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«Historia del reino de los incas», por Pedro Sarmiento de Gamboa, existente en la Biblioteca de Göttingen1

Juan Facundo Riaño





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Cumpliendo el encargo de la Academia el que suscribe, somete á su consideración el siguiente Extracto del mencionado articulo.

A consecuencia de la orden expedida por el Gobierno alemán,   —528→   con el objeto de que se examinen todos los manuscritos que poseen las Bibliotecas oficiales, se ha encontrado en la de Göttingen la Historia de los Incas escrita por Sarmiento de Gamboa. Con semejante motivo publica su estudio el profesor Meyer, dividiéndolo en tres partes: la primera, destinada á exponer los principales hechos relacionados con las costumbres, civilización y gobierno de los antiguos habitantes del Perú; la segunda, á ilustrar la personalidad de Pedro Sarmiento de Gamboa; y la tercera, á describir el manuscrito.

Comienza tratando, por consiguiente, de las artes é industrias, de la lengua Quichua, del Quipu, ó sea de la combinación de nudos y colores con aplicación á la historia, ya que la falta de alfabetos fonéticos ó ideográficos les impedía conservar los hechos por medio de la escritura. Explica el admirable sistema de gobierno de los peruanos, su manera de vida, sus ritos y ceremonias sepulcrales, y la transformación de aquel estado de cultura bajo el dominio de España. Son sus fuentes históricas Cieza de León, Blas Valera, Garcilaso, Prescott y Markham, dando la preferencia á los trabajos y particulares conocimientos de los antiguos escritores castellanos; pero especialmente y con grandísimo elogio á las publicaciones de nuestro compañero el Sr. Jiménez de la Espada.

Discurre en la segunda parte acerca de Pedro Sarmiento de Gamboa, cosmógrafo general de los reinos del Perú, del cual decía el virrey D. Francisco de Toledo que era «el hombre más hábil desta materia que había hallado.» A él se debe el descubrimiento de las islas de Salomón, en 1567, empresa atribuida á Alvaro de Mendaña, poco diestro en materias de navegación, y á su piloto Gallego.

Había preparado Sarmiento un plan de exploraciones en la mar del Sur, que se llevó á término bajo las órdenes de Mendaña, sobrino del gobernador, y, tanto éste como su piloto, trataron de quitar á Sarmiento el crédito del descubrimiento á pesar de que tuvieron que acudir á él, que iba en diferente barco, en todos los casos de apuro. Duró la lucha todo el viaje, y tratando de ello Sarmiento dice: «estas son las yslas que yo el año de sesenta y siete a treynta de Noviembre descubrí en el mar del Sur duzientas   —529→   y tantas leguas de Lima al poniente de Lima, yendo al gran descubrimiento de que yo dí noticia al gobernador e licenciado Castro, y no las quiso tomar Alvaro de Mendaña general de la Armada.» En otro lugar del manuscrito repite la misma declaración de este modo: «las yslas del arcipielago del nombre de Jesus, vulgarmente llamadas de Salomón, aunque no lo son, de que yo di noticia y por mi persona las descubrí el a. 1567, aunque fué por general Alvaro de Mendaña.» Es de esperar que pronto tendremos, con la publicación de la obra, una relación más exacta que la que nos da Guppy de este viaje. (Salomón Islands. Londón, 1887.)

Regresó Sarmiento al Perú en 1569: expuso al gobernador sus quejas, y su deseo de volver á España para hablar con el rey, de cuya idea lo disuadió D. Francisco de Toledo, confiriéndole nuevos cargos, y llevándolo consigo á un viaje de exploración verificado en los años de 1570 al de 1572. En este tiempo escribió la historia del Perú. Siete años después le encomendó la empresa de prender al Drake en el estrecho de Magallanes, sin que tuviera la fortuna de conseguirlo, como tampoco la tuvo en 1581, por el rigor de los temporales, para ocupar y fortalecer aquellas costas.

La mala suerte lo perseguía. Al volver á España, fué cogido por los ingleses en las Azores y llevado prisionero á la Gran Bretaña. Apenas se vió libre, cuando cae de nuevo en manos de los Hugonotes, que lo tienen largo tiempo encerrado en el Mediodía de Francia; y ya fueron pocos los años de libertad y de vida que disfrutó en su propio país. Al prenderlo en las Azores, fué cuando «echó á la mar muchos papeles de secretos de navegaciones, y de descubrimientos, etc., etc.» que se han perdido para siempre.

Veamos ahora lo que dice el profesor Meyer en la tercera parte de su articulo. El manuscrito de Sarmiento figura en la Biblioteca de Göttingen con el núm. 809: se adquirió en Leyden, en la Venta de la famosa librería de Abrahan Gronov el año de 1785, y forma un volumen en folio encuadernado con tela de seda encarnada. Consta de 8 hojas de introducción y de 138 de texto: las hojas miden 29 1/2 centímetros de alto por 20 de ancho y contiene 28 renglones por plana. Está escrito en letra clara de escribiente:   —530→   lleva la firma original de Sarmiento al final de la introducción, y aparecen con frecuencia párrafos del texto certificados por el notario Navamuel; todo ello indica que debe ser este el manuscrito original dispuesto para presentarlo al rey.

El profesor Meyer da noticia del contenido en el siguiente orden:

Escudos de Castilla y León y de las armas reales, entre columnas y rodeados de alegorías, con representaciones de los mares Atlántico y de la China Mare Atlanticum-Mare eoum: debajo este dístico:

Barbarici fasces contremunt stegma2 Philippi, Cui Tagus et Ganges servit et antipodes.

Memorial á Su Majestad enviado por Sarmiento desde el Cuzco en 1572, en el cual elogia al virrey y demuestra el derecho de Felipe II á llamarse rey del Perú.

Descripción de la isla Atlántica antigua. Se funda en las teorías establecidas entonces sobre el texto de Platón.

Fábula del origen destos Bárbaros yndios del Perú según sus opiniones ciegas, y computación sumaria del tiempo que duraron estos yngas del Perú.

Después de los antecedentes que se acaban de indicar, presentados á modo de introducción, viene embellecido con adornos caligráficos el título de la obra, que es como sigue:

Segunda parte de la historia general llamada yndica, la qual por mandado del exmo S. don Francisco de Toledo virrey gobernador y capt. general de los Regnos del Perú y mayordomo de la casa real de Castilla compuso el capt. P.º Sarmiento de Gamboa.

El título «parte segunda» se explica claramente al principio del mismo texto, en donde dice:

«Esta general historia que por mandado del... Franc.co de Toledo... yo tomé á mi cargo, será divisa en tres partes. La primera será historia natural destas tierras, porque será particular descripción dellas, que contendrá maravillosos hechos de naturaleza,   —531→   y otras cossas de mucho provecho y gusto. La qual quedo acabando para que tras esta se enbie a V. mag. Puesto que debiera yr antes, la segunda y tercera ynformaran de los pobladores destos reynos, de las hazañas dellos, en esta manera: En la segunda parte, que es la presente, se escribirán los antiquísimos y primeros pobladores desta tierra yn genere, y descendiendo a particularidades escribiré la terrible y envegecida tiranía de los yngas Capacs destos reynos hasta el fin y muerte de Guascar último de los yngas. La tercera y última parte será de los tiempos de los Hespañoles y sus notables hechos en descubrimientos y poblaciones deste reyno y otros contingentes á él, por las edades de capitanes, gobernadores y virreyes, que en ellos an sido hasta el año presente de 1572.»



Vemos que Sarmiento trataba de escribir una historia muy extensa, dividida en partes como la de Cieza de León. En 1572 sólo había terminado la segunda parte, y no parece que hubiera escrito la primera ni la tercera.

En el folio 132 hay un escudo, que el profesor Meyer considera que será el de D. Francisco de Toledo, porque va acompañado de dos dísticos que principian así:

Maxima Toledi proregis gloria crevit.

Desde el siguiente folio 133 hasta el 138, que es el último del manuscrito, contiene, entre otros asuntos, y bajo el título de «Fee de la provança y verificación desta historia», una información ante escribano, hecha á consecuencia del ruego de Sarmiento al Virrey para que se atestiguara acerca de la verdad de cuanto había escrito en su historia. Figuran en el documento 42 testigos, anotándose sus nombres y edades, los cuales afirman en presencia del notario Álvaro Ruiz de Navamuel ser verdad lo que allí se dice.

El manuscrito será publicado por el profesor R. Pictschmann. Sólo hablaré (continúa exponiendo Meyer) sobre lo que Sarmiento nos informa de los orígenes de la antigua historia del Perú, cuyos datos sólo pudo recoger de la gente del país, como los demás escritores, y contestando á las dudas de que no son de fiar las noticias que consignan, lo hace con las siguientes palabras:

  —532→  

«Para suplir la falta de letras tenían estos bárbaros una curiosidad muy buena y cierta, y era que unos á otros padres á hijos se yban refiriendo las cosas antiguas pasadas hasta sus tiempos repitiéndoselas muchas vezes como quien lee lection en catedra haziendoles repetir las tales lectiones historiales á los oyentes, hasta que se les quedasen en la memoria fixas, y así cada uno á sus descendientes yba comunicando sus annales por esta horden dicha para conservar sus historias y hazañas y antigüedades y los números de las gentes pueblos y provincias días meses y annos batallas muertes destruyciones fortalezas y cinches y finalmente las cossas más notables que consisten en número y cuerpo notavan las y agora las notan en unos cordeles aque llaman quipo, que es lo mesmo que dezir racional ó contador en el qual quipo dan ciertos nudos como ellos saben por los quales y por las diferencias de las colores distinguen y denotan cada cosa como con letras es cosa de admiración ver las menudencias que conservan en aquestos cordelejos de los quales ay maestros como entre nosotros del escrevir.»



Es nuevo é interesante (Meyer) lo que Sarmiento sigue consignando: «y de más desto avía y aun agora ay particulares historiadores destas naciones que era oficio que se eredava de padre á hijo. Allegose á esto la grandisima diligencia del Pachacuti Inga Inpangui noveno ynga, el qual hizo llamamiento general de todos los viejos historiadores de todas las provincias que el subjetó y aun de otras muchas más de todos estos reynos y tubo bien averiguado todo lo más notable de las antigüedades de sus historias, hizo lo todo pintar por su horden en tablones grandes y depuso en las casas del sol una gran sala adonde las tales tablas, que guarnesadas de oro estavan, estubiesen como nuestras librerías y constituyo doctores que supiesen entenderlas y declararlas y no podían entrar donde estas tablas estavan sino el ynga y desta manera se vino averiguar todo lo de sus pasados y aquedar tan manual á toda suerte de gentes que el día de oy los yndios menudos y los mayores generalmente lo saben, aunque en algunas cosas tengan varias opiniones por particulares yntereses.»

Esto mismo lo atestiguan los peruanos diciendo: «que Pachacuti Inga Inpangui noveno ynga avía averiguado la ystoria de   —533→   los otros Ingas que avían sido antes del y pintadola en unos tablones, de donde también lo avían aprendido los dichos sus padres y pasados.»

Habla también de este asunto Cristobal de Molina en la Relación que escribió en 1570 y 1584 sobre las costumbres de los Incas. Esta Relación fué traducida al inglés por Markham en 1873, dice acerca de ello: «este pueblo no tiene conocimiento de la escritura. Pero en una casa del sol, llamada Poguen Cancha, que está cerca del Cuzco, tienen la vida de cada uno de los Incas, con las tierras que conquistaron, pintadas con figuras sobre cierta clase de tablas», etc.

Es indudable (Prof. Meyer) que en los últimos siglos del reinado de los Incas existían cuadros representando su historia; pero de las pinturas y tapices que se enviaron al rey de España no queda rastro, y el título de las Décadas de Herrera, así como los retratos que da de los Incas, son muy dudosos. Los que explicaban estos cuadros históricos lo hacían solamente en determinadas ocasiones; y hoy que aparecen tantos restos del glorioso pasado de este pueblo, necesitamos alegrarnos de que los escritos de Sarmiento, de cuya exactitud no debemos dudar, vengan á dar mayor luz sobre aquellos tiempos obscuros.

Madrid, 18 de Mayo de 1893.





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