171
He aquí su partida de defunción:
«En el año del Señor
de mil setecientos veinte y seis, en siete días del
mes de junio, el bachiller don Antonio Velasco, clérigo
presbítero, domiciliario de este arzobispado, como
de edad de sesenta y dos años, habiendo recibido todos
los sacramentos que Nuestra Santa Madre Iglesia acostumbra
dar a los enfermos, volvió su alma a Dios, y su cuerpo
fue sepultado en la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad,
por cláusula o poder que otorgó ante el capitán
don Mateo Ruiz de Hurtado, escribano público y mayor
de Cabildo de esta ciudad.- Doctor don José Manuel
de Contreras y Castro.»
Hoja 218, Libro de Defunciones de 1689-1739. (N. del A.)
172
Descrita bajo el número 126172.1. (N. del A.)
172.1 | (Medina, La Imprenta en Guatemala, Santiago, 1910.) (N. del E.) |
173
Tal es la fecha que lleva la tarja de Basilio de San Martín, que describimos con el número 365173.1. (N. del A.)
173.1 | (Medina, La Imprenta en Guatemala, Santiago, 1910.) (N. del E.) |
174
García
Peláez, Memorias, t. II, p. 260, dice al hablar de
los Ensayos mercantiles, de Echeverz: «al impresor de esta
obra, que lo fue en 1742 don Sebastián de Arévalo,
la necesidad le puso en la empresa de hacer las matrices
para la imprenta con que trabaja, que hasta ahora en ninguna
parte de América se han fundido, ni aún creo
que en España»
.
Dejando aparte este último aserto, inspirado, a todas luces, por el amor patrio, no creemos que la fundición de tipos hecha por Arévalo se remonte a 1742, y nos fundamos para ello, sobre todo, en que habría tenido cuidado de anunciarlo al público en alguna de las portadas de las obras impresas por él. Este aviso sólo salió en 1756, en el pie de imprenta de la Consulta práctico-moral, de Sunzín de Herrera (nuestro número 260); y tal es el fundamento de la aseveración que hacemos en el texto a este respecto174.1.
Conviene tener presente la noticia de que mucho después se estableció en Guatemala una fábrica de cartones, que según noticia de la Gazeta, t. VI, p. 290, se hallaba corriente a mediados del año de 1800. (N. del A.)
174.1 | (El número a que se refiere el autor pertenece a La Imprenta en Guatemala, Santiago, 1910.) (N. del E.) |
175
En su testamento, otorgado en 1760, Arévalo expresa que Corzo le era deudor de cincuenta pesos y que por ese entonces residía en la hacienda de «Los Hocotes». (N. del A.)
176
Es evidente que Arévalo no era aún dueño de la imprenta cuando se casó, porque en su testamento declara que no tenía entonces caudal alguno. ¿Cómo adquirió entonces la imprenta con que aparece en ese mismo año? Es de suponer que cuando tenía estado se la obsequiase su padre que, probablemente, sería persona de caudal. (N. del A.)
177
He aquí su fe de defunción:
(Fojas 198 vlta., Libro de Defunciones de 1735-1778). |
177.1 | [«Extremaución» en el original. (N. del E.)] |
178
Medina, La Imprenta en Guatemala, Santiago, 1910. (N. del E.)
179
Tomamos el dato de una declaración suya prestada en 1762, en cuya fecha dijo, contaba setenta y tres años de edad. En su fe de defunción se le supone nacido en 1702, y él mismo aseguró pocos meses antes de morir que tal era la fecha en que naciera. Nos atenemos, con todo, a la indicada en el texto, porque en esa última ocasión, Hincapié trataba de probar que no era tan viejo como se le suponía. (N. del A.)
180
Véanse sus antecedentes genealógicos entre los documentos anexos a esta biografía.
Fuentes y Guzmán, en la
página 109 del tomo I de su Recordación florida,
menciona a los Hincapiés en los términos siguientes:
«Fueron, aunque de los primeros conquistadores, los que poblaron
antes de reducirse la Costa del Sur»
. (N. del A.)