11
Fray Antonio de Santa María, Vida prodigiosa de la venerable virgen Juana de Jesús, Lima, 1756.
Fernández Sierra, Resumen breve de la vida, virtudes y ejercicios de Sor Juana de Jesús. (Manuscrito en 4.º de 112 fojas, debido al mismo confesor de Juana de Jesús). (N. del A.)
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Fray Martín de la Cruz, La perla mística escondida en la concha de la humildad. La venerable virgen Gertrudis de San Ildefonso. (Son tres tomos gruesos, que se conservan inéditos en el Archivo del convento de Santa Clara). Del mérito histórico y literario de esta obra hablaremos en otro lugar.
El convento de Santa Clara estuvo en sus principios sujeto al gobierno y dirección de los franciscanos; pero los mismos frailes lo entregaron al Ordinario de Quito, y esta entrega fue aprobada y declarada perpetua por Urbano octavo, mediante un Breve, expedido en Roma, el 19 de enero de 1625. Hállase una copia autorizada de este Breve en el Volumen segundo del Cedulario de la Curia arzobispal. (N. del A.)
13
Azcaray, Serie cronológica de los Presidentes de Quito.
Relación de los méritos, servicios y circunstancias de don Dionisio de Alsedo y Herrera, en diferentes empleos del real servicio, y últimamente en los de Gobernador y Comandante General de los reinos de Quito y Tierra Firme, y Presidente de ambas Audiencias. Es un folleto, en folio, impreso primero en 1740, y después en 1768. Hemos leído el ejemplar que de esta relación se guarda en el Archivo de Indias en Sevilla. Éstas eran publicaciones, en cierto modo privadas, pues de ellas no se solía sacar más que un número corto de ejemplares.
Zaragoza, Introducción a la obra dada a luz con el título de Piraterías en la América española. En el número segundo de esta introducción, el señor don Justo Zaragoza, Académico de la Historia y conocido americanista, escribió una Genealogía y apuntes biográficos de don Dionisio de Alsedo y Herrera. Nosotros escribiremos constantemente con s el apellido Alsedo, porque así lo escribía él mismo, según aparece en las numerosas firmas que dejó en documentos que se conservan en los archivos públicos de esta ciudad.
Mendiburu, Diccionario histórico y biográfico del Perú.
No se puede fijar con exactitud el año en que nació don Dionisio de Alsedo; en 1705 era oficial de las Tesorerías de Cruzada del arzobispado de Sevilla, y obispado de Cádiz; en 1706 vino a América con el Marqués de Castell-dos-rius, Virrey del Perú; en 1710 pasó a Lima con el obispo Ladrón de Guevara; en 1712 obtuvo el empleo de Contador-Ordenador, a propuesta del Tribunal de Cuentas de Lima; en 1718 regresó a España; en 1721 volvió a América, agraciado con el corregimiento de Canta en el Perú; en 1724 hizo su segundo viaje a España, con el cargo de Comisionado del Tribunal del Consulado de Lima ante el Consejo de Indias; en 1728 fue nombrado Presidente de la Audiencia de Quito, Gobernador y Capitán General de estas provincias. (N. del A.)
14
Actas del Cabildo eclesiástico de Quito, Volumen de 1726 a 1735 (Archivo del Cabildo metropolitano de Quito). (N. del A.)
15
Azcaray, Serie cronológica de los Obispos de Quito.
Odriozola, Noticia acerca de los Obispos de Quito de autor anónimo, entre los Documentos literarios del Perú, tantas veces citados en las notas de esta Historia.
Groot, Historia eclesiástica y civil de Nueva Granada, Capítulo XXIV (Citamos siempre la segunda edición). (N. del A.)
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Autos sobre el subsidio de los dos millones de ducados que de las rentas eclesiásticas concede Su Santidad. El Breve fue expedido el 8 de marzo de 1721, y señalaba el seis por ciento de toda renta eclesiástica por dos años, hasta que los dos millones de ducados estuvieran puestos en Madrid (Archivo de la Notaría eclesiástica en la Curia metropolitana). (N. del A.)
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Actas del Cabildo civil de Quito, Volúmenes correspondientes a los años de 1723, 1724 y 1725 (Archivo de la Municipalidad de Quito). Con motivo de las representaciones que hizo el Cabildo relativamente a la rebaja del rédito de los censos, acumuló datos sobre el estado de miseria en que había caído el país; de esos documentos tomamos lo siguiente, además de lo que hemos dicho en la narración.
Desde el año de 1710 hasta el de 1724 el estado eclesiástico había perdido la suma de trescientos mil pesos de principales acensuados; con motivo del bajo precio en que se habían rematado las fincas, en que aquéllos estaban impuestos.
Por el censo se pagaba el cinco por ciento, y había hacienda de treinta mil pesos de valor, en la cual los veinte mil eran de censo; de donde resultaba que el propietario estaba obligado a pagar mil pesos de solo censos al año, y el fundo no producía siquiera dos mil.
Diez fanegas de trigo producían ciento, cuando el tiempo era bueno; después veinte no daban ni ciento.
Hasta fines del siglo décimo séptimo, de los obrajes y telares de Quito se exportaban ocho mil piezas de paño, y dos millones de varas de bayeta y de jerga.
En la ciudad de Quito y sus alrededores había ciento cincuenta obrajes pequeños, de los que se llamaban Chorrillos.
El marco de plata labrada valía ocho pesos y la dorada de torno nueve; después el marco se daba por cinco pesos.
En los buenos tiempos se pesaban en la carnicería doscientas reses por semana; en 1724 no se pesaban ni ochenta.
La alcabala producía en sólo la ciudad de Quito seis mil pesos; después apenas producía mil.
Los diezmos se remataban en doscientos mil pesos, por las provincias que formaban el distrito fiscal de la caja de Quito, que comprendía desde Ibarra hasta Alausí; después no produjeron más que cien mil.
Al juego de naipes solían perder los quiteños, en una tarde, treinta o cuarenta mil pesos en los tiempos en que en Quito había riqueza; en 1724 ese ramo de la Real Hacienda no producía nada.
El Cabildo civil asegura, en su representación, que no había un solo palmo de tierra que no estuviera gravado con censos, y hace notar que en aquella época los seglares eran unos meros inquilinos de los monasterios, conventos, capillas y cofradías.
También en el Real Archivo de Indias en Sevilla hay un voluminoso expediente relativo a la rebaja de censos, solicitada por el Cabildo de Quito.
Los documentos relativos a la situación moral de la colonia abundan también en las Cartas y expedientes del Presidente y de los Oidores de Quito. De 1718 a 1736. En las cartas y expedientes del Obispo de Quito. De 1720 a 1726. 1736. En el mismo Archivo de Indias.
Lo relativo a las cantidades que de Quito se remitían a Santa Marta y Cartagena, consta de las comunicaciones de los Oficiales de la Real Hacienda. (Libro de copias de cartas que se escriben de esta real Contaduría a los Señores Virreyes, Tribunal Mayor de cuentas de estos reinos y oficiales reales y otros señores ministros desde 27 de noviembre de 1727 años. Un volumen. Archivo de la antigua Real Audiencia ahora de la Corte Suprema). (N. del A.)
18
El asesinado fue el canónigo don José Quiroz y Castrillón; el asesino, un tal Tomás de los Ríos; aconteció el hecho el 27 de diciembre de 1735. (N. del A.)
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Actas del Cabildo civil de Quito, Libros correspondientes a los años de 1729-1734 (Archivo de la Municipalidad de Quito). El padre Rizio, consultor de Alsedo, hizo cambiar sólo dos ternas, prefiriendo a los que iban en segundo lugar. En uno de estos casos se trataba del curato de Jipijapa, y el padre alegó que, aunque el primer sacerdote tenía tantos méritos como el segundo, debía éste ser preferido, por ser nativo de la costa. (N. del A.)
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Expediente sobre los expolios del Obispo don Juan Gómez Frías (Archivo de la Notaría eclesiástica en la Curia Metropolitana). Constan en este expediente todas las circunstancias minuciosas relativas a la muerte de este Obispo, y a sus acostumbradas limosnas. Véase para lo demás el Cedulario del Cabildo eclesiástico de Quito, Cédula despachada de Buenretiro, el 2 de marzo de 1755, en la cual se insertan cédulas anteriores. Representación del Procurador General del Cabildo de Quito ante la Audiencia, 5 de marzo de 1729, Libro de actas del Cabildo civil de Quito, año de 1729 (Archivo de la Municipalidad de Quito). (N. del A.)