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1450.       El mismo Valdés se contradice más adelante: «Cuando me pongo a escribir castellano, no es mi intención conformarme con el latín»; y, apoyado en esto, quiere que se muden en s algunas x, como las de excelencia, experiencia, etc.

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1451.       Hay en esta parte un cuento que suprimió Mayáns en casi todos los ejemplares del Diálogo al imprimirle: «Hora sabed que cuando el papa León creó los treinta y un cardenales, un fraile en un sermón introdujo la Iglesia que se quejaba a Dios que su marido la trataba mal, y hízole que dijese: 'Y si no me queréis creer, Señor, mitad los cardenales que agora me acaba de hacer.'»

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1452.       Papel del Padre Rivadeneyra, en vindicación de la Compañía de Jesús y defensa de sus privilegios. (Manuscrito en la Academia de la Historia, publicado por D. VICENTE DE LA FUENTE en las Obras escogidas del Padre Rivadeneyra t.60 de Autores Españoles, p.597.)

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1453.       Cf. Gli eretici d'Italia p.333.

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1454.       Libro muy conocido, impreso en Ginebra (1587), traducido al latín por Vincenzo Minutuli; al francés, por Teissier de l'Estang, etc.

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1455.       Cf. M'CRIE, History of the progress and supression of the Reformation in Italy (Edimburgo 1827).

     YOUNG, The life and times of Aonio Paleario, or a bistory of the italian reformers in the XVI century, illustrated by original letters and unedited documents (London 1860). Dos tomos.

     SCHLOSSER, Leben des Peter Martyr Vermigli (Heidelberg 1809). Y mucho mejor la obra del DR. C. SCHMIDT, de Estrasburgo, sobre el mismo asunto. Peters Martyr Vermigli Leben und... Schriften (Elberfeld 1858).

     El Proceso de Carnesecchi, ya citado, y además:

     GIBBINGS, Trial and martyrdom of Carnesecchi (Dublín 1856).

     Un artículo de G. HEYNE Sobre los comienzos de la Reforma en Nápoles, con noticias tomadas de Simancas en Zeitschrift für Geschischtswissenschaft (t.8, 1847).

     C. CANTÚ, Gli eretici d'Italia (Torino 1866-68). Tres gruesos volúmenes. De esta obra se han publicado ya dos traducciones castellanas. Es el único que ha tratado con espíritu católico esta materia. ¡Lástima que este trabajo del insigne milanés no resplandezca tanto por el método como por la erudición! Cf. especialmente, por lo que toca a nuestro asunto, los capítulos 19 a 25, el 35 y el 40.

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1456.       Miscellanea variarum rerum (manuscrito de la Biblioteca Brancacciana de Nápoles, II-E-19, citado por D. Fermín Caballero).

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1457.       Lettere volgari di diversi nobilissimi uomini (Venecia 1542, fol.133; Venecia 1553 y 54, 1.1 fol.38, citado por todos los que han hablado de Valdés).

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1458.       Así lo dice CARNESECCHI en su Proceso p.196.

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1459.       Cf. sobre Ochino: ZACARÍAS BOVERIO, Annales minorum Capucinorum... (t.1 p.413 de la traducción italiana); SAND, Bibliotheca Antitrinitariorum (Freistad 1684) p.2-6, y el c.23 de Gli eretici, de C. CANTÚ.

     Sobre sus relaciones con Valdés, el Proceso de Carnesecchi p.51.

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1460.       Sobre las relaciones de Pedro Mártir con Valdés, cf. Carnesecchi p.374.

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1461.       P.182 y 361 del Proceso de Carnesecchi.

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1462.       Cf. Carnesecchi, passim.

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1463.       P.389.

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1464.       Carta del virrey Perafán de Ribera a Felipe II en 7 de marzo de 1564, publicada por BOEHMER en sus Cenni biographici, y por CANTÚ. t.3 p.28 y 29.

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1465.       Vita di Paulo IV, manuscrito citado por CANTÚ, t.2 p.351.

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1466.       La catequizó Mons. Carnesecchi (p.57.58 y 374). Con menos seguridad se cita como amigas de Valdés a D.ª María y a D.ª, Juana de Aragón, marquesa del Vasto la primera y mujer de Ascanio Colonna la segunda; a Isabel Villamari y Cardona, princesa de Molfetta, mujer de D. Ferrante Gonzaga; a María de Cardona, princesa de Sulmona; a D.ª Constanza d'Avalos, duquesa de Amalfi; a Dorotea Gonzaga, marquesa de Bitonto; a Isabel Colonna, princesa de Bisignano; a Clarisa Ursina, princesa de Stigliano, etc. De ninguna de estas señoras consta que fuera hereje (cf. CABALLERO, p.194).

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1467.       Rime e Letter di Vittoria Colonna, marchesana di Pescara (Firenza, Barbera, 1860).

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1468.       Carnesecchi p.125-353, etc.

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1469.       Le han reproducido Usoz, Wiffen y D. Fermín Caballero en sus respectivos trabajos valdesianos.

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1470.       Cf. GIANNONE, t.3 1.32, y el P. IRENEO AFFO, Memorie di tre principesse.

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1471.       Alphabeto Christiano, che insegna la vera via d'acquistare il lume dello Spi- rito Santo... Stampata con gratia et privilegio l'anno M.D.XLVI. (En 8.º, 70 páginas. Parece impreso en Venecia. ) Dedicatoria de Marco Antonio Magno a Julia. Texto. Un tratadillo intitulado: Del medesmo autore. In che maniera il Christiano ha de studiare nel suo proprio libro, et che frutto ha da trahere dello studio et come la Santa Scrittura gli serve per interprete o commentario. (Biblioteca Nacional de Madrid, entre los libros que fueron de Usoz.)

     WIFFEN reimprimió esta especie de apéndice en el Eco de Savonarola, periódico protestante italiano (año VIII n.9 y 10, septiembre y octubre de 1854, Londres), y traducido al inglés en el British Friend (Glasgow 1852).

     El y Usoz publicaron de todo el Alfabeto la siguiente edición políglota, que anda muy escasa por haberse tirado sólo 150 ejemplares, ninguno de ellos para la venta, y forma el t.15 de los Reformistas españoles:

     Alfabeto Christiano, scrito in lingua Spagnola per Giovani di Valdes. E dallo stesso manoscrito autografo recato nell'italiano per Marco Antonio Magno. Ora ristampata fedelmente la versione italiana, pagina per pagina, con l'aggiunta di due traduzioni, l'una in Castigliano, l'altra in Inglese... Londra. L'anno MDCCCI,X. (En 8.º)

     Cada una de las traducciones tiene portada aparte: la de Usoz, que firma el prefacio, llena XV + 192 páginas; la de Wiffen (LXXXIII + 246) va precedida de una larga memoria acerca de Valdés y Julia. La reimpresión se hizo magníficamente en Londres por Spottiswode y compañía. El Alfabeto está prohibido, como obra de autor incierto, por el Indice expurgatorio de Pío IV (Dillingen 1564).

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1472.       Carnesecchi p.351.

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1473.       Comenta- rio, o declaración breve, y compendiosa so- bre la Epístola de S. Paulo Aposlol a los romanos, muy saluda- ble para todo Christiano. Compuesto por Juan Valdesio pío, y sincero Theologo. Por divisa tiene una y griega, con estas palabras: Estrecho el camino de la vida, y es ancho el de la perdición. El evangelio es potencia de Dios para dar salud a todo creyente. Rom. I. En Venecia, en casa de Juan PhiIadelpho. 1 M.D.LVI. (En 8.º, 340 páginas. El impresor fue Juan Crespin, de Ginebra, según conjetura Wiffen por la enseña de la y griega.)

     Comenta- río, o declaración fa- miliar, y compendiosa sobre la primera Epístola de san Paulo Apo- stol a los Corinthios, muy útil para todos los amadores de la piedad Christiana. Compuesto por Juan W. pío y sincero Theologo. Con la misma divisa de la y griega y el lema: Estrecho el camino..., etc. La declaración de tus palabras alumbra y da entendimiento a los pe- queñitos. (Psalmo 119.) En Venecia, en casa de Juan Philadelpho. M.D.LVII. (En 8.º, 450 páginas.).

     Estos dos libros no son tan raros como otros de Valdés. En casa de Tross (París) se anunció en 1868 un ejemplar por 100 francos, y aun los ha habido a menos precio. Además de los ejemplares de Wolfenbüttel, Halle, Francfort y Oxford, que cita Boehmer, y uno que él posee, hay en Madrid tres o cuatro: uno en la Biblioteca de San Isidro, otro entre los libros de Usoz, otro en la Biblioteca de Salvá (hoy de Heredia) y uno que tiene el Sr. Sancho Rayón. Rara vez andan juntos los dos Comentarios. Usoz los reimprimió, y son los t.10 y 11 de su colección.

     La Epístola de San Pablo a los Romanos, i la I a los Corintios. Ambas traduzidas i comentadas por Juan de Valdés. Ahora fielmente reimpresas. Valdessio Hispanus..., etcétera. Año de 1856. (Sin lugar.) Madrid, imprenta de Alegría. (En 8.º, 741 páginas.).

     Mr. John Betts tiene traducidos al inglés estos Comentarios, pero aún no los ha publicado.

     Prohibidos ambos Comentarios en todos nuestros Indices expurgatorios.

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1474.       En la dedicatoria a Julia Gonzaga escribe: «En la traducción he querido yr muy atado a la letra, sacándola palabra por palabra, en quanto me ha sido posible, y aun dejando ambigüedad adonde hallándola en la letra griega, la he podido dexar en la castellana, cuando la letra se puede aplicar a una inteligencia y a otra. Esto he hecho, porque traduziendo a San Paulo no he pretendido escribir mis conceptos, sino los de S. Paulo. Es bien verdad que adonde me ha parecido he añadido algunas palabrillas en el texto; pero algunas d'ellas se entienden en la letra griega, aunque no están escriptas, y otras parece que necesariamente se han de entender. Todas éstas, como veréys, van señaladas a fin que las conozcáys por mías, y las tratéys como os pareciere, [815] quanto a leerlas o no leerlas... En las declaraciones que he escripto sobre lo que he traducido, me he llegado en quanto me ha sido posible a la mente de S. Paulo, poniendo sus conceptos y no los míos. Y si en algo me he apartado, ha sido por ignorancia y no por malicia.»

     Juan Pérez dice en la advertencia al cristiano lector: «Por medios ordenados de la divina Providencia, sin yo pensarlo ni esperarlo, Christiano lector, vino a mi poder este comentario sobre la Epístola de S. Paulo a los Romanos, no menos docto que Christiano y pío... Me pareció haber hallado una muy rica mina de oro, de donde se puede sacar, no del oro perecedero y corruptible, que nace en la tierra, sino de los inestimables del cielo...»

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1475.       Más adelante habla de su propósito de traducir los Evangelios: «Aunque acerca de esto me reservo para hablar más largo, cuando pluguiese a Dios que venga a traducir los Evangelios

     Sand, bibliógrafo de los antitrinitarios, le atribuye comentarios In Evangeliumn Matthaei, In Evangelium Ioannis e In Psalmos aliquot.

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1476.       Había registrado. ya estas obras como anónimas DENIS en su Cath. codicum manuscriptorum theologicorum vol.l p.2.ª col.1990ss. Del Comentario dice que es defaecalae pietatis opus (vol.l p.1ª col.216, Vindobonae 1793 y 1794). Carrasco anuncia su publicación. Pero ¿será realmente de Valdés? (cf. CARRASCO, Alfonso y Juan de Valdés p.86).

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1477.       «Huélgome que os satisfaga, pero más quisiera satisfacer a Garcilasso de la Vega, con otros dos caballeros de la corte del Emperador, que yo conozco.»

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1478.       P.67 y 114.

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1479.       Tomo esta narración de CANTÚ, Gli eretici d'Italia t.2 p327.

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1480.       CANTÚ, t.2 p.46, que toma esta carta de un manuscrito de la Biblioteca de Siena.

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1481.       «Erano i discepoli del Valdesio... in gran numero in quella città di Napoli, co' quali Galeazzo conversaba, come congiunto con loro in una medesima dottrina e vocazione. Questi non erano procedenti più innanzi nella conoscenza della verità che all'articolo della giustificazione per Gesu Christo, ed a retirarse da qualquer abuso o superstizione del papato... Con questi per un tempo egli era d'accordo, cammino veramente che lo conduceva alla perdizione ed a quella rovina, nella quale seno caduti quasi tutti gli altri, li quali seno stati perseguitati, tormentati nelle prigioni, fati abjurare, e per la fine come relassi fatti malamente morire; fra quali fu quel Caserta da cui egli ebbe i primi principi e fondamenti della vera religione» (Historia della vita... di Galeazzo Caracciolo... [de Nicolás Balbani]. Stampa in Genova. 1857 p.39).

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1482.       «I nostri padri scoprirono l'eresie in Napoli, essendo il nostre ordine... acerrimo persecutore dell'eresie. Il modo con che furono scoperti dai nostri fu questo. Si ha da sapere che Raniero Gualante e Antonio Cappone, per la prattica che ebbero col Valdes e con [819] l'Ochino, furono anch'essi macchiati un poco di quella pece: ma perchè si confessavano dai nostri a S. Paolo, si fecero riferire da loro tutto quello intendevano da quelli occulti eretici... e le secrete conventicole di uomini e di donne che facevano», etcétera, dice Caracciolo en la biografía manuscrita de Paulo IV.

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1483.       Vida y muerte del P. Alonso Salmerón (Obras del P. Pedro de Rivadeneyra. Madrid, imprenta de Luis Sánchez, 1605).

     Página 306: «Estaba en aquel tiempo la ciudad de Nápoles en gran peligro: porque alguna gente principal picaba en las nuevas opiniones de Lutero, engañada por un hereje, el qual hizo grande estrago en aquella ciudad, y della como de cabeza se comenzaba a derramar y estender esta pestilencia por otras partes del Reyno. El P. Salmerón (a quien Dios nuestro Señor había dado, demás de la dotrina, gran zelo de su santa Fe Católica, y muy particular espíritu y gracia contra los herejes), començó en todos sus sermones, lecciones y trato con la gente principal a dar tras ellos: descubriendo sus tinieblas y engaños, y deshaziéndolos con tanta claridad y eficacia, que los Católicos se consolaron y fortificaron, y los dudosos se confirmaron, y los caydos y descaminados se levantaron y entraron por el camino derecho de la verdad... Predicó la Quaresma del año 1553 en la yglesia de la Anunciata: y la del año de 1554 en la de S. Juan Mayor: y la del año de 1555 en la yglesia Catedral de Nápoles con admirable concurso y satisfacción de toda la ciudad: y muchos de todas las órdenes le oían, y públicamente escribían sus sermones. Entre año también predicaba siempre los Domingos y Fiestas o leía por las tardes alguna cosas de la Sagrada Escritura: poniendo más estudio en confundir a los herejes y enseñar a los Católicos, y en reformar las vidas de sus oyentes, que en excitar admiración y aplauso con la elegancia de palabras.»

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1484.       Conservo con el mayor aprecio entre mis libros un ejemplar de esta primera edición de las Consideraciones valdesianas, que es rarísima: Le cento et dieci di- vine Considerationi del S. Giovanni Valdesso: nelle qua- li si ragione delle cose più uti- li, più necessarie, et più perfect- te, della Christiana professione. I. Cor.II. Noi vi ragionamo della perfetta sa- pientia, non della sapientia di questo mondo, etc. In Basilea, M.D.L. (244 hojas sin numerar. Sobre cada una van los números de las Consideraciones.) Además de mi ejemplar, los hay en las Bibliotecas de Hamburgo, Coire (Suiza), Nápoles, Ulm, en el colegio de la Trinidad de Cambridge y en la Casa de Huérfanos de Halle. Bachelin-Deflorenne anunció en 1872 un ejemplar por 480 francos, y eso que tenía ligeras mojaduras y otros defectos.

     Hay una traducción francesa, tres veces impresa: Cent et dix consyderations divines de Jean de Val d'esso. Traduites prémiérement, d'Espaignnol (sic) en langue Italienne, et de nouveau mises en Francois, par C. K, P... (Por divisa tiene una salamandra.) A Lyon, par Claude Senneton, M.D.L.XIII. (708 páginas en 8.º)-Cent et dix consyderations.., etc. A Paris. Par Mathurin Prevost, a l'escu de Venise, rue S. Jacques, 1565.-Les divines consyderations, et sainctes meditations de Jean de Val d'esso, Gentil-homme Espaignol, Touchant tout ce qui est necessaire, pour la perfection de la vie Chretienne. Traduites par C. K. P. Revues de nouveau et rapportées fidelement [820] à l'Exemplaire Espaignol, el amplifiées de la Table des principales matiéres traitées par l'Aucteur. A Lyon, par Pierre Picard, 1601. (Ajustada a la de 1563.) Estas tres ediciones se conservan en la Biblioteca Nacional de París.

     Dos traducciones inglesas, una antigua y otra reciente. Primera: The hundred and ten considerations of signor John Valdeso: treating of those things wich are most profitable, most necessary, and most perfect in our Christian Profession. Written in Spanish, Brought out of Italy by Vergerius, and first set forth in Italian at Basil by Coelius Secundus Curio. Anno 1550. Afterward translated into French, and Printed ad Lions 1563 and again at Paris 1565. And now translated out of the italian Copy into English, with Notes. Whereinto is added an Epistle of the Author's, or a Preface to his Divine Commentary upon the Romans... Oxford, Printed by Leonard Lichfield, Printer to the University. Anno Dom. 1638. (En 4.º; 16 hojas de prólogo y 311 de texto. La traducción es de Nicolás Farrer, que puso notas en los pasajes escabrosos. Tiene una carta-censura de Jorge Hebert. Biblioteca Bodleiana.)-Divine considerations.... etc. Cambridge, printed for E. D. by Roger Daniel, Printer to the University. 1646. (En 8.º; 476 páginas. Wiffen la tenía.)-Segunda traducción: Juan de Valdés... The hundred and ten Considerations... Translated from the Italian by John T. Betts. (Al fin del Life and writings of Juan de Valdes... de WIFFEN; Londres, Quaritch, 1865: desde la p.197 a la 586.)

     Usoz hizo nada menos que tres ediciones castellanas. Primera: Ziento i diez consideraziones de Juan de Valdés. Ahora publicadas por primera vez en castellano... Año de MDCCCLV. (Tirada de 208 ejemplares; tomo 9 de Reformistas; 615 páginas.)-Segunda: Ziento i diez consideraziones leídas i explicadas hazia el año de 1538 i 1539. Por Juan de Valdés. Conforme a un manuscrito Castellano escrito el año 1558 existente en la Biblioteca de Hamburgo. Y ahora publicadas por vez primera con un facsímile... España. Año MDCCCLXII. (En 8.º; tomo 16 de Reformistas antiguos españoles. Se imprimió, como el anterior, en casa de Alegría; 544 páginas y 18 de notas.)

     El manuscrito de Hamburgo no es, por desgracia, el original de Juan de Valdés, sino una traducción del italiano, hecha con poco esmero por algún protestante español en 1558. Acabóse en 24 de noviembre. Perteneció a la famosa Biblioteca Uffembachiana de Francfort, cuyos libros se vendieron y esparcieron por varias partes de Alemania. Usoz sospecha que el traductor pudo ser Juan de Quirós, de quien habla Curion en sus cartas como de hombre que había viajado mucho por Asia y África.

     No satisfecho Usoz del acierto del anónimo traductor, volvió a imprimir, con muchas correcciones, su propia traslación de 1855. Esta tercera y magnífica edición fue hecha en Londres por Spottiswoode y compañía: Ziento i diez consideraziones de Juan de Valdés. Primera vez publicadas en Castellano el año 1855 por Luis Usoz i Rio, i ahora corregidas nuevamente con mayor cuidado... Año de MDCCCLXIII. Colofón: Impreso en Londres: En casa de G. A. Claro del Bosque. Acabóse de imprimir en el 28 del dézimo mes del año 1863. (T.17 de los Reformistas; XXXI + 734 páginas, con muchas notas, apéndices y documentos sobre los hermanos Valdés.)

     La traducción italiana no había sido reimpresa hasta que el doctor E. BOEHMER la sacó a nueva luz en Halle: Le cento e dieci divine considerazioni di Giovanni Valdesso: Halle in Sassonia, MDCCCLX. (En 8.º; XII + 598 páginas, con muchas correcciones y variantes, y los Cenni biografici ya citados; verdadera edición crítica.)

     Hay noticia de una antigua traducción holandesa, hecha por Adriano Gorino, predicador en Frisia, cuyo original estaba en la Biblioteca de Zach, pero no parece.

     Al alemán han sido traducidas las Consideraciones por EDUVIGIS BOEHMER, mujer del filólogo tantas veces aquí citado: Hundertundzehn Gottlich Betrachtungen. Aus dem Italianischen... Halle Verlag von G. Schwabe, 1870 (VIII + 392 páginas, con noticias biográficas de los Valdés, por el Dr. Boehmer).

     Después de escrito este capítulo llega a mí en los Romanisches Studien y en el folleto de Carrasco (p.89) la buena noticia de haberse descubierto en Viena el texto castellano original de cuarenta y seis de las Consideraciones. Denis le había acotado como anónimo (vol.1 p.2 col.2777ss), añadiendo el siguiente increíble desatino: «Fortassis ad Teresiam Virginem aut Iohannem a Cruce aut Iohannem de Avila pertinent

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1485.       «Et passando più oltra intendo che questa immagine di Dio era nella persona de Cristo, quanto all'anima innanzi alla sua morte, onde era benigno, misericordioso, giusto, fedele et verace, et quanto all'animo et al corpo, dopo la sua resurretione» (consid.1). Sólo una vez alude a la divinidad de Cristo.

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1486.       TH. BEZAE, Epistolarum Theologicarum liber unus. Secunda editio ab ipso auctore recognita. Genevae, apud Eustathium Vignon, 1575 (cf. epístola 59, a ANTONIO DEL CORRO, Hispanissimis denique contemplationibus addictum, y epíst.111 p.31-32 y 40-41).

     BERTI (DOMENICO), en su Mémoire sur Valdés et sur quelques'uns de ses disciples (1879), opina que los valdesianos eran antitrinitarios. Le replicó BOHMER en la Revista Cristiana (Madrid 1879). Cf. CARRASCO, p,108.

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1487.       «Bibliotheca Antitrinitariorum, sive Catalogus scriptorum et succincta narratio de vita eorum Auctorum, qui praeterito el hoc saeculo vulgo receptum, de tribus in unico Deo per omnia aequalibus personis dogma vel impugnarunt, vel docuerunt solum Patrem D. N. Iesu Christi esse illum verum, seu altissimum Deum. Opus posthumum Christophori Sandii. Accedunt alia quaedam scripta, quorum seriem pagina post praefationem dabit. Quae omnia simul iuncta Compendium Historiae Ecclesiasticae Unnitariorum, qui Sociniani vulgo audiunt, exhibent. Freistadii, apud Iohannem Aconium, 1684. (p.2.1).

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1488.       Jugements des Savants (París 1685) t.I p.270.

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1489.       La primera noticia que Wiffen tuvo de las Consideraciones fue por un cuáquero viajero: «He mentioned that the library contained one old work by a Spaniard, which represented essentially the principles of George Fox.» (Me dijo que tenía un libro de un español antiguo que contenía en sustancia los principios de Jorge Fox.) (Bibliotheca Wiffeniana p.45.)

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1490.       CARNESECCHI, Proceso p.58. (Cf. Bibliotbeca Wiffeniana, p.74.)

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1491.       The benefit of Christ's death, reprinted in facsimile from the Italian edition of 1543, together whith a french translation printed 1551, tho which is added an english version made in 1548 by E. Courtenay earl of Devonshire, whith an introduction by Churchil Babington. Londra, 1855.

     Esta edición poliglota sirvió de modelo a la que WIFFEN y USOZ hicieron del Alfabeto. Dice Paulo Vergerio en las notas que puso al índice de Mons. La Casa: «Perche ne hanno prima lasciati vender quaranta mila che tanti io so che da sei anni in qua, ne sono stampati e venduti in Venezia sola?» Ambrosio Caterino publicó una refutación de este libro (Roma 1544).

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1492.       T.4 p.310, y t.6 p.135.

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1493.       Ex Italico, versus et etiam Germanice et Polonice. Excudebat Ioannes Daubmanus Regiomonti Borussiae. S. a. (Biblioteca de Wolfembüttel). La primera edición no parece. La traducción alemana es de 1555; la polaca existe en la Biblioteca de Königsberg.-Lac Spirituale. Institutio puerorum Vergerianna. Edidit F. Koldewey. Brunsvigae, sumptibus Alfredi Bruhn, 1864. (En 8.º; 32 páginas.)-Lac Spirituale. Ioannis de Valdes institutio puerorum christiana, edidit Fridericus Koldewey. Accedit epistola Fd. Boehmer ad editorem data de libri scriptore. Editio altera. Halis, sumptibus G. Aemilii Barthel, 1871. (Mi ejemplar dice: Heilbronn Verlag von Gebr. Henninger.) En 1872 salió una traducción alemana, hecha por Luis de Marées, ministro de la iglesia del Zeiz, en el Christliches Volksblatt, de GUSTAVO STUTZER (Halle, n.30). Las cartas de Koldewey y Boehmer son eruditas y dignas de leerse.

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1494.       Mémoires pour servir à l'histoire des hommes illustres... (t.38 p.78), y SHELBORN, Amoenitates Litterariae t.12 p.629ss.

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1495.       «Idem fecit in Io. Valdessi Equitis Hispani quadam puerili institutione, quam iste Lac Spirituale appellans, pro sua obtrudere non dubitavit... nihil veritus homo impudens», etc. (Clarorum Virorum Epistolae, Harlingae 1664; coleccionadas por Gabbenia).

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1496.       «Agnoscant hunc Deum esse aeternum Patrem Domini nostri Iesu Christi et Filium coaeternum, qui statuto tempore ad redimendos homines humanam naturam assumpsit...» (P.8).

     «Quem in omnibus obsequentem suscitavit Deus et glorificavit, data ei potestate omni in coelo et in terra... Spiritus ille Sanctus divinos et substantialis favor est, per quem animos nostros spirituali vita vegetat et vivificat Deus, quemadmodum hoc quem sentimus vento seu halitu vegetantur corpora nostra» (p.11).

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1497.       Nada puede compararse al entusiasmo de Boehmer por cualquiera cosilla de Valdés, a quien tiene nada menos que por un doctor de la Iglesia (!!!) «Nos eum inter saluberrimos Ecclesiae Doctores veneramur

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1498.       El único ejemplar conocido está en la Biblioteca de Francfort: Modo che si dee tenere ne I'insegnare, et predicare il principio della religione Christiana... In Roma, M.D.XXXXV. (En 8.º)

     Sul principio della dottrina Christiana.. Cinque trattatelli evangelici di Giovanni Valdesso, ristampati dall' edizione Romana del 1545. Halle, sulla Sala. Georg. Schwabe, 1870. (En 8.º; 84 páginas. Traducido por EDUVIGIS BOEHMER.)

     Sul principio, etc. Cinque trattatelli evangelici di G. Valdessio, riformatore italiano (sic) del secolo XVI... Firenze, Tip. Claudiana, 1872. (Edición de propaganda, con el lenguaje lastimosamente modernizado. Precedido de unos breves e inexactos Cenni sulla vita, l'opere e gli scritti di Giovanni Valdessio, por F. ROSTAGNO; 55 páginas, con algunas notas de tan mal sabor como el texto.)

     Que por lo menos el primer tratado es obra de Valdés, lo prueba el ejemplo del perdón general que otorga Dios a sus vasallos, usado lo mismo en las Consideraciones divinas.

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1499.       Posteriormente a la impresión de mi segundo tomo, ha publicado Eduardo Boehmer la mayor parte de las obras inéditas de Juan Valdés, descubiertas por él en la Biblioteca Imperial de Viena. Estas obras son:

     -El Salterio, traduzido del hebreo en romance castellano, por Juan de Valdés. [834] Ahora por primera vez impreso. Bonn, imp. de Carlos Georgi, 1880, 196 páginas, 8.º

     -Trataditos de Juan de Valdés. Por primera vez impresos. Bonn, imp. de Carlos Georgi, 1880, 200 páginas, 8.º

     Sobre ambos libros publiqué un artículo en la Revista de Madrid (t.1 p.436ss).

     Los Trataditos son 39 de las Ciento y diez consideraciones divinas, en su forma original castellana, y siete epístolas teológicas, que a los más aficionados de Valdés han de cogerles de nuevas, puesto que sólo poseíamos una de ellas, la de las enfermedades, en traducción inglesa, que el año pasado publicó en The London Quarterly Examiner el fiel amigo de Wiffen John T. Betts, valiéndose de la copia de Boehmer. En las otras epístolas hasta ahora inéditas se trata del regimiento de Dios, de la Providencia, de las tentaciones, de la comunión y de la imagen de Dios. Boehmer se inclina a creer que estas cartas fueron dirigidas a Julia Gonzaga.

     Mucho más importante es el hallazgo del Salterio, traído de la verdad hebraica a nuestra lengua por Valdés y dedicado también a su grande amiga y fervorosa discípula. Sabíase de esta traducción, por testimonio del mismo VALDÉS, en su Comentario a las Epístolas de San Pablo y por declaraciones de sus amigos y secuaces Curione y Carnesecchi, pero la llorábamos perdida, atreviéndose el que más a sospechar que tal vez se encontrarían restos y reminiscencias de ella en la que publicó el calvinista Juan Pérez, editor de las epístolas valdesianas. Cosa nada improbable, en vista de la extraordinaria libertad con que estos primeros protestantes utilizaban, como bienes comunes, las obras de sus correligionarios.

     Pero hoy no es lícito participar de tal creencia. La traducción de Valdés existe, y con sólo leer algunos salmos, vese claro que es obra distinta de la de Juan Pérez y superior a ella y a todas las demás que en castellano se han hecho de aquel tesoro de poesía hebrea. De Juan Pérez no podemos afirmar, ni su versión nos autoriza a creerlo, que fuese muy conocedor de la lengua santa; antes, el escaso número de hebraísmos que en su traducción se nota nos mueve a sospechar que se guió casi siempre por el texto de Santes Pagnino. Juan de Valdés, por el contrario, aunque más helenista que hebraizante, y aunque por sus conocimientos de lenguas semíticas no compitiera ciertamente con los Zamoras, Alcalás y Arias Montano, entendía bien la letra original de los salmos y la traducía con generosa independencia, errando a veces, atinando otras más por adivinación que por estudio, pero mostrándose, como siempre, dueño y señor de todas las joyas y preseas de la lengua patria. No deslucen su traducción los exóticos hebraísmos, las violentas, torcidas y anárquicas locuciones en que abunda la Ferrariense, con ser en otras cosas venero inagotable de pintoresca dicción y tesoro de voces rústicas y arcaicas. Es cierto que Juan de Valdés abusa de la elipsis y suprime lo que difícilmente suplirá quien no sepa hebreo o no esté muy avezado a las expresiones poéticas de los salmos; quizá su excesiva literalidad le haga incurrir a veces en supersticioso rabinismo y amor extremado a los ápices masoréticos, pero a toda sus preocupaciones lingüísticas acaba por sobreponerse el instinto literario. Y por eso, aunque su primer propósito fue seguir la letra hebrea, casi palabra por palabra, teniendo por menor daño hablar alguna vez impropiamente la lengua castellana, por parecerle conveniente y justo temor tratar con mucho respeto las cosas escritas con espíritu santo, la verdad es que a la larga no tuvo reparo en entremezclar algunas palabras suyas, a fin que la letra llevase más lustre y fuese más sabrosa. Procedió, en suma, con la misma templanza que el maestro León en sus versiones prosaicas y aún más en las poéticas, como quien sabía la índole propia de su lengua, que, con ser tan amplia y generosa y haberse acaudalado desde muy antiguo con elementos semíticos, así hebreos como árabes, es al fin lengua de estirpe latina, y rechaza, como por instinto, todo lo que abiertamente contraría a su genio romano o quiebra los moldes de la sintaxis y de la derivación clásica. Fuera de esto, el hebraísmo empleado con discreta parsimonia en las traducciones de [835] los libros santos les comunica cierta majestuosa solemnidad, algo de exótico y peregrino, a la vez que una energía desusada y cierto sabor profético, henchido de misterios y maravillas.

     Véase una muestra del trabajo de Valdés (salmo 104 del hebreo, 103 de la Vulgata):

     «2. Cubierto de luz como de vestidura, extendiendo los cielos como cortina.

     3. Enmaderando en las aguas sus techos, poniendo nubes por su carro, caminando sobre alas de viento.

     4. Haciendo a sus ángeles espíritus, a sus ministros fuego que quema.

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     6. De abismo, como de vestimento, cubriste la tierra; sobre montes estaban aguas.

     7. Por tu reprensión huyeron, por la voz de tu trueno se apresuraron.

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     10. Enviando fuentes en ríos, entre montes correrán.

     11. A donde beben todos los animales del campo, y asnillos monteses matan su sed.

     12. Junto a ellos morará el ave de los cielos y entre las hojas dará su voz.

     13. Regando montes desde sus techos, del fruto de sus obras se hartará la tierra.

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     15. Hartaránse los árboles del Señor, los cedros del Líbano, que él plantó.

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     20. Pones oscuridad, y es de noche; en ella se mueve todo animal de bosque.»

     Además de estas publicaciones de obras inéditas, ha reproducido Boehmer (con notabilísimas variantes tomadas de un manuscrito escurialense) el Diálogo de Mercurio y Carón (cf. la revista filológica intitulada Romanische Studien, VI Bandes, I Helf, Bonn 1881). Hay ejemplares con paginación aparte (108 páginas).

     Aun hay que dar la enhorabuena al Dr. Boehmer por otros dos hallazgos valdesianos. En primer lugar ha encontrado en la Biblioteca de Viena tres ediciones distintas del original italiano del Lac Spirituale: dos con el título de Latte Spirituale (Basilea 1549 y Pavía 1550); la otra, que parece más antigua, pero no tiene fecha, con el de Qual maniera si devrebbe tenere a informare infino dalla sanciullezza i figliuo1i dei Christiani delle cose della religione. Con presencia de todas ellas a ha reimpreso Boehmer en La Revista Cristiana, de Florencia (tipografía Claudiana, enero de 1882, año X, p.3-15).

     El otro hallazgo es una carta latina de Juan de Valdés, escrita al obispo de Culm Juan Dantisco, consejero del rey de Polonia, desde Bolonia, 12 de enero de 1533, cuando estaban allí el emperador y Clemente VII. La carta es un nuevo indicio de la condición dulce y cariñosa de Juan, que recuerda con amor a su hermano difunto, y solicita de Dantisco que le continúe el mismo cariño que tuvo a Alfonso cuando vivo. Para la biografía de Valdés trae esta carta, con ser tan breve, dos indicaciones preciosas: 1.ª, que estaba y pensaba seguir con el Pontífice «me apud Summum Pontificem futurum scito», lo cual parece confirmar la opinión de los que le suponen camarero de Clemente VII y no de Adriano; 2.ª, una prueba casi palmaria de que Alfonso y Juan eran gemelos: me veluti illius fratrem ac gemellum, cui natura eadem faciei lineamenta eumdemque vocis sonitum est elargita.

     Ha sido feliz descubridor de esta carta el Dr. Otto Waltz, profesor en la Universidad de Dorpat, que, se la ha comunicado a Boehmer para que la imprimiera en La Revista Cristiana, de Florencia (marzo de 1882, p.93-94).

     Con presencia de estos novísimos documentos ha refundido Boehmer su antigua biografía inglesa de los Valdeses; y John T. Betts la ha publicado en un folleto:

     -Lives ot the twin brothers Juan and Alfonso de Valdés... Extracted from the Bibliotheca Wiffeniana, with the Autor's Additions on recent discoveries of Valdés works, and with introduction by the editor... London. Trübner et C.º Ludgate Hill. 1882, 8.º

     El mismo Betts ha publicado (en casa de Trübner) versiones inglesas de los 17 opúsculos de Valdés, descubiertos por Boehmer, del Lac Spirituale, del Comentario sobre San Mateo y, por separado, del Comentario sobre el sermón de la Montaña. Tiene, además, traducidos, pero no impreso aún, los Comentarios sobre las Epístolas de San Pablo.

     Eugenio Stern, autor de una erudita tesis doctoral sobre Juan y Alfonso de Valdés, me ha dirigido desde Bischviller (Alsacia), en 27 de noviembre del año pasado de 1881, [836] una carta muy benévola, en la que me hace las siguientes observaciones sobre Juan de Valdés:

     «Un hecho me ha interesado mucho: el documento inédito que habéis sacado del proceso de Carranza. Como yo había sostenido que el diálogo de Mercurio es obra de Alfonso de Valdés, tengo interés en afirmar que esta opinión, de que también participan Mr. Schmidt y (si no me engaño) Mlle. Young, en su Aonio Paleario, no ha sido refutada del todo por el nuevo documento, sobre el cual me atrevo a haceros las indicaciones siguientes:

     '1.ª La declaración de Fr. Domingo de Rojas es, según decís, una de las mas sospechosas.

     2.ª Carranza, que conocía personalmente a Juan de Valdés, respondió enojado que él sabía muy bien que no era aquel su amigo el que hizo a Charon.

     3.ª Fr. Domingo de Rojas no sabía por ciencia propia, sino que había aprendido de D. Carlos, a lo que cree recordar, que era Valdés el autor.

     Podríamos suponer que Carranza había mentido, y es lo que parece indicar Fr. Domingo de Rojas; pero ¿por qué no hemos de deducir, al contrario, que no fue Juan quien compuso el diálogo de Mercurio?

     Dice Carrasco (Alfonso y Juan de Valdés, Ginebra 1880) que Valdés, en 1529, no habla más que de un diálogo solo. Pero esta prueba es contraproducente, porque Valdés se refiere a su segundo diálogo, obra nueva, y no al que había escrito antes. De todas maneras, necesitamos pruebas que convenzan más. Encuentro el espíritu de los Diálogos en todo diferente del que reina en las obras de Juan; el tono asimismo difiere, y, a decir verdad, es preciso que se verificara un cambio considerable en el espíritu del autor si hemos de admitir que es uno mismo el que compuso el Mercurio y las Consideraciones. Añádase a este parentesco visible de los dos diálogos, que en realidad constituyen una obra sola.'»

     Sobre las opiniones trinitarias o antitrinitarias de Juan de Valdés, otro de los puntos en que Stern y Boehmer disienten de mi parecer, pienso escribir en disertación aparte, confesando, desde luego, que la reciente publicación del Comentario sobre San Mateo parece dar la razón a los que afirman el trinitarismo de Valdés, por lo menos cuando escribió aquel libro.

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