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Dice Binimelis que Guillermo de Moncada el joven se los presentó al rey en su capa de púrpura por no haber otros en el campamento, y que entonces se dió á los Moncadas su blason de siete panes de oro en campo rojo; pero consta que ya de antes lo tenian. Añade mas, que dando un clérigo su bendicion á los panes, bastaron estos portentosamente para 150 caballeros; mas no refiere tal la crónica del rey, sino que él y don Nuño y cien hombres que comian pasaron el último dia con siete panes; fué escasez y no milagro.
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Nótese la rígida observancia de la cuaresma así en la abstinencia como en el ayuno, de la cual ni dispensaban las fatigas de la guerra ni los rigores de la escasez. E venian nos demanar, dice el rey, si gosarian menjar carn, e nos soltan los que'n poguessen menjar.
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De esta milicia aragonesa, tan conocida por sus hazañas no solo en la península sino en Italia y en Grecia, y cuya denominacion arábiga significa emprendedores ó aventureros, no puede presentarse mejor retrato que el trazado por Desclot; y lo ponemos aquí por no pertenecer al fragmento de su crónica impreso en este volumen.
«Aquestas gents que han nom almugávars son unas gents qui no viuen sino d'armas, e no stan en ciutats ne en vilas sino en muntanyas e en boschs, e guerretjan tots jorns ab sarrahins, e entran dins la terra dels sarrahins una jornada ó duas al jorn, e amenan molts sarrahins presos e molt d'altre haver, e d'aquel guany viuen; e sofferen de grans malanansas que altre hom no ho poría sofferir, que be stan dos jorns sens menjar si mester los es, e menjarán de las herbas dels camps, que sols no s'ho presan res. E los adalills son cels qui'ls guian qui saben las terras e'ls camins; e no aportan mes una gonetta e una camisa, sia yvern ó stiu, molt curta en las camas, e unas calsas ben stretas de cuyr e als peus bonas avarcas de cuyr, e aportan bon coltell e bonas corretjas e un fogur á la cintura, e aporta cascú una bona lansa e dos darts e un serró de cuyr á la squena en que aportan son pa á dos á tres jorns; e son molt forts guerrers el leugers per fugir ó per encalsar, e son catalans e aragoneses».
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Esta multitud de ganado, indicio de la increible riqueza pecuaria de la isla en tiempo de los sarracenos, mal pudo abrigarse en una sola cueva, sino que, segun espresa claramente la crónica del rey, fué el botin total de la espedicion recogido en varios puntos. A este añade Binimelis, sin dudar por conjetura, joyas de oro y plata, moneda y muchas otras cosas de valor y precio.
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Era noble y muy antigua en Aragon la familia de los Mazas, cuyo apellido ganó, dicen, su ascendiente Fortum en la batalla de Alcoraz por la maza que valerosamente esgrimia. Blasco acompañó fielmente al rey en su fuga de Huesca, y Pedro señor de San Gayren tuvo parte en las últimas campañas y en el gobierno de la isla en union con Bernardo de Santa Eugenia.
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Es decir, de por vida, como espresa la crónica real, y añade que en esta peticion atendió mas el magnate al honor del donativo regio que á su interés, porque el castillo en si valia muy poca renta.
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Segun estas palabras, hallábase ya entonces abiertos los cimientos de la grandiosa catedral, adelantada tal vez la iglesia de Santa Eulalia, puesto que ya se nombra en el repartimiento, y proyectadas otras muchas no solo de parroquias sino tambien de conventos y hospitales: y bien esplican esta premura la ardiente piedad del monarca y las necesidades religiosas de los moradores, sin suponerla efecto de un voto hecho por aquel durante la borrasca que padeció á su venida, pues las crónicas no indican tal circunstancia. La dotacion de la iglesia catedral correspondió á la magestad del edificio: en la concordia de las cortes de Barcelona anterior á la conquista solo se estipulo «que se asignasen á los clérigos y á las iglesias los señoríos (dominicaturae) y rentas competentes»; pero el generoso rey, aunque dueño de los diezmos por concesion pontificia en las tierras que se conquistasen de sarracenos, cedió á la Seo de Mallorca en 5 de abril de 1232 la décima parte de todas sus posesiones y derechos en la isla, y de todos los frutos y animales de sus tierras, incluso los peces de sus riberas, imitando los magnates su liberalidad.
Pero despues de mediar varias transacciones, obtuvieron finalinente las parroquias la cuarta parte de los diezmos, la catedral el otro cuarto, quedando con la mitad restante los dueños directos de las tierras ó poseedores de caballerías. Para la creacion del obispado atravesáronse algunas dificultades por parte de la iglesia de Barcelona, que pretendia tener jurisdiccion sobre las de la isla por donacion que en el siglo XI le otorgara Alí señor de Denia y de Mallorca: pero interviniendo como árbitros los abades de Poblet y Santa Creus, acordóse la ereccion ó mas bien restauracion de la silla episcopal de Mallorca, dejando la eleccion del primer prelado al arbitrio del monarca y la de los sucesivos al obispo y cabildo de Barcelona, con obligacion de nombrarle del seno de aquella iglesia mientras fuese posible, condicion que no llegó á cumplirse por sobrado exhorbitante. El designado por el rey para la nueva mitra en 1232 fué Bernardo abad de San Felío de Guixols, y en 1235 por muerte ó renuncia de este lo fué el paborde de Tarragona Ferrer de Sant-Martí mas adelante obispo de Valencia: mas el primero que en propiedad la obtuvo en 1238 fué D. Raimundo de Torrella, de quien se asegura sin bastante fundamento que fué religioso dominico y hermano de Bernardo de Santa Eugenia.
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De su galera dice el rey en su crónica que era de las bonas galeas del mon. En el repartimiento se dió una alquería á Juan Canet y su hijo, tal vez de la familia de Raimundo.
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Habia muerto en Galicia á 24 de setiembre anterior Alfonso IX rey de Leon, que disgustado con su esposa Berenguela y con su hijo Fernando rey de Castilla llamado despues el santo, dejó en su testamento por herederas de sus estados á las dos hijas habidas en su primera muger Teresa de Portugal, habiendo determinado casar á la primogénita doña Sancha con Jaime I de Aragon. Triunfó empero la prudencia de Berenguela y el valor de Fernando que obtuvo pacificamente la corona paterna; y en efecto la gloria de conquistar un reino de sarracenos le valió mas á don Jaime que la de usurpar otro á su heredero legítimo tan esclarecido luego por sus hazañas y virtudes.
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A la entrada del enero de 1231 marchó Jaime I á Tudela á tener una entrevista con el rey de Navarra Sancho VIII, donde se verificó aquella recíproca y singular adopcion de los dos monarcas, el uno jóven y el otro anciano y enfermo, que se instituyeron reciprocamente herederos caso de morir sin hijos. Desavenidos luego al tratar de los gastos para emprender la guerra contra Castilla, diéronse nueva cita para las fiestas de pascua, á la cual no pudo concurrir el rey de Aragon con motivo de la alarma sobrevenida en Mallorca.