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Juan José Pastor Comín (texto) y Sergio Barcellona (dirección musical del conjunto vocal-instrumental Ensemble Durendal), «Por ásperos caminos. Nueva música cervantina [CD]». Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2005. [Reseña]

Mariano Lambea Castro


CSIC. Institución Milá y Fontanals



La celebración del IV Centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote está suscitando interés en las ramas más variopintas de la ciencia, del arte y del saber. Especialistas de diversas disciplinas aportan estudios y reflexiones en relación a la obra cumbre de nuestra literatura. Como era de esperar la musicología no podía quedar al margen de esta efeméride, puesto que El Quijote contiene referencias muy precisas sobre la música, e, incluso, poesías del propio Cervantes incluidas en contextos cantados. Pero la musicología ha de ser consciente de que no puede transitar con éxito por los caminos de la poesía española musicada de la Edad de Oro sin el concurso de la filología. Hacer un disco ambientando musicalmente El Quijote con música de la época no es excesivamente difícil; el resultado vendrá a ser una aportación más sobre el paisaje musical cervantino. En cambio, hacer un disco en el que las composiciones, además de pertenecer al contexto cervantino, estén seleccionadas siguiendo una metodología seria y sean producto de una investigación filológica y musicológica rigurosa es mucho más importante y significativo. Quien escucha tiene derecho a saber qué escucha y de dónde procede lo que escucha. De la misma manera que tiene derecho a entender lo que escucha.

Es habitual, y no por ello menos lamentable, que en numerosas grabaciones discográficas de música vocal española antigua de carácter profano, el texto poético sea poco menos que un añadido. El arte de los sonidos se convierte en un poderoso ente que fagocita el contenido poético de la obra de manera aplastante. Interesa la música, atañe el prestigio del director, importa el timbre de la soprano, seduce el color instrumental del conjunto, se reverencia la labor del ingeniero de sonido, etc. Todo muy necesario y con mucho mérito y valor, pues en realidad se trata de una grabación musical y conviene que así sea, pero, en honor a la verdad, el texto poético importa poco. Y posiblemente importa poco porque, por lo general, nos resulta ininteligible; la realidad es que no se entiende el texto cantado de nuestra música antigua, y como no acudamos al libreto acabamos por no entender nada. La música nos seduce y nos conduce hacia una audición indefectiblemente epidérmica. No realizamos una audición total, interdisciplinaria, podríamos decir. Claro que hay intérpretes que tampoco realizan una interpretación íntegra, sino, tan solo, parcial. El resultado después es el que es, y tras la audición nos quedamos con las ganas de saber qué hemos escuchado.

Por todo ello, y por muchas cosas más, sea bienvenido el CD que el filólogo, con muy serios conocimientos de musicólogo, Juan José Pastor Comín ha preparado, junto con el Ensemble Durendal dirigido por Sergio Barcellona, y que se titula Por ásperos caminos. Nueva música cervantina. Este CD se gesta en los años inmediatamente anteriores al Centenario, en el seno de la Cátedra Cervantes (fruto del convenio de colaboración entre la Universidad de Castilla-La Mancha y Texas A&M University) y dentro del marco general del Proyecto Cervantes dirigido por Eduardo Urbina. Pero no serán tan ásperos estos caminos cuando Pastor Comín nos conduce por ellos con mano segura, fiable, sensible y culta. Éste es un ejemplo de trabajo filológico riguroso puesto al servicio de la interpretación musical. Ya va siendo hora de que nuestra música antigua se dignifique al contacto con el ámbito académico y científico. Hay mucha más sustancia intelectual y cultural de lo que parece en esas músicas, en esos textos poéticos y en la indisoluble relación y mutua dependencia que se establece entre ellos.

Cada pasaje de la obra cervantina, leído con sensibilidad, puede engendrar todo un universo de referencias musicales. Es el espejo de una época; y para conocer bien esa época hay que saber, entre otras cosas, cómo era la música de entonces, qué se cantaba y cómo se cantaba. Si Cervantes, en palabras de Rosa Navarro, «encerró en cifra una invención infinita», también podemos decir que en el conjunto de su obra está cifrada toda la música de su tiempo. Así lo ha sabido ver Pastor Comín en la amplia selección de romances, canciones y danzas que nos ofrece en el CD que comentamos.

El disco, casi libro, diríamos mejor, contiene veintidós piezas que hacen referencia, o ilustran, o llegan, incluso, a condensar líricamente pasajes de la producción dramática, poética y narrativa de nuestro gran escritor. Muy gratas resultan a nuestros oídos las piezas «¡Oh, más dura que mármol a mis quejas!» y «Si d’amor pena sentís» (esta última es el famoso Romance de Don Gayferos), que no por conocidas dejan de sorprendernos en su belleza polifónica y melódica. En cada pieza se detallan los pasajes de la obra cervantina a la que corresponde su contexto, así como las fuentes poético-musicales en las que se encuentra. No olvida Pastor Comín, haciendo gala de su formación musical, incluir acertados comentarios musicales a las obras. Un CD ideal para escuchar leyendo y leer escuchando. Todo un acierto. Ésta debería ser la norma en las grabaciones discográficas de nuestra música vocal de la Edad de Oro. La interpretación musical es más que correcta y la presentación formal excelente y esmerada con abundantes y acertadas ilustraciones. Es un trabajo en el que prima la seriedad y el buen gusto y, sin duda, va a quedar como referencia ineludible para el disfrute y estudio de la música en la obra cervantina.





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