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141

Véanse los núms. 1, 2, 3, 5 y 10 de nuestra Imprenta en Lima.

 

142

Nuestro buen amigo Mr. George Parker Winship, el sabio bibliotecario de la John Carter Brown Library de Providence, en Estados Unidos, en su carta al Dr. Green, intitulada Early Mexican Printers, Cambridge, 1899, 4º, p. 8, de que a su tiempo daremos alguna noticia, ha dicho: «Debe haber tenido [Pablos] como ayudante a Esteban Martín, cuyo nombre aparece en los registros de México, solicitando la ciudadanía en 1539, con la sugestiva calificación de «imprimidor.»

 

143

Vide infra.

 

144

La ley 2, título 24, Partida 4, estatuía que la «moranza» para ser vecino de un pueblo debía ser de diez años. En conformidad a esta disposición, consta que en Santiago de Chile fueron recibidos como vecinos, en 18 de Agosto de 1569, Antonio Bobadilla, carpintero, quien la pidió porque «había más tiempo de diez años que estaba en esta ciudad»; en 6 de Noviembre de 1568, Guillermo de Niza, en vista, decía, «de que ha más de veinte años que estoy en esta ciudad y sustento casa», etc.; en 4 de Diciembre de 1573, Diego Sánchez Mirabal la solicitó «por haber residido en esta ciudad muchos días a esta parte...». Véase la Colección de Historiadores de Chile, t. 17, págs. 87, 257 y 303.

Debemos declarar, con todo, que en México, al menos en los primeros tiempos de la fundación de la ciudad, no se requería para ser admitido por vecino una larga residencia. Tenemos, por ejemplo, el caso del escribano Diego de Ocaña, que llegó allí -por» Junio de 1525, y que fue asentado por vecino el 19 de Septiembre de ese mismo año. Véase la p. 74 del t. X de las Obras de García Icazbalceta.

 

145

En las Cartas de Indias, p. 786, al hablar de Pedro de Logroño con ocasión del Manual de adultos, impreso en México por Juan Cromberger el 13 de Diciembre de 1540, se dice: «Es preciso, sin embargo, declarar que la imprenta se había establecido mucho tiempo antes en aquella ciudad», y en comprobación de este aserto se citan las cartas de fray Juan de Zumárraga, de 6 de Mayo de 1538, y 17 de Abril de 1540, de que hemos dado ya noticia; y termina el articulista así: «Podemos, desde luego, afirmar que no fué Juan Pablos Lombardos, a pesar de haberse dado el título de primer impresor, quien tuvo la gloria de establecerla allí, sino Cromberger, que mucho antes la había llevado ya de su casa de Sevilla.»

Descontando el error que envuelven estas últimas palabras, ocasionado de ignorarse las relaciones que mediaron entre Cromberger y Juan Pablos, queda en pie, por lo dicho, la aseveración, que es también la nuestra, de que Juan Pablos no fue ni pudo ser el primer impresor que hubo en México.

 

146

Deseosos de saber si en los libros de pasajeros que se conservan en el Archivo de Indias se encontrase la partida relativa a Esteban Martín, nuestro buen amigo don Pedro Torres Lanzas, dignísimo jefe de aquel Archivo, a instancias nuestras revisó las anteriores a 1539, sin lograr encontrarla.

 

147

Mendieta, Historia eclesiástica indiana, lib. IV, cap. 44; lib. V, parte I, cap. 24.

 

148

Al hablar de fray Juan Ramírez, t. III, p. 6.

 

149

Libro II, cap. 57, p. 670, ed. de Madrid, 1596.

Ya hemos citado las palabras del P. Cavo, de que en el año de 1536, «a más de los rudimentos de la Doctrina cristiana y la Cartilla, se imprimió...». Los tres siglos de México, t. I, p. 110.

 

150

Historia eclesiástica de nuestros tiempos, Toledo, 1611, fol., p. 122.