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211

Núñez de Pineda en su Cautiverio feliz, pág. 525, ha recordado que Ponce de León, a quien califica de «religioso grave», salió a recibirle por orden del gobernador, y que después de asistir con todos a un banquete para celebrar su vuelta de la cautividad hizo plática a los soldados, exhortándolos al cumplimiento de sus deberes.

 

212

Relación de los servicios que ha hecho a Su Majestad en los Reinos del Perú el presentado fray Francisco Ponce de León, etc. Impreso sin fecha ni lugar, Mus. Brit. Papeles varios de Indias, Servicios, vol. 1324. I 2., pieza 26.

 

213

Parece que Molina confundió esta obra con la primera, pues al mismo tiempo que le señala la fecha de 1644, la da como manuscrita.

 

214

Olivares que ha dedicado a este religioso (a quien por equivocación llaman Pérez de León) la página 235 de su Historia militar, después de hablar de las empresas que ejecutó en Chile, agrega: «En estos santos y útiles trabajos lo halló la última hora que lo pasó de esta vida a la eterna», de lo cual pudiera deducirse que había muerto en Chile, lo que no nos parece probable.

Hay varios autores que han hablado de Ponce de León, como ser Gil González Dávila, Teatro eclesiástico, tom 2.º, fol. 46 vlta.; Remon, Crónica, t. 2.º. pág. 161; Enrion, Misiones, t. 3.º, pág. 148; Gay en el tomo 2.º de su Historia; Garí y Siumell, Biblioteca mercedaria, pág. 229; y por fin, nuestro amigo fray Benjamín Rencoret en su obra inédita Crónicas religiosas de la provincia mercenaria ecuatoriana; pero en ninguno hemos visto apuntada esta fecha ni la de su nacimiento.

El libro de Ponce de León es hoy sumamente escaso, pues no hemos visto de él sino tres ejemplares: uno que existe en la Biblioteca de Londres del catálogo, o Bibliotheca americana de Henry Stevens, comprado en 1867 en tres libras y tres chelines; otro en la Biblioteca de Madrid, y uno en la librería Maisonneuve en París por el cual pedían docientos cincuenta francos.

Pinelo no vio siquiera el libro de Ponce de León y sólo habla de él por referencia a Nicolás Antonio. (Epítome, t. 2.º, col. 657).

 

215

En efecto, Ovalle, (Histórica Relación, folios, 9, 28 y 6 1); Pinelo, Epítome, t. 2.º, c. 656, y Rosales en el tomo I de su Historia general, pág. 109, citan dicha obra y especialmente al tratar de los minerales del país, de la exuberancia de los árboles y de la patraña de los rabudos.

 

216

Savonarola cita esta obra de Méndez en la pág. 271 del tomo y de su Universus, etc.

 

217

Se ha repetido con frecuencia que uno de los hijos de don Hernando Machado, que vino a Chile por fiscal de la primera Audiencia que tuvo el reino, era don Juan Machado de Chávez provisor en Santiago, a quien se atribuye una obra teológica llamada El Perfecto Confesor. Pero en esto hay un error, pues ni el provisor se llamó Juan, ni el autor de la obra a que acudimos, tuvo jamás cargo alguno que desempeñar en Santiago. Entramos en esta explicación porque a ser exacta aquella aseveración, era este el lugar adecuado para tratar del personaje a que aludimos. Véase, Los Lisperguer y la Quintrala (pág. 163) del señor Vicuña Mackenna, y el Perfecto confesor y cura de almas, etc., Barcelona, 1641, 2 vols. 8.º mayor.

 

218

Entre otros, merecen notarse los Discursos jurídicos en defensa de la consagración, de Don Fray Bernardino de Cárdenas, por el licenciado Alonso Carrillo; un Memoria de 117 fojas en folio del lego Juan de San Diego Villalón y un Discurso de la vida, méritos y trabajos del señor obispo del Paraguay y verdades desnudas, etc., del mismo autor, ambos sin fecha ni lugar de impresión. Por fin, una traducción con este título: Memorial presenté au roy d' Espagne pour la deffense de la reputation de la dignité, et de la personne de don Bernardino de Cárdenas évêque de Paraguay contre les réligieux de la Compagnie de Jésus et pour repondre aux Mémoriaux de Julien de Pedraca. 1662, 12.º; y una Histoire de la persecution de deux saints Evêques, par les Jésuites, l' un don Bernardino de Cárdenas, évêque du Paraguay, etc. 1691, 12.º

 

219

Aguiar, Razón de las noticias de la provincia de San Lorenzo Mártir en Chile, M. S.

 

220

Pudiera dudarse en vista de lo que dice Aguiar, si Jorquera practicó o no la visita de la provincia, pero atendiendo a la data del Parecer, creemos cierta la afirmativa. Echard Scriptores ordinis Minorum, etc., tomo 2.º, pág 754) supone equivocadamente que Jorquera presentó un escrito a la Audiencia de Chile, y ha sido seguido en este error por Pinelo (Epítome, etc., tomo2.º, col.782).

El original de la obra de Jorquera existe en la biblioteca del Museo Británico.