1
L. Iravedra,
«Las figuras femeninas del teatro de Bretón»,
Berceo 2, (1947), pp.
17-24. Iravedra afirma que «en vez de la
suave línea obediente de las figuras femeninas concebidas
por su próximo modelo Leandro F. de Moratín, las de
Bretón tienen tal desenvoltura y desembarazo que llegan a
equipararse a algunas de nuestro teatro clasico»
.
2
M. Bretón de los Herreros, Obras, vol. 1, Madrid, Miguel Ginesta, 1883, p. 363.
3
M. Bretón de los Herreros, «Cuatro consejos a un poeta dramático bisoño», La Abeja, 1 de abril de 1835.
4
M. Bretón de los Herreros, Obra Dispersa. El Correo Literario y Mercantil, J. M. Díez Taboada y J. M. Rozas (eds.), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1965, p. 313.
5
M. Bretón de los Herreros, Obras, op. cit., p. 365.
6
M. Bretón de los Herreros, Obras, vol. 2, op. cit., p. 83.
7
Ibíd., pp. 80-81.
8
M. Bretón de los Herreros, Obra Dispersa, op. cit., p. 313.
9
Bretón, en
dos de sus artículos critica la tendencia de dramaturgos y
actores a caracterizar al personaje del malvado con
idénticos rasgos cuando es evidente que, en nuestro mundo,
la perversidad se esconde bajo cualquier disfraz: «debe ser pelinegro, muy barbado, torvo en el
mirar, brusco, audaz y grosero»
(M. Bretón de los
Herreros, Obra Dispersa, op. cit., p. 314), además de mostrar
«larga patilla negra y pobladas cejas del
mismo color, pintándose con corcho quemado ceñudo
entrecejo y espantosas ojeras»
(M. Bretón de los
Herreros, «Los hombres amables», La Abeja, 30
de julio de 1835).
Igualmente
interesantes nos parecen las reflexiones de Bretón respecto
al vestuario de los ancianos, quienes en las comedias «suelen ser representados [...] con petacones,
chupas y casacas que no usa ningún viejo, por
ridículo que sea»
(M. Bretón de
los Herreros, Obra Dispersa, op. cit., p. 358).
10
D. Barnett, The Art of Gesture: the practices and principles of 18th century acting, Heildelburg, Carl Winter Universitätsverlag, 1987, pp. 125 y ss.