950. Pueden verse copiados en la Apologia Lullianae doctrinae adversus Eymerici calumnius (manuscrito de la Ambrosiana de Milán).
951. Theologia Naturalis Raymundi de Sabunde, Hispani, viri subtilissimi... Venetiis, apud Franciscum Tiletum, 1581.
952. Un inconnu célèbre. Récherches historiques et critiques sur Raymond de Sebonde... (París, V. Palmé, 1875) 8.º
953. En los quales se da por admirable estilo el necessario y verdadero conocimiento, assi de Jesu Christo nuestro Dios y Señor, como de sí mismo. Traducidos de lengua latina, en la qual los compuso el muy docto y piadoso Maestro Remundo Sebunde, en castellana, y anotados... En Madrid, por Juan de la Cuesta. Año 1614.
954. Ferdinandi Cordubensis: De artificio omnis et investigandi et inveniendi natura scibilis. Ad Rmum. in Christo Pres. et omnium sapientissimum atque eruditissimum D. Bessarionem. Epm. Sabinensem, Samictae Romanae Ecclesiae Cardinalem, etc. Copia manuscrita que poseo, sacada del códice 3177, de la Vaticana, y cotejada con el 481 de la de San Marcos de Venecia. De este Fernando de Córdoba dice su contemporáneo Trithemio que «sabía de memoria toda la Biblia; los escritos de Alberto Magno, Santo Tomás, Alejandro de Hales, Escoto y San Buenaventura; los libros de ambos Derechos, y las obras de Avicena, Galeno, Hipócrates, Aristóteles y muchos comentadores y expositores. Hablaba las lenguas hebrea, arábiga, caldea, griega y latina. En todas las universidades de Francia e Italia tuvo disputas públicas, en que convenció a todos y nadie le convenció a él. Era, además, excelente pintor y músico. Todo esto a los veinte años. Los doctores de París decían que un hombre tan prodigiosamente sabio no podía ser otro que el Anticristo» (Chronicon Spanheimense, TEODORO GOFREDO, etc.). Aunque rebajemos algo, siempre resultará que Fernando de Córdoba fue una biblioteca ambulante y un asombro. Los pocos escritos suyos que hoy tenemos no desmienten esta fama.
955. Córdoba (Fernando de):
Bibliothèque de l'Ecole des Chartes (septiembre a diciembre de 1901).
Deux ouvrages inconnues de Ferdinand de Cordoue, par René Poupardin (p. 532-542).
Una de estas obras inéditas es la De laudibus Platonis, dedicada al cardenal Bessarion (ms. de la Biblioteca Vallicelliana).
En el Journal des Savants, marzo de 1899, hay nuevos datos sobre Fernando de Córdoba, publicados por Leopoldo Delisle.
Cf., además, el Auctarium Chartularii Universitatis Parisiensis del P. DENIFLE y de CHATELAIN, t. 2 col.
631-635.
956. Colección de documentos inéditos del Archivo general de la Corona de Aragón t.28 (Barcelona 1865) p. 239;
Opúsculos de Carbonell, ilustrados con exquisita erudición por D. Manuel de Bofarull.
957. MÉNDEZ, Tipografía española. Cuenta Cornelio Agripa que Pedro Dagui adquirió en siete meses, sin
educación alguna anterior, toda su ciencia, de que se asombró Italia, merced al artificio luliano (Comm. al Arte
Breve.)
958. Méndez.
959. De prima typographiae hispanae aetate specimen. HAIN (Repertorium) llama a Dagui Petrus de Gui, y cita
un tratado, De differentiis, escrito por él en Jaén el año 1500.
960. Para completar estas noticias hay que ver la correspondencia de Descós y el P. Boyl y los libros del P.
Pascual contra Feijoo.
961. Esta censura se halla manuscrita al fin del precioso ejemplar del Libellus formalitatum, de la Ambrosiana.
962. Dice Nicolás Antonio que al fin de un ejemplar de las Distinctiones leyó esta nota: «Et talis est sententia dicti
magistri Petri, quam nos uniformiter laudamus, Antonius Episcopus Fanensis, Noianus Episcopus Xephauensis,
Ferdinandus Cordubensis subdiaconus Domini nostri, Ioannes abbas S. Bernardi Valentini, Iacobus Conil,
Guillielmus Bodonit.»
963. Dagui murió en Sevilla el año 1500, siendo capellán de los Reyes Católicos. Su cátedra mallorquina la
heredó Arnaldo Descós, célebre por su amistad con Fr. Bernardo Boyl, primer evangelizador de las Indias
Occidentales.
964. En 9 de marzo de 1598 escribía al Dr. Antonio Bellver pidiéndole el índice de las obras de Lull; en 10 de
marzo de 1583 solicitaba de los jurados de Palma copias exactas de sus libros para El Escorial.
965. Intervino en el asunto el ilustre luliano Luis Juan Vileta, canónigo de Barcelona, catedrático de filosofía
en su Universidad y teólogo consultor de su obispo.
Cf. el Apéndice de la defensa de Lulio que publicó Vileta en Barcelona, 1582, unida [557] a su edición del
Arte breve (Lullianae doctrinae multiplex approbatio cum honorificis eiusdem encomiis).
966. Cf. esta defensa en el Apéndice, tomada del original, que se halla en la Ambrosiana. También he leído allí otra
Apología mucho más extensa: Apologia Lullianae doctrinae adversus Eymerici calumnias, ex suo Directorio. Dos
tomos 4.º, el primero de 310 folios útiles; el segundo, de 331 páginas. Rebosa en increíble virulencia contra
Eymerich, inventor mendacii, sycophantiae parens, impius blasphemus. Del Directorium dice que fue in medio
Acheronte conflatus daemonum consilio. Esta obra debe de ser la misma que Wading atribuye a Antonio Bellver,
canónigo de Mallorca y profesor de la Universidad luliana. El de RIERA se rotula: Tractatus in quo respondet
omnibus quae hucusque obiecta sunt Raymundo (Palma 1627), folio.
967. Heurici Corneli Agrippae, Armatae Militiae Equitis Aurati, et utriusque iuris doctoris: In artem brevem
Raymundi Lulii Commentaria (p. 810-890 de la ed. de Estrasburgo).
Iordanus Brunus Nolanus: De Lulliano specierum scrutinio.-De lampade combinatoria lulliana.-De progressu logicae venationis.-De lampade venatoria logicorum. Todos estos tratados se leen en la citada edición de Estrasburgo desde la p.682 a la 806.
De compendiosa architectura et complemento artis Lullii. Parissis. 1582, 12.º
Ninguno de estos tratados se halla incluido en Opere di Giordano Bruno Nolano, ora per la prima volta raccolte
e pubblicate da Adolfo Wagner, Dottore, Lipsia, Wiedmann, 1830. (Dos tomos 8.º) Cf. la introducción de WAGNER
a la edición referida.
968. En el Discurso de D. Antonio de Bofarull sobre la lengua catalana considerada históricamente (Memorias
de la Academia de Barcelona t.2 p.348) encuentro la curiosa noticia de que «a Berenguer de Fluviá y al presbítero
Ximeno Tomás se facilitaron (¿en tiempo de D. Martín o de Fernando el de Antequera?) las habitaciones del palacio
mayor y del menor, para enseñar y estudiar el arte y doctrina del gran filósofo catalán menos la teología» (reg.1925
fol.119; reg.1927 fol.100; reg.2194 fol.77v y reg.2615 fol.58, todos de la Corona de Aragón).
969. Juan Wiclef. Cf. ALZOG, III 237-275.
«La base del sistema wiclefista está en su teoría de las ideas, que tiene relaciones palpables con las opiniones de Amaury de Bene, y, por consiguiente, con el panteísmo. La enseñanza del panteísmo inglés puede resumirse en estas palabras: 'Toda la naturaleza es Dios y cada ser es Dios'*, lo que está conforme con la manera como Wiclef concibe la idea, y, además esta otra proposición fundamental: 'Lo que es Dios según la idea, es Dios mismo, o la idea es Dios.' Con dificultad se concibe que el heresiarca no haya visto la falsedad de sus principios al inferir de ellos esta consecuencia absurda. 'Luego un asno es Dios'**. Hasta pretendía apoyar en el sólido fundamento de la Sagrada Escritura esta identificación panteísta de Dios con la idea»***.
____________________________
* Entre los pasajes condenados hay los siguientes: «Quaelibet creatura est Deus; quodlibet est Deus. Ubique omne ens est, cum omne ens sit Deus.»
** Estas son las mismas palabras de Wiclef: «Et si dicatur, quod male sonat, concedere asinum et quodlibet aliud esse Deum, conceditur apud aegre intelligentes; ideo multi non admittunt talia nisi cum determinatione, ut talis creatura secundum esse intelligibile, vel ideale quod habet in Deo ad intra, est Deus. Illi autem qui habent eumdem sensum per subiectum per se positum aeque concedunt propositionem simplicem» (De ideis c.2).
*** «Unde sic converto istam quaestionem: omnis creatura est Deus, Deus est quaelibet creatura in esse intelligibili, et istam conversionem videtur Apostolus docere nos, ubi non dicit absolute quod Deus est omnia, sed cum additamento: Deus est omnia in omnibus, ac si diceret: 'Deus est omnes rationes ideales in omnibus creaturis'» (De ideis c.2).
Esta idea eterna implica una predestinación eterna, que destruye la libertad del Criador del mismo modo que la de la criatura. Sin ambages dice: «Cum omnia quae eveniunt de necessitate eveniunt, absolute necessarium est quod damnandus ponat obicem in peccando» (Trialog. 1.3 c.7,23; 1.4 c.13).
Para Wiclef todas las Órdenes religiosas son obra del demonio, y también las universidades, estudios y
colegios. «Omnes religiones indifferenter introductae sunt a diabolo. Universitates, studia, collegia, graduationes
et magisteria in eisdem sunt vana gentilitate introducta, ea tantum prosunt Ecclesiae sicut diabolus.»
970. El Cancionero de Juan Alfonso de Baena (siglo XV), ahora por primera vez dado a luz..., por D. PEDRO J.
PIDAL (Madrid, imprenta de la Publicidad, 1851) p.549ss.
971. Biblioteca de San Juan de Barcelona, manuscrito 2-3-2 (códice del siglo XV, en papel). El segundo de los
tratados en él incluidos es el Sompni, de BERNAT METGE, dividido en dos partes. En el mismo códice hay de
BERNAT METGE, con el título de Historia de las bellas virtuts, una traducción de la Griselda, del Petrarca. De
este Bernat Metge y de un poema suyo inédito trae noticias y extractos el SR. MILÁ Y FONTANALS en su
opúsculo francés Poetes catalans. Noces rimades. Codolada (Monpellier 1876).
972. Hay que añadir al arcediano de Barcelona Juan de Palomar, que tanto intervino en el concilio de Basilea
y en las controversias con los hussitas.
973. Lecciones de filosofía moral, p.IV (Burdeos 1820)
974. Está en el t.22 de sus obras. La impugnación de Torquemada se rotula: Ioannis 975. Carta sobre el Abulense y su sentir tocante a la potestad pontificia (en un tomo de Papeles varios de la
Biblioteca de Bruselas; tomo que perteneció a La Serna Santander). El P. Burriel, a pesar de ser jesuita, era regalista
tanto o más que Masdéu. Uno de los objetos de su viaje literario a Toledo fue allegar documentos en defenfa de las
libertades de la iglesia española, por encargo de los ministros de Fernando VI.
976. De cómo se levantó en la villa de Durango una grande herejía, de la cual fue comenzador Fr. Alonso de
Mella.
977. Scientia iuris excellentem (cf. NICOLÁS ANTONIO, Bib. Vet. p.284).
978. Códices 2617, 2688 y 4066.
979. En 1442, Fr. Alonso de Mella, hermano del obispo de Zamora, predicó en Durango las doctrinas
comunistas de los fraticellos. Don Juan II mandó dos comisarios, uno de ellos Fr. Juan de Soria, de la Orden
de San Francisco, para inquirir y castigar tales delitos. Fray Alonso huyó a Granada con algunos discípulos
suyos, y parece que se hizo mahometano. Por desgracia han perecido (destruidos por los franceses) los
padrones que en la iglesia de Durango decían los nombres de los culpados y la calidad de sus delitos y penas. 980. «Protestas y diligencias que practicó el Theniente de Prestamero Mayor de esta villa con su Justhizia
y Regimiento, en 20 de agosto de 1444 años, para que se le entregasen ziertas personas que profesaban la secta
de Fray Alonso de la Mella... para probeer de remedio y castigar a dichos sectarios. Compónese de 16 ojas.»
[De una carta dirigida a Menéndez Pelayo por D. Samuel Baerte, fechada en Durango en 28 de agosto de 1889. Las líneas que se transcriben son el título de un cuaderno que en esta fecha existía en el Archivo municipal de Durango.]
«El padre de Alfonso de Mela (éste es el verdadero apellido, y no Mella, como se lee en la crónica de D. Juan II, aunque tal vez sea ortografía latina), fue embajador del rey de Castilla en uno de los estados de Italia, donde le nació uno de los hijos, el hereje o el cardenal, o tal vez los dos.
El hereje Alfonso tomó el hábito de San Francisco en uno de los conventos de la provincia de Santander, ignorándose el pueblo.
Después de la apostasía vino a Durango, donde hizo prosélitos hasta el número de 500 o más. Vivió en la única casa que aún subsiste enfrente de la antiquísima parroquia de San Pedro Apóstol de Tavira, extramuros de Durango, unos cinco minutos de paseo. De Tavira toma el nombre Durango, que aún hoy en los documentos oficiales se dice Tavira de Durango.
La familia de Mela (hoy Mella) tuvo en Durango un gran mayorazgo.
Los errores fundamentales del hereje eran la comunidad de bienes y la de mujeres, habiéndose propagado la secta por entre la gente baja, jornaleros, labradores, industriales, etc.
La señal que Alfonso tenía para reunir a los sectarios era el sonido de la trompa que trajo él de Santander, y que desde entonces es conocida en Vizcaya.
Durango desde entonces, y con motivo de los herejes, fue y es llamado en son de burla por los pueblos comarcales el pueblo de las trompas, en vascuence, tromperri.
Cuando Alfonso de Mela se creyó bastante fuerte, pensó en alzarse en armas, tomar a Durango y fundar un estado donde se enseñasen y practicasen sus máximas. Cuatro de los sectarios, espantados ante el proyecto, le delataron a la autoridad local, la cual dio parte a la Inquisición de Logroño. Emprendió ésta las pesquisas; muchos se retractaron; pero unos trece contumaces fueron quemados en la plaza de Santa María de Durango. El Mela se fugó a Santander con siete mozas, pasó a Andalucía por mar, tocando en África, donde no se sabe si estuvo mucho o poco tiempo. En Andalucía siguió propagando las mismas doctrinas entre los moros, hasta que por ello fue sentenciado a muerte.
Cuando la Inquisición vino a Durango a formar el proceso, terminada la causa, siguió en la villa el tribunal por temor de que la herejía volviese a tomar cuerpo. La herejía se había propagado por los pueblos y caseríos inmediatos, como Mañaria, Izurza, Abadiano, Bérriz.
Hasta la guerra de la Independencia, el proceso se conservó debajo de la peana de San Pedro Mártir de Verona, inquisitor, en la parroquia de Santa María, y el pueblo [566] durangués miraba aquel sitio con horror. La estatua de San Pedro de Verona estaba entonces donde hoy está Santa Teresa, en el nicho de la derecha del altar de Ánimas; y en el altar de San José, en la parte superior, pusieron a San Pedro en lugar de Santa Teresa. Este cambio se hizo tan sólo hace unos diez o doce años.
Durante la guerra de la Independencia parece que las dos autoridades, no se sabe por qué temores,
acordaron quemar el expediente inquisitorial, como se hizo públicamente.»
981. Cf. NICOLÁS ANTONIO, p.310 t.2 de la Bib. Vetus; el MARQUÉS DE ALVENTOS, Historia del Colegio
Viejo de San Bartolomé (Madrid 1661); REZÁBAL Y UGARTE, Biblioteca de escritores que han sido individuos
de los Colegios Mayores p.257.
982. Apologia earum rerum quae illi obiiciuntur... (Cum privilegio. Apud inclytam Granatam, mense Februario,
1535, 4.º)
983. «Quanto ingenio et eruditione fuerit Magister Petrus Uxomensis nemo est qui ignoret, cum post Tostatum
illum, omnium iudicio apud nos fuerit nostra actate in omni genere doctrinae facile princeps. Is fuit ex portione
beneficiarios in Ecclesia Salmanticensi, cui ex Decani et capituli decreto delegata fuit provincia libros
Ecclesiasticos emendandi, proposita illa mercede laboris, ut pro quinis quotidie chartis emendandis mereretur quas
appellant distributiones quotidianas, tametsi rei divinae non interesset. Est in ea Ecclesia utriusque Testamenti
codex pervetustus, qui mihi saepe fuit usui. Ab eo castigationum suarum initium Uxomensis fecit, conferens illum
(opinor) ad aliquem e recentioribus libris: distorsit a prototypi exemplari plusquam sexcentos locos.»
984. Cf. sus notas a la Bib. Vetus p. 311 t. 2.
985. Códice 4149: Quodlibetum Petri de Osma, cum suis impugnationibus ad singulos articulos per fratrem
Iohannem Lupi Salmantinum (véase en el Apéndice).
986. Para Pedro de Osma.
Juan Wessel, nacido en Groninga en 1419, después de haber recibido su primera educación entre los
clérigos de la vida común en Zwolle, estudió la teología en Colonia; luego se familiarizó con los autores
clásicos griegos y romanos, aprendió el hebreo, enseñó en Colonia, Lovaina, París, Heidelberg, y por sus
conocimientos literarios y escolásticos obtuvo el sobrenombre de Lux Mundi, que le dieron sus admiradores,
a pesar de que sus tendencias hicieron que los católicos le llamasen Magister contradictionum. Murió en 1489.
Se le considera como uno de los precursores inmediatos del protestantismo. Lutero puso un prefacio en sus
obras. Entre sus errores figuran los siguientes: «Sólo Dios puede absolver y no absolver los pecados. La
confesión y la satisfacción no son partes esenciales del sacramento de la Penitencia; sólo la contrición absuelve
antes de la confesión.» ALZOG. III 341.
987. La Simbolica, o sia Esposizione delle antitesi dogmatiche tra i catolici ed i protestanti, di G. A. Moelher...
Milano 1853. Quarta edizione italiana.
988. Consta así en el proceso de Alcalá, en un escrito del fiscal Riaza: «Denique autem die intitulata decima mensis
Ianuarii, anno a nativitate Domini millesimo quadringentesimo septuagesimo nono, apud Sedem Caesaraugustanam,
dictus Domintis Iohannes de Epila locum tenens inquisitionis fidei catholicae, in Missa maiore dum ibidem ad divina
audiendum convenerat populi multitudo, coram omni populo, post factum sermonem per eumdem Magistrum
Iohannem de Epila in dicta sede... dictum libellum publice et palam igni tradidit et concremavit et consummavit.»
989. Me valgo de la copia del P. Burriel (Biblioteca Nacional): «Actas de la junta de Theólogos, celebrada en
Alcalá y presidida con autoridad de Sixto IV Summo Pontífice, por D. Alonso Carrillo, Arzobispo de Toledo,
Primado de las Españas, contra los errores del Maestro Pedro Martínez de Osma, Canónigo de la Iglesia de Córdoba
y Cathedrático de la Universidad de Salamanca, año MCCCCLXXIX. Copiadas de un manuscrito antiguo de la
Librería de don García de Loaysa, Arzobispo de Toledo, colocada hoy en la Real de Madrid. Añádense un
compendio latino de las mismas Actas escrito por Pedro de Ponte, Secretario del mismo Arzobispo D. Alonso
Carrillo, copiado del original que se guarda en el Archivo secreto de Toledo, y un tratado Castellano del Maestro
Fray Juan López contra otro del mismo Maestro Pedro de Osma, copiado de un tomo antiguo de la Librería de la
Santa Iglesia de Toledo. Ilustrado todo con notas y observaciones histórico-teológicas por el P. Andrés Burriel,
Theólogo de la Compañía de Jesús, 1755.» (Algunos de estos documentos fueron ya publicados por TEJADA y
RAMIRO en su Colección de Concilios t. 6).
990. «Quod a modico tempore citra in Hispaniarum Regno, praesertim in universitate studii Salamantini fuerunt
et adhuc sunt nonnulli iniquitatis filii, qui quasdam falsas, sanctae catholicae fidei contrarias, erroneas, scandalosas
et malesonantes propositiones praesertim circa peccatorum confessionem et Ecclesiastica Sacramenta...»
991. «Datum Romae apud Sanctum Petrum, anno incarnationis Dominicae millesimo septuagesimo octavo. Septimo
Kal. Iul. Pontificatus nostri anno septimo», es la fecha de esta bula.
992. Vida literaria del Chanciller Pero López de Ayala (p. 279). T. 19 de los Documentos inéditos de SALVÁ Y
BARANDA.
993. L. 24 c. 19 de la Historia latina y de la castellana.
994. Existe un ejemplar en la biblioteca episcopal de Córdoba, según me informó su sabio prelado, Ilmo. Fr.
Ceferino González.
995. Tipografía Española (2.ª ed.) p. 67.
996. [Incipit tractatus de confessione sacramentali a licenciato Petro de Costana et fide et sapientia viro quam
integerrimo editus: cum aliis et necessariis et utilibus additamentis.]
997. Cf. el MARQUÉS DE ALVENTÓS, Historia del Colegio Viejo, etc., y SALAZAR DE MENDOZA en la Vida
del Gran Cardenal 1.1 c. 56, probablemente era distinta a otra que el MARQUÉS DE ALVENTÓS cita, y que se
titulaba: Tractatus fructuosissimus atque christianae religioni admodum necessarius super decalogo et septem
peccatis, mortalibus cum articulis fidei, et sacramentis Ecclesiae, atque operibus misericordiae, superque
sacerdotali absolutione, utraque excommunicatione, et suffragiis et indulgentiis Ecclesiae, a Pedro Costana in Sacra
Theologia licenciato benemerito, non minus eleganter quam salubriter editus (4.º, sin foliar). Acaba: Libellus iste
est impressus et finitus Salmanticae civitalis... XVIII mensis Iulii anno Domini 1500.
998. Cónica de los Reyes Católicos, p. 3.ª, c. 98.
999. En mi concepto es distinto del famoso arcediano de Segovia Juan López, autor de varios tratados jurídicos de
gran mérito. Murió en Roma (1496) y está enterrado en Santa María del Pópolo. (Cf. N. ANTONIO)