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491

London, 1846, t. II, p. 35. Figuró después bajo el número 2149 del Catalogue Andrade y actualmente se encuentra en la Biblioteca de John Carter Brown, Providence, Estados Unidos.

El que desee tener noticias de la vida de Alcedo vea los artículos que le han dedicado don P. F. Ceballos en las pp. 432-444 del tomo XXII de La Revista de Buenos Aires, y don Diego Barros Arana en las pp. 553-564 del tomo II de la misma. (N. del A.)

 

492

Bibl. Amer. Vetustissima, p. XXIV. (N. del A.)

 

493

Entre éstos podemos contar la noticia que da en el prólogo, a saber, que Juan Díez de la Calle, autor que se menciona en esta Biblioteca, había compuesto también una con el mismo título, de la cual se imprimieron solamente algunos pliegos en 1646. Harrisse, p. XV, nota 26. (N. del A.)

 

494

La primera edición es de México, 1816-1821, folio. El tomo IV de la obra, que comprende los anónimos y que dejó escrito el autor y algunas adiciones de otras personas, lo dimos a luz nosotros en 1897, siguiendo las condiciones tipográficas de la edición de Amecameca, 1883, 4.º. Al frente de ese tomo publicamos la biografía del sabio mexicano, circunstancia que debemos hacer presente aquí para que no se extrañe su falta. (N. del A.)

 

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El mismo García Icazbalceta en su incomparable Bibliografía Mexicana del siglo XVI no pudo ver algunos de los títulos que menciona Beristain, y el estudioso don Vicente de P. Andrade en su Ensayo bibliográfico del siglo XVII se ha visto obligado a mencionar simplemente muchísimos que aquél cita de visu, al parecer. (N. del A.)

 

496

Observaciones presentadas a la Sociedad Mexicana do Geografia. Boletín de la misma, t. X, n. 2, 1864. (N. del A.)

 

497

Nicolás Trübner, en Trübners American and oriental Literary Record, September I, 1866. (N. del A.)

 

498

A. Growoll, Henry Harrisse, biographical and bibliographial sketch. New York, 1899, 89.

Antes de haberse publicado el precedente folleto nos habíamos dirigido al Sr. Harrisse para que se sirviera comunicarnos algunos datos biográficos acerca de su persona, ya que los de los diccionarios contemporáneos resultaban tan pobres a su respecto. He aquí lo que nos decía en carta de 13 de Marzo de 1899:

«... Quant á des renseignements biographiques à mon sujet, je me suis toujours refusé à en donner. Ma personne, ma vie privée, sont sans intérêt, et, comme je crois vous l'avoir dit, le public doit se contenter de me connaître par mes ouvrages- quels qu'ils soient!

»Qu'il vous suffise de savoir que je suis né à Paris; que jeune encore j'allai retrouver ma famille aux Etats Unis. J'y fis mon Droit dans l'Université, ou en même temps j'enseignais, et que le temps que j'avais de reste fut alors employé à traduire en anglais les oeuvres metaphysiques de Descartes, su grand complet, et à écrire une histoire de la Philosophie Cartésienne en Angleterre: travail qui ne put trouver d'éditeur parce que la version falte par Mikel John de la Critique de la Raison Pure, de Kant, dont il était le pendant, ne se vendait pas. Aprés avoir obtenu le degré d'Artium Magister à la suite d'une thèse sur le Dictionaire des Sciences Philosophiques, et avoir été récu avocat, j'allai exercer ma profession à Chicago, puis à New York, ou, pour obliger un de mes amis, et, comme toujours, gratuitement, je composai la B. A. V. et d'autres ouvrages du même genre.

»Je me rendis alors à Paris; m'y plut et retournal m'y fixer, encore comme avocat. Sauf un excursus de deux ou trois ans dans le domaine de l'Egyptologie, au cours duquel j'ai traduit une douzaine d'obélisques et nombres de stéles des premières dynasties, -uniquement pour me rendre compte de la manière de penser des anciens Egyptiens et comment ils traduisaient leurs idées, -car je n'ai publié qu'une seule de ces stéles- j'ai recommencé mes recherches sur le histoire et la geographie des premiers temps de l'Amérique. En fin, pensant avoir videé mon sac, je songe à retourner aux sciences exactes (mon pèché mignon), mais cette fois, pour mon seul plaisir, et je ne fatiguerai plus le public de mes elucubrations.»



Acerca de otros juicios críticos de la Bibliotheca Americana Vetustissima véanse el no menos elogioso de Ernesto Desjardins, publicado en el Bulletin de la Societé de Géographie, de Abril de 1867, del cual tomamos los siguientes párrafos: «Me complazco en añadir que mi propia opinión se halla confirmada por los especialistas en la materia en ambos Mundos, el señor Icazbalceta de México, cuya aprobación completa y sin reservas tengo a la vista; M. D'Avezac, juez tan competente de bibliografía erudita que ha presentado la obra del señor Harrisse a la Academia de Inscripciones y Bellas Letras acompañando su obsequio con explicaciones tan luminosas y elogios tan merecidos; M. Vivien de Saint Martin, que le dedica un lugar tan meritorio en su Année Geographique...; los señores Gayangos y Zarco del Valle, de Madrid, para no citar los favorables testimonios de sabios que me son particularmente conocidos. El señor Harrisse tiene en los aplausos de semejantes jueces algo para contrarrestar la crítica injusta o baladí y para confiar en una obra a la cual pertenece el porvenir.»

En efecto, en el London Athenoeum del 6 de Octubre de 1866 alguno que ocultó su nombre con las iniciales de G. M. B. llenó cuatro columnas del periódico con un artículo del que hizo tirar 100 ejemplares por separado, en que no escaseó a la obra ni a su autor los epítetos más violentos. Véase el número 850 de la Biblioteca Historica, de Henry Stevens, Boston, 1870, 89 (N. del A.)

 

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Bibliografía española de Lenguas indígenas de América, Madrid, 1892, 4.º mayor. XVIII-427 pp. + 8 s. f. (N. del A.)

 

500

Como es sabido, esta notabilísima biblioteca, adquirida por don Ricardo de Heredia, conde de Benahavis, fue vendida en Paris en remate público y al detalle en 1891, con otros libros que formaron el Catalogue de la Bibliothèque, 4 vls., 4.º, de aquel magnate. (N. del A.)