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461

Mariño de Lobera, lib. II, cap. 31. Góngora Marmolejo cuenta muy detenidamente en los capítulos 63 y 64 las primeras operaciones militares del gobierno de Bravo de Saravia. En su citada carta al Rey, éste se limita a decirle estas palabras: «Ha dos meses que les corro la tierra con doscientos hombres y la correré todo este verano, porque, para más, según la poca gente y aspereza de tierra y las muchas ciénagas y malos pasos, no soy parte».

 

462

Carta citada de 26 de diciembre de 1568.

 

463

Era hijo del general Juan Jufré, alcalde de Santiago, y uno de los conquistadores de más renombre. Como todos los hijos de los españoles, hablaba indistintamente la lengua de sus padres y la de los indios, que los niños aprendían de sus nodrizas y de los sirvientes de sus casas.

 

464

La batalla de Catirai está sumariamente referida por Bravo de Saravia en una carta a Felipe II, escrita en Concepción en 8 de mayo de 1569; pero la cuentan con prolijos pormenores y hasta con los nombres de muchos de los muertos los dos cronistas primitivos, Góngora Marmolejo, cap. 65, y Mariño de Lobera, lib. II, cap. 31. Este último da la fecha exacta de la batalla, 7 de enero, que por lo demás está también consignada en la carta de Bravo de Saravia. Ruiz de Gamboa, que también ha referido esta jornada en la carta inédita al Rey, que hemos citado, dice que él se opuso con todo calor a la empresa, y que la responsabilidad del desastre recae sólo sobre el Gobernador.

En el Archivo de Indias encontré, además, otro documento que contiene una relación de todos estos sucesos con ciertos incidentes que me han sido muy útiles al escribir estas páginas. Es una carta dirigida a Felipe II por el capitán Lorenzo Bernal de Mercado desde Concepción en 31 de marzo de 1569. Acusando allí la imprevisión del gobernador Bravo de Saravia, dice que «como la experiencia no le ayudaba, quiso hacer en un año lo que vuestros gobernadores no pudieron en diez y seis». Por lo demás, el capitán Bernal, sumamente severo en sus apreciaciones, condena con gran franqueza todo cuanto se hizo en esa expedición y en la batalla de Catirai o Mareguano. «Fue un negocio, dice, que merecía que llegado al dicho campo (el general don Miguel de Velasco) como hombre que a sabiendas se quiso perder, ni entender lo que proveía por el vuestro Gobernador, le fuera cortada la cabeza como hombre que acababa de destruir el mejor reino que Vuestra Majestad tenía en las Indias». Bernal de Mercado dice que este desastre fue causa de que se sublevasen algunas tribus que estaban sometidas, recomienda que se envíen a Chile refuerzos de tropas, e indica el camino del estrecho de Magallanes como el mejor para dar vida a este reino, y conseguir que dejase de ser «sepultura de españoles».

Los historiadores posteriores, que no conocieron los escritos de los cronistas primitivos ni los documentos contemporáneos, que son nuestra guía preferente, han contado estos sucesos con el mayor desorden y con los más graves errores. Como el sitio en que tuvo lugar la batalla está situado en la región que los españoles llamaban provincia de Mareguano, han creído algunos de ellos que se trata de la cuesta de Marigüeñu, o de Villagrán, tan famosa por el desastre de los conquistadores en 1554. En la Historia de Chile de Gay, tomo II, p. 44 y ss., están contadas las cosas de esa manera, como las habían referido los cronistas posteriores que le servían de guía.

 

465

Góngora Marmolejo, cap. 67; Mariño de Lobera, lib. II, cap. 32.

 

466

«Queriendo llegar a Arauco, desde la ciudad de Cañete, dice Ruiz de Gamboa en su carta citada al Rey, hobe gran obstáculo en el camino; y peleando con gran junta de indios, fue forzoso recogerme al pueblo sin pérdida». Los cronistas Góngora Marmolejo, cap. 67, y Mariño de Lobera, lib. II, cap. 32, han referido estos hechos con mucha más amplitud de detalles. Este último cuenta que en esta jornada de Quiapo se pasó al enemigo una columna de 200 indios auxiliares que llevaban los españoles.

 

467

Mariño de Lobera, lib. II, cap. 33.

 

468

Carta de Bravo de Saravia a Felipe II de 8 de mayo de 1569. Carta de Ruiz de Gamboa al Rey, de 24 del mismo mes y año. Góngora Marmolejo, cap. 69 y 70; Mariño de Lobera, lib. II, caps. 34 y 35. Aunque las relaciones de estos dos cronistas no están perfectamente acordes en todos los pormenores, hay en ellas bastante uniformidad en el conjunto de los hechos, y ambas se completan bastante bien para obtener la luz que suele faltar en los documentos.

 

469

El general Ruiz de Gamboa, que en esta ocasión escribió al Rey la carta de 24 de mayo de 1569 que hemos citado en otras ocasiones, le dice que el Gobernador enviaba a don Miguel de Velasco para que le diera informes favorables acerca de su conducta; y que a él le cerraba el camino de España para que no descubriese la verdad. Por este motivo se propone decírsela en esa carta y, al efecto, le pinta con los más sombríos colores la situación de Chile. Este documento, que es una de las tantas acusaciones que muchos capitanes solían dirigir al Rey contra la conducta de los gobernadores y para recordar sus propios servicios, hace una reseña rápida, pero noticiosa de toda esta campaña, y ayuda a darla a conocer.

 

470

Carta de Bravo de Saravia al Rey, escrita en Concepción el 8 de mayo de 1569. De las piezas que forman la correspondencia de este Gobernador con Felipe II, ésta es la única que se ha impreso hasta el presente. Don Claudio Gay, después de haber publicado la mayor parte de su Historia, sacó copia de ella en el Archivo de Indias, y la insertó en 1852 en el segundo tomo de sus Documentos, pp. 99-105, de donde resulta que entre el texto de esta parte de su obra, y ese documento no haya acuerdo ni relación. Conviene advertir que esta carta, así como otros documentos publicados en el mismo tomo, han sido impresos con numerosos errores de copia o de tipografía que hacen oscuro o desfiguran el sentido.