221
El usar en este caso de compasión no es para inclinar a ella al juez, sino para agravar más el delito o para manifestar el acusador que procedió a la querella sin intención siniestra; pues entonces empeña más al juez a que haga su deber.
222
[«protesta» en el original (N. del E.)]
223
Estaba puesto en el foro de Roma, para que los jueces con su vista se moviesen a administrar justicia. [Según noticia de] Rollin.
224
[«muestra» en el original (N. del E.)]
225
Este precepto de Quintiliano tiene mucha alma. Naturalmente nos inclinamos al caído, y esto se funda en que en fuerza del amor propio, no queremos que el poder ajeno crezca demasiado. De aquí es que al menor asomo de justicia que tenga el oprimido, como él sepa hacer bien su papel, todos se interesarán en su causa y sentenciarán contra la presumida arrogancia del contrario.
226
No permite la modestia de Quintiliano, como dice Rollin,
que le culpemos de arrogancia, sino que atribuyamos a olvido natural lo que dice, que ninguno antes de él enseñó este precepto de moverse primero el orador que quiere mover a otros, como
que él solo fue el inventor de dicho pensamiento. A la letra lo encontramos, como todos saben, en Horacio, arte poética: Si quieres que yo llore, debes primero tú mostrarte afligido.
El mismo precepto da Cicerón difusamente en el libro 2 del Orador, número 189.
227
Dicen que dio a luz tres libros, donde juntó todos los chistes y sales de Cicerón; aunque otros, dice Turnebo, piensan haberlos compuesto el mismo Cicerón.
228
Cicerón en la oración Por Caelio, capítulo 25, etc.
229
Debe suponerse, aunque no lo dice Quintiliano, que el francés pintado en el escudo tenía la lengua fuera. De este modo fue mayor la burla de Mancia. Véase Cicerón, libro 2, del Orador.
230
Fábulas atelanas eran ciertos intermedios o sainetes muy libres, que para hacer reír se mezclaban en el drama. Derívase la voz de la palabra Atella, pueblo antiguo de los oscos, hoy San Arpino.