismo; ambos chocantes y dignos de reprobación. La costumbre de mutilarse subsistía aun entre los Charrúas, al principio de este siglo, y Azara habla de ella como testigo ocular.]

Díaz (Hernando). Mestizo; intérprete de los indios; mozo mal inclinado; engaña a Irala, y lo expone a hundirse en el Paraná-87. Es preso, y condenado a la horca; se evade de la cárcel, pasa al Brasil, donde comete otros delitos, por lo que se le inflige la pena de un destierro perpetuo-88.

Don-Antonio. Campos de este nombre en la Guayra-116. [Este nombre es más bien municipal que geográfico; y por lo mismo no es fácil determinar con exactitud la verdadera posición de estos campos. Siguiendo el derrotero de la tropa que los atravesó, saliendo de Ciudad Real en demanda del río Ubay, resulta que yacían al este de la grande isla que forma el Paraná arriba del gran salto.]

Dorado. Nombre dado por los españoles a una gran laguna, que decían existía en los Amazonas, por suponerla llena de oro y plata-9, 73. Se propone invadirlo Irala-84. [La sed del oro fue la pasión dominante de los primeros conquistadores de América; tanto más ávidos de este metal, cuanto más raros era en los   —XXIX→   países que invadían. Las continuas expediciones que hicieron los que se establecieron en la Asumpción, no tuvieron más objeto que descubrir las ricas minas, que no dudaban abrigase este suelo. En estas empresas consumieron gran parte de sus fuerzas, sin conseguir más ventaja que la de ensanchar nominalmente los límites de su territorio. Era tanto lo que estaban imbuidos de la existencia de un país, al que por antonomasia llamaban el Dorado, que se expusieron a las mayores privaciones y peligros para invadirlo. Nada se echaba menos en la descripción de este imperio maravilloso, cuyo nombre era el Gran Paytiti; aunque estuviese reducido a una isla en el centro de una laguna. Había alguna duda, a más bien confusión, acerca de su amo. Algunos decían que era el Gran Moxo, otros los Incas que huyeron del Cuzco, y otros finalmente, un cacique llamado Guatavita, que en los sacrificios que acostumbraba ofrecer a sus dioses, se echaba en un baño de trementina, para revolcarse después en un lecho de polvo de oro, y encaminarse al templo con esta librea resplandeciente. Sus vasallos adoraban al Sol y a la Luna: el simulacro del primero era todo de oro, y el de la segunda descansaba en una columna de 25 pies de alto, de un solo pedazo de plata. Un religioso mostraba en Lima un mapa pintado de aquel riquísimo imperio, ponderando entre otras cosas tres cerros de inestimable valor y riqueza. En cualquier otra época, estas mismas exageraciones hubieran sido el mejor antídoto contra estas mentiras: pero la credulidad de los hombres había llegado a tal punto, que las mayores absurdidades eran las que encontraban más fácil acogida. Siendo Virrey del Perú el Conde de Lemos, un caballero español se ofreció a intentar a sus expensas la conquista del Gran Paytiti; «y después de una larga peregrinación -dice el Padre Feijóo en uno de sus discursos-, lo único que halló fue unos indios pobres y desamparados: el cielo turbio de nubes, que se desataba en continuos y tempestuosos aguaceros, y la tierra inculta, pantanosa y estéril»44. Esta expedición dura tres años, y no importó menos de 300000 pesos a su empresario. Ni fue esta la única laguna del Dorado que buscaron los españoles. Había otra, llamada la laguna de Parime45, donde se hallaba una ciudad con tejados de oro. Su descubrimiento costó la vida a Pedro de Ursoa, que lo intentó en 1560, por orden del Marqués de Cañete, virrey del Perú. Ahora el nombre del Dorado sirve solamente para expresar riquezas imaginarias.]

Dubrin (Carlos). Hermano de leche de Carlos V; viene en la expedición de don Pedro de Mendoza-31. Acompaña a Oyolas al Paraguay-37.



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