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Llamábanse avisos en la carrera de Indias las embarcaciones ligeras destinadas a llevar y traer pliegos del real servicio, y teníanlas las flotas que venían de América para despacharlos al Gobierno desde cierta altura, antes de llegar a las costas de Europa, a efecto de avisar su próxima recalada, por si gustaba mandar a su encuentro fuerzas navales que las protegieran.

 

72

En el memorial al rey dice catorce días; puede ser, tal vez, otro de los muchos errores de copia.

 

73

Este señor tan generoso era Antonio de Aura, conde de Gramont, de Guicheu y Luvigni, vizconde de Asté, caballero de las Órdenes del Santo Espíritu y de San Miguel, virrey de Navarra y gobernador y alcalde perpetuo, por juro de heredad, de la ciudad de Bayona, de Francia. Fue hijo de Filiberto, conde de Gramont, y de la hermosa Corizandra de Andoyus, la cual tuvo con el rey Enrique IV amores bastante decantados. Dicho conde Antonio nació hacia el año de 1570 y falleció en agosto de 1643. Luis IV le agració con el título de duque y par de Francia.

 

74

En el expediente original, que se halla en el Archivo de Indias de Sevilla, promovido a resultas del memorial que aquí expresa, consta que el Consejo de Indias evacuó su consulta a Su Majestad en 19 de febrero de 1626, según se puede ver en dicho documento, que se halla en el Apéndice. Así que doña Catalina quiso decir aquí que el memorial fue presentado al rey y remitido por Su Majestad al Consejo en agosto de 1625, puesto que no fue despachado definitivamente sino en el mes de febrero del año siguiente, de 1626.

 

75

También debió haberle conocido en Lima, de virrey, puesto que le nombra en otra parte; a no ser que hubiese fallecido ya y fuese éste su sucesor inmediato.

 

76

Teniendo el duque de Saboya, según el historiador Sabau y Blanco, en el año de 1625, ya conquistado todo el estado de Génova, no quedando a la República sino la capital y la plaza de Savona, y no hallando, por otra parte, el Senado quién le prestara dinero, viendo reducida su casa a un estado desesperado, España, por impedir el engrandecimiento de este príncipe, resolvió emplear una gran parte de sus fuerzas, con las cuales y muchos socorros entró el marqués de Santa Cruz en Génova con una poderosa escuadra, obligando con ella a la que los franceses tenían en aquel puerto a retirarse. Es con este motivo que se hallaba en Génova el año de 1626, cuando la Monja Alférez hace mención de él.

 

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Voz tomada de la latina ultio, que significa venganza.

 

78

En este año, sin duda, al tiempo de embarcarse, la retrató Pacheco, según resulta de la fecha escrita en el mismo cuadro. También le pone a un lado la edad de cincuenta y dos años, en lo cual se equivocó indudablemente; porque habiendo nacido, como se ha visto, el año de 1592, no podía tener en 1630 sino treinta y ocho años. Pero si nació, como supone LA MONJA ALFÉREZ, en 1585, entonces tendría sólo cuarenta y cinco años.

 

79

De este episodio no nos habla doña Catalina en la relación precedente. Acaso constituya uno de los capítulos de la edición publicada en Méjico por Hipólito Ribera.

 

80

Decía la carta: «Cuando las personas de mi calidad entran en una casa, con su nobleza tienen asegurada la fidelidad del buen trato, y no habiendo el mío excedido los límites que piden sus partes de vuestra merced, es deslumbramiento impedirme el entrar en su casa, demás que me han certificado que si por su calle paso me ha de dar la muerte. Y así, yo, aunque mujer, pareciéndole imposible a mi valor, para que vea mis bizarrías y consiga lo que blasona, le aguardo sola detrás de San Diego desde la una hasta las seis. -Doña Catalina de Erauzu