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141

Carta de los inquisidores de 23 de mayo de 1726.

 

142

Carta de los inquisidores de 26 de agosto de 1729.

 

143

Carta de 3 de junio de 1731.

 

144

Alcedo en la palabra Buenos Aires.

 

145

Carta del Tribunal de 31 de mayo de 1734.

 

146

José García Gutiérrez de Cevallos, que algunos anos después de haber sido promovido al obispado de Tucumán, fue ascendido al arzobispado de Lima, fue caballero del hábito de Santiago y colegial del colegio del Rey en Salamanca. El obispo Villarroel en su Gobierno eclesiástico pacífico, tomo II, pág. 54, refiriendo cierto lance del arzobispo, dice que «tenía muchas ayudas de costa para errar en el punto: ser muy caballero, muy rico, muy reciente prelado, con su punta de colérico». En 20 de diciembre, los ministros que sucedieron a Gutiérrez en el Tribunal, remitieron al Consejo unos autos, de que constaba que habiendo ido a visitar el monasterio de monjas del Prado, salió toda la comunidad a recibirle a la portería y que en la conversación que tuvo allí con las madres les refirió que siendo obispo de Córdova del Tucumán, se había visto obligado a sacar a una monja del convento del Carmen porque mantenía una comunicación entre la portería y su celda, donde se veía a solas con cierto bienhechor del monasterio, «esto es, mis madres, dijo Su Ilustrísima, que el dicho le echaba la pierna a la monja. Les preguntó que para qué se habían metido monjas, y como le respondiesen que para buscar a Dios con toda perfección, les replicó que para eso mejor fuera haberse casado y procrear el mundo, añadiendo, yo no he sido jamás aturdido, y si en mi mano estuviera, de las cuatro partes y de las comunidades de frailes, quitara las dos o tres, y lo mismo de las monjas».

 

147

El inquisidor se refiere en este párrafo a la causa del jesuita chileno Juan Francisco Ulloa y sus secuaces Solís, Velasco, etc., de que daremos cuenta en nuestra historia del Tribunal del Santo Oficio en Chile. Nótese que sólo en ese momento se le hacía scrúpulo al denunciante la larga duración de los procesos de esos reos, siendo que, como él lo confiesa, hacía once años a que les había puesto la acusación.

 

148

Ni aún el Arzobispo-Virrey había logrado ver más de lo que le fue mostrado al Marqués. Véase una carta de Gutiérrez citada más adelante.

 

149

Carta de los inquisidores de 31 de mayo de 1734.

 

150

Carta de 30 de abril de 1731.