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Descloc refiere dos espediciones distintas, que tal tez esta crónica y la del rey confunden en una sola por la semejanza del objeto y de las circunstancias. De la primera dice en su §. 39, que salieron mensageros de la ciudad para reclutar gente de la isla, y que reunidos en número de ocho mil se situaron á media legua del campamento cristiano é interceptaron el agua de la acequia; que al cabo de diez dias salieron contra ellos el conde Nuño y el de Ampurias con 200 caballeros y 2000 peones, y cogiéndolos en emboscada dentro de un olivar los derrotaron tan completamente que no escaparon con vida sino dos mil, dejando en poder de los vencedores las tiendas y las armas; que los sitiados apoyando á los de afuera hicieron dos salidas á la vez por poniente y por medio al ejército desprevenido, pero este formado en dos alas los volvió á meter dentro de los muros. En las inmediaciones del teatro de esta refriega, es decir, junto á la fuente principal de Canet en la alquería llamada dels Tarongers, refiere Dameto haberse hallado en su tiempo gran multitud de huesos y calaveras.

Respecto del hecho de Ifantilla, ó Fatilla como lo llama Desclot, he aquí los incidentes en que este discrepa de la relacion de las demas crónicas: que salió el valiente sarraceno de la ciudad misma y juntó quinientos hombres de las montañas, molestando á los cristianos que se desviaban del campamento, sin hablar empero de la interceptacion del agua; de la division que salió á castigar su osadía no fué mandada por don Nuño, sino por Gerardo de Cervellon y Ferrer de Sant Martí que es el mismo paborde de Tarragona, y se componia de sus caballeros y de docientos peones; que no escapó ninguno de los quinientos infieles, y mandó el rey á los moros de paz ó cautivos que le trajesen las cabezas de los cadáveres, y con sus trabucos lanzó hasta 412 dentro de la ciudad; que entre ellas no se encontró la cabeza de Fatilla, puesto que creyéndole vivo salió de la ciudad para recogerle otro valiente adalid con cuarenta peones, quienes noticiosos de la muerte de aquel al volver en retirada perecieron todos, menos tres, á manos de los sitiadores. Véase el §. 43 de Desclot. En represalias tal vez de estas cabezas disparadas dentro de la ciudad, fueron lanzadas desde los muros al campamento otras varias de cautivos cristianos, como refiere Muntaner, quien atribuye á este agravio el juramento que hizo el conquistador de coger al rey moro por la barba.

 

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Binimelis pretende que no toda el agua se recobró, puesto que rota por Ifantilla una calzada subterránea que atravesaba un monte de dos mil pasos, la mayor parte de su caudal se perdió en aquellas cuevas que llama avench den Garbera, sin que desde entonces se haya descubierto el secreto de su curso, y que el brazo que brota en la fuente de la villa es un chorro respectivamente pequeño, que el moro en la imposibilidad de cortarlo estravió á su salida por un barranco. La multitud de molinos de agua de que esclusivamente se usaba entonces, y la grande estension de las tierras de regadío, persuaden en efecto que era mas abundante que ahora el manantial de aquellas fuentes.

 

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Resentimientos particulares, afecto al dominio de los almoravides y á la dinastía de los Ben Ganyas destronada cruelmente en 1208 por los almohades, deseos de salvar su fortuna del general naufragio, temor ó admiracion ácia el jóven héroe cristiano, debieron ser los motivos que inspiraron á Benahabet su conducta. El distrito colocado bajo su autoridad ó al menos bajo su influencia, y poblado por 800 casas ó familias de montañeses, era acaso el de Pollensa para donde convidó á don Nuño, estendiéndose su prestigio á los de Canarrosa é Inca que son los que mediaban entre la ciudad y la costa fronteriza de Menorca. Nada apoya la suposicion de que Benahabet fuera gobernador de toda la parte foránea de la isla por nombramiento de Alí señor de Denia que casi dos siglos antes habia dejado de existir, ni que estuviera casado con su hija Albohehia, ni que fuera señor de Alfabia, ni que cambiara su apellido en el de Bennasser al hacerse cristiano, pues no valia la pena de dejar un nombre arábigo por otro, ni que su hijo hubiera de comprar a don Nuño en 1240 los bienes de su mismo padre. Mejor galardón debió merecer este de la importancia de sus servicios y de la gratitud del conquistador que le consideraba como su ángel; pero la historia nada nos dice de la suerte que supo á Benahabet, dejando ancho campo á las fantásticas hipótesis de los genealogistas.

 

274

Es harto singular esa institucion de autoridades cristianas en medio de un país sarraceno y durante la furia de los combates; mas apesar de la sinceridad que ella supone en los nuevos aliados, y de los rehenes de hijos é hijas que en manos del conquistador habian puesto, tuvieron los dos bailes que refugiarse al campamento, luego que el inminente peligro de la capital renovó la mancomunidad de afectos ó intereses entre los sitiados y sus compatricios isleños. Jaime Sans era natural de Mompeller, y la identidad del nombre persuade que fué el mismo embajador despachado al rey de Mallorca antes de la espedicion para reclamar las naves apresadas, y cuya digna y altiva respuesta contribuyó no poco á la ruptura. Segun el repartimiento obtuvo en el término de Sineu la alqueria Colonia de doce yugadas, y en 1242 sucedió en el cargo de baile general á su compañero Berenguer Durfort que lo habia desempeñado por tres años.

 

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Los distritos que nombra Marsilio son indudablemente los que existian en su tiempo, muchos de ellos de reciente creacion. La crónica del rey solo designa los quince, y son: en la montaña, Andraig, Santa Ponza, Buñola, Soller, Almalutx, Pollensa; en el llano, Montueri, Canarrossa, Inca, Petra, Muro, Felanitx donde está el castillo de Santueri, Manacor, Artá y el término de la Ciudad. En tiempo de los sarracenos, añade dicha crónica, no habia sino doce términos marcados (y no mercados, como Dameto y otros entendieron); los tres que se formaron poco despues del repartimiento parece son los de Andraig y Santa Ponza antes incluidos en el término de la ciudad, y el de Felanitx desmembrado de Manacor. De aquí se deduce que Muro, Manacor, Buñola, Soller, Andraig y Felanitx son poblaciones, ó comarcas por lo menos, anteriores al reinado de Jaime II que las erigió en villas. En tiempo de Marsilio, á principios del siglo XIV, Calviá habia reemplazado á Santa Ponza, Escorca á Almalutx; Puigpuñent, Esporlas, Valldemosa y Bellver (cuya situacion nos es desconocida) habian brotado en el seno de las montañas; en el vasto término de Inca se habian formado las parroquias de Marratxí, el Camino (Santa María), Rubines (Binisalem), Selva y Campanet; Montueri repartió sus dilatadas llanuras con Llucmayor, Castelitx y Campos, Perreras se separó de Felanitx; y Canarrossa sita en el caserío de Son Arrossa junto á Sancellas cesó de existir bien pronto. Las poblaciones que aquí no se nombran como las de Santagní, San Juan, Santa Margarita, La Puebla, y otras se hallarian entonces en su principio.

 

276

Las dos minas subterráneas son la del rey y la del conde de Ampurias, y la superior el mantelete ó gata de Gisperto de Barbará, de las cuales se habló en el capítulo XXIV. Por este tiempo, refiere Desclot, los sitiados espusieron sobre el muro á los cristianos cautivos, y los levantaron en cruz desnudos para desarmar de esta suerte á los sitiadores ó hacerlos blanco de sus tiros; pero los infelices exhortaban mas bien á sus compatricios que no cesaran de disparar ni desistiesen de la conquista por causa suya, que la muerte en todo caso les franquearía la gloria, y que en Dios tenían puesta su confianza. Y en efecto las piedras llovian en torno suyo y meneaban á veces su cabello, y ni uno solo quedó herido, Estos cautivos eran sin duda de los apresados por los sarracenos en sus piraterías, pues no se lee que en las últimas refriegas hubieran cogido á prisionero alguno, y no bajaban de 184 los que restituídos despues á la libertad por el conquistador formaron el mas precioso botin de la ciudad tomada.

 

277

Por este método cuenta Desclot que á 1.º de diciembre derribó el conde de Ampurias el muro y la torre de poniente, que tal vez es la misma que aquí se menciona. Marsilio omite el modo que empleó el paborde de Tarragona en derribar una de las indicadas torres, segun refiere la crónica real con estas palabras. «E ans que haguessem enderrocada la una, dix lo prebost de Tarragona: senyor, volets que façam bon joch? Hoch, dixem nos. Jo faré, dix eyl, metre una gúmena al peu de la torre, e tirarán de la part de la cava á enjús, e la torre quant será cavada fallir li han los estalons e vendrán. E axi com fo parlat fo feyt, e al venir que feu vengren ne III sarrahins enjús, e exiren los de la cava e matarenlos».

 

278

Uno y otro se hallan continuados en el repartimiento, Guillermo Prohet como poseedor de una hacienda en Inca y otra en Montuiri junto con su hermano, Juan Chico como heredado en Pollensa. En la toma de Iviza fué Chico el primero que penetró dentro de la villa. Esta operacion de henchir el foso y la tentativa de incendiar los maderos que hicieron los sitiados, la refiere Desclot á lo último del sitio poco antes de las fiestas de navidad.

 

279

Dos de estos subterráneos y terribles combates menciona Desclot en sus §. 42 y 43: el primero fué dentro de la mina abierta por los aragoneses, cuya existencia conocieron los sitiados por la luz que de noche salia de los respiraderos; el segundo en otra mina abierta á principios de diciembre por el conde Nuño del lado de oriente. Pero en ambos encuentros hubieron de abandonar su mina los sitiadores.

 

280

En el capítulo XLV se le llama Habrel, y en la crónica del rey Bachiel ó Bahiel: tenia otro hermano llamado Salomon que vino con el rey en su tercer viaje á la isla, y pasó á Menorca con las galeras que fueron á intimar la rendicion á los sarracenos.

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