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1

Afamado rufián al que se apodaba «Mellado de Antequera». Vid. Hill, J. M., Poesías germanescas del siglo XVII, Bloomington, Indiana, 1945, p. 176, y Bayle entremesado de la Galera, de Vicente Suárez (Verdores, p. 169).

 

2

Citada con frecuencia en romances, como El mulato de Andújar (Romancero General) (BAE, t. XVI, p. 517), o jácaras como la de Quevedo, Sentimiento de un jaque por ver cerrada la mancebía: «La Chaves, Dios le dé gloria, / me parece que la miro / pasar parches por lunares / y gomas por sarpullido» (OPCFQ, t. III, p. 319).

 

3

El ms. 61.532, BITB, señala que todas las intervenciones del Músico son «cantadas». Teniendo en cuenta que esto era usual en la representación de la jácara lo hemos dado por supuesto, suprimiéndolo, por seguir el texto de Ociosidad, 1668.

 

4

J. M. Díez Borque (Sociedad y teatro en la España de Lope de Vega, Barcelona, Antoni Bosch, 1978, p. 280) recuerda, siguiendo a Pellicer, C., Tratado histórico sobre el origen y progreso de la Comedia y del histrionismo en España, Barcelona, Labor, 1957, p. 164), que la jácara puede considerarse una degradación del tono, romance a dos o tres voces que se cantaba cuando no aparecía la loa. Aunque aquí cabe pensar que Mellado alude simplemente a un concepto musical.

 

5

Juego de sentidos: «estar en tablero» (DA), ser de conocimiento público, ser famoso, pero aparentemente decantándose hacia el que posee en el ajedrez (vv. 30-32), motivo estilístico al que parece muy aficionado Calderón. Cf., por ejemplo, la Casa de los Linajes, vv. 87-91, por no traer a colación los numerosos pasajes de sus dramas o comedias.

 

6

Equívoco entre las dos acepciones de «disciplinado»: el instruido o experimentado en alguna materia y el que ha sufrido castigo de azotes (DA).

 

7

Dar cuerda: nueva anfibología entre dar largas a un asunto, burlar, engañar y ahorcar o dar tormento (DA). Vid. también n. al v. 48 de la Jácara de Carrasco.

 

8

El Mellado ha estado a punto de agredir al Músico por su impertinencia, pero además «un paso de garganta» es el quiebro de la voz con que alguno canta. En todo caso en este fragmento Calderón roza los varios sentidos posibles de la voz «garganta» recogidos en el DA.

 

9

Vv. 66-68. Por el sentido, admitimos esta lectura del ms. 61.532 de la BITB, al que sigue Hartzenbusch, frente a la de Ociosidad, 1668: «que a la miel de mi garganta / no se quiebre alguna pierna.»

 

10

Vv. 73-76. Ociosidad, 1668, pone estos vv. en boca también de la Chaves: «Prendiéronte luego allá, / si acaso al infierno vas, / que en él, informado estás, / que hay más corchetes que acá.» Dada la estructura dialogada de la jácara, normalmente a cada personaje corresponde el recitado de una sola redondilla.