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651

Esto fue igualmente providenciado en la Real cédula de 2 de julio de 1767.

 

652

Se imprimió con el epígrafe siguiente: «Copia de una carta que escribió en las nuevas poblaciones de Sierra-Morena un amigo a otro de Sevilla, dándole noticias de su estado y progresos.»

 

653

«He entendido que el empresario Yauch, del cantón de Ury, que ha introducido algunos colonos en la Parrilla, ha venido a cubrir su falta de cumplimiento desacreditando las colonias. No dudo tendrá secuaces, por oposición que muchos tienen a toda actividad o lucimiento ajeno. Yo creo sería muy útil cortar de raíz estos chismes, y lo considero fácil, enviando un hombre de bien, inteligente en la agricultura, que vea las cosas cómo van y pueda informar a boca y advertir cómo van las cosas... Este partido le juzgo necesario, porque percibo cábala de algunos ministros de la corte de Alemania, que, siembran especies que mueven para desacreditar este importante establecimiento... Más respeto al Rey y aun al Gobierno manifestarían contribuyendo sin declamación con sus luces y advirtiendo por menor en qué consisten los pretendidos inconvenientes. Gijón, Longoria, Flórez, Quintanilla, y cuantos trabajan bajo la mano de Olavide, todos trabajan por obsequio a su Rey y por amor al bien público. ¿Será justo sacrificar su crédito y el de las colonias porque envidiosos o emisarios intenten deslumbrarnos? ¿Se han hecho en dos años en Hungría, Dinamarca y Rusia sus colonias? Todo el mundo sabe cuántas dificultades, gastos y afanes han costado, sosteniendo el Gobierno a los grandes hombres que las conducían, y librándoles de la envidia que siempre se concilian los que sirven al Rey sin sueldo ni emolumento, cuales son los referidos.» Carta de Campomanes a Muzquiz, de 11 de marzo de 1769.

 

654

Comunicación de Olavide a Muzquiz, de 6 abril de 1769.

 

655

Sobre lo que le había manifestado Yauch, escribía Olavide al ministro de Hacienda lo siguiente: «Dijo que no se había atrevido a traer más colonos, ni querían venir, hasta saber si se les cumplía lo ofrecido; pero que ahora, que por propia experiencia había visto lo bien que se les trataba, ya tenía escrito a un hermano suyo para que así lo dijese a los dos, y los exhortase a que cuanto antes saliesen para Génova, desde donde deberían trasportarse a Almería.» Refutando el memorial de aquel suizo se expresaba de esta manera: «Dice que el pan es malo, y no lo come tan bueno ninguna tropa de S. M.-Dice que duermen al aire, y no hay ninguno que, si todavía no tiene casa, no duerma bien abarracado, como el Rey me mandó.-Dice que se les dan castigos rigurosos, y hasta ahora el mayor que se ha hecho es ponerles un grillete y obligarles con él a trabajar.-Dice que se les da poco para mantenerse, y al que se le da menos se le da cada día más que en todas las provincias de España se da de jornal al mayor trabajador, siendo así que este trabaja para otro y el colono para sí.-Dice que están desnudos, y no ha habido ninguno en quien se haya conocido esta falta que no se haya remediado, hasta ponerme yo mismo los días de fiesta, cuando vienen a misa, a reconocerlos, y tener encargado lo mismo a los curas de más confianza, por cuya mano se hacía este socorro.-Dice que les falta pasto espiritual, y no hay población ninguna que no tenga un sacerdote, y algunas dos, bien que españoles los más, porque V. S. I. sabe que no los he podido encontrar alemanes.-Dice que no se les asiste en sus enfermedades, y no hay punto alguno en que no haya médico o cirujano, hospital y botica.-Dice que no se les cumple lo que S. M. ofreció, y se les ha dado mucho más, porque la mala calidad de la gente ha obligado a ello.-Dice que las casas se han caído, y no son tantas como ha ponderado; pero ¡qué mucho que se desmoronen algunas tapias de casas no cubiertas, que estaban frescas, como hechas en invierno, y que fueron combatidas por recios temporales! Si en esto hay perjuicio, ninguno es para el Rey, sino para los destajistas, que las hacen de su cuenta y riesgo, y que las deben entregar sólidas y enteras. No obstante, para vencer estos inconvenientes, ya se han mandado hacer de piedra, se han construido ya muchas, y este verano espero que se acabarán todas tan sólidas como conviene.» 16 de abril de 1769.

 

656

Tal es el texto de una Real orden expedida por el ministerio de Hacienda al superintendente de las colonias el 15 de mayo de 1769.

 

657

En los días 16 y 17 de marzo se comunicaron por el ministerio de Hacienda copias del memorial de Yauch al presidente del Consejo, a D. Ricardo Wall y al marqués de la Corona: al primero para que en Junta de ministros consultara lo que se le ofreciere y pareciere, y a los otros dos para que a su paso por las colonias se informaran particularmente de lo que había de verdad en la representación del suizo. La Junta de ministros del Consejo propuso el 30 del propio mes que se enviara un visitador que asumiera todas las facultades de Olavide, indicando para este cargo al consejero D. Pedro Pérez Valiente, por ser natural de Andalucía y por habérsele oído hablar con inteligencia de Sierra-Morena.-Wall contestó desde el Soto de Roma el día 28 de marzo admitiendo la comisión que se le daba: posteriormente se creyó relevado de ella cuando supo el nombramiento del visitador, y así lo dijo al Ministerio; mas se le hizo saber que esto no obstaba y que se esperaban sus noticias.-El marqués de la Corona respondió el 26 de marzo sometiéndose a la voluntad del Rey, aunque se consideraba con poca aptitud para aquel cargo; por lo cual indicaba que se le confiriese a un hermano suyo, hidalgo de Chinchón, que no necesitaba de ayuda de costa, que poseía todos los conocimientos indispensables para el caso, y que, a su parecer, en cuarenta días podría examinarlo todo. En 16 de abril se le envió Real orden no aprobando su propuesta y mandándole de nuevo que practicara el examen por sí mismo.

 

658

De 5 de julio de 1769 es el informe del marqués de la Corona, y de 5 de octubre el de Pérez Valiente. Este llegó a La Peñuela el 21 de abril, y al día siguiente escribía ya al conde de Aranda sobre la buena calidad del terreno y sobre lo mucho que prometía la cosecha.

 

659

Real Orden expedida por el ministerio de Hacienda al superintendente de las colonias, el 18 de agosto de 1769.

 

660

Oficio de Olavide al conde de Aranda, de 21 de setiembre de 1769.