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441

De la partida de matrimonio, extendida el 18 de junio de 1793, aparece que era vecino de Guadalajara desde hacía seis meses: lo que supone que llegó allí a mediados de diciembre de 1792. En su memorial a la Audiencia, fechado el 5 de enero de 1795, expresaba que «hacía cerca de dos años que estaba en esa ciudad»: según esto, debemos retrotraer la fecha de su llegada a enero de 1793.

De su partida de matrimonio consta también que su madre se llamaba doña Manuela Téllez Girón y su mujer doña Rafaela Conique. (N. del A.)

 

442

Memorial citado de 1795. Las piezas a que Valdés se refiere no las conocemos, pero es posible que aparezcan, a pesar de que, por su escasa tirada, deben ser rarísimas. No es dable, como se comprende, determinar cuál fue, dentro del año 1793, el primer impreso de Guadalajara. (N. del A.)

 

443

Así consta del aviso que publicó en la Gazeta del 10 de julio de aquel año, que dice como sigue:

«Don Mariano Valdés Téllez Girón, dueño de oficina de imprenta y láminas en esta ciudad, participa a su público que para el mejor y más pronto despacho de las obras que se le encarguen, ha conducido de México abridor de láminas y sellos y encuadernador instruido en todo género de pastas, y que en dicha oficina seguirá en lo sucesivo el despacho de Gazetas, así políticas como de literatura, recibiendo las subscripciones que quieran hacerse a ambas.

»Igualmente participa que en dicha su oficina se expenden Cartillas, Catecismos, Catones, variedad de libros y muchos Devocionarios».



El apellido del grabador era Rea. (N. del A.)

 

444

Los autos de esta materia se hallan en el Archivo de Indias. (N. del A.)

 

445

«Mi hijo contrajo tal enfermedad de epilepsia, que volvió a que yo lo mantenga y a sus hijos, imposibilitado de valerse».- Memorial de don Manuel Antonio Valdés, de 30 de Diciembre de 1809. (N. del A.)

 

446

El señor Santoscoy en un artículo titulado «La primera imprenta de los insurgentes», inserto en el Diario de Jalisco, del 16 de septiembre de 1893, fijaba el término de las impresiones de Valdés en 1805. En el texto veremos que las hay de 1807. (N. del A.)

 

447

«Valdés y Romero tuvieron su imprenta en la plaza de Santo Domingo, y el uno debió suceder al otro, pues los tipos son los mismos».- Rivera, obra citada. (N. del A.)

 

448

Desde esos días, en efecto, desaparece de las portadas el nombre de la viuda de Romero y es reemplazado por el de Rodríguez. Santoscoy, en su último artículo citado, asegura que la imprenta de doña Petra fue comprada, «al parecer», por cuenta del Hospicio, en sociedad con José Osorio Santos, cuya compañía cesó en fines de octubre de 1831. Pero no dice una palabra de Rodríguez. ¿No sería éste quien la adquirió de la viuda, para venderla en seguida al Hospicio? Porque por nuestra parte dudamos mucho de que Rodríguez llevase otro taller a Guadalajara, tanto más si se considera que la falta del nombre de aquella impresora en las portadas coincide con la aparición del de Rodríguez.

De los libros impresos por éste, sin duda el más notable bajo el punto de vista tipográfico, es el de las Exequias, de don Juan Cruz Cabañas y Crespo, que salió a luz en 1825, en un volumen en folio.

Doña Petra Manjarrés se embarcó para España en 1828 (fines de marzo). Carta inédita de don Manuel Arenal a don José María de la Campa, datada en Jalapa, en la que le dice (16 de aquel mes): «en esta se hallan Quevedo y doña Petra, la impresora, con sus familias, que también se embarcan a últimos de éste».

La buena amistad que le ligó al P. Parra durante los últimos años de su permanencia en Guadalajara, se debían a que eran compadres. Véanse las páginas 62 y 63 del tomo II de las Correcciones y adiciones, de Alamán.

 

449

Bachiller y Morales, Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública de la Isla de Cuba, t. II, p. 9. (N. del A.)

 

450

Impresa en Nueva York en 1853. (N. del A.)