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Inscripciones toledanas, inéditas, del siglo XIII

Fidel Fita Colomé (S.I.)





  —449→  

Breves líneas consagra el inolvidable autor de Toledo pintoresca1 á la descripción de la iglesia parroquial de San Justo. «Es   —450→   digno de notarse, escribe, el artesonado de la sacristía, que imita los alfarjes arabescos; y no merece pasarse en silencio el Crucifijo, que en esta pieza se encuentra sobre la cajonería en que se custodian los ornamentos.»

Por lo tocante á esta iglesia, el Sr. Vizconde de Palazuelos2 solamente ha logrado ver tres inscripciones castellanas; una de ellas notabilísima, por ser biográfica del maestro mayor Juan Guas, casado con Mari Álvarez, y arquitecto de San Juan de los Reyes. «Es muy lindo, nos dice, el artesonado arábigo y de forma abovedada de la sacristía, donde se conserva también un pequeño Crucifijo, que suponen perteneció al pontífice San Pío V.

Días pasados, al renovarse esta sacristía, han aparecido en ella, despojados de la cal que los ocultaba, dos epígrafes sepulcrales, inéditos, que no carecen de valor literario é histórico. Ofrezco á la Academia las improntas, que ha sacado y hoy me ha transmitido D. Gabriel Llabrés, fecundo publicista y director de la Revista arqueológica Luliana en Palma de Mallorca.


1.

Mide 27 cm. en cuadro. Sus trazos hermosísimos corresponden al postrer período del reinado de Alfonso VIII, ó al primero del de San Fernando. Se truncó por el lado inferior derecho.


Qui tumulum cernis
Cur non mortalia s[per]nis?
Tali namque do[mo]
Clauditur o[mnis homo].
Obiit Alfo[nsus....]
filius Step[hani....]
die Aprilis [Era MCC....]

  —451→  



Tú, lector, que miras
Este mi sepulcro,
¿Por qué no desprecias
Los bienes caducos?
Bajo tal morada
Todo se anonada.

Murió Alfonso... hijo de Esteban á... días de Abril...



¿Fué Alfonso Estébanez abad, ó párroco, de San Justo? Á conjurar este suplemento induce la escritura de privilegio (22 Mayo 1150 que publiqué en nuestro BOLETÍN3, con el objeto de explicar históricamente la Cantiga LXIX del rey D. Alfonso el Sabio. Por aquella escritura aseguró el emperador Alfonso VII á Pedro abad (abbati) de San Justo4 la propiedad y libre disposición de un horno, que dicho párroco había hecho labrar en el radio de su feligresía (in ipsa vestra collatione) y en el propio solar de su casa paterna (in ipsa vestra hereditate). Cercana á este horno se hallaria la alhóndiga (alfondeca), que doce años más tarde (1162) concedió D. Juan, arzobispo de Toledo, al obispo de Osma, llamado también D. Juan, cuya sobrina Placencia casó con Gonzalo Pérez5.

La parte poética del epitafio de Alfonso Estébanez consta de un dístico elegíaco. Este género de composición, que es el más apropiado á los monumentos fúnebres, no faltó en Toledo durante los siglos XII y XIII. Citaré tres ejemplos:

1) En los claustros de la iglesia de San Miguel6; monumento que hoy se guarda en el Museo Arqueológico, donde lo ha copiado el Sr. Vizconde de Palazuelos7, rectificando la copia impresa por el Sr. Amador de los Ríos.- Año 1156.

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Christicole, cultum8 spectans memoransque sepultum,
   Dum memorando capis quem tegat iste lapis;
Occurrunt pulcri tibi scripta legenda sepulcri,
   Nam patet ex titulo quis tegitur tumulo.
Moribus et vita veras fuit Israelita
   Presbiter egregius vir bonus atque pius.
Clarus stirpe satis, notusque nota bonitatis
   Hic Havaab9 dictus, [cui] mors ensis fuit ictus.
Pulvis et ossa jacent tumulo, quem cernis, humata;
   Spiritus ad celos migravit sorte beata.
Sex tantum demptis annis de mille ducentis,
   Inspice quot restant; eram qu[id]em manifestant.




Cristiano que miras absorto este honor fúnebre,
Y quieres recordar al que esta losa cubre,
Repasa esta leyenda grabada en el sepulcro;
Entiende por el título de quién es el túmulo.
Por su vida y costumbres Israelita sincero,
Presbítero eximio, varón piadoso y bueno,
Fué de noble linaje; su virtud bien se sabe;
Havaab se nombraba; muerte le dió la espada.
En este su sarcófago ¿qué ves? huesos y polvo.
El alma felizmente voló al reino celeste.
Si de mil y doscientos restas seis, hallarás
Manifestada la era de su descanso en paz.



2) En el Museo provincial10.- Año 1266:


Cunctis laudanda, bene nobilis ac veneranda11
   Conditur hic Eva quam, bone Chiste, leva.
Ad tua regna poli iusto contradere soli
   Alma Dei soboles, tu, pie, iuste, soles.

Obiit XXIII November, E. MCCCIIII.



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Yace aquí la muy noble Eva, digna de general veneración y alabanza. Elévala ¡o buen Cristo! á tus celestiales reinos, de los que sueles hacer partícipe solamente al justo12 ¡o piadoso y justo, excelso Hijo de Dios!

Murió en 23 de Noviembre de la era 1304.



3) En la catedral, capilla de San Eugenio13. Año 1283:


Moribus ornatus, populi favore beatus
   Petri Pelagius, nobilis atque pius
Milicia fretus, natorum germine letus
   Alloquio placidus, hostibus intrepidus,
Vixit14 preclare, vitam finivit amare;
   Extemplo rapitur, [ensibus obtegitur?]15.
Hic caro putrescit, anima super astra c[la]rescit
   Pro merito fidei, pro, [mori]ture, [tuo]16.
Hoc quisquis cernis, [cur non mortalia spernis?]
   Si penses [anime, deficies] minime17.

Obiit era MCCCXXI año[s] en XV días de Febrero.



El Sr. Vizconde de Palazuelos ha traducido:

El noble y piadoso Pelayo Pérez, adornado de buenas costumbres, feliz en la opinión del pueblo, distinguido por su valor militar y excelente entre el linaje de los nacidos, apacible en el hablar é intrépido para con los enemigos, gozó de una vida esclarecida, mas la terminó acerbamente, pues arrancado con violencia del templo, fué muerto á cuchilladas. Mientras aquí su cuerpo se corrompe, el alma se eleva sobre los astros en premio de su fe..... Murió á 15 de Febrero, era 1321 (año 1283).



Dos conceptos del texto poético desvirtúa esta traducción. El inciso final del hexámetro en el segundo dístico «natorum germine letus», no significa «excelente entre el linaje de los nacidos»r, sino gozoso con los hijos que germinó ó procreó. Tampoco   —454→   «extemplo rapitur», ilustrado por los calificativos «hostibus intrepidus..... pro merito fidei» se presta á denotar que Pelayo Pérez fuese «arrancado con violencia del templo.» Entiendo que sucumbió sin tener casi tiempo de pelear, salteado por tropas agarenas, que lo destrozaron con sus alfanges; y que la traducción de los dísticos siguientes puede hacerse en esta manera: «Aquí la carne se corrompe, oh mortal que esto lees, según la condición de tu naturaleza; pero el alma del finado resplandece gloriosa sobre las estrellas en proporción á los méritos de su fe cristiana. Quienquiera que ves este sepulcro ¿por qué no menosprecias las cosas deleznables? Si piensas en el alma, no desfallecerás, porque ella no muere.»




2.

Dimensiones: 41 cm. de ancho por 39 de alto.

+ O Fortuna levis! cito das; cicius data tollis.

+ Infimus ecce iacet quem tu super astra levaras.

+ Gratia regum, gloria regum, quid sibi prosunt?

+ Hic vixit gratus cunctis per cuncta beatus.

+ Vivat in eterno regno cum Rege superno.

+ Obiit Garsias Petri VIº die Deem

+ bris Era M.CC.L.XXXXVIII.



Oh Fortuna voluble! pronto das; pero más pronto quitas lo que has dado.- Aquí yace ínfimo aquel á quien habías tú levantado sobre las estrellas.- La gracia de los reyes, la gloria de los reyes, qué le aprovechan?- Á todos fué grato; cúpole buena dicha en todo.- Viva en el reino eterno con el Rey de reyes altísimo.

Murió García Pérez á 6 de Diciembre de la Era 1298 (año 1200).



Los diplomas de Alfonso X, que publicó nuestra Academia en el tomo I del Memorial histórico18 y que discurren19 desde el 28 de Diciembre de 1254 hasta el 2 de Octubre de 1259, expresan sin interrupción el cargo que obtuvo en la cancillería el ilustre   —455→   «Don García Pérez de Toledo, notario del Rey en Andalucía.» El epitafio, que se acaba de mostrar en la sacristía de San Justo, consigna la fecha de la defunción (6 Diciembre, 1260), y explica la variación ú omisión de este personaje que luego se nota en los diplomas subsiguientes.

Diez años antes, en 1250, el estilo epigráfico regía muy parecido en la iglesia de San Román20:


Ingenuus miles, juvenum flos, vas probitatis,
Res fugiens viles, Didacus, cultor bonitatis,
Annis bis denis septenis vix bene21 plenis
Flore juventutis raptus, membris resolutis
Ista sub petra dormit; sit spiritus ethra.

Obiit in mense Novembri, Era M. CC. LXXX. VIII.



Noble por su cuna, flor de los jóvenes, espejo de probidad, ajeno á toda bajeza, Diego el bondadoso, -apenas hubo cumplido 27 años de edad,- deshojada la corola de su florida juventud, feneció.- Su cuerpo, disolviéndose, descansa bajo esta piedra; su espíritu en la región etérea.- Murió en el mes de Noviembre, Era 1298 (año 1260).



Pero ya en 1268 vemos introducida en el lenguaje de las tumbas toledanas cierta variedad de estilo, que preparó el paso á una transformación radical ó completa. La lengua castellana invade los monumentos, y desde la cumbre soberana, en que la ha puesto el regio autor del código de las Partidas, desciende á iluminar con vagos resplandores la región de la muerte. Sin movernos de la iglesia de San Román, allí leemos22 al pie de cuatro hexámetros latinos: «Obiit Michael Illán, XIII de Marzo, Era M. CCC. VI.»

La Musa del Lacio iba perdiendo terreno. Cuatro mezquinos hexámetros23 que sacrifican la prosodia á la rima, se reproducen   —456→   y preceden á la cláusula final castellana, que expresa los nombres y óbitos de D. Illán († 20 Diciembre, 1274) en el templo de San Sebastián, de D. Guillén Pérez († 6 Abril 1275) en la capilla de San Blas de la catedral, y finalmente de D. Álvaro († 25 Noviembre, 1275) en la iglesia de San Lucas.

Tres años después, en 1278, la Musa castellana se declara triunfante en la capilla de San Eugenio de la catedral24:


Aquí iaz Don Fernán Gudiel
Muy onrrado cavallero.
Alguazil fué de Toledo,
Á todos muy drechurero.
Cavallero mui fidalgo
Mui ardit é esforzado
E mui fazedor de algo,
Mui cortés, bien razonado.
Sirvió bien á Jesu Christo
É á Santa María
É al Rey, é á Toledo
De noche é de día.
Pater noster por su alma
Con el Ave María
Digamos, que la reciban
Con la su connpannía.

E finó XXV días de Julio, Era de MCCCXVI.»



No en balde pulsaban al propio tiempo el Rey Sabio la lira de las Cantigas, y Gonzalo de Berceo la de los Milagros de Santa María; ni, por consiguiente, habrá de parecer extraño que en adelante los epitafios latinos de la catedral, á fines del siglo XIII, degeneren más y más de su antiguo brío poético, pureza de lenguaje y corrección prosódica. Sirva de primer testigo el arquitecto de la misma catedral25:

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Aquí jacet Petrus Petri, magister ecclesie sancte Marie Toletane.


Fama per exemplum pro more huic bono crescit;
Qui presens templum construxit et hic quiescit.
Quod quia tam mire fecit, vile sentiat ire
Ante Dei vultum, pro quo nil restat inultum;
Et sibi sis merces qui solus cuncta coherces.

Obiit X dias de Novembris, Era de M et CCCXXIII años.



Aquí yace Pedro Pérez, maestro de la Iglesia de Santa María de Toledo.


Recrécese buena fama,
Para dechado y ejemplo,
Á quien este hermoso templo,
Admirable, construyó.
Aqui yace; su alto ingenio
Mostróle blanda y propicia
La sempiterna Justicia,
Que bien obrando aplacó.
Contemple la paz divina,
Y Dios todopoderoso
La gloria le dé, el reposo
Y el premio que mereció.

Murió á los 10 días de Noviembre de la Era 1323 (año, 1285.)



Otro ejemplo nos dan los largos letreros sepulcrales de D. Gómez García Díaz de Toledo (+ 29 Julio, 1286), en parte inéditos y muy dignos de conocerse, porque resuelven un grave problema histórico. Tráelos el códice Dd 140 de la Biblioteca nacional, folio 192. El monumento se halla en la Catedral de Toledo, y fué decorado posteriormente por el cuadro de San Pedro Arbués en la capilla de Santa Lucía26.

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En la cinta del monumento:


Hic jacet ede brevi, clausus mortis domine vi,
Abbas, Electus prudensque Notarius altus
Ut Legionis, Mendoniensis, Vallisoleti,
Gomecius dictus, fraudis dare nescius ictus,
Dives, famosus, largus, juvenis, generosus,
Toletanorum speculum, protector eorum,
Quem Deus hiis dederat ut prefulgeret in ipsis.
Nam lux urbis erat vivens.



En el centro del monumento:


Vallisoletanus abbas jacet hic tumulatus;
Nomine Gomecius Didaci fuit ipse vocatus;
Toleti natus, cujus generosa propago.
Moribus ornatus, fuit hic probitatis imago.
Largus, magnificus, Electus Mindoniensis,
Donis inmensis cunctorum verus amicus.
Et quamvis fuit Abbas dotatus in istis
Et multis aliis, potuit sic dicere tristis:
Quam sit vita brevis hominis, quam sit brevis, [ita]
   In me cognosce qui mea metra legis.
Qui quondam potui, qui quondam magnus habebar,
   Jam meo nil possum pulvis et ossa manens.
Nil mihi divicie, mihi nil genus adque juventus
Profuit; hec vita nichil est aliut nisi ventus.
Ergo tibi caveas, ne te deceptio mundi
Fallat; nam poteris cras, sicut ego, mori.

Obiit quarto kalendas Augusti, Era MCCCXXIIII.



Aquí yace en mansión breve, encerrado por la diestra de la muerte tirana, el excelso abad de Valladolid, obispo electo de Mondoñedo y prudente notario del reino de León, que fué llamado Gómez y á nadie tendió   —459→   las redes del engaño. Rico, famoso, liberal, joven, generoso, toledano ilustre, protector de sus compatricios, á quienes fué divinamente dado, porque mientras vivió era luz y espejo de esta ciudad.

Aquí está sepultado el abad de Valladolid, que se nombró Gómez Díaz, nacido en Toledo, de noble é ilustre prosapia, de honestas costumbres, retrato de la probidad. Dadivoso, magnífico, obispo electo de Mondoñedo, verdadero amigo de todos sin parcialidad; su munificencia no conocía limites. Pero si bien de tan buenas prendas de naturaleza y fortuna, y de otras muchas gozó este Abad, todavía pudo lamentarse diciendo:


Cuán breve sea la vida
Del hombre, cuán breve sea,
Conócelo tu, lector,
Escuchando mis endechas.
El que un día, poderoso,
Rebosaba de grandeza,
Héme aquí; ya nada puede
Quien es polvo de la tierra.
Nada juventud florida,
Hidalguía, ni riquezas
Me valen; la vida es viento
Que va, que viene y que cesa.
No te engañe pues el mundo;
Has de morir; ojo alerta!
Que como yo fenecí,
Fenecerás. Por mí ruega.

Falleció á 29 de Julio de la Era 1324 (año 1286).



Con este epitafio se dilucida un problema histórico que Flórez expone, mas no resuelve, en el t. XVIII de la España Sagrada27. Murió el obispo de Mondoñedo, D. Nuño Pérez, á 9 de Febrero de 1286. «Prontamente, dice Flórez, logró Pastor la Iglesia; pues en el mismo año de 86 le sucedió D. Alvaro Gómez, que presidía ya en Mondoñedo por Agosto; pues á 11 de aquel mes y año compró á Vrraca Pérez de Villadonega la hacienda que tenía en las Feligresias de Carballido, Romay, S. Simon y Villamartin,   —460→   segun el Tumbo Episcopal, fol. 36. Procuró D. Álvaro adelantar los bienes de la Dignidad, suplicando al Rey D. Sancho le concediese facultad para hacer Salinas en los Puertos del Obispado: y el Rey se la concedió, para él y los que le sucediesen, en Burgos á 27 de Marzo de 1289. De aquel año 1289, á 13 de Junio, hay un pergamino en el Cabildo (donación al Monasterio de Pedroso) en que se dice electo da Igreja de Mendoñedo D. Gomez Garcia, Abade de Valledolid. Todo es extraño: el título de electo, nombre, sobrenombre y dictado: pues antes y despues de aquel ario presidia aquí D. Álvaro Gomez, y no hay visos de cisma. Aun más extraño es que el Abad de Valladolid D. Gomez Garcia se diga electo de Mondoñedo; porque este se hallaba en desgracia del Rey D. Sancho y de la Reyna Doña Maria desde el año 1285, en que enviado á tratar con el Rey de Francia, se atrevió á proponer á D. Sancho, que se apartase de la Reyna: y al año siguiente murió, como propone la Chrónica del Rey en los capítulos 2 y 3 con muchas particularidades de este Abad, que desayran mucho la pluma de Gil Gonzalez, por no haber conocido á D. Gomez Garcia entre los Abades de Valladolid. Todo esto desayra aun mas al que en 1289, ponga electo en Mondoñedo á D. Gomez Garcia: pues atropellando la Chrónica, solo pudiera admitirse en principios del 86; y que muerto luego, ocupó su lugar D. Alvar Gomez. Este es el único modo en que es componible.»

Hasta aquí Flórez. Yo añado que esta es la única forma en que se ha de componer. El epitafio de D. Gómez García nos cerciora del tiempo de su defunción (29 Julio 1286); entre la cual y la de D. Nuño Pérez (9 Febrero 1286) se coloca forzosamente el día de su elección para la Sede episcopal de Mondoñedo. Era ya electo, y como tal obró á 13 de Junio, conforme lo testifica el pergamino del Cabildo, viciado por el amanuense que lo escribió ó por el lector que mal lo copió, en la reducción de la Era española á los años de Cristo. En el manuscrito primitivo, ú original, se veía: «Era MCCCXXIIII» (año 1286), que trocaron distraidamente; ó mal acrecentaron en MCCCXXVII (año 1289). Consiguientemente la elección del sucesor, D. Álvaro Gómez, no es anterior al 29 de Julio; si bien aconteció muy poco después al tenor de la escritura del 11 de Agosto, que Flórez alega.

  —461→  

El óbito de D. Gómez García (+ 29 de Julio 1286) se podía inferir con mucha aproximación de lo que se dice en el capítulo III de la Crónica del rey D. Sancho. El cual, habiendo salido de Sahagún, «fue á León, é estudo y el dia de Sant Juan28, é dende fue su camino á Galicia; é desque llegó á Santiago ofreció y sus dones muy buenos; é andando por todo el reino de Galicia, llególe mandado en commo el abad D. Gomez Garcia finara en Toledo; é plúgole mucho».

No se prueba que al morir (9 Febrero 1286) D. Nuño Pérez, obispo de Mondoñedo, estuviése D. Gómez García en abierta desgracia del Rey. Faltaban pretextos judiciales para condenarle, y «cuando el Abad vió que la Reina y el Arzobispo (de Toledo) é don Lope (Díaz de Haro) eran todos contra él, punó en catar manera por aver amigos cuantos pudiese en casa del Rey». Debía contrarrestar lo que se murmuraba de secreto, que si trabajaba por disolver el matrimonio de la reina María, era porque el monarca francés le había ofrecido con esta condición que para él ganaría del Papa el arzobispado de Santiago, que estaba vacante. Á disipar semejantes hablillas, sobrevínole bien la coyuntura de poder admitir su elección canónica (Febrero?) para la mitra de Mondoñedo, que no se ve por qué no había de aprobar el Rey. La hostilidad, á lo que parece de la Crónica, se rompió, entrado ó pasado Abril. En este mes «seyendo el Rey tornado á Burgos, mandó labrar una moneda á sus señales, que llamaron coronados; é el arzobispo D. Gonzalo é D. Lope cometieron al abad don Gómez García, é demandáronle cuenta de todo lo que recabdaba por el Rey, é al Rey plógole dello, porque estava mal con él de su talante é peor la Reina; é mandó el Rey que les diese cuenta, é en la cuenta fallaban contra él muchas cosas que tomara é diera sin mandado del Rey, é otrosí una grand cuantía de aver que recabdara para dar en la corte de Roma de la dispensación; é esa cuenta le demandavan estando el Rey delante; é estando en esto, acordó el Rey de ir en romería á Santiago».

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Murió en desgracia, bajo los tiros de la inculpación é infamia judicial. En su epitafio los versos


   «Gomecius dictus, fraudis dare nescius ictus,
Moribus ornatus, fuit hic probitatis imago»,



son una viva protesta de su inocencia, ante el fallo de la posteridad.

El P. Gams, en la serie de los prelados de Mondoñedo, no da lugar á D. Gómez García Díaz. Establece la defunción de D. Nuño Pérez á 9 de Febrero de 1286 y á D. Álvaro Gómez como ya consagrado en 11 de Agosto del mismo año. Espero que una nueva edición de la Series episcoporum Ecclesiæ Catholicæ se muestre atenta á las fundadas observaciones que acabo de hacer.

Hora sería de recoger todas las inscripciones españolas de la Edad Media, tomando la ruta señalada por las laudables huellas del Dr. Hübner, cuya obra, Inscriptiones Hispaniae Chistianae29, alcanza hasta mediados del siglo XI. La publicación esmerada de semejante Corpus inscriptionum disipará no pocas dudas y errores históricos, aumentará los datos que de los documentos emanan, y completará el estudio lingüístico, artístico y literario de aquellos tiempos.







Madrid, 22 de Abril de 1892.



 
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