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51

Estos tercios españoles eran aquellos famosos de que el gran almirante de Francia, vencido por ellos, escribía a Lautrech: «¿Sabéis vos lo que son 5.000 españoles? 5.000 españoles son 5.000 hombres de armas, 5.000 caballos ligeros, y 5.000 infantes, y 5.000 gastadores, y 5.000 demonios».

 

52

[Documentos escogidos del archivo de la casa de Alba, pág. 299.]

 

53

Consta este préstamo por los despachos de la Diplomacia Pontificia en España, y consta también que en 1582 aún no se había pagado la deuda, porque entre las instrucciones de negocios pendientes dejadas por monseñor Sega al salir de la Nunciatura de Madrid a su sucesor, monseñor Taberna, obispo de Lodi, existe ésta: «Al propio tiempo debe procurar la restitución por el monarca de 50.000 escudos de oro que, del dinero de la Santa sede, prestó en Flandes monseñor Sega a don Juan de Austria para asuntos del gobierno de los Países Bajos».

 

54

[Famiano Strada, Guerras de Flandes, tomo I, par. II, Amberes, 1748, pág. 921.]

 

55

[Libro de las Fundaciones, cap. XVII.]

 

56

Este retrato, atribuido a Sánchez Coello, existe en casa del excelentísimo señor marqués de Santillana.

 

57

En confirmación de este aserto y porque revela muy bien el carácter de la princesa de Éboli, copiamos a continuación un párrafo de carta de Pero Núñez de Toledo en que da cuenta de los barateros que tenía dicha señora en su palacio de Pastrana. «Tiene aquella señora en su servicio tres hombres, y despidió uno por sólo que no había muerto mas que un hombre en toda su vida. De los tres que han quedado se llama el uno Luchalí (Aluch-Alí), porque siendo éste forajido en Nápoles se dio tal maña en su oficio, que mereció este renombre, que le dura hasta hoy. El segundo se llama el Ángel Custodio, porque era la persona a quien se confiaba de noche la guarda del caballero portugués (Antonio Pérez); el otro se llama Camilo, y también es su profesión ser valiente; a éstos llama su ama a cortes y les pregunta uno por uno qué forma tendrían si les mandaba matar a Fulano y Fulano, y Luchalí, que es hombre que siempre trae tres o cuatro pistolas en los gregüescos, saca dos y con entrambas manos las dispara; a los otros pregunta por palos, coces y bofetones, y otras cosas de menos cuantía, y cada uno responde como su conciencia le dicta, y con esto se disuelven las cortes por aquella vez».

 

58

Este callejón no se llamaba precisamente de Santa María, sino del Camarín de Santa maría, por caer allí el de Nuestra Señora de la Almudena. Con el nombre de Almudena existe todavía.

 

59

En esta casa, completamente renovada, está al presente la Embajada de Italia. A su espalda estaba la de la princesa de Éboli, hoy derribada; pero existente el solar todavía.

 

60

Este clérigo, Fernando de Escobar, era el encargado de descifrar falsamente las cartas de don Juan de Austria y de Escobedo, que Antonio Pérez adulteraba.