21
Ivi, febrero 1911, p. 14.
22
Ibidem.
23
A finales de 1920 se intensifica la participación de Isabel en la vida política española del lado del partida socialista. En 1929 preside la Liga Femenina Española por la Paz y la Libertad y se especializa en Derecho Internacional. Fue la única mujer que formó parte de la Comisión Permanente de la Esclavitud en las Naciones Unidas. En 1930 consiguió entrar en la cárcel y fotografiar al Comité Revolucionario Republicano. Sus fotografías se publicaron en el Daily Herald de Londres. En 1931 su candidatura aparece en las listas del Partido Socialista e interviene como Consejera Gubernamental de la XV Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra. Actuó como ministra plenipotenciaria (hecho insólito para una mujer) en nombre de la República, en el seno de las Naciones Unidas y, asimismo, trabajó muy activamente en el Comité Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. En 1935 asistió, en Ginebra, como representante de los trabajadores a la Conferencia Internacional del Trabajo. Declarada la guerra, en 1936, pasa a formar parte de la Comisión de Auxilio Femenino. Antonina Rodrigo ha recuperado los avatares de Isabel desde que en octubre de 1936 el Gobierno la nombra ministra plenipotenciaria de segunda clase con destino en la legación de España en Estocolmo. Antonina Rodrigo, «Isabel Oyarzábal de Palencia: primera mujer embajadora de la República», Actas del congreso internacional: El exilio literario español de 1939. Volumen 1, Barcelona, Gexel, 1998, pp. 68-81.
24
Ivi, p. 20.
25
Ivi, II, p. 19.
26
Ibidem.
27
Ibidem.
28
La Dama, diciembre 1907, p. 19.
29
La Dama y la vida ilustrada, octubre 1909, p. 5.
30
Emilia Pardo Bazán fue una avanzada en el terreno de la prensa desde finales del siglo XIX. No en vano, en 1889 había publicado en La España moderna, los artículos enviados a una revista británica sobre la mujer española y en 1890 había fundado su propia revista cultural Nuevo teatro crítico, escrita por ella misma en su totalidad y dedicada en exclusiva al mundo teatral y a sus manifestaciones. Esperanza Mó Romero, op. cit., pp. 115-130.