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261

Mariño de Lobera, Crónica, cap. 10.

 

262

Son muy escasos y oscuros los documentos que nos quedan acerca de esta desgraciada expedición, sobre la cual sólo se hallan noticias sumarias y erróneas en las narraciones históricas. La Coleccion citada de Torres de Mendoza, tomo V, p. 561 ha publicado un diario náutico de la expedición, hallado en los archivos de España, y que no contiene dato alguno sobre la manera como se organizó y muy escasos sobre el viaje. Herrera utilizó ese diario en su Historia jeneral, dec. VII, lib. I, cap. 8, sin ensanchar sus noticias. Aun éstas se refieren a la nave que volvió a España, de tal suerte que casi no sabemos nada sobre la que penetró al Pacífico con Alonso de Camargo. Algunos cronistas han referido que, habiendo desembarcado Camargo en la costa de Arauco, entró en tratos con los indios, y que éstos le dieron un guanaco, o carnero de la tierra. Éste sería el origen del nombre de puerto del Carnero, con que se designa una bahía situada un poco al norte del río Lebu.

 

263

Pedro Cieza de León ha destinado el capítulo 5 de su Crónica del Perú, Sevilla, 1553, a describir la costa del Pacífico desde Lima hasta Chile, y lo hace con una precisión notable para ese tiempo, si bien al hablar de la región del sur incurre en los errores que entonces circulaban. Refiere allí que él había poseído una relación muy importante del viaje de que hablamos en el texto, pero que no alcanzó a utilizarla, porque el día de la batalla de Jaquijahuana, en que él servía en el ejército de La Gasca, le robaron ése y muchos otros papeles de gran valor histórico.

 

264

Un antiguo cronista, Antonio García, cuya obra no conocemos más que por las referencias de la Historia manuscrita de don José Pérez García, cuenta que Valdivia hizo en esta época un reconocimiento del territorio del sur de Chile hasta el Biobío, de donde dio la vuelta por sugerencia de algunos de sus soldados, que sabían bien que no podrían mantenerse allí contra el gran número de indios que poblaban esa región. Pérez García, confirmando estos hechos, cita en su corroboración algunos acuerdos del cabildo de Santiago de años posteriores, que en rigor pueden también referirse al viaje que hizo Valdivia más tarde. Pero en apoyo de esta expedición de 1541, o más propiamente de un reconocimiento, hay los hechos siguientes: 1 ° Habla de ella Mariño de Lobera en el cap. 17 de su Crónica, si bien ésta, tal como ha llegado hasta nosotros, esto es, «reducida a nuevo método» por el jesuita Escobar, hace coincidir esa expedición con el asalto de Santiago por los indios comarcanos, lo que no se combina con el orden lógico de los sucesos ni con los mejores documentos que conocemos. 2° En septiembre de 1544, el capitán Juan Bautista Pastene reconocía las costas del sur de Chile por encargo de Valdivia. El escribano Juan de Cardeña, que en forma de escritura pública ha consignado día por día la historia de la expedición, dice así: «Más abajo, hacia el puerto de Valparaíso, está el Ribimbi (probablemente el Biobío) que es en la provincia de   —184→   Rauco (Arauco) que manda el cacique Leochengo y confina con la provincia de Itata y de los poromabcaes, de las cuales tiene tomada posesión tres años ha el dicho señor gobernador Pedro de Valdivia». 3° En los despachos dados por Valdivia desde el mes de julio de 1541, especifica la extensión de su gobernación, nombrando las provincias del sur hasta «Quiriquino con la isla de Quiriquino que señorea el cacique Leochengo»; lo que revela que él mismo o algunos de sus capitanes se había adelantado en efecto hacia el sur, como cuentan Mariño de Lobera y Antonio García. Pueden verse cuatro nombramientos diversos hechos por Valdivia en que se encuentran esas palabras, y que se hallan insertos en las actas del cabildo de 7 y 11 de agosto de 1541.

Como ni en las cartas de Valdivia a Carlos V ni en la que escribió a Hernando Pizarro, ni en las Instrucciones ya citadas, se habla de este reconocimiento, no nos atrevemos a darlo como cosa cierta. Creemos, sin embargo, que si se verificó, ha debido tener lugar entre el 11 de marzo, día de la instalación del cabildo de Santiago, que presidió Valdivia, y mediados de mayo. En los documentos no hay constancia de que Valdivia estuviera en Santiago durante estos dos meses; y aún parece que estaba lejos de la ciudad.

 

265

En su carta primera a Carlos V en la que escribió a Hernando Pizarro, y en las Instrucciones tantas veces citadas, cuenta Valdivia que durante los primeros meses, cinco o seis, los indios de Santiago sirvieron bien sin tratar de sublevarse. Las palabras del acta del Cabildo de 18 de marzo debían referirse a las correrías más o menos lejanas que hacían las partidas exploradoras.

 

266

Zárate, Conquista del Perú, lib. III, cap. 12; Pedro Pizarro, Descubrimiento i conquista etc. p. 340 del tomo V la Coleccion de documentos inéditos para la historia de España; Cieza de León, Guerra de las Salinas, cap. 93, p. 448 del tomo 68 de la misma Coleccion.

 

267

La palabra tambo, importada del Perú por los conquistadores, significaba las posadas o descansos que había en los caminos, y en el mismo sentido se aplicó en Chile en los primeros tiempos de la entrada de los españoles. El tambo grande de que habla el acta del Cabildo Abierto de 10 de junio de 1541, debía ser una ramada o galpón espacioso y cubierto con paja, como todas las casas de la ciudad.

 

268

Todos los incidentes relativos al nombramiento de Valdivia constan de las actas del cabildo de Santiago de los días 10 de mayo a 11 de junio de 1541. Los historiadores que han escrito sobre esos documentos, han creído sinceras las reiteradas negativas de Valdivia. La circunstancia de haber sido asesinado, en efecto, Pizarro por los partidarios de Almagro, ha dado fuerza a esa creencia, sin fijar la atención en que el asesinato del conquistador del Perú sólo tuvo lugar el 26 de junio de ese año, y que la comparación de estas fechas demostraba claramente el verdadero significado de aquel nombramiento. Creo que uno solo de los historiadores que conocieron estos documentos, fijó su atención en estas fechas. Es éste don José Pérez García, autor de una extensa Historia de Chile, que permanece manuscrita; pero guiado por su admiración por Valdivia, y negándose a creer en la posibilidad de que todo aquel nombramiento fuese una maquinación artificiosamente urdida, no puede explicarse la contradicción de fecha sino sosteniendo que Pizarro fue asesinado en junio de 1540, porque sólo así se podía conocer este acontecimiento en Santiago en mayo de 1541.

  —188→  

Los documentos publicados en 1874, en el Proceso de Valdivia han venido a esclarecer este punto, y a demostrar las circunstancias y los móviles de este nombramiento. Véase la p. 221 y ss. de ese libro.

 

269

Mariño de Lobera, Crónica, cap. 13. Carta lª de Valdivia a Carlos V. Id. a Hernando Pizarro.

 

270

Don Martín de Solier y un hermano suyo llamado don Francisco, que no vino a Chile, habían servido en el Perú en el ejército de Pizarro contra Almagro, e hicieron después la desastrosa campaña de Pedro de Candia a la región oriental de los Andes. Véase Cieza de León, Guerra de las Salinas, cap. 55 y 57. No he podido descubrir otras noticias acerca de los antecedentes de don Martín de Solier.