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C. JIMENO DE FLAQUER, Evangelios de la mujer, Madrid, Fernando Fe, 1900, p. 251.

 

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C. JIMENO DE FLAQUER evoca repetidas veces a lo largo de sus obras y ensayos el lamentable retraso de España donde, a su juicio, la situación social, cultural y jurídica de las mujeres es más dramática que en el resto de Europa. Desde los años 1870 lamenta el retraso de la mujer española en la formación intelectual: carece de posibilidades para desarrollar su capacidad de reflexión crítica, su dominio de la literatura, del arte y de la ciencia. Tampoco puede acceder a profesiones liberales o industriales, lo que hace que en España el celibato sin recursos es una lacra social, especialmente en la clase media. Más adelante, a finales del siglo y durante las primeras décadas del XX, Jimeno de Flaquer denuncia con más firmeza lo que llama «el espíritu regresivo» propio a España: «El espíritu regresivo que aquí existe, el misoneísmo opónense a admitir toda idea nueva hasta que, pasado largo tiempo, impónese por su propia virtualidad a pesar de los combates sufridos» (El problema feminista, op. cit., p. 6). A su modo de ver también son responsable las mujeres de esta postergación ya que hay una falta de conciencia: «Pesando está todavía sobre el sexo femenino, en nuestra tierra más que en otra alguna, la tradición vulgar de las culpas de Eva» (O. C., p. 10).

 

23

Id., Evangelios..., op. cit., p. 109.

 

24

Id., Iniciativas..., op. cit., p. 17. En 1899, en Evangelios de la mujer, JIMENO DE FLAQUER denuncia la dramática situación jurídica y económica de la mujer española: «El feminismo debe proponerse en España humanizar la ley, quitándole al marido el cruel derecho que tiene de disponer del capital de la mujer adquirido con su trabajo, derecho que la nivela con el esclavo romano» (p. 109). Afirma repetidas veces que la ley en España trata a la mujer como a una menor de edad y cita el artículo 237 del Código civil en el que «la mujer aparece como una persona inhábil. No puede ser ni tutora ni productora».

 

25

C. JIMENO DE FLAQUER se inspira en varias obras de Concepción Arenal y más precisamente La mujer del porvenir (1868): «Esta escritora se ha preocupado mucho con la educación de la mujer, habiendo escrito varios libros sobre tan importante asunto. Debatió varios problemas jurídicos y su cerebro de filósofa no fue obstáculo para que su corazón manifestara raudales de ternura» (Evangelios..., op. cit., p. 163).

 

26

Id., Evangelios..., op. cit., pp. 159-160. Véase también Iniciativas de la mujer en higiene moral social.

 

27

Id., El problema feminista, op. cit., p. 13.

 

28

«Conviene la emancipación de la mujer (no os asustéis); su emancipación ha de ser únicamente en las esferas de la inteligencia» (La mujer española..., op. cit., p. 41).

 

29

«Protéjase a la mujer, proporcionándole medios de atender a su subsistencia y se remediarán muchas miserias sociales» (O. C., p. 125).

 

30

Id., Mujeres. Vidas paralelas, op. cit., p. 108.