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2850.       El dictamen del Consejo de Estado dio ocasión al distinguido canonista don Vicente de la Fuente para probar en su libro de La retención de las bulas ante la historia y el derecho que «el placet regium es, a los ojos de la historia, un anacronismo; a los ojos del derecho natural, una iniquidad; a los ojos de la experiencia, una precaución tan vejatoria como inútil, a los ojos del derecho divino, una usurpación; a los ojos de la libertad política, una tiranía; a los ojos de la piedad cristiana, una hipocresía».

     Cf. coleccionados los documentos relativos a este negocio en un opúsculo del actual obispo de Segorbe, D. Francisco de Asís Aguilar, intitulado El pase regio. Cuestión histórica y cuestión moral. (Madrid, imp. de D. R. P. Infante, 1875), p.48 a 60.

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2851.       Discursos de D. Cándido Nocedal sobre el reconocimiento del llamado reino de Italia (Madrid, imp. de Tejado, a cargo de R. Ludeña, 1886), 137 páginas.

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2852.       Italia y Roma. Roma sin el papa, por D. NICOMEDES PASTOR DÍAZ.

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2853.       A excitar los ánimos en las provincias vascas contribuyó en mal hora cierta intentona jansenística, de que conviene dar breve noticia. El ex magistrado Aguirre Miramón, diputado foral de Guipúzcoa, emprendió, en desacuerdo con el obispo de Vitoria, cierta división eclesiástica de aquella provincia, suprimiendo treinta y tantas parroquias. Sobre esta cuestión suscitóse áspera polémica entre el Semanario Católico Vasco-Navarro, que dirigía el canónigo Manterola, y el Irurac-bat, de Bilbao, mediando contestaciones impresas del obispo y la Diputación (1687). Todo ello contribuyó a producir en las Vascongadas cierta agitación religiosa, que debe contarse entre los precedentes de la última guerra civil.

     En las Cortes de 1876 (Senado) pronunció Aguirre varios discursos defendiendo los fueros de las Provincias Vascongadas, contra D. Manuel Sánchez Silva y otros, combatiendo el dictamen de la mayoría de la Comisión.

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2854.       Cf. el capítulo siguiente.

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2855.       En 1806, sin lugar ni más señas que el nombre del impresor (S. Rousseau), se había impreso El Testamenio Nuevo de Nuestro Señor Jesucristo, 12.º. En 1811 (Bungay), El Nuevo Testamento, de CIPRIANO DE VALERA. En 1820, el Nuevo Testamento, traducido al español, de la Vulgata Latina (Shack1ewell). En 1817 (sin lugar), el Nuevo Testamento, Testamento. En 1823 (Londres), El evangelio según San Lucas y los Hechos de los Apóstoles. En 1828 (Londres), El sermón de J. C. en el monte, explicado en preguntas y respuestas. En 1845 (Nueva York), El Nuevo Testamento, de Cipriano de Valera, revisado en 1831. En 1849 (G,lasgow, imp. de W. G. Blackie et C.), el mismo Nuevo Testamento de la misma revisión. En 1850 (Nueva York), la Biblia, del P. Scío. En 1 863 (Oxford), la de CIPRIANO DE VARELA.

     En Portugués: A Santa Biblia contendo o Velbo e Novo Testamento. Traduzidos em portuguez segondo a Vulgata. Pelo Padre Antonio Pereira de Figueiredo, Londres, na Typograpbia de Bagster e Thoms, 1828; 4.º -La Sagrada Biblia, contendo o Velbo e o Novo Testamento. Traduzida em porluguez pelo Padre Joao Ferreira d'Almeida, Ministro Propagador do Santo Evangelho em Batavia. Londres, impresso na off. de R. F. A. Taylor, 1819.

     De fijo habrá más ediciones, ni yo me he propuesto catalogarlas todas.

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2856.       Creo que también se enlaza con la acción propagandista de Borrow la siguiente edición catalana del Nuevo Testamento: Lo Nou Testament de nostre Senyor JesuChrists traduit de la Vulgata llatina en llengua catalana ab presencia del test original (Barcelona, estampa de Bergnes, 1836). La traducción es la misma que antes se había [889] publicado en Londres, y cuyo autor creo que fue un tal Plans. Es sumamente incorrecta en la lengua.

     -Stray notes on George Borrow's life in Spain.

     Artículo de Wentworth Webster en el Journal of the Gypsy Lore Society (número de enero, 1889), p.150-153.

     Contiene pocos pero interesantes detalles sobre la estancia de Borrow en Cádiz, Sevilla, Madrid, Provincias Vascongadas y Navarra, fundadas en los informes del marqués de Santa Coloma, oficial carlista, que trató bastante a Borrow.

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2857.       De él dice Borrow en el prefacio de su obra: «D. Luis de Usoz y Río me ayudó mucho en la edición del Nuevo Testamento. Durante mi residencia en España he recibido todo género de pruebas de amistad de este caballero, que en el tiempo de mis ausencias en provincias... suplió con diligencia mi puesto en Madrid y trabajó en secundar las miras de la Sociedad Bíblica, sin que le guiara otro motivo que la esperanza de que sus esfuerzos pudieran contribuir eventualmente a la paz, dicha y civilización de su país natal.»

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2858.       The Bible in Spain; or, the journers, adventures and imprisonments of an Englisman, in an attempt to circulate the Scriptures in the Peninsula By George Borrow, autor of The Gypsies of Spain. London, Jhon Murray, Albermale Strect-1843; 8.º, X + 328 páginas.

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2859.       Memoir of a mission to Gibraltar and Spain, with collateral notices of events favouring religious liberty, and of the decline of romish power in that country, from the beginuing of this century, to the year 1842. By the Rev. W. H. Rule... London, published by John Mason, at the Wesleyan Conference Office... 1844; 8.º, XI + 383 páginas.

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2860.       Las palabras que les atribuye son tan graves, cismáticas y sapientes haeresim, que fuera temerario darlas por ciertas, aunque sean bien sabidas las tendencias jansenísticas de uno y otro. Más bien hemos de creer que Rule, persona harto ignorante en achaques teológicos, como lo suelen ser los metodistas, entendió mal y transcribió peor lo que le dijeron. A cada paso vemos ejemplos iguales de la ligereza con que publican los viajeros las conversaciones que dicen haber tenido con las personas importantes, a quien hacen el mal servicio de visitar y de preguntarles impertinencias.

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2861.       De los opúsculos impresos por Rule he visto los siguientes:

     -Catecismos publicados por orden del Ayuntamiento de los Metodistas, para uso de la juventud de sus Sociedades y Congregaciones. Traducidos del Inglés. Catecismo primero para los niños de tierna edad, con un apéndice, o breve Catecismo de los nombres del Antiguo y Nuevo Testamento. Gibraltar: Imprenta de la Biblioteca Militar. 1846; 12.º, 16 páginas.

     -Ut supra hasta donde dice: traducidos del inglés. Catecismo segundo, para los niños.

     -Auxilio Escriturario dispueslo para facilitar con utilidad la lectura de la Biblia... Londres... 1838 (imp. de John Hill).

     -Apología de la Iglesia Protestante Metodista, por el Rev. G. H. Rule Ministro de la misma en Cádiz (¿l839?).

     -El Cristianisino Restaurado, por el Rev. G. H. Rule, Ministro Protestante. En la imprenta de la Biblioteca Militar de Gibraltar, a costa de la Sociedad de los Estados Unidos de América, para la circulación de tratados religiosos, 1842; 8.º, 127 páginas.

     En el mismo año e imprenta se publicó, traducida por el mismo Rule, la primera edición del Andrés Dunn (49 páginas, 8.º).

     -Himnos para uso de los Metododistas... 1835; 12.o, 56 páginas.

     Aunque el prólogo está firmado por Rule, no creo que él ni otro extranjero alguno sea el verdadero autor de estos hinmos, entre los cuales hay algunos muy bien versificados y de grato sabor de antigüedad. Véase, como curiosidad bibliográfica, el 9.º:

        Suenan en vuestra boca

     del Señor Dios altísimos loores;

     dar a vosotros toca,

     que sois sus servidores,

     a su nombre inmortal gratos loores.

        El nombre dulce y tierno

     del Señor, nuestro Dios, bendito sea,

     y con cántico eterno [895]

     ensalzado se vea

     ahora y siempre, en cuanto el sol rodea.

        Mirad desde el Oriente

     hasta donde, dejando nuestra esfera,

     alumbra al Occidente;

     veréis que dondequiera,

     el nombre del Eterno reverbera.

        Mirad en este suelo,

     que no hay nación de su dominio exenta,

     mirad al claro cielo,

     que allá su trono asienta;

     y sobre el alto empíreo lo sustenta.

        ¿Quién como el soberano

     Señor Dios nuestro, que tan alta silla

     ocupa, y tan humano

     desde el cielo se humilla

     a mirar nuestro suelo: ¡oh maravilla!

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2862.       No hay más biografía de él que la publicada por Usoz en un cuaderno de XI + 63 páginas, 8.º, que en la portada dice sólo: D. Juan Calderón... Año de 1855, y lleva por lema estos versos de Quevedo:

        Las grandes almas que la muerta exenta,

     de injuria de los años vengativa,

     libra, cortés lector, docta lit imprenta.

        En fuga irrevocable huye la hora;

     pero aquélla el mejor cálculo cuenta

     que en la lección y estudios nos mejora.

     Empieza este cuaderno con cierta biografía de Calderón publicada en La esperanza de 2 de julio de 1850 por un paisano y condiscípulo suyo. Sigue una carta de Calderón [896] a un amigo suyo (¿Usoz?), con rectificaciones a dicha biografía, que reconoce exacta en lo sustancial. El cuerpo del opúsculo está constituido por una autobiografía, que Calderón escribió en Londres el 18 de junio de1847 y dirigió en forma de carta a Benjamín Wiffen,

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2863.       Tratado de Lecciones Fáciles sobre la evidencia del cristianismo. Traducido de la lengua francesa a la castellana. Tolosa de Francia. Imp. de A. Chauvin y Compañía. 1846; 12.º, 190 páginas.

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2864.       En la Biblioteca Nacional se conserva el manuscrito autógrafo remitido por Calderón a Usoz. La mayor parte de estos diálogos se publicó en los dos periódicos de Calderón. Hay otro folleto de éste que no he alcanzado a ver: Respuesta de un español emigrado a la carta del Padre Aresso.

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2865.       Pure Catholicism (El Catolicismo Neto) Segunda Edición. Periódico religioso, de indeterminado periodo, destinado a propagar el conocimiento de la pura religión del Evangelio. El precio es de seis reales vellón por número. Londres: en casa de Partridge y Oakey, núm. 34. Son cinco números: el primero, de marzo de 1849; el último, de 1851. Lo más curioso que contienen son unos artículos de Calderón sobre El protestantismo, de BALMES. De Usoz hay un soneto malo. El examen libre, periódico igual en todo al anterior, comenzó a salir en julio de 1851. El último número es de enero de 1854.

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2866.       11 Revista Gramatical de la Lengua Española... Madrid, 1843, Carrera de San Jerónimo, número 43. Salía todos los meses en cuadernos de 32 páginas, 4.º.

     -Análisis Lógica y Gramatical de la Lengua Española, por D. Juan Calderón, autor de la Revista Gramatical. Madrid, Carrera de San Jerónimo, 43. Mayo de 1843.

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2867.       Cervantes vindicado en ciento y quince pasajes del texto del Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha, que no han entendido o que han entendido mal algunos de sus comentadores o críticos por D. Juan Calderón, profesor de Humanidades (Madrid, imp. de J. Martín Alegría... 1854), 8.º, XV + 256 páginas. El prólogo está firmado por D. Luis de Usoz y Río.

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2868.       The life of Ramón Monsalvatge a converted Spanish Monk of the orden of the Capucins. With an introduction, by the Rev. Rob. Baird. D. D... London, the Religious Tract Society. Instituled 1799... (1846), 12.º, XXXIII + 110 páginas.

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2869.       Cf. ADOLFO DE CASTRO, Historia de los protestantes españoles (Cádiz 1851) página última. He visto cartas familiares de Lucena que le acreditan de hombre de no vulgar entendimiento.

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2870.       Roman Catholicism in Spain, by an old resident. Edimburg. Johnstone et Hunter (1855), 8.º, VI + 210 páginas.

     Este Mora no debe confundirse en modo alguno con D. Ángel Herreros de Mora, protagonista ficticio de una especie de novela publicada por el reverendo Rule en 1856: A narrative by D. Ángel Herreros de Mora of his imprisonment by the Tribunal of faith: traslated by the Rev. W. H. Rule.

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2871.       V. gr., una canción al vino.

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2872.       A juzgar por las ideas, y aun por la ortografía, y por los indicios tipográficos, parece que también ha de atribuirse a Usoz un cuadernillo impreso en 1849 con este título: Dos oraciones que hacen algunos españoles antes y después de leer las Sagradas Escrituras (16 páginas, 8.º). El espíritu de estas oraciones, ya muy raras, es cuáquero puro. Se decían probablemente en las reuniones que Usoz llegó a tener en su casa.

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2873.       Acerca de Usoz véase el primer tomo de la Biblioteca Wiffeniana, de BOHMER (p.10 a 57).

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2874.       Manuel Matamoros and his fellow-prisioners, a narrative of the present persecution of Christians in Spain. Compiled from original letters, written in prison, by Wiliam Greene, with a photography of Matamoros in bis cell. London, Morgan, etc.; 8.º, 192 páginas.

     -Vida y Muerte de D. Manuel Matamoros. Re1ación de la última persecución de cristianos en España, extractada de cartas originales y otros documentos. Por Guillermo Greene... (Madrid, imp. de J. M. Pérez..., 1871), 8.º, VIII + 256 páginas.

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2875.       El famoso D. Tristán Medina, de quien pronto se dirá algo, compuso en loor de Matamoros unas décimas muy medianas, que se titulan Los nuevos mártires, y comienzan:

          Alzad los ojos del suelo

     y fijad vuestras miradas

     en sus frentes coronadas

     de severa majestad.

     ¿Son corazones de bronce?

     ¿Acaso mármoles vivos?

     ¡Para sufrir qué pasivos!

     ¡Qué vehementes para amar!(Vida de Matamoros p.25l.)

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2876.       Remitida con otros datos curiosísimos por D. Juan Corominas secretario de cámara y gobierno del arzobispado de Tarragona.

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2877.       El presbítero D. José Salamero.

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2878.       Cf. Exposición que lleva a las Cortes de España Fr. Braulio Morgáez Carrillo, Presbítero Exclaustrado de la Orden de Predicadores, Doctor y Ex Catedrático de Sagrada Teología en la Universidad de Alcalá de Henares. Torino, Tipografía del Progreso.

     Fray Braulio Morgáez fue procesado por los tribunales eclesiásticos.

     En Málaga se divulgó en abril de 1859 un libelo contra la Inmaculada firmado por el Barón de Santmotrells (anagrama de un protestante catalán, Tomás Bertrán Soler, agente de las sociedades bíblicas). Fue refutado por D. Eduardo Maesso Campos, hoy cura de la parroquia de San Pedro de Málaga (cf. Obras Compiladas... [Málaga 1880, Imp. de Rubiol] p.33 a 65).

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2879.       Historia de una Carta, por el Presbítero D. Antonio Aguayo (Madrid 1866, imprenta de La Discusión), 4.º, 308 páginas.

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2880.       Además de los muchos documentos que coleccionó Aguayo en la Historia de una carta, léanse aparte los dos siguientes, porque éstos no los coleccionó:

     -Carta del Doctor Francisco Mateos Gago al Director de «El Pensamiento Español», [915] con motivo de la carta a los Presbíteros Españoles (Opúsculos..., del DR. GAGO, t.1 p.103 a 121).

     -Respuesta de un sacerdote católico, apostólico, romano, a la Carta dirigida a los Presbíteros Españoles por D. Antonio Aguayo, Presbítero (Sevilla, imp. de F. Álvarez, Tetuán, 25, 1865) (al fin está el nombre del autor: José Antonio Ortiz Urruela), 4.º, 49 páginas.

     Recuerdo que al año siguiente de la revolución (1869), Aguayo predicó en el cementerio de Santander un discurso demagógico-protestante en cierta manifestación organizada por los republicanos de aquella ciudad para honrar la memoria de las víctimas de septiembre del año anterior.

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2881.       Madrid, imprenta de D. Pedro Sanz y Sanz, 1849, 32 páginas 8.º Don Vicente de la Fuente da cuantos pormenores pueden desearse acerca de esta risible secta en su libro de las Sociedades Secretas (p. 122 a 136).

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2882.       Manual práctico del magnetismo animal por Alfonso Teste, traducido y reformado por Mariano Cubí y Soler, y Magín Pers y Ramona (Barcelona, imp. de Verdaguer, 1845).

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2883.       Sistema Completo de Frenología, con sus aplicaciones al adelanto y mejoramiento del hombre, individual i socialmente considerado. Por Mariano Cubí y Soler. Segunda [920] Edizión, corregida, aumentada i notablemente mejorada. Barzelona, imp. De J. Tautó, calle de la Tapinería. Año 1854, 571 páginas.

     -Polémica Religioso-Frenológico-Magnética, sostenida ante el Tribunal Eclesiástico de Santiago, en el expediente que ha seguido con motivo de la denuncia suscitada contra los libros y lecciones de Frenología y Magnetismo de D. Mariano Cubí y Soler, cuya causa ha terminado últimamente por sobreseimiento, dejando a salvo la persona y sentimientos del Sr. Cubí. Redactada y publicada según ofrecimiento que hizo el autor y admitió aquel tribunal, por D. Mariano Cubí y Soler, fundador de varias sociedades científicas de los colegios literarios, etc. (Barcelona, imprenta de José Tauló, 1848), 8.º, 494 páginas.

     Acerca de Cubí y la frenología, cf. además los artículos de Balmes en La Sociedad (edición de 1867) t. 1 p.29; t. 2 p.57, 120 y 174, en los cuales juzga Balmes cierto Manual de frenología, publicado por Cubí antes del Sistema completo.

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2884.       Creo que una de las más antiguas exposiciones de él publicadas en España sean las Noticias del magnetismo y de sus efectos portentosos sobre la economía animal, por el médico catalán D. IGNACIO GRAELLS (Madrid 1816), 8.º.

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2885.       Además de Balmes, refutó a Cubí el insigne escritor mallorquín Quadrado en La Fe, periódico de Palma (febrero de 1844).

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2886.       No parecerán inútiles algunas noticias acerca de las raras vicisitudes de este propagandista, en otros tiempos tan famoso y ya tan olvidado. Nació en Málaga, en 1801. En 1821 enseñaba lengua y literatura españolas en un colegio de Baltimore, y para uso de sus discípulos compuso en inglés una gramática castellana (5.ª ed.). En 1829 dirigía un colegio y una revista en La Habana. En 1833 fundó en Tampico (Méjico) otro colegio con el rótulo pomposo de Fuente de la libertad. En 1837 figuraba como profesor de lenguas modernas en un colegio de Nueva Orleáns, y había publicado, además de vatios libros de texto, dos folletos sobre la frenología, en cuya supuesta ciencia se había iniciado desde 1828, emprendiendo seguidamente un viaje por todos los Estados Unidos, visitando escuelas, colegios, cárceles, presidios y examinando más de 200 cabezas de personas de todas clases y condiciones.

     Poseído de un ferviente entusiasmo por su doctrinar, y deseoso de propagarla en España, adonde regresó en 1842, abrió al año siguiente su primera cátedra de frenología en Barcelona y publicó el Sistema completo de frenología, que obtuvo tres ediciones, la última de ellas en 1856, acompañada de un apéndice, en que el autor procura contestar a las objeciones de Balmes y Quadrado, y de un Bosquejo histórico de la ortografía castellana, en que procura justificar la muy extraña que emplea en su libro.

     Poco después emprendió su célebre misión por toda España, y en mayo de 1847 tuvo el ya referido tropiezo con el tribunal eclesiástico de Santiago a consecuencia de una hoja volante que publicó el DR. D. ANTONIO SEVERO BORRAJO, A todos los que tienen ojos para ver y oídos para oír. Entre los teólogos que intervinieron en aquel asunto, y que en general miraron a Cubí con benevolencia, se distinguió el ilustre P. Maestro dominico Fr. Manuel García Gil (después arzobispo de Zaragoza), en cuyo dictamen se leen estas frases: «Creo, y no temo decirlo, que acaso es el hombre a ~quien espera la gloria de purgar la frenología y magnetismo de cuanto tiene de peligroso y falso, y armonizar, por tanto, esos dos sistemas con la religión.»

     En 1848 dirigió su actividad desordenada y febril a otros rumbos, especialmente sociales y económicos, fundando en Barcelona La Antorcha, semanario enciclopédico de ciencias, artes, literatura e industria, dedicado a ilustrar todas las clases y favorecer todos los intereses de la nación española. Publicó también algunos estudios lingüísticos no despreciables, especialmente sobre dialectos y jergas peninsulares.

     Era hombre de buena voluntad y de buen talento natural; había viajado y estudiado mucho; tenía nociones de muchas cosas, aunque casi todas las sabía mal; por donde vino a ser viajente comisionista de una ciencia de pacotilla.

     Un grupo de fervientes discípulos suyos fundó en 1847 (Barcelona) El Eco de la Frenología y de las Escuelas Filosóficas, revista quincenal, en la cual tomaron parte el Dr. D. Narciso Gay y Beya; el clérigo aragonés D. Julián Soto, que había pertenecido a la Congregación de Misioneros de San Vicente de Paúl y que fue luego [922] director del Instituto de Figueras; el sastre literato D. Magín Pers y Ramona, a cuya pluma o tijera se debe, entre otras heterogéneas confecciones, el Manual de frenología al alcance de todos (Barcelona, imp. De Tauló, 1849).

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2887.       En la Unión Médica, periódico oficial de la academia Quirúrgica Matritense y de la Cesaraugustana y Mallorquina, causó grave escándalo por los años de 1852 un bachiller, D. José Garófalo y Sánchez, proclamándose materialista puro y diciendo, entre otras ridiculeces, que el dogma cristiano se alojó en la escuela de los filósofos platónicos, bien como el forastero que, llegado a una población, se acomoda en la casa de un pariente o íntimo amigo.

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2888.       Filosofía Española. Tratado de la Razón humana con aplicación a la práctica del foro. Lecciones dadas en el Ateneo Científico y literario de Madrid, por el Dr. D. Pedro Mata, Catedrático de término en la Universidad Central, encargado de la asignatura de Medicina Legal y Toxicología, etc. Madrid, Carlos BayIli-Baillière, 1858; 4.º, 756 páginas.

     Este tomo primero, o primera parte, que trata de la razón humana en estado de salud, es el que tiene más curiosidad filosófica. El segundo (1864) versa sobre los estados intermedios (sueño, ensueños, sonambulismo, magnetismo, etc.), y el tercero, sobre la locura.

     -De la libertad moral o libre albedrío. Cuestiones Fisio-Psicológicas sobre este tema y otros relativos al mismo, con aplicación a la distinción fundamental de los actos de los locos y los de los apasionados o personas respetables, por el Dr. D. Pedro Mata... (Madrid, Baylli-Baillière, 1868), en 4.º, 450 páginas. Contiene la discusi6n habida por Mata en la Academia de Medicina de Madrid con los Dres. D. Joaquín Quintana, D. Matías Nieto y Serrano, D. José María Santucho y otros en 1863.

     Además de estas obras propiamente filosóficas, invaden con mucha frecuencia el terreno de la filosofía las restantes del Dr. Mata, en especial su Doctrina médico [924]-filosófico-española, sostenida durante la gran discusión sobre Hipócrates y las Escuelas hipocráticas en la Academia de Medicina y Cirugía de Madrid yen la prensa médica... (Madrid, Baylli-Baillière, 1860). Es curioso en sentido contrario el libro del doctor sevillano HOYOS LIMÓN El hipocratismo en su evolución contemporánea. Esta disputa hipocrática, uno de los más curiosos episodios de nuestra ciencia moderna, fue en el fondo de una polémica entre los médicos espiritualistas, vitalistas y animistas de una parte, y los materialistas de otra.

     De Mata debe leerse, además, el Criterio médico-psicológico para el diagnóstico diferencial de la pasión y la locura, y aun el Examen crítico de la homeopatía, lecciones que dio en el Ateneo en 1853, todos los cuales libros, y hasta su propio compendio de Medicina legal y toxicología, de que hay multiplicadas ediciones y que todavía sirve para la enseñanza, están salpicados de proposiciones materialistas más o menos escandalosas y paladinas.

     Como impugnadores de Mata, cf.., a más de los citados, a CAMPOAMOR (Polémicas). NAVARRO VILLOSLADA (Textos vivos); pero, sobre todo, a LETAMENDI, en el n.6.-, año 1 (1868), de los Archivos de la Medicina Española.

     Era Mata tan acérrimo nominalista, que llegó a encariñarse con los de la Edad Media, especialmente con Pedro Abelardo, a quien tenía por tal no con mucha razón, y le convirtió en protagonista de una novela, infelicísima como todos sus ensayos literarios, la cual fue prohibida por varios obispos y dio motivo a una defensa del Dr. Mata, que recuerdo haber leído, y que era, o quería ser a la vez, panegírico de la filosofía de Abelardo. Apúntolo por la singularidad del caso.

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2889.       Manini y Compañía editores.

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2890.       Estudios sobre la Edad Media, por D. Francisco Pi y Margall (Madrid, imprenta de Rivadeneyra, 1873), 12.º, 204 páginas. (Este tomito de la Biblioteca Universal está formado con un capítulo de la Historia de la pintura, de Pi, y otro de su libro Reacción y revolución.)

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2891.       Además de estos libros, publicó el Sr. Pi antes de la revolución del 68 diversos trabajos de crítica artística y literaria, más o menos saturados de sus opiniones favoritas. Son suyos, aunque no llevan su nombre, los prólogos de las obras de San Juan de la Cruz y del P. Mariana en la Biblioteca de Rivadeneyra. Este último, atestado de no leves herejías, es, por otra parte, lo más elegante y vigoroso que Pi y Margall ha escrito nunca.

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2892.       Tengo para mí que el primer español que citó el nombre de Kant (poniéndole al lado de los de Vives, Bacon y Herder) fue el duque de Frías en una oda A Pestalozzi, que compuso e imprimió en 1807.

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2893.       Imprenta de D. Marcelino Calero, 1837. Tomo 1, 376 páginas. Tomo 2, 380. No he visto el t. 3, que, según parece, se imprimió en 1855. Pero tengo un Complemento, o sea, t. 4, impreso en Sevilla en 1857, 111 páginas, 8.º.

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2894.       Sobre la Unidad simbólica puede leerse un chistoso artículo del Sr. Caminero en la Revista de España (t. 22 p. 614 a 622).

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2895.       Madrid 1851, imp. de los Sres. Martínez y Minuesa; 4.º, 307 páginas.

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2896.       Filosofía del alma humana, o sea Teoría de los actos externos e internos del hombre. Precedido de unos apuntes etimológicos... y seguido de otros apuntes sobre generación de ideas, para completar los estudios filosóficos, por D. Roque Barcia, Autor de los Viajes, Director del Círculo científico y literario de Madrid (París, quai de l´école, 1856), 236 páginas, 8.º.

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2897.       BERMÚDEZ DE CASTRO, Ensayos poéticos.

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2898.       na de las pruebas más señaladas de la confusión de ideas y de la poca noticia que en España había de las modernas utopías socialistas, nos la da el hecho de haber [934] publicado en sus folletines, periódicos conservadores como El Heraldo, novelas socialistas al modo de Martín el expósito o de los Misterios de París, de las cuales hizo luego estupendas imitaciones (María, la hija de un jornalero, La marquesa de Bellaflor, etc.), el infatigable D. Wenceslao Ayguals de Izco, comandante de la milicia nacional de Vinaroz.

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2899.       Ahora quizá parezca oportuno, por vía de nota, decir algo del estado de la filosofía en nuestras posesiones ultramarinas. Seré breve, y eso que tengo a mano casi todos los materiales necesarios para escribirla*. Desde fines del siglo XVIII había comenzado a propagarse, en Cuba, como en Méjico y otras partes de la América española, lo que entonces llamábamos eclecticismo, es decir, la filosofía analítica de Genovesi y Vernei, con tendencias sensualistas muy marcadas. De tales enseñanzas fue eco el presbítero D. José Agustín Caballero, que dejó inéditas unas Lecciones de filosofía ecléctica. Pero el verdadero propagador del método analítico y el primer maestro de filosofía digno de memoria que ofrecen los anales literarios de Cuba es el presbítero D. Félix Varela, apreciable mucho más por sus condiciones de maestro y de iniciador que por la hondura y originalidad de su pensamiento especulativo, que venía a resolverse en inquina ciega contra la escolástica. Todavía dura bendecida su memoria, y sus discípulos le llaman a boca llena el más grande de los cubanos y el primero que los enseñó a pensar, el Sócrates de la grande Antilla, etc., cte. Fue católico sin duda y no tan enemigo de España como otros criollos. Su biógrafo mismo confiesa que, en 1823, cubanos y españoles constituían una misma familia (p. 213). Lo que le mantuvo expatriado en Nueva York no fue el ser filibustero. sino el haber sido diputado en el período constitucional de los tres años y uno de los que votaron la suspensión de Fernando VII. Sus obras filosóficas son Institutiones philosophicae eclecticae (La Habana 1812 a 1814, los dos primeros tomos en latín, los dos últimos en castellano), varios elencos o programas, un discurso sobre la Influencia de la teología en la marcha de la sociedad, leído en 1817 en la Sociedad Patriótica de La Habana; la Lección Preliminar del curso de 1818, un tomo de Misceláneas filosóficas, ciertos Apuntes... sobre la dirección del espíritu humano, las Lecciones de filosofía (obra distinta de las Instituciones, por primera vez impresa en 1818), y, sobre todo, las Cartas a Elpidio sobre la impiedad, la superstición y el fanatismo en sus relaciones con la sociedad (Nueva York 1835 y 1836, dos tomos), obra que le da derecho a figurar entre los principales apologistas españoles del primer tercio de este siglo. Su eclecticismo, si bien con pretensiones cartesianas, no deja de ser una muy pobre ideología analítica, manera de tránsito entre Destutt-Tracy y Laromiguière. Rechazó siempre el eclecticismo, y a Cousin le trata duramente. Pero siempre será digno de alabanza el entusiasmo con que promovió los estudios filosóficos, la Pureza de su fe católica, que le salvó, lo mismo que a nuestro P. Muñoz, de los escollos del sensualismo; el ardoroso brío de sus escritos contra los impíos y la activa y fructuosa propaganda católica que hizo en los Estados Unidos contra los protestantes, fundando iglesias y asilos de beneficencia, catequizando muchos herejes y saliendo vencedor de reñidísimas polémicas, algunas de ellas orales. Dichoso quien tales cosas realizó y [935] tanto mereció de la Ig1esia, por más que algunas sombras de los errores políticos y filosóficos de su tiempo anublasen su mente. Varón más digno de loor por lo que practicó que por lo que escribió y enseñó a sus discípulos. Hasta se le debe en parte la introducción de los estudios experimentales de química y física en las aulas de La Habana: mérito que debe compartir con el obispo Espada, vascongado de nacimiento.

     Al sensualismo del P. Varela, que se anticuó muy pronto, sucedió un período de discordia entre sus discípulos, inclinándose unos, como el Dr. Manuel González del Valle, al eclecticismo cousiniano, que mezcló con ciertas reminiscencias de Luis Vives y de los psicólogos escoceses, y prefiriendo otros los sistemas alemanes, pero de una manera casi empírica, rudimentaria y nada sistemática. De ellos fue el famoso don José de la Luz Caballero, hábil director de colegios, gran propagandista del filosofismo y separatismo entre la juventud de la grande Antilla, que le venera como a su Confucio. Educó a los pechos de su doctrina una generación entera contra España, creó en el Colegio del Salvador un plantel de futuros laborantes y de campeones de la manigua; pero dejó escrito muy poco, y de filosofía menos, y, aunque hombre reflexivo y culto, carecía de rigor dialéctico y del desasimiento de toda consideración práctica que caracterizan al metafísico puro. Así, examinando sus elencos o programas, se ve que el fin moral o político, entendido a su modo, le perseguía siempre, y que, propagandista mucho más que filósofo, miraba con despego las cuestiones ontológicas.

     Era el suyo un racionalismo vago, que se aquietaba con moralidades sentenciosas en estilo cortado y lapidario, como las sentencias de los siete sabios griegos. Frases como éstas y del mismo jaez son todas las que citan sus admiradores: «La filosofía es el bautismo de la razón... La humanidad, si no aspira, no respira... La religión es el alma del alma», y otras por el mismo estilo, no bastan para establecer la filiación filosófica de nadie, ni su biógrafo, con haber escrito acerca de él cerca de 400 páginas, nos suministra datos suficientes para juzgar si fue panteísta, como generalmente se cree, o filósofo ortodoxo, como él se proclamaba. Pienso, con todo, que no yerran los que quieren emparentarle con los krausistas y con Sanz del Río. Afirmó siempre que la verdad era una sola, y uno el método de buscarla, una y la misma en todas las ciencias, una en el sujeto y el objeto. Lo que mejor conocemos de su filosofía es la parte negativa, la impugnación del sistema de Víctor Cousin, que él no sustituye con cosa alguna, sino con otro eclecticismo a su modo.

     El entierro de D. Pepe (así le llamaban cariñosamente sus innumerables discípulos) fue una verdadera algarada contra España, malamente consentida por el capitán general (1862), y uno de los más temerosos amagos de la insurrección de 1868.

     En las repúblicas independientes de América aun fue menor el movimiento filosófico. Nunca he llegado a ver la Teoría del entendimiento humano, de ANDRÉS BELLO, ni sé lo que en puntos de filosofía alcanzaba el benemérito filólogo; pero he oído que defiende, no sin ingeniosa novedad, algunas opiniones idealistas de Berkeley, siguiendo en lo demás las huellas del espiritualismo de Cousin y aprovechando los minuciosos análisis de la escuela de Edimburgo; de todo lo cual presumo que ha de resultar un conjunto bastante abigarrado. En Nueva Granada y otras repúblicas, el utilitarismo de Salas y la ideología de Tracy han sido ciencia oficial hasta hace pocos años; dato bien triste y elocuente por sí solo.

     En Portugal el movimiento filosófico aún es menor si cabe, y ningún nombre de pensador de aquel reino ha logrado pasar la frontera, como no sea el de Pinheiro Ferreira, traductor directo y comentador de las Categorías, de ARISTÓTELES. El eclecticismo francés ha servido, como en todas partes, a falta de otra cosa mejor. La filosofía escolástica está allí muerta. Nadie ha querido tampoco calentarse la cabeza en estudiar idealismos alemanes, y hoy, con alguna excepción honrosa, toda la juventud dorada que bulle y se agita en Coimbra y en Lisboa es ferozmente atea, materialista o positivista, jurando únicamente por Littré o por Augusto Compte. Todavía no hemos alcanzado a 1os portugueses en esta vertiginosa carrera; pero todo se andará, si Dios no lo remedia.

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     *Vida del presbítero D. Félix Varela, por José Ignacio Rodríguez. Nueva York (imprenta de O Novo Mundo, 1878), 8.º, 448 páginas.

     -Vida de D. José de la Luz y Caballero, por JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ (Nueva York, imprenta de El Nuevo Mundo).-La América Ilustrada (1874), 8.º, 327 páginas.

     -De la filosofía en La Habana, discurso por D. José Manuel Mestre, doctor en Filosofía y catedrático de la misma Facultad en la Real Universidad Literaria. Seguido de una carta inédita del presbítero D. Félix Varela, y un artículo del Dr. D. José González del Valle.

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