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José Rizal y Luis Martín Santos. Un paralelismo divergente

Pedro Gorrotxategi Gorrotxategi





Entre Luis Martín-Santos Ribera y José Protasio Rizal Mercado y Alonso encontramos un paralelismo general en su trayectoria vital, con determinados aspectos dispares entre ellos. Ese paralelismo divergente que existe entre estas dos grandes figuras históricas lo trataremos de abordar a continuación. Ambos fueron médicos, fueron escritores y tuvieron una dedicación política clandestina que les llevó a la cárcel y en el caso de Rizal al fusilamiento. La vida de ambos fue breve: Luis murió a los 39 años de un accidente de circulación en Vitoria-Gasteiz y José fue fusilado en el campo de Bagumbayán, cercano a Manila, a los 35 años de edad.

En ambos, las primeras composiciones literarias fueron poéticas: Martín-Santos tiene una serie de poemas de juventud que fueron editados cuando éste cumplió los 21 años en un librito titulado Grana gris (1945); Rizal obtiene a los 18 y 19 años dos premios en sendos certámenes literarios, el primero por la oda «A la juventud filipina» y el segundo por el ensayo dedicado a Cervantes titulado: «El consejo de los dioses». Ese mismo año publica su única obra teatral: Junto al Pásig, zarzuela en verso, en un solo acto, impregnada de fervor mariano y que fue estrenada con éxito en el Ateneo capitalino1. En los poemas de Martín-Santos también encontramos algunos de marcada exaltación religiosa, como son los casos de los titulados «Gólgota» y «Agonía»2.

Si bien la faceta poética de Martín-Santos se reduce a la época juvenil, la de Rizal es mucho más nuclear, a pesar de su escasa producción poética, que está formada por unos 40 poemas. Un buen ejemplo del Rizal poeta lo tenemos en el largo poema titulado «El último adiós», redactado cuando estaba esperando para ser fusilado.




1. Faceta médica

Tras esta inicial dedicación literaria, ambos realizan sus carreras de Medicina. Martín-Santos completa su licenciatura en Salamanca y el doctorado en Madrid; Rizal realiza simultáneamente Filosofía y Letras y Medicina, finalizando ambas en 1885 a los 24 años de edad. En cuanto a la especialización médica, Rizal opta por la oftalmología y Martín-Santos por la psiquiatría, realizando, éste, dicha especialidad en el Hospital provincial de Madrid, bajo la dirección del profesor López Ibor. Ambos se desplazan fuera de la península para completar su formación, eligiendo ambos Alemania e, incluso, la misma ciudad, Heidelberg, para el citado fin. Este fue el único lugar que visitó Martín-Santos, pero tan sólo una de las numerosas ciudades europeas en las que estuvo Rizal, ya que, tras finalizar la licenciatura, acudió inicialmente a París, trabajando en la clínica del famoso oftalmólogo franco-alemán Louis de Wecker, con quien aprendió la especialidad. Al año siguiente se estableció en Heidelberg, donde continuó ejerciendo la oftalmología, a la vez que tradujo a Schiller y a Goethe al castellano y al tagalo, conociendo en Alemania a varios eminentes médicos, entre los que cabe destacar a Virchow, uno de los padres de la teoría celular3. Posteriormente visitó Leipzig y Berlín. En esta última ciudad, el 21 de febrero de 1887, terminó de escribir su primera novela Noli me tangere. La edición de la misma fue posible gracias a la generosidad de su amigo el también médico filipino Dr. Máximo Viola.

Ni Rizal ni Martín-Santos abandonaron su labor médica a lo largo de su vida. Martín-Santos obtuvo la plaza de director del hospital psiquiátrico de San Sebastián, puesto que ocupó hasta su fallecimiento, realizando una labor clínica e investigadora notable, que se vio interrumpida en cuatro ocasiones por sus detenciones políticas. Rizal, a pesar de los continuos viajes que tuvo que realizar, unas veces por su propia decisión, otras hostigado por sus enemigos, tenemos constancia de que también continuó practicando la medicina durante toda su vida. Así, en 1887, cuando regresó a filipinas tras su periplo europeo, abrió una clínica oftalmológica y un gimnasio. Seis años más tarde en su destierro en Dapitán, en la isla de Mindanao, continuó ejerciendo la medicina, haciéndolo de forma gratuita para los pobres y cobrando sólo a los forasteros ricos4.




2. Faceta política

El Rizal político aboga por una autonomía y una representación política de las islas Filipinas en el Congreso de los Diputados de Madrid5. Uno de sus primeros posicionamientos públicos se produce en mayo de 1889, en la revista La Solidaridad6, órgano de la Sociedad Mutua de Filipinos de Barcelona. Es un extenso artículo donde pide al Gobierno representación parlamentaria de las Islas Filipinas, libertades, reformas en sentido laico y enseñanza obligatoria del castellano. Finalizaba con la frase: «En Filipinas todavía no hay filibusterismo, pero lo habrá... ¿Qué más filibusterismo que el de la desesperación?». En esta misma revista publicó numerosos artículos abordando el tema filipino titulados: «Sobre la indolencia de los filipinos», «Filipinas dentro de cien años», «Filipinas en el Congreso», «¿Cómo se gobiernan los filipinos?» y un largo etcétera.

En reuniones más restringidas en las que se discutió la cuestión filipina, como es el caso de un debate interno en la masonería española, a la que Rizal pertenecía, se mostró partidario del sufragio restringido, único medio, en su opinión, de que en las islas triunfara el elemento liberal, pues, caso de implantarse el sufragio universal, los nativos, al ser menos ilustrados y tener la voluntad secuestrada por las órdenes religiosas, votarían lo que se les dijera en los conventos7.

Según los informes que Don Ricardo Carnicero, gobernador de Mindanao, enviaba al general Eulogio Despujol, gobernador de las Filipinas, mientras Rizal estuvo confinado en la ciudad de Dapitán (1893), sus ideas moderadas no se modificaron en absoluto, sus aspiraciones se reducían a conseguir que el país tuviera representación en las Cortes españolas, acabar con el dominio que los frailes ejercían sobre el gobierno, reformar la administración, dando libre acceso de los filipinos a ella, a la vez que solicitaba libertad religiosa y de imprenta8.

Estando en este destierro fue informado por «Bonifacio», el líder del «Katipunan», movimiento que buscaba la independencia por métodos violentos, de los planes que tenían para realizar un levantamiento contra los españoles. Rizal se negó a colaborar por considerar que el pueblo tagalo ni necesitaba la independencia ni estaba preparado para ella9.

El conocimiento que tenemos de las opiniones políticas de Martín-Santos es mucho más limitado, la represión sobre los partidos políticos durante la dictadura del general Franco nos impide conocer ningún texto en el que Martín-Santos expusiera de forma explícita sus ideas políticas. Para tratar de recuperarlas tenemos que basamos en su influencia en la redacción de determinados documentos internos del Partido Socialista, del que llegó a ser miembro de la Comisión Ejecutiva y en los testimonios de sus amigos. Martín-Santos era socialista convencido, rechazaba el marxismo por considerarlo excesivamente dogmático y los pocos elementos marxistas de su pensamiento estaban muy matizados por la lectura de las obras de Sartre, al que admiraba profundamente. La idea sartriana del compromiso del intelectual con la actividad política fue un marco de su actividad pública. Con respecto al nacionalismo, Martín-Santos era muy receloso, ya que veía en él una tendencia al aldeanismo y lo veía dogmático, etnocéntrico y criticable en muchos aspectos10. Estas críticas al nacionalismo vasco fueron muy certeras. En el momento actual, en una larga reflexión acerca del nacionalismo vasco, el Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco Gurutz Jáuregui establece como características fundamentales del nacionalismo vasco el integrismo religioso, la defensa del ruralismo, el centripetismo y el etnocentrismo11. Vemos casi punto por punto los argumentos expresados por Martín-Santos.

Como idea final acerca del pensamiento político de Rizal y de Martín-Santos, a pesar de ser uno el líder de un movimiento nacionalista y el otro dirigente de un partido socialista, quiero decir que en mi opinión no son tan dispares entre sí. Ambos están preocupados por el desarrollo de sus pueblos respectivos, quieren una sociedad donde prevalezca la organización seglar sobre el poder de la iglesia, una sociedad laica donde aumente la libertad y la cultura de los ciudadanos.




3. Faceta literaria

En cuanto a obras literarias, ambos son autores de dos novelas. En el caso de Rizal son Noli me tangere (1887) y Filibusterismo (1891); en el caso de Martín-Santos, Tiempo de silencio (1961) y Tiempo de destrucción (1975), siendo la primera de ellas la que les ha hecho tener un lugar en la historia de la literatura castellana12, aunque existe una gran diferencia entre los planteamientos literarios de ambos escritores. Rizal utiliza la literatura como medio para exponer sus ideas políticas y tocar las conciencias de sus conciudadanos. Martín-Santos busca realizar una rigurosa obra literaria, a pesar de que relata la realidad social de su país de forma irónica, da mucha más importancia al estilo literario, que es muy cuidado y elaborado.

Rizal no es un escritor al uso, él mismo en una carta a Marcelo H. del Pilar confiesa: «Escribí Noli me tangere para despertar los sentimientos de mis paisanos»; es decir, los sentimientos de afirmación de la entidad y nacionalidad filipina. El título Noli me tangere (No me toques), no deja lugar a dudas sobre la voluntad de poner en evidencia unos hechos que nadie se había atrevido a abordar con anterioridad13. José Rizal, en la extensa dedicatoria que encabeza la novela, da la impresión de que es un médico que busca la curación de su patria, éste es un fragmento de la misma:

«A mi patria: deseando tu salud, que es la nuestra, y buscando el mejor tratamiento, haré contigo lo que con sus enfermos los antiguos: exponíanlos en las gradas del templo, para que cada persona que viniese de invocar a la Divinidad les propusiese un remedio.

Trataré de reproducir fielmente tu estado sin contemplaciones; levantaré parte del velo que cubre tus llagas, sacrificando a la verdad todo, hasta el mismo amor propio, pues, como hijo tuyo, adolezco también de tus defectos y flaquezas»14.



Martín-Santos, en cambio, busca realizar un modo de realismo que se aparte del realismo social imperante en la España de los años sesenta, poniendo su acento en el conflicto individual como eje de la narración literaria. Estas fueron las opiniones que expuso en una de las reuniones de intelectuales vascos, de la denominada «Academia errante»:

«Para que una obra literaria llegue a la plenitud de su desarrollo, a mí modo de ver, es necesario que el personaje, a lo largo de su acción, evolucione. Es necesario que el personaje se encuentre ante un problema moral y que lo resuelva y al resolverlo él se modifique. A lo largo de una obra auténticamente grande podemos ver una evolución del personaje paralela a la evolución y solución del problema planteado»15.



Estas ideas de Martín-Santos se enmarcan en un concepto elaborado y preciso sobre la literatura, que él denominaba «realismo dialéctico» y que ha quedado disperso en diversas conferencias públicas, como la que acabamos de citar, en conversaciones, cartas, escritos, etc.16




4. Recapitulación

José Protasio Rizal Mercado y Alonso y Luis Martín-Santos Ribera son dos médicos, escritores y políticos que tuvieron una importancia singular, a pesar de lo breve de sus vidas, en dos momentos de la historia de España determinados: la independencia de Filipinas y la dictadura del general Franco.

El primero es recordado como el mártir libertador de Filipinas; el segundo como uno de los principales escritores españoles de postguerra. Ambos tuvieron una labor médica durante toda su vida: el primero la oftalmología y el segundo la psiquiatría, que fueron interrumpidas en el primero por destierros y confinamientos y en el segundo por breves períodos de prisión.

Las vidas de estos dos grandes hombres tienen un cierto paralelismo y algunos elementos dispares que hemos abordado aquí. Para finalizar, quisiera dejarles con las palabras de «El último adiós», de José Rizal:



«¡Adiós, patria adorada, región del sol querida
Patria del mar Oriente, nuestro perdido Edén!
A darte voy alegre, la triste mustia vida,
y fuera más brillante, más fresca, más florida,
también por ti la diera, la diera por tu bien.

[...]

Mi patria idolatrada, dolor de mis dolores
querida Filipinas, oye el proster adiós
ahí, te dejo todo, mis padres, mis amores.
Voy donde no hay esclavos, verdugos ni opresores
donde la fe no mata, donde el que reina es Dios.
¡Adiós, padres y hermanos, trozos del alma mía,
amigos de la infancia en el perdido hogar,
dad gracias que descanso del fatigoso día!
¡Adiós, dulce extranjera, mi amiga, mi alegría!
¡Adiós, seres queridos! Morir es descansar»17.








Bibliografía

  • FERRER BENIMELI, J. A., CUARTERO ESCOBES, S., «José Rizal y la masonería, en el centenario de su fusilamiento (1896-1996)», Conferencia pronunciada en el «Homenaje al Dr. José Rizal Mercado», Asociación española de médicos escritores y artistas, Madrid. 14-11-1996.
  • GORROTXATEGI GORROTXATEGI, P., Luis Martín-Santos. Historia de un compromiso, San Sebastián, Fundación social y cultural Kutxa, 1995.
  • JÁUREGUI, G., Entre la tragedia y la esperanza. Vasconia ante el último milenio, Barcelona, Ariel, 1996.
  • LÓPEZ SAINZ, C., «Miguel López de Legazpi. Conquistador de las islas Filipinas». En 100 vascos de proyección universal, Bilbao, Editorial La Gran Enciclopedia Vasca, 1977, pp. 139-146.
  • MARTÍN-SANTOS RIBERA, L., Grana Gris, Madrid, Afrodisio Aguado, 1945.
  • MARTÍN-SANTOS, L., «Baroja-Unamuno». En V.V. A.A., Sobre la generación del 98, La Academia Errante, n.º 3, Colección Auñamendi, San Sebastián, 1963, pp. 103-116.
  • NAVARRO, F. A., «José Rizal y Alonso (1861-1896), médico, poeta, novelista y héroe nacional hispanofilipino», Galeno, n.º 8, 22-28-II-1977, pp. 16-17.
  • OBREGÓN de, E., «Rizal, el mártir de Filipinas», Historia y vida, n.º 45, 1996, pp. 48-61.
  • ORDAZ, J., «Prólogo». En RIZAL MERCADO, J., Noli me tangere (novela tagala), Madrid, Ediciones de cultura hispánica, 1992.
  • RECALDE, J. M., «Testimonio personal», En GORROTXATEGI GORROTXATEGI, P., Luis Martín-Santos, historia de un compromiso, San Sebastián, Fundación social y cultural Kutxa, 1995.
  • RIZAL MERCADO, J., Noli me tangere (novela tagala), Madrid, Ediciones de cultura hispánica, 1992.
  • RIZAL Y ALONSO, J., «Mi último adiós». En NAVARRO, F. A., «José Rizal y Alonso (1861-1896), médico, poeta novelista y héroe nacional filipino», Galeno, n.º 8, 22-28-II-1977, p. 17.


 
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